Lo que KiBum pensaron serian seis meses o hasta un año, pronto se convirtieron en seis largos años. KiBum se vio a sí mismo a punto de cumplir treinta años y regresando por primera vez en años a Seúl.
Mentiría si dijera que no estaba nervioso, pero la emoción superaba por mucho los nervios. Después de lo que pareció una eternidad, KiBum sintió que estaba listo para volver al lugar que lo vio nacer. No fue fácil decidir volver, pero con el paso de los años, el pasado había quedado atrás y el dolor había desaparecido. KiBum agradecía eso.
-¿Estás seguro de esto, KiBum?- JinWoon, a su lado, preguntó- Si aún no estás listo, puedes quedarte aquí. Te puedes quedar conmigo todo el tiempo que quieras-
JinWoon, su ex pareja y amigo, estaba ahí con él, acompañándolo. Fue una suerte para KiBum encontrar a un amigo con su misma nacionalidad. JinWoon era una buena persona, fue el primer amigo de KiBum en Londres y había estado a su lado. Si bien, KiBum había confundido amistad y cariño con amor, su amistad no se rompió el día que dejaron de verse como algo más que amigos.
-Siento que he vivido esto antes. Mi abuela me dijo las mismas palabras antes de dejar Seúl- Sonrió a JinWoon- Y sí, estoy seguro. Aun así, gracias-
-No hay nada que agradecer, KiBum. Te quiero-
KiBum sonrió como siempre lo hacía al escuchar esas palabras. Era una lástima que su relación con JinWoon no funcionara. Pero entonces recordaba que todo sucedía por algún motivo y tal vez él y JinWoon no estuvieran destinados.
JinWoon había sido comprensivo con él, y había secado sus lágrimas cuando sentía el dolor regresar. No mintió sobre su pasado y le dijo todo a JinWoon cuando logró confiar plenamente en él. Por un momento pensó que JinWoon huiría, después de todo, no muchos aceptaban a un infiel en su vida. Pero JinWoon no había huido y le había dicho que todos tienen un pasado.
JinWoon tenía un pasado también, tal vez no uno en donde implicara una infidelidad, pero lo tenía. Y sin pensarlo, KiBum encontró a un buen amigo y consejero. A veces le gustaba creer que ellos se conocieron para curar al otro. Tal vez no amó a JinWoon con la misma intensidad que lo hizo con MinHo, pero JinWoon siempre había sido un gran apoyo y hubo un tiempo en que lo amo.
-También te quiero-
KiBum veía a las personas ir y venir en el aeropuerto y pensó que en unos pocos minutos él estaría en ese lugar, tomando un vuelo hacia su hogar. Si bien cumplió su promesa hacia su abuela en la mayor parte del tiempo, los últimos dos años dejó las visitas a Daegu y las llamadas telefónicas se hicieron aún más frecuentes.
-¿Nervioso?- Preguntó JinWoon- Pensé que el día en que regresaras a Seúl nunca llegaría-
-Estoy un poco nervioso, pero estoy emocionado. Quiero regresar-
Cuando KiBum había prácticamente huido de Seúl, pensó que solo necesitaría un tiempo para pensar y olvidar todo. No mintió a su abuela cuando le dijo que solo el tiempo decidiría. Pero hubo unas veces en que sentía querer regresar a Seúl, pero en el último momento se acobardaba y olvidaba la idea. Y entonces llegó JinWoon y su relación y pronto se vieron como una pareja y todo parecía estar bien.
Pero lo que KiBum creyó amor, no lo era. Lo de JinWoon fue amistad y agradecimiento, lo amaba a su manera, casi como amaba a WooHyun.
KiBum estaba agradecido con JinWoon, por aceptarlo con todo su pasado y defectos. Y estaba un más agradecido cuando decidió volver y JinWoon entendió. No le pidió que se quedara en Londres y olvidara Seúl como él lo había hecho. JinWoon estaba feliz por él, y él estaba feliz por tener a alguien como JinWoon en su vida.
-Definitivamente te extrañaré- JinWoon sonrió, pero KiBum pudo ver la tristeza en él. KiBum también lo estaba, triste y melancólico.
Londres resultó todo lo que él esperaba. Con el paso del tiempo su sueño de ser diseñador quedó olvidado y se vio descubriendo cosas en las que no sabía que era bueno. JinWoon era músico y en algunas ocasiones KiBum lo ayudaba con las letras de sus canciones. También se dio cuenta que pintar lo apasionaba, y no dudó en practicarlo.
