Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

You seem to need hope por parku

[Reviews - 595]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Tal y como dije, estoy actualizando hoy :3 Pensé que no llegaba e-e Increíble que haya pasado un año ;A; Increíble que sea el final e-e

De verdad espero que les guste el último capítulo. También espero no haber dejado nada sin explicar (Si es así, pregunten en un review n-n Lo mismo si les surge alguna duda ^^)
Lamento si en algún momento ofendí a alguien, porque juro que esa nunca fue mi intención :3

Miles de gracias a JHS_LCFR, que me beteó y aguantó y ayudó y todo *O* Te estoy eternamente agradecida :3

También a PandaPon, que me aguantó igualmente pero peor... porque al ser en persona, creo que pude romperte más la paciencia, ¿A que sí, Pandita? :B

Ksjoonah una invisible por aquí, pero que igual ayudó y aportó lo suyo para que esto pudiera seguir :)

Gracias Pitolicious por haberme hecho tan precioso banner ^^ (Si no lo vieron, es este: Banner)

Y finalmente le deseo un muy feliz cumple a SM Saya, que en mi país sería mañana, pero no sé cuantas horas tenemos de diferencia, así no leas esto hasta que sea el día (?). Y gracias por tus constantes comentarios n-n

Las quiero, chicas <3

Y TAMBIÉN Y NO MENOS IMPORTANTE: Gracias a todas/os ustedes, que también me dieron su apoyo y me acompañaron en este año (O que acaban de encontrar el fic y me acompañaron para el último capítulo (?) :P) :3 A las/os que comentaron, a los/as que no y a las/os futuros lectores :3 Son todos muy especiales para mí n-n

No los/as entretengo más :B

You seem to need hope
Capítulo 32



Me acerqué con furia al cartel de "Se alquila" y le pegué con la mano cerrada en un puño. Como si éste tuviera la culpa de lo que me pasaba, de que no supiera nada de Yixing; como si el cartel fuera el responsable de que en esa casa no viviera más nadie. Solté un quejido de dolor cuando mi puño se estrelló con el metal, y sacudí la mano para después observar los nudillos: Estaban un poco lastimados, y rápidamente se enrojeció la piel debido al impacto y a la poca sangre que se instaló ahí, sin llegar a caer. Sin importarme nada, dí dos, tres golpes más hasta torcer levemente ese asqueroso cartel que había hecho que la realidad me golpeara en el rostro con fuerza. Asqueado y con la mano quemando del dolor, caminé, alejándome de ese lugar vacío. Tanto de personas como de esperanzas.

***


Me acomodé los anteojos antes de llegar a mi casa, que estaban muy caídos debido a los bruscos movimientos que había hecho para golpear el estúpido cartel.
Todavía parado en la vereda, frené en seco al ver la ventana de la sala de mi casa abierta, con la cortina corrida. Mi mamá y su novio estaban sentados en uno de los sillones riendo fuertemente. Hacía años que no la veía sonreír así. Hacía años que no la veía tan feliz.
Deseché inmediatamente la idea de refugiarme en mi cama al ver ese ambiente tan cómodo, tan sencillo y feliz... un ambiente que no compartía pero a la vez no pensaba arruinar con mi depresión. No quería preocuparlos sin motivo y, además, ellos no podrían hacer nada para ayudarme.
Tampoco deseaba molestar a MinSeok de nuevo. Ahora que JongDae finalmente había terminado sus tareas pendientes, estaban pudiendo disfrutar de un poco de tiempo juntos. No hubiera sido agradable ser el tercero. El amigo deprimido y pesado, el estorbo. Porque esa sería mi función si optaba por ir a buscar a mi mejor amigo en ese momento.
Sin más, dejé que mis pies me llevaran a otro lado. A cualquier lado. A algún lugar donde no molestara a nadie, pero a la vez no me sintiera solo. Como si eso fuera posible.

Unos minutos después, levanté la vista y abrí mis ojos, sorprendido, al notar el lugar en donde me encontraba. La plaza donde le había dicho a Yixing que lo amaba por primera vez, y él me había correspondido el sentimiento. Sonreí con nostalgia y caminé hasta las hamacas donde nos habíamos sentado esa noche. Tomé asiento y comencé a mecerme apenas, mirando hacia adelante. A todo y a nada a la vez.

