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Just A Little Favor por keny_shawol

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Notas del capitulo:

Escuché Blind Love de CNBlue mientras escribía esto, amo demasiado esa canción. 

—¿Qué hiciste qué? —La voz de Taemin subió de volumen, sólo un poco, Kibum pensó.

 

Si hubiera estado en la compañía, con muchos pares de ojos sobre ellos, eso no hubiera pasado. Pero estaba en su casa y estaba tan cansado que lo último que quería, era iniciar una pelea con Taemin. No una más.

 

—Lo hice—Kibum replicó—Pensé que lo había arruinado y sólo quería asegurarme que volveríamos a tener otro encuentro. Si no quieres que sigamos con esto, bien. Busca a otra persona

 

Taemin entrecerró y pareció pensarlo. Una parte de Kibum esperaba que Taemin dijera sí, que lo dejaba marchar y olvidara toda esa locura. Pero la otra parte de él, quería que Taemin siguiera con la idea, por muy absurda que le pareciera, quería seguir con todo y no sabía por qué.

 

—No. —Dijo, decidido y serio—Te necesito para esto, pero debes entender, Kibum, no podemos dar un paso en falso. —Lo miró, sus pequeños ojos bañados en seriedad. —No puedes mostrarte desesperando ante Minho. Debes mostrar el interés necesario sin parecer desesperando, ¿Entiendes eso, Kibum?

 

No lo entendía del todo, Kibum no sabía exactamente a qué se refería Taemin. Se dio cuenta de lo ingenuo e inocente que era en ese tema. Él no tuvo que pasar por eso con Dongwoon, ni nada que se le acercara. Dongwoon se mostró interesado y Kibum pensó que sería buena pareja, y eso fue todo lo que necesito. Nada más, no dramas incensarios, no tanto alboroto para enamorar a alguien.

 

—No creo que fuera tan malo, Taemin. Minho parecía feliz y dispuesto a encontrarse conmigo de nuevo.

 

—Por supuesto que lo estaba, Kibum, pero no por los motivos que tú crees. No puedes ser sólo otra persona en la cama de Minho, tú tienes que ser la persona para siempre en la cama de Minho.

 

—Él sabe eso. —Kibum murmuró. —Él sabe que yo no sólo seré uno más en su cama.

 

Taemin abrió los ojos y la boca, parecía dispuesto a hablar y replicar, pero cerró la boca de nuevo. Kibum no le iba contar todo eso, pero las palabras escaparon sin poder detenerlas. Taemin parecía tener un mal concepto de Minho, pero Kibum pensaba de diferente manera.

 

En ningún momento Minho había querido llevarlo a la cama, pero Taemin seguía diciendo que eso sólo era Minho actuando como tal.

 

—Kibum, él no te dirá que eso es lo que quiere. No podemos arriesgarnos. Tiene que enamorase de ti. —Taemin alzó las manos, en un claro signo de desesperación, Kibum sólo pudo rodar los ojos.

 

—Creo que tienes un mal concepto del hombre. —Bajó la mirada cuando las palabras abandonaron su boca. Taemin lo miró unos largos momentos, estudiándolo, pensando.

 

—No—Negó con la cabeza rápidamente. —No dejes que las emociones te ganen. No puedes hacerlo, si lo haces todo se perderá. —Taemin tomó la mano de Kibum y le dio un suave apretón. —Kibum, quiero que me prometas una cosa. Pase lo que pase, guardaras tus sentimientos bajo llave. Pase lo que pase, Kibum, no te enamores de Minho. Si te enamoras, pierdes

 

Taemin parecía tan mayor, tan maduro, que Kibum se sorprendió. Lo miró a los ojos seriamente y no encontró duda ni broma en ellos, Taemin hablaba en serio. Pensó que no tenía por qué pensar en eso. Minho no era para nada alguien con quien se planteara salir, Minho y él eran diferentes. Había una diferencia de edad considerable, y por lo único que estaba haciéndolo era por Taemin. No por Minho, ni otra cosa.