Pero fue la repostería lo que hizo que KiBum se sintiera feliz. Aprendió todo lo que pudo y trabajó en diferentes lugares. Era elogiado por sus postres y eso lo hacía sentirse bien consigo mismo. Pronto abrió un pequeño lugar y no podía decir que no le fue bien.
-También te extrañaré- Su corazón ya dolía al pensar en dejar Londres. Lo sentía como un segundo hogar. Extrañaría a JinWoon y a todas las otras personas que se habían convertido en su familia.
-Siempre que quieras regresar, solo tienes que llamarme ¿Bien?-
-Cuando sienta que Seúl es abrumador, sin duda te llamaré- JinWoon asintió, sus labios formando una gran sonrisa.
-Tu… ¿Lo buscaras?- JinWoon preguntó, jugando con sus manos- Ha pasado muchos años, KiBum. Sé lo que es estar lejos de una persona tanto tiempo. KiBum, Corea fue mi hogar alguna vez. Solo resuelve las cosas, cierra ese capítulo de tu vida. No te estoy diciendo que le pidas otra oportunidad, porque tal vez lo de ustedes no estaba destinado a ser. Solo cierra todos los malos capítulos de tu vida-
KiBum lo pensó unos minutos, para después asentir. No era una mala idea, pero no estaba del todo seguro de hacerlo. Le daría una pequeña mentira a JinWoon, solo para tranquilizarlo.
-Lo pensaré- dijo, después de un momento.
-KiBum- Regañó su ex-pareja con el ceño fruncido- Creo que es lo mejor-
Cuando su vuelo fue anunciado, KiBum se alegró de no tener que prometerle algo a JinWoon. Miró una última vez el aeropuerto y las personas que caminaban alrededor, sintió lo mismo que cuando se alejaba de Seúl. Sonrió, pensando que todo estaba bien ahora y que era tiempo de volver a casa.
-Promete que trataras de visitarme, JinWoon. Sigue tus propios consejos y cierra el capítulo de tu vida que dejaste olvidado en Corea- KiBum dijo antes de abrazar a JinWoon.
-Prometo que lo haré, pero creo que aún no es mi momento- Susurró, abrazando con más fuerza a KiBum- Cuídate, KiBum, y sé feliz-
KiBum se despidió una vez más, prometiendo silenciosamente a JinWoon que sería feliz.
Lo primero que KiBum hizo al llegar a Seúl fue visitar a su abuela. Viajó hacia Daegu, olvidando por un momento Seúl. Su abuela lo recibió casi a punto de llorar y con un montón de abrazos. Después de no verla por un poco más de dos años, KiBum no se quería separar de ella.
Pasó un par de días antes de decidir que era tiempo de ver a sus viejos amigos. JinKi sabía de su regreso, pero como él vivía en el extranjero no era posible verlo. WooHyun por otra parte aún vivía en Seúl y podía contactarlo fácilmente.
KiBum caminó por las calles, decidiendo que llamaría a WooHyun más tarde, por ahora quería ver los cambios en la ciudad. Fueron unos largos seis años lejos y por lo tanto, las calles y demás estaban muy diferentes a como él lo vio la última vez que estuvo ahí.
Por un momento tuvo miedo de perderse, pero no fue así. Era diferente sí, pero algunos lugares seguían ahí aun después de los años. Nuevos comercios habían, nuevas cafeterías y nuevas casas. KiBum se sentía como un turista. Pensó en sus primeros días en Londres y cómo le resulto un poco difícil acostumbrarse a las calles y el idioma.
Lo mismo le pasaría ahora, seria nuevo pero con el tiempo se acostumbraría.
KiBum caminó y consciente o inconsciente llegó hasta esa calle que conocía tan bien. El edificio donde se encontraba el departamento de MinHo se encontraba en el mismo lugar, con solo unos pocos cambios. Había una nueva panadería y una pequeña cafetería, pero todo seguía igual.
KiBum se preguntó, mientras se detenía justo en la calle opuesta al edificio de MinHo, si éste seguiría viviendo ahí. Creyó que no, tal vez MinHo por fin se había decidido a venderlo. Tal vez ahora estaría con su pareja, viviendo juntos. Se preguntó también si MinHo estaba con alguien, si tenía alguna persona en su vida. Dejó de preguntar por MinHo el día en que le dijeron que MinHo lo estaba haciendo bien, cuando su humor había regresado y comenzó a salir con sus amigos. Ese día KiBum supo que MinHo había superado todo y que, tal vez, en un futuro cercano encontrara a otra persona.