***

 


No supe cuánto tiempo estuve en esa plaza, pero de golpe el sol de la tarde me golpeó de lleno en el rostro, cegándome. Levanté la mano y me protegí de la brillante luz.
- Si tapás el sol con la mano, el único que deja de verlo sos vos- dijeron a mi espalda. Mi respiración se cortó un segundo y un brusco escalofrío me recorrió ante el sonido más hermoso del mundo, ante la voz más melodiosa y perfecta. Ante la energía que sentía detrás mío, esa energía, esa voz que tanto extrañaba.
- De todos modos hace varias semanas que dejé de ver el sol- respondí antes de verlo colocarse frente a mí, su mirada igual de apagada y triste como estaba seguro que se veía la mía.
- Disculpame, LuHan- susurró Yixing, con el arrepentimiento reflejado en el rostro y voz.
- ¿Dónde estabas?- me limité a preguntar.
- En lo de mi tía, larga historia...- me paré, caminé hasta él, y me resigné a simplemente mirarlo unos segundos; a pesar de que me moría por abrazarlo, besarlo, tal vez pegarle un poco por haber desaparecido, y miles de cosas más por lo mucho que lo había extrañado.
- Tengo tiempo... Tengo todo el tiempo que sea necesario... Dejame explicarte lo que pasó ese día, y después, por favor, explicame qué te pasó... Por qué desapareciste, por qué tu casa está vacía- pedí con la respiración acelerada. Levantó su mano y acarició mi mejilla con el dorso de ésta. Me perdí un momento ante el gesto, pero enseguida me recuperé para hablarle -De verdad que yo no quería nada con ella, debería haberla empujado pero...- intenté comenzar una pobre explicación, pero Lay me interrumpió.
- Lu, no tenés que explicarme nada. Yo estuve mal al no confiar en vos... Me di cuenta enseguida de eso, pero al no saber cómo disculparme, tardé. Chen vino y... el día que pensaba buscarte, pasó algo. Y no pude hacer nada hasta hoy- fruncí el ceño, preocupado -Disculpame por no confiar en vos y desaparecer de la nada- negué con la cabeza.
- No tenés que disculparte. Creo... que hasta entendí tu reacción y todo. Pero quiero saber qué te pasó- me tomó de la mano y me llevó a una parte con césped, donde nos sentamos.
- Mi mamá se enteró de lo de mi papá. Fue... terrible, te juro que creí que no iba a pasar de ese día- se abrazó las piernas y apoyó su mejilla en su rodilla, para mirarme. Ese hombre, ese horrible hombre había vuelvo a golpear a la preciosa, en todo sentido, persona que tenía a mi lado. Preocupado, apoyé una mano en su hombro, comenzando a acariciar con el pulgar en círculos. Lo observé unos segundos antes de atreverme a hablar.
- ¿Él...?- asintió, cerrando los ojos un momento.
- Me destrozó la espalda- mi mano, por puro instinto, bajó de su hombro a su espalda como buscando las heridas que su padre le había causado -Ya no me duele, no vas a encontrar más que algunas cicatrices- me dedicó una triste sonrisa -Mi mamá me encontró justo después, cuando caminaba hasta el baño para esconderme, y tuve que contarle todo- continuó su relato como si nada. A pesar de sentir furia por el padre, que me provocaba unos molestos temblores desde adentro, sentí alivio al saber que la madre finalmente estaba al tanto del abuso del señor Zhang -Esa misma noche dio de baja mi celular...- dejó de hablar unos segundos para mirarme -¿Intentaste llamarme?- asentí -Fue inmediato, no pude avisarle a nadie de eso... Ni siquiera a Chen. Después de armar unos bolsos, nos fuimos a lo de mi tía que vive en otra ciudad. Ella tiene unos contactos que hicieron unos trámites muy rápidos y enseguida mi mamá tuvo el divorcio y conseguimos una orden de restricción contra mi pap... contra Kuan-Yin- se corrigió. A esa altura yo ya estaba con mi brazo rodeando sus hombros -Lo obligaron a mudarse de casa, a una ciudad bastante lejos. Mi mamá rechazó la paga mensual que estaba obligado a pagarnos con la condición de que no volviera a contactarse con nosotros. Ni ahora ni nunca.
- Eso es... muy bueno- se enderezó y me dedicó una leve sonrisa, mirándome a los ojos muy de cerca. El clima empezaba a estar más fresco y el sol ya estaba comenzando a ponerse.
