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¿Qué fue de ti, qué fue de mi, qué fue de nosotras? por Marie Horson

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Dos jóvenes despertaron completamente desnudas. Una al notar la situación en la que se encontraba se puso notoriamente nerviosa, se sonrojó y comenzó a reírse sola, debido al pudor que le producía recordar todas las cosas que en la noche anterior habían ocurrido.

- Mai… - la joven miró de costado a la chica que quería y tomó su mano, esta hizo lo mismo de una manera un tanto sonrojada. Mikoto se acomodó en el pecho de Mai y volvió a cerrar los ojos, quería que ese momento durase eternamente.

- Mikoto… - la joven susurró el nombre de su amada algo sonrojada y entrelazó sus dedos con los de ella – me gustaría que este momento durara para siempre…

- a mi también – dijo la peli negra – podría estar toda la vida así…y no me molestaría… - le sonrió – te amo…

- yo también te amo – besó los labios de su amante – realmente te amo… - le sonrió tiernamente para volver a abrazarla – al parecer a Natsuki le fue bien

- probablemente, sino ya habría vuelto…

- no quiero que vuelva – sonrió de manera pícara – quiero estar otro rato contigo – besó nuevamente sus labios

- siempre…siempre podemos no abrirle la puerta – dijo Mikoto riéndose mientras se apoyaba encima de su novia

- tiene llaves – dijo Mai riéndose

- maldición! – la joven gritó – NATSUKI! NO LLEGUES! – ambas se rieron y se volvieron a besar.

Una peli cobalto entró a la gran mansión junto con su mejor amiga, Arika. Quien era algo más que solo su amiga, pero no era suficiente para que fuera su novia.

- tu hermana está bien? – preguntó Arika

- sí, está cuidándola Natsuki – le sonrió mientras ingresaban a la casa

- ya veo…debe estar cuidándola muy bien – se rio a lo que la peli cobalto se sonrojó

- no digas esas cosas frente a mi - se molestó un poco, realmente le parecía desagradable que hablaran de su hermana desde esa perspectiva, para ella su hermana era la mujer más pura del mundo, o al menos ella se cegaba a creer eso.

- no te enojes – dijo la joven mirándola con tristeza, no quería que la chica se molestara con ella.

- no estoy molesta – la miró algo sonrojada – ya bueno…vamos a cocinar algo, que a eso vinimos… - dijo mientras ambas se dirigían a la cocina.

- qué cocinarás? – preguntó la joven emocionada

- te gusta la Lasagna? – preguntó ella

- si! La amo…sabes cocinarla? – la abrazó emocionada

- sí, sé cocinar muchas cosas porque a mamá le encanta la comida italiana

- bien hecho, mamá de Nina, bien hecho! – decía mientras por detrás la abrazaba y no dejaba que se desplazara libremente por la cocina.

- por favor! Arika déjame cocinar tranquila – decía la joven sonrojara para darse vuelta y quedar mirándola

- me encanta cuando te enojas – le sonrió emocionada – te ves hermosa y… - siendo interrumpida

- pa…para! – dijo molesta Nina – sino no te enseñaré nuevamente matemáticas! – dijo indignada

- buu…enseguida te vuelves mala – decía algo triste – oye…si Shizuru está casada con Hiro…significa que Natsuki es la amante? – preguntó la joven

- Ese no es asunto nuestro – dijo la joven mientras preparaba un par de cosas para cocinar

- ah…entiendo ¡Dios mio! Habrá un divorcio…wow…las lesbianas realmente se reproducen por montones

- no tengo idea – confesó la peli cobalto

- vamos…tú también lo eres – dijo la joven haciendo que esta la mirara a lo que la otra desvió su mirada

- Eres muy insoportable – sonrió la joven algo indignada.

Era un lugar bastante apartado en el que una mujer llegaba justo hasta la oficina de aquel hombre que meditaba sobre las cosas que tenía hacer.

- el plan hasta el momento va bien…ella cree que tiene todo bajo control – decía la mujer sentándose en la silla al lado del escritorio.

- Ilusa…esa mujer nunca será feliz…porque yo nunca lo permitiré – decía mientras se acomodaba en su asiento bastante molesto, pero con todo controladora, mirando la nada.

