Cuando la pareja entro en la habitación se sorprendieron de ver al pelirrojo vestido tan solo con una playera de su gigantón esposo, recargado sobre unas almohadas y con las piernas abiertas. Respiraba con mucha dificultad y su rostro estaba perlado en sudor y con claras señas de dolor. Murasakibara salía del baño con un balde grande con agua.
-oye… se supone que tenemos que llevarte al hospital, ¿Qué hacen?- tras un par de respiraciones forzadas el pelirrojo se venció en las almohadas.
-no nos da tiempo de ir al hospital… el canal ya está totalmente abierto y ni loco dejare que mi hijo nazca en un carro… la doctora viene en camino-
Murasakibara limpio el rostro de su esposo con un paño húmedo. Daiki ni se movió, aquel pelirrojo sádico estaba loco si ya estaba planeando un parto en casa, Ryota muy por el contrario se acerco a la cama.
-¿seguro que ya no llegamos al hospital? Apenas tiene una hora que empezaste con el trabajo de parto ¿no?... ¿Qué tal si…?-
Guardo silencio cuando vio el estado del pelirrojo.
-Daichan…ven rápido… rápido… - le urgió mientras se subía a la cama y se ponía como toda una comadrona entre las piernas del ex capitán.
-el canal se abrió ya… si sigue así en menos de media hora va a nacer el bebe-
Akashi grito de dolor y por reflejo natural ante la contracción pujo.
-o madre santa… está saliendo…- grito histeriquisimo el rubio y volteo a ver a todos lados en busca de algo que le ayudara a atender un parto.
-Daichan… trae tu sexy culo para acá y ayúdame, apenas llevo 3 minutos en esta posición y ya me canse-
El moreno estaba seguro que en ese momento iba a ponerse a llorar… Ryota no podía estar sugiriendo lo que estaba pensando ¿verdad?
-si Aomine Daiki… Akashichi está por dar a luz y tu vas a recibir este bebe puesto que eres policía-
-¿y por ser policía tengo que saber cómo atender un parto?-
Pese a lo absurdo de las circunstancias Akashi sonrió entre divertido y cansado.
-Daiki no seas cobarde… solo me tienes que ayudar en lo que viene la doctora, vallan preparando lo que le pueda hacer falta, ella viene en una ambulancia con todo lo indispensable-
Sonó el teléfono, el alto peli morado fue, contesto y tras un silencio sepulcral que era interrumpido por un par de quejidos de Seijuurou, unos “mmm” “si” “aja” del come dulces finalmente colgó.
-dice la doctora que llegaran un poco tarde por que la ambulancia choco contra otro carro… Akachin debe aguantar un poco-
Todos se miraron con terror.
-yo aguanto…. El bebe es el que no quiere…- tras meditarlo un segundo supo que si no dirigía a aquel terceto como siempre dirigía a las personas su bebe no nacería de manera adecuada.
-deben traer unas cosas… - les indico a Daiki y a Atsushi que obedientemente fueran por unos cuantos materiales que bien le ayudarían a atender su propio parto y Ryota se sentó a su lado tratando de calmarle.
Daiki seguía sin entender como la gran casa de descanso del heredero de los Akashi no podía contar con material básico para urgencias medicas, según tenía entendido el despreocupado de Atsushi había influenciado en ese aspecto, al querer liberarse de las cadenas del imperio Akashi el pelirrojo había corrido sirvientas, médico de cabecera, chofer, cocinera y vivían como una pareja común y corriente, tomo las piezas que le indicaron de la bodega, del baño y camino de regreso a la habitación encontrándose con el alto peli morado con unos trastes de su cocina, una tijera, estambre, limón… diablos… ¿para qué era eso?
-ya esta coronando- chillo Kise apenas entraron, Akashi respiraba con mayor dificultad, tras bajar la intensidad de la contracción empezó a dar indicaciones rápidamente.
-pon a calentar una de las sabanas con el foco de la lámpara, las tijeras ponlas en el contenedor de metal y viértele el alcohol, arroja un cerillo para que se encienda, necesito que me cubran los muslos con una sabana cada uno, tengan preparado la tina con agua calientita, corten unos 30 centímetros de estambre, Atsushi necesito que te pongas atrás de mi y que me sirvas de apoyo… no me debo mover pero… - las contracciones eran tan fuertes y tan seguidas ya todos sabían que pronto iba a ver un bebe entre ellos.
-ya no me puedo controlar… jadeo fuertemente - necesito que me ayudes a sujetarme, Daiki… lávate las manos… hasta el codo…-
Atsushi se sentó atrás de su esposo y le sujeto con infinito amor… y fuerza, Kise y Daiki fueron al baño.
-lo vas a hacer bien… Akashichi confía en ti… yo también… solo… haz lo que debes hacer- el moreno sonrió a su esposo y asintió, por supuesto que sabía que tenía que hacer, había tomado un pequeño curso taller durante la academia en donde les explicaban cómo atender un parto en caso de urgencias, como en todos sus años de trabajo nunca se había cruzado un parturiento en su camino lo había echado al cajón del olvido en su memoria, lentamente lo aprendido se fue desempolvando para tratar de ser llevado a la práctica.