- Sí. Con mi mamá y Meiling nos mudamos también, bastante cerca de nuestra antigua casa de hecho- incliné mi cabeza a un costado, con curiosidad -Todavía no nos mudamos, pero ya firmamos el contrato. Mi nueva casa... está en frente de la tuya- una sonrisa iluminó mi rostro, contagiándolo a él, que también sonrió.
- ¿De verdad?
- Sí.
- ¿En serio?- rió. El maravilloso sonido de su risa endulzando mis oídos.
- En serio. Vamos a estar más cerca que antes... Si me volvés a aceptar, claro- frunció los labios, apenado. ¿Cómo podía siquiera dudar de eso?
- Yixing- me acomodé en mi lugar para poder mirarlo mejor -¿Confías en mí?
- Sí, te juro que sí... Nunca más voy a volver a...
- Yo puedo hacerte feliz- aseguré, interrumpiéndolo -Sin lastimarte- agregué -Pero necesito que confíes en mí... En que de verdad te amo y en que jamás haría nada para herirte- le sonreí con sinceridad, observando sus ojos detenidamente. Cómo lo había extrañado... La manera en la que siempre mantenía su mirada clavada en la mía era de mis cosas favoritas.
- Yo...- puse un dedo sobre sus labios.
- Callate y abrazame- ordené. No tardó en obedecer y fundirse conmigo en un fuerte abrazo cargado de sentimientos.
Podríamos haber estado así un segundo, un minuto, una hora, un día, un año o un milenio, y a mí no me hubiera importado. Pero él no perdió el tiempo y luego de unos minutos sentados en el césped, abrazados, se separó sólo lo suficiente para mirarme y dejar que su respiración golpee mi rostro antes de unir nuestros labios en un beso. Enseguida le correspondí, abriendo la boca y profundizando el contacto; besándolo lenta y profundamente, permitiendo que nuestras lenguas volvieran a conocerse luego de estar más de un mes apartados. Me alejé levemente y apoyé mi frente en la suya -Estúpido...- susurré, golpeando suavemente su pecho con mi puño sano, ya que el otro estaba lastimado por haberle pegado a ese cartel en la ex-casa de Lay -Desaparecer sin avisar... Y yo creyendo que ya no me querías. Hacerme preocupar, deprimir... considerar... cosas malas...- bajé mi rostro a su cuello y hundí mi nariz en éste. Con una mano en su nuca y otra en su pecho, aspiré suavemente, regocijándome en el ya conocido aroma. Ese que tanto había extrañado.
- Lu... Es imposible que deje de quererte- acarició suavemente mi pelo.
- Yo igual...- respondí, sintiéndome tranquilo entre sus brazos. Sintiéndome como en casa.
- Y lamento no haber aparecido. No quería que me vieras en el estado en que quedé... Me tomó un tiempo recuperarme y después, debido a lo de mi papá, mi mamá me obligó a mantenerme siempre adentro de la casa de mi tía con Meiling. No quería que saliera a ningún lado hasta que todo el asunto estuviera resuelto.
- ¿Tanto te golpeó?- cuestioné, separándome de su cuello para mirarlo a los ojos. Él esbozó una leve sonrisa.
- No te preocupes por eso ahora- rozó su nariz con la mía cariñosamente.
- Pero...
- Callate y besame- exigió, usando mi propia frase para hacerlo. Sonreí ampliamente antes de juntar nuestros labios con exagerada emoción. Mis anteojos terminaron momentáneamente en mi frente gracias a la excesiva cercanía que manteníamos. Quise entrelazar mis dedos en su cabello, para que no se alejara, pero eso provocó una punzada en mi mano y siseé de dolor luego de separarme repentinamente. Mis anteojos volvieron a su lugar con un poco de mi ayuda.
- ¿Qué te pasó?- preguntó al ver mi mano herida, tomándola y dándole un dulce y suave beso.
- Le pegué al cartel de “Se alquila” de tu antigua casa- reí bajito ante su incrédula mirada -¿Qué? Estaba molesto- soltó una carcajada y me dio un rápido beso en la comisura de los labios.
- Nunca te vi tan enojado como para pegarle a algo- divertido y sintiéndome repentinamente tímido, me mordí el labio inferior -Lu... ¿Puedo quedarme en tu casa? No tengo dónde dormir hoy- pidió, haciendo una mueca tierna.
- Eso ni lo preguntes, ya lo había dado por hecho- sonreí -Y justo hoy mi mamá se queda a dormir en lo de su novio. Me lo dijo esta mañana- me paré, tomándolo del brazo y obligándolo a imitarme.


