-Sabes, KiBum, si tú me dices que sí, aún puedo hacer una llamada y estarías en China- WooHyun lo miró fijamente, arqueando una ceja.
La idea, en esos momentos, era muy tentadora. Las cosas no estaban del todo bien desde que la madre de MinHo había llegado. Los dolores de cabeza eran constantes y escuchaba la voz de la madre de MinHo a cada segundo.
Pensó en decirle que sí a WooHyun. Irse lejos por un tiempo, alejarse de Corea y de los problemas que conllevaban llevar una relación con MinHo. Y después pensó en MinHo, su sonrisa y sus besos, la forma en que siempre lo abrazaba y le susurraba que todo estaría bien. No podía hacerle eso, no podía dejarlo solo. Ambos prometieron intentarlo y superarlo juntos.
Puedo hacerlo, pensó, lo haré. Aunque sonara muy tentadora la idea de dejarlo todo y no mirar atrás, jamás podía hacerle tal cosa a MinHo. Lo amaba y si esa era una etapa que tendrían que superar, entonces lo haría.
-Gracias, pero no, WooHyun. Te lo agradezco, sabes eso, pero no puedo irme-
WooHyun suspiró y miró fijamente a KiBum unos segundos más. KiBum se sentía expuesto ante su mirada, era como si WooHyun pudiera ver dentro de él y darse cuenta de todos sus miedos. WooHyun apartó la mirada y se concentró en la taza de café que tenía frente a él.
-Al menos lo intenté-
La boca de KiBum formó una pequeña sonrisa. WooHyun era un buen amigo, no podía negarlo. Pero a veces era un poco insistente con algunos temas, como su viaje a China y dejar a MinHo.
-Si alguna vez quiero irme, serás al primero al que llame- WooHyun rió.
Permanecieron en silencio unos minutos, ambos encontrando interesante las tazas sobre la mesa. KiBum observó como WooHyun movía el pie incesantemente e imaginó que estaba nervioso por algo.
-Pensaste en lo que hablamos la última vez que nos vimos- WooHyun dijo.
KiBum asintió. Era imposible no pensar en lo que WooHyun y él habían hablado días atrás. Casi todos los días las palabras dichas por WooHyun llegaban a su mente. Hacían eco y se preguntaba si podía ser cierto.
-No quiero hablar de eso- Demasiado ya era pensarlo y todos los días.
No era fácil pensar que tu pareja podía ser infiel, más aun sabiendo su pasado. ¿Podía ser cierto?, ¿MinHo le seria infiel un día?
-¿Por qué?- WooHyun insistió- KiBum, ya sabes lo que dicen, el que es infiel una vez…- Las palabras quedaron flotando en el aire, y KiBum sintió un nudo en la garganta.
Era cierto, su madre y abuela le habían dicho esas palabras cientos de veces. Era como ‘el que golpea una vez, lo hará otra vez’. Pero quería pensar que no era así, que MinHo y él estarían bien y que esas dudas se disiparían con el paso del tiempo.
-Quiero pensar que no será así- KiBum dijo, jugando con la taza en sus manos- confío en que no será así- WooHyun se encogió de hombros y bajó la mirada.
Era la verdad, confiaba en que no sería así. MinHo y él habían prometido superarlo juntos, tratar con todos los problemas como una pareja y hablar de sus inseguridades. Solo que ese tema en particular, no quería tocarlo. No quería que MinHo pensara que él estaba desconfiando. Por supuesto, lo estaba, tenía dudas, pero no quería que MinHo se enterara.
-¿Y qué hay de ti?-
-¿Qué quieres decir?- KiBum sentía que no le gustaría la respuesta. WooHyun lo miraba de una forma que no lograba descifrar.
-KiBum, no te ofendas pero, tú también le fuiste infiel a DongWoon-
KiBum movió la cabeza y frunció el ceño. Nunca había pensado en eso. Se sentía un traidor, pensando en MinHo siéndole infiel, pero nunca se imaginó si él pudiera serle infiel a MinHo. Miles de preguntas llegaron a su mente y un pequeño dolor de cabeza comenzaba a molestarle.
Estúpido WooHyun. ¿Por qué siempre tenía que decir las cosas correctas?
-Yo…- Mordió su labio y centró su mirada en la mesa. ¿Qué se suponía que tenía que decir?
Por supuesto no era adivino y no sabría qué pasaría en el futuro. La relación que mantenía con MinHo, podía salir mal de muchas maneras. No solo estaba la sociedad detrás de ellos, ahora también estaban las inseguridades y miedos. El temor de regresar al pasado y hacer lo mismo, dañando a la persona que amaba.
¿Sería capaz de serle infiel a MinHo? Lo amaba y demasiado, y jamás pensó en esa posibilidad. Si le fue infiel a DongWoon, ¿Qué diferencia había entre MinHo? Por supuesto, había muchas. A MinHo lo amaba lo que no hizo con DongWoon.
