Al día siguiente Misaki cumplía con su rutina de cada día, pero esta vez era diferente, tenía dos opciones: presentarse como su acosador o esconderse mejor que antes para que no lo descubran, Misaki tenía un cesto lleno de frutos silvestres que crecían por el lugar pues el día anterior estaba tan contento que recogió varios sin darse cuenta y los que tenía en ese cesto pensaba dárselo a Akihiko pero tenía miedo de como reaccionaria, mientras que decidía si presentarse o no como su acosador, lo seguía observando desde lejos. Ahí va otra vez este sentimiento de que alguien me observa – dijo el peliplata – no se pero algo me dice que es el niño de ayer pues se me hace muy sospechoso que sepa a perfección el camino a la casa donde vivo, que haya estado ahí a esa hora y en el mismo lugar que yo y lo mas sospechoso aun su nerviosismo y sonrojo – pensaba para si mismo, cuando un ruido extraño lo saco de sus pensamientos, cuando volteo vio al pequeño que se escondía entre los arbustos de su jardín, el fingió no ver nada pues si no hubiera sido por el ruido jamos lo hubiera visto, pensaba jugar un rato con él.
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Estaba ahí observándolo desde lejos no sabia que hacer, pues ya me había hablado y yo sabia su nombre – Usami Akihiko – dijo con un suspiro, tan solo recordar todo lo que paso el día anterior lo ponía muy feliz, pues nunca se le hubiera imaginado hablar con semejante personaje, se distrajo un poco, sin darse cuenta se le cayo el cesto de frutos e hizo ruido, el ojiverde pensó que ya había llegado su momento de ser descubierto, pero cuando miro al mayor, este entraba a la piscina se quitó la bata que traía puesta, Misaki estaba embelesado con tal figura, para el era todo un espectáculo pues estaba muy cerca de ese lugar y podía ver todo, ya no le importaba si le descubrían no iba a moverse de ese lugar, cuando de repente sin que lo pensara Akihiko volteo justo directo en la dirección que se encontraba sus miradas se cruzaron, Misaki prácticamente quedo paralizado.
– por fin descubro a mi acosador – dijo el ojilila mientras se acercaba mas y mas al menor – asi que eras tu a pesar de todo
n-no yo no, yo solo le traía es-esto – le dijo Misaki cuando reacciono, mostrándole el cesto de frutos, para salvarse de esa, pues no era mentira, le había traido esa canasta para Akihiko - y-yo solo quería agradecerlo por darme esa deliciosa miel que me dió ayer – continuo nervioso.
Y te atreves a mentirme – le dijo en un tono serio y molesto, solo estaba jugando con el muchacho y se estaba divirtiendo pues misaki parecía una pequeña ardilla temblando en un rincón – ahora aprenderás a respetar a tus mayores, te castigare como nunca antes te habían castigado – fue lo último que dijo pues Misaki salió corriendo lo más rápido posible, estaba muy asustado, ni siquiera pudo ver por donde iba – esta muy enojado y con toda razón, pues yo le observaba desde lejos y de paso le mentí – pensaba para si mismo, estaba a punto de llorar, sintió que tropezó con algo, era un hermoso adorno de cerámica y estaba apunto de caer al suelo, Misaki intento cogerlo pero solo logro caer a la piscina y el adorno se rompió, Misaki no sabia que hacer, se asusto mas aun de lo que estaba, tanto que perdió el conocimiento.
Vio como corría, realmente estaba muy asustado – esa no era mi intención – pensaba Akihiko, cuando vio que estaba por tropezar quiso advertirle pero ya era demasiado tarde, se tropezó – realmente es un niño – dijo para si mismo el ojilila, pero al ver que Misaki caía a la piscina y se desmayaba, una parte de él se asustó y sin pensarlo dos veces se tiro a la piscina para salvarlo.
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Misaki despertó en un cuarto donde había muchos juguetes – donde estoy, no recuerdo nada – dijo, se dio cuenta que estaba casi desnudo y recordó todo, estaba muy avergonzado – como pude hacer eso – se decía para si mismo, hasta que una voz muy linda y familiar le saco de sus pensamientos.
Como piensas pagarme por todo? – le pregunto el ojilila – no creo que tengas suficiente dinero, tal vez pueda pagarme con tu cuerpo – dijo acercándose peligrosamente hasta la cama, donde se encontraba Misaki, el ojiverde se puso muy nervioso y feliz – él piensa de esa manera en mi, el siente lo mismo que yo – pensaba muy contento, hasta que escucho una carcajada era del mayor – Mírate estas todo sonrojado, como piensa que me metería con un niño? – le dijo el ojilila – pero no pienses que por eso te salvaras de tu castigo – continuo – trabajas para mí, más que todo en la limpieza, hasta que me vaya de este lugar – diciendo esto dejo al menor solo en la habitación – soy un tonto – dijo el menor mientra rodaban pequeñas gotas por sus mejillas – pero no importa que no sienta por mi lo mismo que yo siento por el, mientras que este aquí le hare dar cuenta que ya no soy un niño, y eso va en todo el sentido de la palabra – se dijo limpiándose el rostro y dándose animos para continuar, aun tenia una esperanza… Mañana comenzaría un nuevo día.
--------- Mientras afuera de la habitación ----------
Que estabas apunto de hacer akihiko? – se cuestionaba un agitado ojilila apoyado en la pared – dejaste entrar a ese niño en nuestro espacio personal a nuestra soledad – se decía a sí mismo – debe irse de inmediato, no puede quedarse aquí, te esta volviendo loco, descontrolándote de esa manera, tu nunca pierdes el controlo y mírate ahora – continuaba esa voz en su interior – no se, no puedo, o mejor dicho simplemente no quiero - se respondía a si mismo – no es como si me voy a quedar aquí para siempre, solo será por un tiempo y lo único que me atrae de él es su cara, nada más… no hay nada de que preocuparse – se convencía a si mismo…