***

 



- Apenas me mude, lo invito a Jian a mi casa, así podés verlo... Que seguro que lo extrañas... ¿O me equivoco?- preguntó Lay, mientras caminábamos hasta mi casa a un paso lento y tranquilo. Me aferré a su brazo, sonriendo.
- ¿De verdad harías eso?- me miró y me abracé más a su brazo -Porque lo extraño mucho mucho.
- Claro que sí. ¿Por qué no lo haría? Si yo también lo quiero al chiquitín- sonrió con ternura.
- Como también yo quiero a Meiling. Imposible no quererlos a los dos, son totalmente adorables- opiné, deshaciendo mi abrazo y sosteniéndolo ligeramente de la muñeca.
- Meiling es otra más que extraña al pequeño Jian... Es un chico con suerte- mordí mi labio inferior para evitar reírme.
- Por cierto... Chen, ¿Sabía dónde estabas? Todo este tiempo... ¿Estuvo al tanto de todo?- doblamos en una esquina. Ya estábamos a pocas cuadras de mi casa.
- No. Pude llamarlo mientras venía para esta zona, estuve incomunicado con todos...- río levemente y me miró -Me dijo de todo... Me insultó en chino, en coreano, un poco en japonés... e incluso creo que dijo algunas cosas en francés. Ni siquiera sabía que podía hablar esos dos idiomas- dejé salir la carcajada que venía sosteniendo desde que había comenzado a contarme sobre Chen -Creo que menos lindo... me dijo todo- comenzó a reírse conmigo, dejando de caminar cuando yo lo hice.
- Probablemente se estudió algunos insultos- opiné al relajarme un poco. Respiré hondamente, sintiendo un tirón en mis mejillas. Hacía tanto que no sonreía de verdad, tanto que no me reía de esa manera, que por haber estado sonriendo mucho en la última hora, sentía mi rostro extraño.
- Sigo sin entender... Por qué no te comunicaste conmigo en tanto tiempo... Digo, si no estabas enojado- comenté, comenzando a caminar de nuevo y deslizando mi mano de su muñeca a sus dedos, para entrelazarlos con los míos.
- Yo... Te mandé un e-mail. Y como nunca me respondiste... creí que el enojado eras vos- pateó una piedra que se encontró en su camino.
- ¿Un e-mail? ¿Un...?- me separé, sintiendo la sangre huir de mi rostro -Soy un estúpido...- lo vi fruncir el ceño -No miré la casilla de correo en todo el mes... No se me ocurrió fijarme si me habías contactado por ahí- lo miré con desesperación -¿Qué decía? ¿Cuántos mandaste?- me sonrió y acarició mi flequillo, peinándolo.
- Uno solo... Decía... Decía que te extrañaba demasiado. Que te quería, que te necesitaba pero que no podía volver por el momento- corrí su mano de mi frente para abrazarlo y acercar mis labios a su oreja.
- Yo también te extrañé, yo también te quiero, y yo también te necesito. Siempre te necesito- bajé levemente para darle un rápido beso en el cuello con los labios juntos.
- Te amo, LuHan- rodeó mi cintura con sus brazos, y sentí un agradable calorcito recorrerme. Más que por su abrazo por sus palabras. Esas palabras teñidas en su voz que tan falta me habían hecho. Que tanto extrañé.
- Yo también te amo, Yixing- susurré.


***




- Xing... Me gustaría retomar las clases de piano- le pedí a mi novio esa noche, cuando estábamos cocinando la cena en mi casa.
- Cuando quieras- sonrió, mientras terminaba de cortar la carne en trozos y la tiraba en una sartén -Pero no tengo piano, y el del colegio está muy estropeado y desafinado...
- Eso... se puede solucionar- le expliqué, agregando verduras a lo que se cocía en la hornalla.
- ¿A qué te referís?- se giró para mirarme de frente, apoyando una mano en la mesada.
- Bueno...- con un dedo en mis labios, le hice el gesto de que mantuviera silencio -No se suponía que dijera nada, pero... Con Chen y XiuMin te compramos un teclado para tu cumpleaños- sus ojos se abrieron mucho más de lo normal, sin poder creerlo -Como no lo festejaste ni nada... decidimos hacerte un regalo grande. El modelo que queríamos no lo tenían, así que lo encargamos. En algunas semanas ya va a ser tuyo -le sonreí. Un gritito nada masculino escapó de mi garganta cuando su cuerpo se estrelló contra el mío, y sus labios buscaron mi boca con tanta desesperación que apenas tuve tiempo de responder a sus actos.
- Gracias- me mordió una mejilla con cariño, haciéndome reír -Mil gracias, no sabés cuánto quería eso, y no podía pagarlo- volvió a besarme, y esta vez logré corresponderle.
- De hecho lo sé, pero agradecele también a los chicos- dije con mi espalda clavada en el borde de la mesada. Justo cuando iba a volver a besarme, sonó el timbre -Voy a abrir- avisé antes de soltarme de su abrazo, y darle un rápido y casto beso en los labios.

