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Just A Little Favor por keny_shawol

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Kibum usó todo su autocontrol, era poco y estaba sufriendo. Miró a Minho con una expresión apenada que tardó en perfeccionar y mordió su labio inferior.


 


—¿Parar? —La voz de Minho era grave y ronca y estaba afectado por la forma tan abrupta en que Kibum paró todo.


 


En el fondo, Kibum no quería parar. Aún quería los labios de Minho sobre su boca y sus manos vagando por cada parte de su cuerpo. Quería sentir el cuerpo de Minho sobre él y sentirlo en cada parte. Lo necesitaba y demasiado.


 


Recordó a Taemin para hacerlo todo más fácil y al último plan que, según Taemin, sería un éxito. Kibum no lo creía así, no cuando él tenía que dar todo de él para apartarse de los labios de Minho. Pensó por un momento olvidar todo, olvidar a Taemin y lanzarse a los brazos de Minho y caminar hacia la cama. Pero no podía.


 


Bajó la mirada, y respiró profundo antes de decidir mirarlo de nuevo. Minho tenía el ceño fruncido y la mirada confusa. Kibum sintió pena por él y por los problemas que seguro estaría causándole.


 


Más problemas para el pobre de Minho.


 


—Minho, no creo que debamos, ya sabes…—Kibum señaló entre ellos con un gesto tímido. —esto, sabes a lo que me refiero.


 


Trató de usar el tono inocente que Taemin dijo funcionaria, pero él no lo creía así. La idea de Taemin, tal vez era, la más disparatada que se le había ocurrido.


 


«Lleva a Minho al límite. Has que te desee tanto que no pueda soportarlo. Y entonces, paras todo» Taemin y sus sabias palabras lo perseguían por todas partes. Taemin creía que era tan buena idea, que pensaba que Minho caería por él más rápido de lo esperado.


 


Kibum no lo sentía de esa manera, pero estaba siguiendo el plan de Taemin.


 


—¿Por qué?—Minho parecía molesto ahora y Kibum lo entendía, ambos tenían un problema que querían solucionar pronto.


 


Pensó la pregunta de Minho por unos momentos, tratando de encontrar una respuesta lógica, pero no dio con nada. No había una respuesta lógica para lo que acababa de parar, no había porque Kibum quería regresar a los labios de Minho y a su piel suave y cálida.


 


—Es sólo que creo que no deberíamos hacerlo ahora. —Las palabras salieron estropeadas de su boca, sin reconocerse a sí mismo. Intentó entonces darle una inocente mirada a Minho y se alejó unos pasos de él.


 


Necesitaba poner distancia y guardar todas esas ganas de besarlo de nuevo. Observó los labios de Minho y tuvo un momento de debilidad. Dios, los labios de Minho eran perfectos.


 


Minho lo miró, sus ojos buscando en cada parte alguna duda o una mejor respuesta. Encontró su mirada y ardió de nuevo con la necesidad de estar debajo de Minho, sobre Minho o cualquier manera, pero con él.


 


—¿Kibum, acaso eres…?—Minho bajó la mirada entonces, apenado. Kibum sintió las mejillas arder. —¿Es tu primera vez?—Minho susurró tan bajo que casi no pudo escucharlo.


 


Esta vez fue su turno para bajar la cabeza avergonzado de toda la situación. Sintió pena por Minho, por lo que pensaba de la situación, y pensó que Minho podía ser ingenuo e inocente algunas veces. Le gustó un poco más, sólo un poco más.


 


—No, no es eso. 


 


Kibum sintió las mejillas enrojecer al pensar en todas las veces que había estado con alguien. No eran muchas y no se podían comparar a la manera en que quería a Minho desnudo. No habían sido demasiado memorables y tampoco había sentido esa necesidad de besar cada parte del cuerpo ajeno. Era diferente, demasiado diferente.


 


—Entonces, ¿Por qué?


 


 


Minho se regañó cuando las palabras salieron de sus labios. No quería parecer desesperado, pero necesitaba una buena razón que le hiciera comprender porque Kibum había parado todo. No es que no lo hubiera disfrutado, Minho sabía que Kibum lo había disfrutado.


 


Pudo notarlo en la manera en que tocó su cuerpo y los sonidos que escaparon de sus labios. Diablos, él también lo había disfrutado y bastante, y necesitaba el cuerpo delgado de Kibum contra el suyo y sus labios sobre su boca. Lo quería.


 


—No quiero que nuestra relación se base en el sexo.