Se quedó mirando el edificio y cuando las puertas se abrieron su corazón comenzó a latir frenéticamente, con expectación. Una pareja salía tomada de la mano, no podía negar que estaba decepcionado y que por un momento pensó que sería MinHo. No reconoció a las personas, tampoco es que hubiera conocido a todos los vecinos de MinHo, pero a la mayoría sí. MinHo podría no estar ahí.
Negó con la cabeza, diciendo entrar a esa pequeña cafetería. Llamó a WooHyun, pidiéndole que se encontraran en el lugar, y esperó a que su amigo llegara, sin poder evitar que su mirada viajara hacia el lado opuesto de la calle.
MinHo miró por la ventana hacia el cielo. Parecía nublado, pero no creía que llovería. Miró hacia su departamento en esa ocasión y pensó que necesitaba un cambio. Llevaba muchos años en aquel departamento y ya era tiempo de decorarlo mejor o tal vez venderlo.
Venderlo siempre era una idea muy tentadora, pero siempre se arrepentía a último momento y terminaba por redecorar el lugar. A sus ojos todo se veía viejo, desde el sofá, hasta la mesa, sentía que llevaba mucho tiempo con esos muebles.
Decidió que el fin de semana sería perfecto. Él no era muy bueno combinando colores y buscando los muebles adecuados, KiBum en el pasado siempre lo ayudó con todo. Pero KiBum no estaba ahí para salvarlo como siempre lo hacía cada que tenía algún problema doméstico, estaba solo y debía hacerlo.
Pensó que su ex-pareja pudo haberlo ayudado, pero recordó que parecía no tener muy buen gusto. Tendría que hacerlo él solo estaba vez. Su última pareja, no había durado lo suficiente como para mudarse juntos. No eran compatibles, se dio cuenta después de casi tres meses de relación. El sexo era bueno, no espectacular, pero fuera de la cama, ellos no sabían qué decir. Era incomodo algunas veces.
MinHo decidió que llegaría tarde a la oficina ese día, tomó su móvil y marcó el número de KyuHyun. KyuHyun le contestó al segundo tono y sin decir ‘buenos días’ MinHo habló.
-Creo que llegaré tarde a la oficina- Buscó entre su armario alguna camisa cómoda. Decidió que desayunaría en la cafetería que estaba frente al edificio. Amaba el café de ese lugar.
-¿Por qué?- KyuHyun preguntó- ¿Paso algo? ¿Estás bien, MinHo?-
-Estoy bien, hyung. Solo necesito un momento para pensar- dijo, colocándose unos pantalones. Se miró en el espejo comprobando su cabello y tomó sus llaves.
-¿Seguro que estas bien?- Preguntó de nuevo KyuHyun, la preocupación claramente en sus voz.
-Sí, estoy bien- Salió de su casa, caminando directamente hasta el elevador- Tomaré un desayuno rápido en la cafetería cercana y después iré a la oficina ¿Bien? Nos vemos luego, hyung- Cortó la llamada antes que KyuHyun pudiera responder y estaba seguro que se ganaría un regaño por esa acción.
Salió del edificio minutos después y sintió las primeras gotas sobre su piel. Maldijo en silencio, y pensó en ir por un paraguas a su casa, pero desechó la idea tan pronto llegó, solo tendría que cruzar la calle y llegaría al lugar.
Se detuvo cuando estaba por cruzar la calle y las puertas de la cafetería se abrieron. Parpadeó y miró de nuevo hacia la dirección. La persona tenía la mirada baja y buscaba abrir un paraguas. ¿KiBum? MinHo se preguntó si sería él. Tenía el cabello negro, una boina cubriendo la mitad de ese cabello.
El chico se alejó sin siquiera levantar la mirada, pero MinHo sentía que era él. Sin pensarlo dos veces corrió hacia la persona, olvidándose de la lluvia que cada vez se hacía más fuerte.
Llegó hasta él, tomándolo por los hombros y haciéndolo girar. Parpadeó ante la persona que estaba frente a él, su corazón latiendo a kilómetros por hora.
-KiBum-