- LuHannieeee- XiuMin saltó a mis brazos apenas abrí la puerta -¿Cómo estás?- preguntó, apartándose y mirándome. Antes de llegar a la casa con Lay, le había mandado un mensaje de texto a MinSeok para contarle brevemente todo lo que había sucedido esa tarde. Aunque no sabía que se iba a tomar la molestia de venir.
- Muy bien- le sonreí a mi mejor amigo, para después mirar a Chen, que estaba parado mirando al interior de la casa.
- ¿Dónde...?
- En la cocina- le interrumpí, haciéndome a un lado con MinSeok para dejarlo pasar.
- Ya va a ver- me asusté de su tono de voz enojado y me adentré a la casa detrás de él, con mi mejor amigo colgando entre mis brazos. Pero sonreí con ternura y felicidad al ver cómo JongDae le daba un golpe juguetón en la parte de atrás de la cabeza a Yixing con la mano abierta, y después lo abrazaba con mucha fuerza. Éste le devolvió el abrazo unos segundos después.
- Creo que vamos a tener que cocinar más- comenté, yendo hacia la heladera para sacar más ingredientes.

 

***



- ¿Saben de lo que me enteré?- preguntó Chen, metiéndose una gran cantidad de comida a la boca.
- ¿Qué?- Yixing le pasó una servilleta para que se limpiara cuando lograse tragar.
- Disculpen que saque el tema pero... Tengo que contarles. Suyin...- nos miró con cautela, y ambos le hicimos un gesto para que siguiera hablando: Ya era un tema superado -y Yimou están saliendo. Él se va a hacer cargo del bebé, al punto de decir que es suyo. Para que los padres de ella no lo tomen peor de lo que lo tomaron, y el idiota del profesor no pierda el trabajo. Es más... tonto de lo que pensaba- volvió a comer.
- O tal vez... Está enamorado- opiné -Tal vez realmente le gusta ella.
- No veo por qué... Al menos antes tenía buen gusto- dijo Chen, mirando a su novio.
- ¡Ey!- exclamó MinSeok, avergonzado.
- Sólo digo la verdad- se encogió de hombros, aceptando la ayuda de XiuMin para limpiarse la boca con una servilleta, robándole un beso justo después.
- Me alegro por ella- soltó de pronto Lay. Nos miró a todos -No le deseo nada malo, a pesar de lo que hizo. Menos al bebé- lo miré, orgulloso del enorme corazón que poseía ese chico. Mi chico -¿Y Kai y BaekHyun? ¿Ya vinieron?- cambió de tema, totalmente ajeno a mis anteriores pensamientos.
- No, se atrasaron por un problema con el contrato de la casa donde se van a quedar. Pero en dos semanas llegan- informó MinSeok. Lo miré confundido porque supiera tanto -Si me hubieras prestado algo de atención cuando te hablaba en estas semanas, tal vez lo sabrías, bobo- me sacó la lengua en un gesto totalmente infantil, haciéndonos reír a todos.

 

***




Seis segundos pasaron después de despedir a Chen y XiuMin, cuatro desde que cerré la puerta y tres desde que hicimos contacto visual. Dos segundos desde que nos pegamos el uno a otro, uno desde que nos comenzamos a besar con urgencia. Después de un mes, las ganas eran muchas.