Pero todo podía empezar de la manera que comenzó con MinHo y tal vez ahora, sea MinHo el que saliera lastimado. Movió la cabeza, de nuevo, y alejó los pensamientos que tenía.
No le sería infiel a MinHo. No, no lo haría.
-No estoy diciendo que tú terminarías por serle infiel. Pero paso con DongWoon. No pensaste que algún día le fueras infiel, pero sucedió. ¿Quién dice que no pasara otra vez?- WooHyun tomó su mano por sobre la mesa- ¿Quién dice que MinHo no lo hará también?-
KiBum dejó que la mano de WooHyun envolviera la suya. Calló todo lo que tenía que decir, todos los pensamientos que flotaban en su mente. Permitió que, de una u otra forma, WooHyun lo consolara. Parpadeó y alejó las lágrimas. ¿De qué servía llorar? Suficiente lo había hecho en los últimos días.
-Lo amo, WooHyun- Subió la mirada y se encontró con los ojos llenos de dolor de su amigo. Se sintió mal por hacerlo sufrir, pero esas fueron las primeras palabras que vinieron a su mente.
-Lo sé- WooHyun susurró.
-No lo voy hacer. No podría verlo sufrir a él-
No lo haría, porque si con DongWoon sufrió al verlo herido, con MinHo sería peor.
-Bien- WooHyun dejó ir su mano- Solo espero que MinHo también lo haga-
Y con esas palabras, KiBum, comenzaba a sentirse pesimista.
-No lo entiendes, MinHo- Su madre lo observó, frunciendo el ceño- No lo aceptaré- Fue el turno de mirar a KiBum- ¿Crees que estoy contenta con lo que has hecho, con lo que ambos han hecho?-
KiBum bajó la mirada y MinHo quiso que su madre dejara de hablar. ¿No le basto con todo lo que ya había dicho?, ¿Acaso no se daba cuenta que no la escucharía?
Sonaba rudo de su parte, pero bastante tiempo había seguido las órdenes y deseos de su madre. Ahora quería hacerlo lo que él deseara y en esos momentos, era KiBum. KiBum y nada más que él.
Nunca espero que su madre lo aceptara con los brazos abiertos y aplaudiendo sus actos, pero tampoco esperaba ese trato. Bien, KiBum no era de su agrado, pero KiBum era su pareja y no la de su madre. La mujer tenía que entender que su relación con TaeMin estaba más que terminada y que nunca regresaría con él. TaeMin estaba mucho mejor sin él, sin esa vida que llevaban. TaeMin debía ser feliz con alguien que sí pudiera hacerlo feliz.
-Y tu- La mujer caminó hasta estar frente a KiBum- Será mejor que lo pienses dos veces antes de estar en esta relación, porque…-
Eso era suficiente. Su madre no amenazaría a KiBum frente a él.
-¡Basta, Mamá!- Gritó, haciendo sobresaltar a su madre y KiBum.
La mujer lo miró durante unos largos minutos, con el enojo brillando en sus ojos. Jamás le había gritado a la mujer, era la primera vez, y ella estaba muy enojada. KiBum lo miraba con los ojos abiertos, asombrado por su reacción.
-MinHo- KiBum dijo- Está bien. No pasa nada-
-Sí que pasa, KiBum- Lo tomó de la muñeca y lo arrastró hacia su lado- Debes entender, mamá, que no regresare con TaeMin. Debes entender que KiBum y yo estamos en una relación y no me importa si lo aceptas o no-
-MinHo, basta ya- KiBum, a su lado, susurró.
-No- Le dijo- Ella tiene que entender-
-No te crie para ser un maleducado, MinHo- La mandíbula de su madre estaba tensa, y sus ojos brillaban con algo que MinHo no supo reconocer. Ella estaba enojada y él era el culpable.
-Mamá, no lo diré otra vez. Aceptas la relación o no. Es simple-
-¿Crees que aceptaré esto?- Los señaló, despectivamente, alzando las cejas.
-Bien, no lo aceptes- MinHo caminó hasta la puerta de entrada abriéndola- Lo siento, mamá, pero si no lo aceptas, no eres bienvenida en esta casa- Señaló la salida y evitó la mirada de su madre.
KiBum lo miraba con la boca y los ojos abiertos. Caminó hasta MinHo y tomó su mano.
-No lo hagas, MinHo- KiBum dijo.
Su madre se quedó de pie, sin hacer nada. Su mirada viajó hasta MinHo, pero éste desvió la mirada. La mujer frunció el ceño y salió de la casa sin decir ni una palabra más.
MinHo respiró. Su corazón dolía, pero no regresaría nada de lo que ya había hecho. Quería creer, que era lo mejor.