- cree que eso perjudicará a Shizuru-san? – preguntó

- con Shizuru…? Shizuru solo tiene un objetivo en esta vida y ser feliz, pero no al lado de esa mujer…no al lado de ella – decía de manera repetitiva y algo molesto

- pero como las alejará, señor…al parecer están más unidas que nunca – explicaba ella

- alejarlas es muy fácil…tú solo mira y disfruta el espectáculo…que las desgracias que Natsuki Kuga recién comienzan – dijo el hombre sonriendo con una mirada llena de rabia.

Dos chicas estaban en una habitación. Una estaba despierta mientras que la otra dormía abrazándola.

- Natsuki… - susurraba Shizuru, la cual no podía creer lo que había pasado con la peli cobalto, se sentía en el cielo, se sentía feliz, no era capaz de comprender todo lo que había pasado, aún – te amo… - decía mientras le acomodaba el cabello a la joven. Un celular la sacó de su estado de cansancio y plenitud, era su legalmente marido, Hiro.

- Shizuru? – preguntó el con una voz bastante apagada.

- Hiro… - tras decir esto Natsuki abrió los ojos y quedó mirando a la peli castaña que hablaba con el hombre que la amaba.

- Solo…solo quería decirte que…este… - calló un par de segundos – hace…hace ya un año nos casamos – dijo con su voz completamente triste

- así es…. – dijo la joven muy complicada, odiaba ver sufrir a Hiro por su culpa, se sentía mal por eso pero nada podía hacer al respecto – este…tenemos que hablar – dijo ella intentando cambiar el tema.

- claro…yo te dije que cuando tuvieras una…decisión…. – titubeaba algo preocupado – me la…me la dijeras y bueno

- y ya la tengo – dijo ella sin más – podríamos vernos hoy? – preguntó ella

- por supuesto…en la noche, te espero a cenar… - al decir esto Natsuki hizo una sutil mueca de odio y se levantó de la cama, comenzó a buscar su ropa para vestirse.

- bueno, entonces ahí nos vemos…Hiro, a las 8 estaré allá

- cuídate, Shizuru, nos vemos – dijo y posteriormente la mujer cortó. Al hacerlo dejó el celular en el mueble y vio como la chica que amaba se vestía con cierta sangre en el ojo.

- estás bien, dormiste bien? – preguntó la castaña a la peli cobalto que la veía con odio

- claro que sí, despertar y ver como la chica que amas habla de lo lindo con su marido…y la invita a cenar ¡qué mejor manera de despertar!

- ara ara… - dijo Shizuru entre risas – no tenía idea que Natsuki fuera tan celosa

- celosa, yo? Por favor! - dijo mientras se sentaba en la cama y miraba con odio la nada

- tengo que ir a hablar con él, tengo que separarme – decía ella

- lo dices como si te molestara – la miraba callada, con odio

- no me molesta, pero me da pena – confesaba Shizuru

- entonces quédate con él – dijo Natsuki para levantarse, sin embargo Shizuru la abrazó por detrás y sonrió.

- eres muy tonta – dio vuelta su rostro para que la mirara – te amo…y lo que más quiero es estar contigo, por algo me voy a separar

- Mmm…

- pero tengo que hacer las cosas bien, no puedo simplemente huir de Hiro como si nunca nada hubiese sucedido…

- de verdad no lo quieres? – preguntó la joven algo triste

- claro que no…te amo a ti – le sonrió – realmente te amo

- pero no me odias? – preguntó la joven. Ambas se sentaron en la cama. Shizuru se puso su camisón, era hora de vestirse.

- odiarte? Por qué? – preguntó la castaña

- porque… - desvió la mirada – no lo se, te hice sufrir mucho, con mis tonterías lo he continuado haciendo y…. – tomó sus manos – tú te has hecho mucho daño por mi culpa y…

- no quiero recordar esa etapa – dijo la joven mirando a la ex motociclista de manera muy triste – no quiero recordar eso – dijo abrazándola muy fuerte – por favor…

- Shizuru yo… - la joven se sintió muy triste – discúlpame, no era mi intención hacerte recordar aquellas cosas…tan tristes pero…me siento muy culpable

- no fue tu culpa…

- me prometes que nunca más lo harás?