Sin despegarnos, sin mirar, y chocando prácticamente con todo, logramos llegar a la escalera, subirla y caminar, golpeando nuestras espaldas con las paredes hasta entrar en mi habitación. Me atrapó entre su cuerpo y la puerta cerrada, deslizando sus manos por mi cintura hasta mi espalda y de vuelta a los costados de mi cuerpo, para bajar a los muslos. Colando una mano en el lado interno y deslizándola hasta la parte trasera de la rodilla, haciendo que lo abrace con una pierna para crear cercanía. Se separó de mis labios para bajar a la línea de mi mandíbula y morder con algo de fuerza. Me quejé, con un sonido que estaba seguro que Lay no hubiera podido interpretarlo como disgusto. Porque la verdad me había gustado. Me sostuve de sus hombros para enganchar mi otra pierna a su cadera y él me ayudó a acomodarme entre sus brazos. Apreté el agarre con mis piernas para no caerme, mientras volvía a besarlo, dirigiendo el beso.
- Yixing- dije con algo de dificultad debido a sus movimientos sobre mi cuerpo y sus intranquilos labios que no dejaban un segundo los míos -Cama...- pedí. Él se separó de mí para mirarme a los ojos y, después de un casto beso, lo sentí afianzar sus brazos a mi alrededor. Volví a besarlo, haciendo que nuestras lenguas se encontrasen y nuestros dientes chocasen un poco. Bajo mis dedos sus bíceps se tensaban por la fuerza que usaba al cargarme. Pasé mis manos, empujando las mangas cortas de su remera hacia arriba para revelar más piel; bajando segundos después con las uñas, arañando esos músculos que tan bien se sentían al tacto. Luego de una mordida en mi labio inferior, se separó para mirar el lugar que yo acababa de lastimar inconscientemente y luego a mí. Le dediqué una sonrisa inocente a su incrédula mirada. Pasé mis brazos por su cuello, adelantándome para besar y succionar el lugar que le gustaba en su oreja y después volver a susurrar, esta vez con voz ronca -Cama- ordené.
No tardó en obedecerme, caminando torpemente hasta la cama conmigo arriba suyo y depositándome con suavidad sobre las mantas, antes de subirse él y colocarse sobre mí. Nos sonreímos mientras él tomaba mis piernas y las enredaba en su cuerpo. Con una de sus manos sirviéndole de apoyo al costado de mi cabeza, la otra se hizo paso entre mi espalda y el colchón, para alcanzar mi trasero y, haciendo presión ahí, levantar mi cadera y crear fricción entre nuestras entrepiernas. Lamí mis labios con gusto, ayudando al movimiento que él había comenzado para que en cada roce hubiera más contacto a través de la ropa. Yixing suspiró sobre mis labios entreabiertos y se mordió el labio inferior, al tiempo que su mano liberaba mi trasero y acariciaba mi torso de manera ascendente hasta llegar a mi rostro. Pasó su pulgar suavemente por mi mejilla antes de sacarme los anteojos de manera lenta, casi obscena. Como si estuviera quitándome alguna prenda de ropa en vez de simplemente un plástico con vidrios y aumento.

Mis manos recorrían su torso, deleitándose de la sensación. Ahora que mis anteojos estaban fuera, me limitaba más a sentir que a ver. Era la primera vez que hacía algo así sin ver bien, y no podía catalogarlo como algo malo. Era diferente y, aunque me fallara la vista, sensorialmente bueno. Le ayudé a sacarse su remera y lo abracé cuando hundió su rostro en mi cuello, probablemente para dejar alguna marca. Desde el primer día que había tenido contacto de este tipo con él, supe que le encantaba hacer eso. Las yemas de mis dedos detectaron unas irregularidades en su espalda y disminuí la fuerza con la que acariciaba. Sintiendo los fantasmas de las cicatrices que tenía ahí, entendí que la última paliza había sido grave. Por eso se seguía notando después de tanto tiempo.
- ¿Te duele que te toque ahí?- pregunté, nervioso por la posibilidad de hacerle doler.
- Luhan... cuando me tocas es...- se esforzaba por hablar mientras presionaba sus labios húmedos y tibios sobre mi piel y desabrochaba la camisa que todavía tenía puesta -es como si me curases- y el mundo pareció explotar frente a mis ojos, quedando él y yo, completa y placenteramente solos.


Ya la cabeza me daba demasiadas vueltas. Dejé de arrugar las sábanas y, mientras continuaba mirando fijamente el borroso techo, debido a que no tenía los anteojos puestos, busqué los cabellos de Yixing; yendo más allá de mi ombligo, de mi estómago. La habitación estaba iluminada solamente por la luz de la noche que entraba por la ventana.
- Xing, no es que no me guste lo que estás haciendo, porque eso sería mentirte, pero...- mi espalda se curvó ligeramente cuando sus labios y lengua hicieron una presión distinta a la que venían haciendo -te juro que si no dejás de ser tan delicado yo... me voy a ver obligado a tomar las riendas- bajé mi mirada al tiempo que él levantaba la cabeza, sintiendo el frío golpeando un poco más abajo de mi pelvis. Apoyando sus palmas sobre el colchón se impulsó para dejar su cara frente a la mía, nuestras narices rozándose. Y una sonrisa obscenamente pícara cruzó su rostro.
- Eso me encantaría.