 


Minho no pudo evitar sonreír, por supuesto Kibum no era inexperto en tema y se sintió un poco avergonzado por pensarlo. La respuesta de Kibum hizo que su sonrisa se extendiera, era hasta cierto punto ilógico lo que Kibum decía, ellos jamás habían pasado de besos y caricias. Era la primera vez que Minho se había dejado llevar.


 


Sin embargo, a pesar de la respuesta de Kibum, se vio a sí mismo asintiendo. No iba a forzar a Kibum a nada que él no quisiera, y su problema podía arreglarlo después.


 


Caminó hasta estar de nuevo frente a él y tomó el su rostro entre sus manos, sonriendo. Kibum podía pedir algo y él se lo daría sin importar qué.


 


Estaba en problemas, decidió. Estaba queriéndolo más y más cada día y no le importaba hacerlo.


 


—Está bien. Haremos lo que tú quieras. —Cuando Kibum lo miró a los ojos y  boca se curvó en una sonrisa, el corazón de Minho latió. Latió más rápido, porque lo quería mucho más.


 


—¿En verdad?


 


Sus ojos brillaban y Minho sólo quiso sostenerlo así por tiempo indefinido. Así con sus manos en su rostro, con sus cuerpos juntos, y con la sonrisa de Kibum que podía iluminar la oscuridad.


 


—Por supuesto. Jamás te obligaría a nada.


 


—Gracias, Minho. —Kibum se escondió en su cuerpo y Minho lo aceptó con una sonrisa. —Te quiero.


 


No imaginó que esas palabras serian dichas tan pronto, no era un ‘te amo’ pero Minho se sintió demasiado bien, su cuerpo cosquilleó y apretó a Kibum aún más contra su cuerpo. Lo quería también, más de lo que Kibum lo quería a él, estaba seguro.


—Te quiero también, Kibum.


 


 


 


—¿Cuándo pensabas decirme, Kibum? ¿Tengo que esperar a que las secretarias hablen en los pasillos para enterarme de tu vida?


 


Kibum suspiró antes de despegar la vista de los bocetos. Miró a su madre y frunció el ceño. Ella no podía permitirse lucir desaliñada nunca, y Kibum lo había aprendido bien de ella. Pero en los últimos días, cuando Minho entró en su vida, Kibum quería quitarse de encima todo lo aprendido de su madre.


 


—No sé a qué te refieres, mamá.


 


Pero sí lo sabía. Su madre estaba ahí para hablar de Dongwoon. Kibum ya lo estaba anticipando, sólo que aún no tenía idea de qué debería decirle. Decirle la verdad no estaba en sus planes. Su madre moriría si se enterara que tenía una relación con Choi Minho.


 


—No quieras evitar el tema, Kibum. Soy tu madre y te conozco.


 


Kibum pensaba que eso era una completa mentira. Si en verdad lo conocía, no entendía cómo podía dejarlo estar ahí en un lugar en donde no quería estar. Si su madre en verdad sabía sus sueños e ilusiones, Kibum no entendía cómo aún lo mantenía con ella.


 


—¿Qué quieres saber entonces? —Dejó cada boceto olvidado y se incorporó para caminar hacia la pequeña ventana en la oficina.


 


—¿Cuándo pensabas decirme sobre lo de Dongwoon?


 


—Lo sabes ahora.


 


—Kibum, no me hables de esa manera.


 


Le dio la espalda a su madre, sabiendo que se ganaría una reprimenda, pero justo en ese momento, no le importaba. Sólo quería que su madre entendiera que no podía seguir todas sus órdenes, pero primero tenía que descubrir cómo.


 


—Por esto no quería decirte. —Giró para mirarla a los ojos. —Eras la única feliz con nuestra relación. Aprecio a Dongwoon, pero no lo quiero. Necesito un tiempo para pensar.


 


—¿Qué necesitas pensar, Kibum?, ¿No es Dongwoon un chico encantador?


 


Sí lo es, pero no es Minho.


 


Cuando el pensamiento cruzó por su mente, supo que estaba perdido. Estaba comparando su vida, la real, con la falsa que tenía con Minho. Pero la realidad era que, la falsa, era la más real, era la que más añoraba, quería y necesitaba.


 


Taemin llegó entonces a su mente, todas las advertencias de apegarse demasiado a Minho y lo que podía y no pasar. El dolor de cabeza lo invadió y sólo quería correr a los brazos de Minho, en donde todo parecía estar bien y en orden.


 


Le había dicho que le quería, y no era una mentira en lo absoluto. Era una verdad más en esa relación que deseaba fuera cierta. Podía sentir todo el cariño hacia Minho y quería mantenerlo como un secreto, en un cofre bajo llave, donde sólo él y Minho pudieran disfrutarlo.