- ya no tengo motivos para hacerme daño – explicó la peli castaña – no tengo más motivos que ser feliz a tu lado…porque…te amo y lo que ocurrió me hace inmensamente feliz – haciendo que la peli cobalto se sonrojara – por ti voy a luchar, y el primer paso es separarme… - la miró fijamente – sin embargo necesito que me aclares tú si de verdad quieres esto – dijo algo insegura

- claro que sí…

- no hay nada con Nao? – preguntó algo insegura

- no, no hay nada con ella – le sonrió para tranquilizarla – yo volví para arreglar las cosas y saber quién me hizo lo que me hizo, pero además volví por ti, volví para luchar por ti, por lo que sentimos y… - la joven estaba muy nerviosa y sobre todo sonrojada – quiero que…seamos felices tú y yo y… - su discurso fue interrumpido por el sonido de la puerta, alguien la tocaba.

- Shi…Shizuru…oneesama? – era la voz avergonzada de Nina

- qué…qué ocurre, Nina? – dijo Shizuru desde la puerta

- acabo de preparar la cena…vas a venir a comer? – preguntó

- No…voy a salir así que no cenaré aquí…

- está bien, Shizuru – sentenció la joven

- es un encanto – sonrió Shizuru para continuar abrazando a su amor

- lo es… - quedó mirando fijamente a Shizuru y se dio cuenta de algo, ella no era igual que antes. Transmitía una inseguridad enorme que tal vez ella notaba porque la conocía bien y podía ver más allá de la máscara, pero su enamorada estaba muerta de miedo. Natsuki suspiraba profundamente pues quería hacer algo para hacerla sentir bien, para que estuviera segura, y no sabía qué podía hacer, el romanticismo no era lo suyo pero se preguntaba ¿qué podía ser? – este…yo creo que me iré – Bien Natsuki, ese es el espíritu – Se maldecía la joven.

- Natsuki…cuándo…cuándo te veré de nuevo? – preguntó la joven abrazándola fuertemente, no se quería separar de ella

- Qué te parece si hablamos hoy cuando vuelvas de ver a Hiro? O si lo quieres puedes ir donde Mai…

- de verdad? Mai no se molestará? Quiero decir…podría ser inapropiado que yo fuera

- no! no te preocupes – le sonrió – creeme que ella estará feliz de saber que estamos juntas – al decir esto Shizuru la miró algo sonrojada

- este…estar juntas? Tú y yo? – sonrió Shizuru

- claro…o sea… - sonrió y bajó el rostro de manera torpe – no sirvo para esto, lo asumo pero…te amo y…quiero estar siempre a tu lado

- o sea que somos novias? – preguntó Shizuru emocionada

- Mmm…no lo sé, no soy de ponerle nombre a las cosas, eres el amor de mi vida y eso vale mucho más que cualquier nombre, no?

- te amo – dijo la joven e iba a besarla sin embargo la puerta se abrió abruptamente, era el padre de Shizuru el cual miraba la escena con recelo. Observó la habitación y se imaginó lo peor, quería matar a aquella chica peli cobalto pero no podía, pues era la felicidad de su hija, respiró mil veces, contó hasta cien en chino, en francés, en italiano, y en muchos idiomas más. Se puso a pensar en ecuaciones difíciles, en la teoría de la relatividad, en la inmortalidad del cangrejo, en los fanfic de Marie Horson, todo con tal de no pensar en que quería matar a la peli cobalto.

- Te…tengo que hablar contigo, Hija – dijo el hombre indignado

- claro papá – dijo ella separándose del abrazo, sin embargo manteniendo su mano entrelazada a la de Natsuki, acto que su padre claramente odió.

- Este…yo…yo ya me iba – dijo Natsuki algo preocupada mientras miraba al padre de la chica que amaba – con su permiso – dijo ella fingiendo demencia

- Claro, anoche me insultabas y ahora me tratas de usted!… - se expresó molesto

- No te enfades, mi amor…no te hace bien para la salud - dijo la madre de Shizuru entrando a la escena - yo la acompañaré hasta la salida, Kuga-san… - dijo esta amablemente

- gra…gracias - Natsuki quedó mirando a Shizuru. Claramente quería despedirse con un beso, sin embargo era imposible. Shizuru solo le sonrió tiernamente como aquella niña pequeña que sabe que será regañada pero no le importa. La mujer tomó su chaqueta y comenzó a caminar por las escaleras hacia la entrada, la madre de Shizuru únicamente mantenía esa sonrisa protocolar que nada bueno le hacía presagiar.