***




La respiración acompasada de Yixing me indicaba que se estaba quedando dormido. Él apoyaba su cabeza en mi pecho y uno de sus brazos se extendía sobre mi abdomen en un ligero abrazo. Yo acariciaba su cabello en un suave y tierno cuchi cuchi.
Sintiendo mi rostro quemar un poco por la vergüenza, recordaba lo que había pasado un rato antes. La primera vez que era de ese modo y, aunque lo había sugerido sin verdaderas intenciones, como un modo de apurarlo, él había aceptado. Al principio me sentí un poco perdido, intentando hacer todo lo que sabía sólo por haberlo vivido desde otra perspectiva. Viéndome obligado a desacelerar todo por ser la primera vez de Yixing como pasivo. No deseaba bajo ninguna circunstancia lastimarlo. Menos a causa de una calentura. Y podía decir con toda seguridad que ninguno de los dos lo había pasado mal. Algo me decía que a partir de ese momento, los papeles iban a ser rotativos. Y esa idea me gustaba mucho.
- ¿No podés dormir?- susurró Lay con voz ronca, a punto de quedarse dormido. Me sobresalté, ya que creía que dormía.
- No...- respondí, dejando el cuchi cuchi para acariciar su mejilla y un poco sus labios, sintiendo su sonrisa bajo mis dedos.
- ¿Por qué?
- No sé... Tal vez porque... tengo miedo de que al despertar, no estés más acá. Que ya no estés a mi lado, que todo esto haya sido un sueño y que cuando me despierte, todo vuelva a ser como fue este último mes- confesé, avergonzado, el motivo por el que me había mantenido pensando de todo, sin intentar siquiera cerrar los ojos para dormir. Se movió, para alcanzar mi rostro y apoyar su frente en la mía. Rodeé su cintura con uno de mis brazos.
- Te juro... que voy a estar acá en la mañana. No voy a volver a desaparecer, no podría. Te amo tanto...- unió nuestros labios en un inocente beso para después volver a mirarme -Vas a ver... mañana y siempre voy a estar. Cuando nos mudemos a vivir juntos en un tiempo, voy a poder cumplir mejor mi promesa- abrí mis ojos grande en señal de sorpresa.
- ¿Mudarn...?- me calló con un beso.
- Claro que sí. ¿Creías que no te lo iba a proponer? No podemos vivir para siempre con nuestras mamás- sonreímos los dos a la vez, sin alejarnos.
- Eso ya lo sé... Pero...- ¿A quién quería mentir poniendo peros? -¿Cuándo?- el rió fuertemente y se recostó a mi lado.
- Pronto. Cuando consigamos un lugar y, principalmente, dinero.
- Me parece un buen plan...- aseguré.
- Lo mismo pienso- se apoyó en su codo para mirarme.
- Entonces...- pregunté, jugando bajo las mantas con el elástico de mi bóxer en un acto puramente nervioso -¿Me vas a seguir amando en la mañana?
- Siempre- respondió, sonriendo -Aunque cites películas de Adam Sandler- reí con ganas, al verme atrapado. Efectivamente había sacado esa pregunta de una película de dicho actor. Y me acerqué a besarlo, porque simplemente me podía él.
- Te amo, unicornio- murmuré, sin saber el porqué del apodo. Tal vez por todo el asunto de “Brony” y “My little pony”
- No sé de dónde sacaste eso, pero yo también te amo... Barbie- me guiñó un ojo y sonrió de costado. Lancé una exclamación ahogada antes de treparme sobre él y mirarlo a los ojos muy de cerca, sonriendo traviesamente.
- ¿Cómo me llamaste?
- Barbie- respondió en forma retadora, hablando con sus labios sobre los míos, provocándome cosquillas en éstos.
- Repetí lo que dijiste- le desafié.
- Barbie- volvió a decir, antes de darme un beso cargado de deseo, sacándome suspiros entrecortados para recuperar un poco de aire en los microsegundos que se separaba antes de volver a atacar. Nada más importaba, sólo él y yo.
No fuimos conscientes de nada más, y entramos de nuevo en nuestro pequeño mundo, perfecto para nosotros. Dejándonos llevar solamente por lo que sentíamos, nos hundimos de nuevo en una nube de placer por segunda vez en ese día. Esta vez con él al mando.