KiBum cerró los ojos cuando vio la puerta cerrarse. MinHo no había hecho bien, era su madre la que había salido por esa puerta. ¿Cómo podía hacer eso? Una parte de él lo entendía. Entendía que MinHo quería hacerle ver a su madre que no cambiaría de parecer, pero dejarla fuera de su vida era demasiado.
-No debiste hacerlo, MinHo. Es tu madre- dijo.
-¿No debí hacerlo, KiBum? No podía ver cómo estaba amenazándote y no hacer nada- MinHo caminó hasta el sofá y se dejó caer, ocultando su rostro en sus manos.
Podía ver cuánto le dolía a MinHo haberlo hecho. MinHo amaba a la mujer, como cualquier otro hijo amaba a su madre. KiBum no estaba seguro de haber hecho lo mismo, si se encontraba en esa situación. No estaba seguro de ser tan valiente.
KiBum no sabía qué hacer. Parecía que cualquiera de sus opciones, no lo harían quedar del todo bien. No podía felicitar a MinHo, por defender su relación y prácticamente correr a su madre. Pero tampoco podía decirle que dejara que su madre se interpusiera entre ellos.
Pensó en decirle que arreglara la situación con su madre. Deberían de buscar una solución, sin que nadie más resultara herido. Pero parecía que todo lo que ellos hacían, solo traía malas consecuencias y personas heridas.
-MinHo, creo que deberías hablar con tu madre- Se dejó caer a un costado de MinHo e hizo que lo mirara- No puedes sacarla de tu vida así, MinHo, es tu mamá. No quiero que tengas problemas con ella solo por mí-
MinHo lo miró, sus ojos reflejando incredulidad. Lo estudió por unos largos minutos, la mirada que MinHo le estaba dando lo hacía sentirse tan pequeño y sentía que las palabras dichas, no eran las que MinHo esperaba.
-¿Problemas por ti?- MinHo repitió las palabras- Parece como si acabaras de conocerme, KiBum. Mi madre ha hecho y deshecho conmigo, sin importar qué. Tú no eres lo único por lo que tengo problemas con ella-
-Pero ahora sí- Jugó con sus manos, nerviosamente y le suplicó con la mirada a MinHo- Entiéndelo, MinHo. Ella es tu madre, tu familia. ¿Qué si lo nuestro un funciona?, ¿Perderías a tu madre por mí?, ¿Por un error?-
-¿Qué estas queriendo decir, KiBum?- MinHo se incorporó, haciendo gestos con las manos, señalándolos a ambos- ¿Qué esto es un error?, ¿Soy un error en tu vida?-
-No- susurró, bajando la mirada- No me refería a eso-
-¡Y entonces a qué!- MinHo gritó y KiBum saltó- No sé por qué estás diciendo esto- Pasó una mano por su cabello, despeinándolo- No sé qué sucede contigo-
-¿No lo entiendes, MinHo?- KiBum se puso de pie también- Si esto no funciona, si terminamos mañana, ¿Qué vas a hacer?, ¿Perderás a tu madre?- Preguntó.
-Entonces no debimos comenzar nada-
Las palabras le dolieron. Mucho. Pero KiBum había pensado en toda la situación desde que la madre de MinHo se marchó. La mujer era su madre después de todo, y MinHo debía de buscar la manera de arreglar la situación. Aun si ella no estaba de acuerdo, tenían que buscar una solución, una que no hiciera que MinHo dejara de ver a su madre.
-Tal vez-
-¡Entonces no debiste decirme que me amabas!-
KiBum asintió y bajó la mirada. Ahora que MinHo estaba molesto decía todo lo que había retenido en tanto tiempo. Tal vez MinHo tenía razón. Si él nunca hubiera confesado su amor, nunca nada de todo lo sucedido, hubiera ocurrido.
-Yo…-
MinHo parpadeó y parecía haberse dado cuenta de todo lo que había dicho. Se acercó a KiBum y acunó su rostro. En sus ojos se veía reflejado el dolor y cansancio. KiBum sentía lo mismo. Dolor, cansancio y solo podía preguntarse cuándo todo acabaría.
-KiBum, lo siento. No quise decirlo de esa manera-
-MinHo, no creo que pueda soportarlo más. Tus amigos, mis amigos, TaeMin y ahora tu madre. Ya no puedo más- susurró. MinHo lo atrajo hacia su cuerpo y lo abrazó. En otros momentos el contacto hubiera hecho que KiBum se sintiera bien y protegido, pero ahora nada de eso venía a él.
-Prometiste que lo intentaríamos. Dijiste que lo haríamos, juntos- MinHo lo separó de su cuerpo, y tomó su rostro entre sus manos. Había suplica y miedo en su mirada.
-No sé si pueda-
-Podrás. Podremos- MinHo dijo, antes de aplastar su boca contra la suya. KiBum correspondió y disfruto el beso como si fuera el último. Se sentía así. Porque detrás de ese ‘no sé si pueda’ KiBum ocultaba un ‘no sé si quiera’.