- está contenta, Kuga-san? – preguntó la joven. No sabía si lo decía de manera sincera o como si fuese un reproche.

- me alegra haber hablado de mejor manera con Shizuru – confesó la joven

- no haga sufrir a mi hija….Natsuki-san – dijo la mujer con una mirada algo triste – si la ama...ámela de verdad, se lo pido…mi único deseo es verla feliz…

- claro que sí – dijo esta y salió a la calle.

- ME NIEGO AL DIVORCIO! – gritó el padre mientras la joven estaba sentada mirándolo sin decir absolutamente nada, únicamente lo escuchaba – LO ÚNICO QUE FALTA! TENER UNA HIJA DIVORCIADA! – gritaba indignado – QUÉ PENSARÁ LA GENTE?! AH?! ESTO ES EL COLMO, SHIZURU…ES EL COLMO!

- qué puedo decir…no espero que lo comprendas – dijo la joven cerrando los ojos, intentaba respirar y controlarse, no quería discutir con su padre.

- SHIZURU FUJINO! NO TE EDUQUÉ PARA QUE TERMINARAS SIENDO…AMANTE DE ESA MOTOQUERA SIN ESTUDIOS! NO TE EDUQUÉ PARA QUE TERMINES DESAPROVECHANDO LA MEJOR OPORTUNIDAD DE TU VIDA! ESTAR CON UN KINYA! – el hombre no paraba de gritar y se tomaba la cabeza – Dios! Qué dira Hiro cuando se entere?! – se preguntaba indignado

- de hecho hoy hablaré con él…me invitó a cenar así que le llevaré los papeles del divorcio cuando hable con Reito-san, mi abogado personal

- tu qúe?! – gritó – no puede ser!

- por Dios! Los gritos se escuchan desde la sala…amor – decía la madre de la castaña algo molesta

- SE DIVORCIARÁ! SE QUEDARÁ CON ESA TREPADORA! NO PUEDO CREERLO! – gritó indignado – SHIZURU ME ABURRÍ! SIEMPRE TE CONSENTÍ EN TODO! PERO ESTO SE ACABÓ…SI QUIERES IRTE CON ESA…OLVIDATE DE TU FAMILIA… - la joven lo quedó mirando de pie a cabeza, se notaba tranquila, iba a hablar pero la madre interrumpió.

- si ese es el caso…entonces tú te olvidas que tienes esposa – sentenció la mujer mirando a su marido

- pe…pero – titubeaba el patriarca de los Fujino

- Mmm… - la joven lo miró – siempre…siempre he hecho todo lo que usted quiere, padre… - dijo ella

- Shizuru… - el padre la escuchaba

- siempre he sido la mejor en todo…y claro por ser la única hija siempre he sido la líder de la cual usted ha estado orgulloso… pero…lo cierto es que la amo – lo miró directamente a los ojos, ambas miradas rojas compenetraban – la amo papá y ahora que sé que es mutuo…no dejaré que nadie, ni siquiera el amor que le siento a su persona…me separe de ella ¿entiende?

- Hi…hija…

- hay que entenderla, mi amor… - tomó la mano de su esposo la mujer – tenemos que entenderla

- pe…pero Shizuru…quieres arruinar tu vida al lado de la mujer que te ha hecho sufrir? – preguntó ella

- Yo la amo papá…lo lamento – dijo la joven

- de acuerdo – dijo el hombre mirándola notoriamente molesta – pero cuando esa chica se arrepienta de esto…no quiero volver a verte llorar…entendido? – tras decir esto la joven salió de la habitación, suspiró e intentó tomar las cosas con mucha más calma, era necesario.

Una chica llegó hasta la casa donde vivía junto a su mejor amiga. Se preguntaba qué iba a pasar de ahora en adelante y sobre todo se preguntaba la reacción del legalmente marido de la chica que amaba ¿impediría el divorcio? ¿haría algo al respecto? ¿aceptaría la decisión de Shizuru? Eran dudas que le comenzaban a surgir lentamente.

- Llegué! – gritó Natsuki pero al ver que estaba su mejor amiga al lado de su otra mejor amiga comiendo felices de la vida, las quedó mirando con rostro de ¿de qué me perdí?

- Natsuki! Hola – dijo Mikoto con una sonrisa de oreja a oreja – cómo estás?!