 

—Por favor, Taemin. —Negó con la cabeza, divertido por la situación. —Eso no pasara.

 

 

 

Minho se había encontrado con Key, no una, sino cinco veces más después de su último encuentro. Dos habían sido casualidades y las restantes habían sido programadas por él. No eran citas, solo encuentros en el parque en el que Minho corría por las tardes. Key decía que trabajaba a unas cuadras del lugar y Minho siempre programaba un encuentro después del trabajo de Key.

 

Se había acostumbrado tanto a la presencia de Key por las tardes, que cuando Key le cancelaba a último minuto, se encontraba a sí mismo extrañándolo. Demasiado para no ser nada más que amigos.

Key le intrigaba, habían días en que parecía interesado en él, preguntándole cosas de su vida, su profesión sus sueños. Le gustaban esos días donde podía ver un poco más dentro de él, de esos sueños de los que hablaba tan maravillosamente, le gustaba ver su mirada perdida y sus ojos brillosos. Pero había días en que Key era frio, desinteresado y parecía querer estar en cualquier lugar menos con él.

 

Por más extraño que pareciera, le gustaban esos cambios de humor en Key. Había aprendido a conocerlo un poco más, conocía sus sonrisas y sus miradas, sabia cuando algo no le interesaba y cuando algo le incomodaba. Le gusta su risa, la forma en que sus ojos casi se cerraban y cómo ese sonido estruendoso sonaba en sus oídos. Podría parecer que su risa era fingida y un poco desesperante, pero Minho la había adoptado como su sonido favorito.

 

—¿Cómo te ves en el futuro?—La pregunta de Key rompió el silencio que se había instalado entre ellos.

 

Minho lo miró. La luz parpadeante del parque golpeaba la figura de Key, haciéndolo parecer inocente y joven. Minho pensó entonces en la diferencia de edad entre ellos, eran tan solo ocho años, pero a veces lo sentía más, como si fuera una brecha tan grande entre ellos.

 

Pensó también en la pregunta de Key y se quedó en blanco. Se sintió tonto al no tener una respuesta. Key parecía tener su vida planeada, sueños que cumplir, él estaba seguro en cómo quería verse en el futuro.

 

Él no tenía nada, no sabía exactamente cómo quería verse en el futuro. Sabía que la actuación no le duraría toda la vida, pero lo único que tenía aceptado era que pronto se retiraría. ¿El futuro y qué haría después? No lo sabía.  No sabía si quería una familia, hijos un perro y una gran casa, no estaba seguro.

 

—No lo sé. —Confesó. —Nunca había pensado en eso. —Key detuvo sus pasos abruptamente y lo miró con desconcierto.

 

Key se veía adorable y Minho no pudo evitar sonreír. Su entrecejo se frunció y su boca estaba abierta, totalmente adorable.

 

—¿No lo sabes? —Negó con la cabeza. —Bueno creo que eso está bien, también. Mi abuela decía que no todo salía cómo uno lo planea.

 

—Tu abuela era una mujer muy inteligente. —Key rió y Minho lo imitó. —¿Y tú, Key? ¿Qué crees que el destino tenga para ti?

 

Key pensó por unos momentos, y Minho se perdió en él. A veces se sentía demasiado mayor para él, pero en las ocasiones en que preguntas como esa escapaban de la boca de Key, Minho se sentía a gusto con él, como si estuviera hecho para y sólo para él.

 

—No lo sé tampoco. —Key sonrió. —Yo sólo espero cumplir todos esos sueños.

 

La sonrisa de Key desapareció justo con las palabras. Su mirada había cambiado y todo rastro del Key animado quedó atrás. Minho se preguntó qué es lo que pasaba por esa cabeza. Qué era lo que tanto le preocupaba para desanimarse de esa manera.

 

Tomó la mano de Key sin pensarlo y entonces la apretó contra la suya, dándole ese apoyo que él necesitaba. Key miró sus manos entrelazadas para después encontrar la mirada de Minho. Sonrió y a Minho le gustó que de nuevo estuviera sonriendo.