***

 


Una leve, agradable y delicada cosquilla recorrió mi espalda, provocando que abriera lentamente los ojos. Aprovechando que estaba acostado boca abajo en mi cama, aplasté mi cara contra la almohada para protegerme de la luz del sol que me había cegado. Escuché una pequeña risa en un tono muy bajo y miré a mi izquierda, el lugar de donde había provenido el sonido, con uno de mis ojos todavía cerrados debido a la fuerte iluminación. Sin mirar, estiré una mano hacia la mesa de noche y agarré mis anteojos para ponérmelos.
- Buenos días- dijo Yixing, sonriendo. Le devolví una enorme sonrisa, observándolo detenidamente ahora que mis ojos ya se habían acostumbrado a la luz. Sintiendo en mi pecho la abrumadora felicidad, la sensación de que todo estaba bien, porque volvía a despertarme con él a mi lado. Era una de mis cosas preferidas y estaba rebosante de alegría y optimismo por poder volver a hacerlo. Me removí un poco para acomodar las mantas sobre nosotros, tapando mejor nuestra desnudez.
- Buenos días, Xing- susurré antes de que su mano, que seguía en mi espalda, subiera hasta mi nuca y se acercara a mí para darme los buenos días como correspondía. Fue un beso suave, lento e incluso tierno. Lleno de significado y deliciosamente placentero. Al separarnos, nos miramos a los ojos muy de cerca y su mano se deslizó hasta mi omóplato izquierdo, acariciando la zona donde sabía que estaba mi tatuaje.
- Siempre quise saber... Cuando lo veía en las duchas... Qué significa tu tatuaje- comentó -Incluso cuando nos llevábamos mal me daba curiosidad- volví a acomodarme boca abajo y apoyé un lado de mi cabeza en la almohada para mirarlo. Me lamí los labios antes de contestar.
- Dice “amor” en coreano- respondí, viendo cómo Yixing se recostaba más cerca mío, colocando su cabeza en mi almohada y mirándome fijamente.
- ¿Y por qué te tatuaste eso? Quiero decir... ¿Qué significa para vos?- desvié mi mirada al frente, apoyando mi mentón sobre mis brazos.
- Es un recordatorio... Y una esperanza- dije bajito algo que solo sabía XiuMin.
- ¿Un recordatorio de qué?- preguntó vacilante.
- De que el amor existe- confesé, sintiendo su mano aferrarse a mi cintura.
- ¿Y una esperanza de...?- me moví para acostarme de lado y observarlo.
- De que el amor existe- repetí. Él no despegó sus ojos de los míos y se acercó lentamente para besarme con excesiva, en un buen sentido, dulzura.
- Está en coreano por Sehun, ¿No?- cuestionó, al parecer no muy seguro. Asentí, confirmando su pregunta. Unos meses después de la muerte de Sehun, había convencido a mi mamá de que me dejara tatuarme. En su momento sentía que realmente lo necesitaba. Y así había sido -Entonces... Sehun es el recordatorio.
- Sí.
- LuHan... Quiero ser tu esperanza- aseguró, mirándome intensamente. Me acerqué a él hasta rozar nuestras narices, hundiendo mis dedos en su cabello castaño que adquiría un brillo dorado por el sol. Se me escapó una sonrisa, como siempre que le veía a él sonreír con los ojos. Como lo estaba haciendo en ese momento.
-Lo sos... desde hace mucho tiempo... creo que incluso desde antes de que yo mismo me diese cuenta.

Notas finales:

Y... Fin~ ¿Qué les pareció? -Nervios- ºAº

Si alguien quiere leer el one-shot HunHan (Que sería lo que pasó antes de que comience este LayHan) Ya está listo: Gone (Not around any longer) ^^

Y ya estoy preparando nuevas cosas :3 Espero pronto poder volver con alguna de ellas :D

Y por si alguien no lo leyó, este es el enlace al one-shot KaiHyun basado en este fic: Don't speak :3



¡Ah! Y esto:
"-¿Me vas a seguir amando en la mañana?
- Siempre- respondió, sonriendo -Aunque cites películas de Adam Sandler"

Se refiere a la película "Click, perdiendo el control" :B



Y DE NUEVO, ¡GRACIAS! LOS QUIERO MUCHO <3

¡LUHAN USA ANTEOJOS! -Hay personas que lo van a entender a otro nivel-

 

Todas/os ustedes son lo más y me hacen re filiz. -Henryteamo-

¡Las/os adoro!

 Si alguien quiere mi facebook, puede pedirlo por twitter o tumblr :D

Contacto de Twitter

Contacto de Tumblr

Mi cuenta de Blogger

Mi cuenta de Asianfanfics

Mi cuenta de EXOpanic 

Mi cuenta de EXO Argentina

XOXO <3

Parku~


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).