- aparentemente no tan bien como tú – dijo sonriéndole y procediendo a sentarse a la mesa junto a la dos

- aparentemente? – sonrió Mai – son las 8 de la noche y te fuiste hace casi 24 hrs… - se rió.

Natsuki agarró una de las cervezas que estaba tomando Mikoto y se la adueñó para continuar escuchando lo que las chicas decían.

- y cómo están? Ya se volvieron novias? – preguntó a lo que ambas le sonrieron y aparecieron corazones en el fondo – vaya que son melosas – dijo algo molesta

- y cuéntanos…cómo te fue? – preguntó Mai levantando una ceja – algo que nos quieras contar – la joven al decir esto se apuntó el cuello a lo que Natsuki la miró sin comprender

- no tienes nada en el cuello – dijo Natsuki mientras bebía de su cerveza

- no lo decía por mi – se rió junto a Mikoto. Natsuki se puso pálida y se tocó el cuello, evidentemente no sentía nada, sin embargo corría muy traumada al baño y lo notó, su piel estaba notablemente colorada. Natsuki volvió completamente roja y las miró completamente tímida.

- este… - miró la mesa como si fuese su única opción de focalización – les dije que me agrada mucho que estén juntas?

- y…qué ocurrió? – preguntó Mikoto

- Shizuru irá hoy a…hablar con Hiro por el divorcio

- qué?! – gritaron las dos al mismo tiempo – vaya si que eres de armas tomar – dijo Mikoto – la edad te volvió más decisiva! – sonrió orgullosa

- nunca creí que diría esto pero…¡Tienes agallas! – decía Mai

- ufff, si supieran como ocurrió todo… - dijo esta – no me lo creerían.. – sonrió – pero chicas, nada de esto al resto hasta que esté todo solucionado

- qué clase de chismosas crees que soy?! – dijo Mai indignada

- la peor de todas…recuerdas cuando dijiste que Shizuru estaba embarazada?! – dijo indignada

- no es mi culpa que ella no dijera a la brevedad que era un sueño – se cruzó de brazos

- que Shizuru qué? – preguntó Mikoto entre risas – eso si que es extraño – dijo la peli negra

El timbre sonó y todas se quedaron mirando

- esperas a alguien? – preguntó Mai a las demás

- creo que…es tú casa, Mai….eso deberíamos preguntarte nosotras a ti – dijo Mikoto entre risas

- olvídenlo – dijo la joven y abrió la puerta: Nao al servicio.

- Hola gatitas… - dijo la joven y saludó a Mai, para luego saludar a Mikoto y finalmente a su víctima: Natsuki Kuga.

- Hola Nao – le sonrió Natsuki - ¿cómo estás? – preguntó la joven al mismo tiempo que ella se sentaba en la silla de al lado.

- salí del trabajo y pasé a verlas, además Mikoto no daba señales de vida, así que supuse que estaba aquí ¿ya son novias? – preguntó a lo que las dos jóvenes se miraron con corazones y sonrieron – son muy melosas – dijo con desprecio

- lo mismo les dije, pero al parecer les agrada que les digamos eso – dijo Natsuki

- entre amargadas, se entienden – dijo Mikoto mirándolas con molestia mientras miraba a Mai quien fuese la emperatriz de su corazón. Nao saco una cerveza del refrigerador y continuó la conversación.

- qué haremos para el año nuevo? Solo faltan 4 días ¡Es la hora!

- no se me ocurre – dijo Mai – harán algo en tu casa, Mikoto? – preguntó la colorina

- tengo entendido que Reito hará una fiesta en su casa y… - las chicas continuaban hablando de la vida, de los preparativos del año nuevo, de lo felices que eran en ese momento y de lo plena que se sentían. Sin embargo las cosas en la casa Kinya Fujino las cosas no eran de lo mejor.

- No…no quieres beber vino? – preguntó el hombre mientras se servía una copa

- no, muchas gracias – dijo la joven de adusta manera – si vine no fue precisamente para beber…

- lo lamento – dijo él algo triste - pero vamos…dime lo qué tienes que decirme – bajo el rostro pues no era capaz de ver a su mujer a los ojos.