 

—Yo sé que podrás lograrlo. —Minho dijo sin dejar ir la mano de Key.

 

—¿Cómo puedes estar tan seguro?

 

—Yo solo lo sé.

 

Key asintió sin despegar la vista de sus manos entrelazadas. El miró unos largos minutos las manos y a pesar que tenía la cabeza baja, Minho vio el atisbo de una pequeña sonrisa bailar en sus labios. Su corazón comenzó a latir sólo un poco más rápido, viéndolo Minho pensó que los problemas estaba comenzando.

 

—Puedes devolverme mi mano, Minho. —Minho sonrió.

 

—Podría hacerlo.

 

—¿Entonces? —Preguntó suave, sólo alzando un poco las manos juntas. —¿Lo harás?

 

—¿Te molesta sino lo hago? —Key pareció pensarlo, y después suavemente negó con la cabeza. El corazón de Minho no estaba soportando ese momento.

 

—No.

 

—Bien.

 

—Bien.

 

Porque tener la mano de Key entre las suyas era lo más cercano que se había sentido a alguien.

 

 

 

Kibum miró la a la cafetería que se alzaba frente a él. Era pequeña, pero parecía demasiado hogareña y cálida, justo como ese lugar al que te quieres ir resguardar cuando todo está mal.

 

Un par de personas estaban en el lugar, y un chico con una sonrisa que podía competir con el sol, estaba detrás de la barra. Kibum pensó que sería el lugar perfecto, pero aún se sentía reacio a entrar.

 

Minho había estado tras él en el último par de días preguntándole sobre su trabajo y lugar en que se suponía trabajaba. Había recitado todas las cafeterías cercanas al parque y comenzaba a desesperase de no poder darle un nombre.

 

Entonces tuvo el impulso de decirle la verdad a Minho y se vio pronto buscando alguna cafetería en donde pudiera trabajar. Taemin ignoraba el tema y Kibum rogaba que si siguiera así. Entre las ideas de Taemin y el querer ser él mismo en compañía de Minho, los dolores de cabeza se habían hecho recurrentes.

 

Tomando una profunda respiración, Kibum entró a la pequeña cafetería. La pareja que estaba en lugar lo observaron durante un par de segundos, antes de regresar su atención a su propia conversación. Kibum rogó porque nadie en ese lugar lo reconociera.

 

Caminó directamente hasta la barra, llamando la atención del chico de la sonrisa bonita. Ese chico en verdad tenía una sonrisa que iluminaba todo a su paso.

 

—Hola. —El extraño sonrió aún más. —¿Qué puedo hacer por ti?

 

Kibum tragó, ¿Qué estaba haciendo? ¿En verdad conseguiría un empleo solo para no mentirle aún más a Minho?

 

—Yo, uh… vi el anuncio sobre el puesto en la cocina. Quiero solicitarlo. —¿Era así cómo debía tratarse? No tenía idea, no había secretarias, ni asistentes solicitando currículos de empleo, ni nada. Se encontraba perdido.

 

El extraño frunció el ceño y Kibum pensó que había hecho todo mal.

 

—¡Cuánto lo siento! Contratamos a alguien ayer. Lo siento mucho. —El chico parecía sincero.

 

La decepción se apoderó de él. En verdad quería poder decir que trabajaba en ese lugar y llevar a Minho ahí, sin que todo fuera una mentira.

 

—Trabajaré gratis.

 

¿De dónde había salido eso? Movió la cabeza ignorando la vocecita que le decía que se estaba involucrando demasiado con Minho. Demasiado para buscar un trabajo, demasiado para ignorar a Taemin y sus planes.

 

—Debes querer demasiado el trabajo. —El extraño enarcó una ceja, observándolo, estudiándolo. —Pero no podría hacer eso.

 

Kibum mordió su labio inferior y pensó en una excusa que hiciera que ese extraño lo contratara. Se sintió mal por un momento, pero en verdad necesitaba que algo fuera cierto en su vida.