-vamos-
El moreno se posiciono entre las piernas del pelirrojo, pese a que era necesario verlo ni en sus más extrañas ideas había deseado ver el cuerpo medio desnudo de su ex capitán, un poco avergonzado cubrió los muslos del pelirrojo y lo vio claramente… entre el escroto y el ano se había abierto un pequeño orificio que se dilataba un poco mas con cada contracción, como pidiendo disculpas con la mirada introdujo dos dedos al canal y palpo sin saber muy bien que encontrar.
Pero ahí estaba… aquella cosa que estaba palpando sin lugar a dudas debía ser la cabeza del bebe.
-escúchame bien Daiki… en cuanto empiece a pujar con tus dedos vas a guiar a mi hijo para que salga, en cuanto lo haga lo primero que tienes que hacer es despejar su nariz, girarlo un poco para que salga un hombro y después el otro y bajarlo para que el cordón no deje de irrigarle-
Sin lugar a dudas todos estaban admirados ante la entereza del pelirrojo en semejante circunstancia, no todos podían dar instrucciones a su mismo parto, eso era sin lugar a dudas una dosis doble de pelotas.
Y todo empezó horriblemente rápido, Atsushi tenía que hacer verdadera fuerza para sujetar a su esposo que se movía desesperadamente ante el dolor.
Y Daiki lo vio… saliendo del cuerpo del pelirrojo lentamente pudo ver cómo salía el pequeño bebe, introdujo los dedos nuevamente para guiar al neonato hacia afuera haciendo una mueca combinada en dolor y sorpresa como si el fuera el que estuviera pariendo, cuando la cabeza salió el alivio en la cara de la mama fue notable. Ryota le ofreció las sabanas previamente calentadas y coloco al bebe en ella, le puso de lado para que el bebe por si solo tratara de sacar el agua tragado durante el parto o lo tragara. Con naturalidad, como si supiera que tenía que hacer ato estambre en el cordón, ligándole fuertemente, tomo las tijeras, corto el cordón a unos 15 centímetros del abdomen y comenzó a frotarlo con la sabana para estimularle, el pequeño chillaba fuertemente, y cuando menos se dio cuenta noto que no era el único que lo hacía.
Akashi jadeaba tratando de recuperar el aliento por el sobreesfuerzo que se había sometido, Murasakibara no dejaba de brindarle besos en la coronilla y abrazarlo como pulpo. Ryota le miraba con tanto orgullo y si… los 4 adultos de aquella habitación lloraban cargados de una creciente y cálida emoción. Sin lugar a dudas era una experiencia que jamás olvidarían.
Una vez que todo había terminado Seijuurou con apoyo de su esposo se sentó y tomo a su bebe en brazos, pidió el limón y abriendo los ojitos de su bebe vertió una gota en cada uno, entonces todos cayeron en la cuenta de algo… ninguno… NINGUNO de los 4 se había preocupado por el sexo de su bebe… con mucho cuidado y agotado al extremo le descubrió y oh sorpresa… una hermosa nena seria sin lugar a dudas la princesa del hogar.
Cuando la ambulancia llego tanto Akashi como su bebe fueron llevados al hospital para que les revisaran a ambos, Murasakibara fue con ellos y Ryota no tardo en comenzar a llamar a todos para que le dieran el enhorabuena a la feliz pareja, posteriormente se unirían a los recientes padres al hospital, tenían que alistarse adecuadamente.
Una vez solos en la intimidad de su casa Daiki fue a la regadera para darse una buena ducha y su rubio fue tras él.
-Estoy tan orgulloso de ti amor…-
Daiki como si no hubiera escuchado el comentario se dejo escurrir como si sus piernas fueran de mantequilla por la tina.
-creo que me voy a desmayar… prefiero los retehenes a tener que pasar por esto de nuevo-
Kise rio divertido y fue a unirse a su esposo en la tina taponeando la tubería para que comenzara a llenarse y desnudándose lentamente.
-lo hiciste bien… a ver si ahora si te animas a entrar a la cesárea conmigo- puesto que eran gemelos y venían un poco grandes según los datos del ultrasonido el rubio debía ser sometido a cirugía. Daiki le miro verdaderamente pálido, se había negado desde el inicio ya que temía que al igual que Taiga se fuera a desmayar.
-creo que voy a tener pesadillas… le metí mi mano en su… y no tenia guantes y me llene de sangre… y después… oh dios debo tomar terapia… sí que fue todo un trauma… pero- una diminuta sonrisa apareció en el moreno rostro. Ryota se introdujo en la bañera acomodándose entre las piernas de su esposo.
-es genial ayudar a alguien… estoy ansioso por ver cómo nacen nuestros polluelos- ante la confirmación de su presencia durante la cesárea Kise no hizo otra cosa que sonreír realmente agradecido.