- vine… - la joven paró unos segundos – vine a pedirte el divorcio…Hiro – al decir esto el silencio se hizo presente mucho más que unos segundos. El hombre se levantó bruscamente de la mesa y le dio la espalda. La mujer se levantó en ese mismo momento. Esperaba cualquier cosa, incluso copas al aire, gritos, insultos, sin embargo el panorama era completamente distinto, el simplemente se fue hasta el sillón y se agarró fuertemente la cabeza, estaba callado, únicamente el sonido de los autos de afuera era lo que alimentaba el ambiente.

- Te demoraste poco en decidirlo – dijo el para mirarla. No era odio, no era rabia, era una especie de lástima, pero a si mismo. Se sonrió a si mismo – Shizuru…¿eso te hará feliz? – preguntó a lo que la joven lo miró muy triste, realmente odiaba hacerle daño, pero era mejor la verdad que una mentira.

- lo…lo lamento… - dijo ella con tristeza

- respóndeme! – dijo el mostrando rabia y agarrándola de los hombros – dime que esto te hará feliz… - sus ojos se llenaban de lágrimas, su rostro comenzaba a tiritar del nervio que le producía sentir el vacío del que se estaba llenando su corazón – dime que serás feliz al lado de Natsuki y yo te dejaré ser feliz…

- Hiro yo… - la joven se llenó de lágrimas. Le era muy dificil herirlo pues el siempre había estado a su lado.

Flash Back

Estaban dos universitarios caminando por un gran parque que estaba cerca de la universidad. Ambos siempre lo quedaban mirando mientras se dirigían a sus respectivas casas. Hace ya mucho tiempo que a Shizuru la dejaban salir sola, pues por mucho tiempo le habían restringido aquella libertad debido a que la joven no estaba bien de salud.

- Ves esa estrella? – preguntó el peli celeste sonriéndole

- sí….siempre la veo… - respondió ella

- siempre que la veo…se enoja conmigo… - la quedó mirando fijamente

- la estrella? – preguntó ella de manera incrédula

- así es…porque…siempre la hago sentir celosa…diciéndole que a tu lado…nunca podrá competir

- ara ara…Hiro-san es muy romántico – dijo la joven quien continuaba su camino, sin embargo él se sonrojaba fácilmente y temía acercarse mucho.

- Shi…Shizuru…. – él la atrajo a sus brazos y apretó fuertemente – te quiero mucho… - la joven se dio vuelta y le sonrió, besó su mejilla.

- yo a ti, Hiro-san…muchas gracias por todo…

- con tal de hacerte feliz…cualquier cosa – le sonrió

Fin Flash Back

- cuando me casé contigo – dijo él mientras sus lágrimas caían por sus mejillas – yo te prometí que… - miraba el piso, desviaba la mirada pues prácticamente no podía hablar debido al dolor – te prometí que siempre iba a velar por tu felicidad…y si…tu felicidad es al lado de otra persona…yo lo acepto…

- Hiro…

- yo te amo Shizuru… - el hombre lloraba de triste manera. Le acarició tiernamente el rostro y la joven comenzó a llorar – no llores…tienes que estar feliz

- yo no te quería hacer esto, Hiro – dijo la joven mientras comenzaba a llorar

- lo bello del amor…es que no importa cuánto yo haga por ti…tú siempre la amarás a ella…y sabes? – dijo él – yo…yo no te dejaré de amar – sonrió entre el llanto – pero si puedo hacer un último sacrificio por tu felicidad – El hombre tomó delicadamente la mano de la castaña y le quitó la argolla. Se quitó la suya y posteriormente las guardó en su bolsillo – eres libre…Shizuru…Shizuru Fujino… - le sonrió mientras las lágrimas no paraban de caer – ahora por favor sal de aquí…llévate todas tus cosas…se la mujer más feliz del mundo pero por sobre todo… - acarició por última vez su rostro – no…nunca dejes de sonreir – tras decir esto se dio vuelta y se quedó ahí hasta que por fin sintió como la puerta principal se cerraba. La joven se había ido. El apretó con mucha fuerza la mano en que tenía las argollas para tirarlas al ventanal con mucha rabia. SE fue hasta el balcón y en la baranda se puso a llorar, apretó la baranda con fuerza, con mucha fuerza mientras se llenaba de impotencia, de tristeza, de sentir como su mundo se había derrumbado, mas era necesario aceptarlo, él tenía que ser consecuente con lo que siempre había buscado: La felicidad de la mujer que amaba.


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