 

—Por favor. —Kibum rogó, usando el rostro más inocente que tenía. —En verdad, en verdad, me gustaría trabajar aquí. Prometo dar mi mejor esfuerzo. Puedo hornear y hacer otras cosas.

 

El extraño pareció pensarlo, su mirada nunca abandonó la de Kibum y por último suspiró, negando con la cabeza.

 

—Bien. Pero lo único que puedo ofrecerte es un empleo de medio tiempo. Por la tarde.

 

—Eso está bien. —Kibum sonrió. —Muchas gracias.

 

Kibum dejó salir al aire que estaba reteniendo y extendió la sonrisa en su rostro. Sólo faltaba hablar con Dongwoon y entonces un par de mentiras de quitarían de su larga lista.

 

 

 

—Entonces estaba pensando…

 

Minho se desconectó de la conversación, Key seguía hablando sobre su trabajo, pero Minho no podía mirarlo. La boca de Key era tentadora cuando hablaba, o sonreía o reía. Era tentadora en todo momento y Minho empezaba a sentir las consecuencias de solo ser amigo de Key.

 

¿Qué eran de todas maneras? Coqueteaban el uno con el otro siempre, él había tomado su mano un par de veces y lo había abrazado, o al menos eso creyó, una vez. Era la relación que más le había costado hasta ahora. Era tan difícil, había días en que Key estaba atento y hablador, y otros en donde estaba desinteresado y aburrido. Le molestaba, tanto como le encantaba.

 

—¿Estás escuchando, Minho?

 

Asintió, distraído. No, no escucho nada de lo que dijo.

 

Pasaban más de las diez de la noche y el lugar estaba vacío. Las familias se habían marchado y las pocas personas que quedaban en el parque se estaban retirando. Key seguía hablando, Minho seguía sin escucharlo.

 

Y no pudo soportarlo más.

 

Todo paso tan rápido que ni siquiera recuerda cómo lo hizo. El cuerpo de Key quedó atrapado entre un árbol y su cuerpo. Las luces parpadeantes y bajas solo iluminaban los puntos correctos en su rostro. Minho quiso tener una cámara para guardar ese momento.

 

Antes de que Key pudiera parpadear, Minho bajó sus labios a esa encantadora boca. Fue tímido al principio y solo pudo rozar sus labios, pero en el momento en que sintió los labios de Key moverse, todo control perdió su camino.

 

La boca de Key era suave y cálida y mucho mejor que su imaginación. Acarició suavemente sus labios con los propios y saboreó el dulce sabor de esa boca acorazonada. Su corazón latía como si nunca lo hubiera hecho y sus manos querían tocar cada parte de Key.

 

Saboreó una vez más esa boca que pronto se convertiría en su adicción y después separó sus labios lentamente. Key tenía los ojos cerrados y sus labios estaban entreabiertos y rojos. Parecía tan aturdido como él lo estaba.

 

—Lo siento. —Susurró contra sus labios. ¿Por qué se disculpaba de todas maneras?

 

—No lo hagas.

 

—¿Hacer qué?

 

—Disculparte.

 

—¿Puedo besarte cuando quiera en el futuro?

 

Key abrió los ojos y sonrió. Minho quería tomarlo, llevarlo a su casa y sólo besarlo el resto de la noche. Sólo eso.

 

—Sí.

 

Sonrió, besando la pequeña nariz de Key.

 

—¿Quieres que te acompañe a casa?

 

—No.

 

—¿Seguro? —Key rió, inundando sus oídos con la maravillosa música.

 

—Completamente.

 

Minho pensó que era la mejor, no estaba seguro de poder despegar su boca de Key después de saber cómo era besarlo.

 

—Buenas noches, Key.

 

Sonrió.

 

—Buenas noches.

 

Notas finales:

Un capitulo menos, y creo que después de esto es cuando todo comienza un poco mejor.


¡Nos leemos pronto! 


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