 


Por eso había decidido omitir ese pequeño sentimiento a Taemin. Él no podía saberlo, porque si no lo alejaría de Minho y empezaba a necesitar cada encuentro con él, como si de su próximo respiro se trataba.


 


No quería escuchar a Taemin recriminándole por empezar a profundizar la relación con Minho.


 


—Lo es, pero no lo quiero de esa manera. —Él la miró a los ojos como ella le había enseñado a hacerlo tantas veces. —Mamá, tienes que aceptarlo, porque Dongwoon y yo no estaremos juntos de nuevo.


 


—Dejaré que lo pienses mejor, Kibum. —Su madre se acercó y le besó la mejilla suavemente. —Estoy segura que pronto te darás cuenta del error que estás cometiendo y lo arreglaras.


 


 


 


Kibum suspiró cuando su el edifico de su departamento apareció ante sus ojos. Lo único que Kibum deseaba en esos momentos era su cama y dormir. Después de la conversación con su madre, su día fue en picada.


 


Amaba trabajar con Jinki en esa pequeña cafetería, pero algunos días terminaba tan cansado, que se preguntaba por qué seguía ahí. La respuesta siempre era la misma: Minho.


 


Bajó la mirada hacia el suelo y tropezó con una persona. Subió la mirada sólo para encontrarse con Dongwoon. Lo último que quería hacer era tener una conversación y por un momento pensó en girar y abandonar el lugar. Entonces pensó que debía dejar en claro una vez más que todo entre ellos había terminado.


 


—Kibum. —Dongwoon sonrió, era encantador cuando sonreía, pero decidió que no era tan encantador como Minho.  


 


—¿Qué haces aquí, Dongwoon? Pensé que todo quedo claro entre nosotros.


 


Dongwoon negó con la cabeza, mientras se acercaba a él. Kibum dio un paso hacia atrás, antes de que su muñeca fuera apresada. No protestó, queriendo evitar una pelea en el lugar, y dejó que Dongwoon rodeara su cintura con sus brazos.


 


Los dedos de Dongwoon acariciaron suavemente su mejilla y Kibum lo permitió. Era extraño como todo era diferente. No sintió el mismo cosquilleo que sentía cuando Minho rozaba cualquier parte de su piel, ni tampoco estaba su corazón latiendo como si no hubiera mañana por la cercanía.


 


Todo era diferente, sin sentido y gris, sin Minho.


 


—Fuiste tú el que decidió qué pasaría entre nosotros. —Dongwoon dijo, sin dejarlo de tocar un solo momento. —Te quiero, Kibum.


 


Pero ahí estaba el detalle, Dongwoon lo quería, no lo amaba. Kibum lo apreciaba, no lo amaba. Todo era tan simple, que terminó por preguntarse por qué estuvo con él todo ese tiempo. Pensó en el tiempo perdido, en los besos simples y fríos y en las caricias suaves sin calor. Minho había marcado una parte de su vida.


 


—No, no me quieres. —Respondió sincero, alejándose sólo un poco de él. —Sólo quieres lo que teníamos. No quieres buscar a otra persona, sólo quieres la comodidad que teníamos.


 


Dongwoon frunció el ceño y se preguntó si era posible que Dongwoon lo quisiera de una forma más profunda, casi de la misma manera que él quería Minho. Se dijo que no podía ser cierto, lo que Dongwoon y él tenían era una bonita relación, que sólo era una cubierta para la amistad y la comodidad. Era lo que todos esperaban que fueran. Una relación modelo/diseñador, nada más que eso.


 


—No puedes saber qué es lo que siento, Kibum. —Dongwoon lo tomó de nuevo por la cintura. —Pensé que sólo estabas confundido y estresado, pero veo que es algo más que eso.


 


—Nos merecemos algo mejor. Alguien que te quiera en verdad.


 


No es que él no lo hiciera, era sólo que había una gran brecha comparado a lo que sentía por Minho.


 


—Somos perfectos el uno para el otro.—Dongwoon susurró contra su boca y entonces lo besó. Fue simple, sin cosquilleos y demasiado tenso. —Dejaré que lo pienses un poco más.


 


Dongwoon lo besó una vez rápidamente y entonces se alejó sin mirar atrás. Cuando Kibum alzó la mirada sus ojos encontraron a Changmin.


 


Él sabía que estaba vez nada podía salvarlo. 

Notas finales:

¡Changmin descubrió a Kibum! Pobre de él sus mentiras lo están alcanzando rápido.


¡Nos leemos pronto! 


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