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CdM; Kentin x Alexy: "Poison" por ZaffireHeart

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Notas del capitulo:

Segunda parte :3

Corazón de Melón

Castiel x Nathaniel

"Love me in Black"

Parte 2;

-Hola, ¿me extrañaste?-

Habló esa voz susurrante cerca de mi oído, derrochando absoluta sensualidad, tanto así que en conjunto con el contacto frio provocó que mis pezones se “endurecieran”. Estuve a punto de gemir, pero quedó en mi garganta, y tragué saliva.

Su pecho hirviente contrastaba “deliciosamente” con mi espalda ya algo fría por el contacto de aquel material helado.

-Cast- Cas-tiel… dé-déjame-

Dije casi sin fuerzas, con tan solo esa acción, y esa simple frase, mi respiración comenzaba a entrecortarase, él rió suavecito.

-¿Porqué? Estamos solos por ahora…-

-Por ahora, t-tu mi-mismo lo ha-has dicho, a-así qu-que su-suéltame, n-no quiero que nos ve-vean en esta po-posición tan comprometedora.-

Seguía hablando sin energías, realmente no las tenía, mi cuerpo parecía haber sido “sedado” por alguna clase de droga o algo, pues, reamente reaccionaba y se entregaba” así mismo, a ese contacto hirviente detrás de mí.

-¿Por qué? ¿Acaso te aterra el hecho de que puedan vernos y sobre todo verte a ti, siendo “domesticado” por alguien? ¿A ti, el autosuficiente, inteligente e intocable “Delegado Nathaniel”?-

-Y-ya d-déjame Ca-Cast- hmns aah~-

Gemí antes de poder terminar de decir su nombre. Su lengua, recorría la parte trasera de mi oído, erizándome aún más, provocándome la “exquisita” necesidad de “retorcerme de placer”.

Estaba realmente entregado, como nunca, no ofrecía resistencia alguna… y mordía mi labio inferior, intentando contener mis gemidos, que desesperaban por salir, pero yo no se los permitía.

Hasta que él aflojó un poco el agarre de mis manos, y como pude, le empuje, y al agarrarlo desprevenido, le “afectó”, pude liberarme y estaba dispuesto a huir, pero él fue más rápido, y sujetándome con fuerza, me giró “azotándome” contra los casilleros una vez más, dando esta vez mi espalda con el “helado material”, elevando mis manos sobre mi cabeza nuevamente.

Nuestras bocas una vez más se encontraban frente a frente, me tenía totalmente a su merced ahora, al tenerme de frente, y de una manera algo “violenta” retenido.

Sus ojos, “conectaron” con los mios, esos fríos y serenos, contra los míos realmente ardientes… un complemente perfecto.

Al parecer nuestras miradas nos trasmitieron algo, alo que no fui capaz de comprender, pero su agarre, se aflojó como si fuera un agarre efectuado por alguna especie de “esposas eléctricas” o algo.

Dejó caer mis brazos lentamente, sin quitarme la mirada de mis ojos en ningún momento, y yo, yo ya estaba realmente perdido en ese mar “gélido”.

Y mis manos, automáticamente, comenzaron a elevarse, hasta que una llegó a su rostro, justamente a la mejilla que el día anterior había sido abofeteada, por la misma mano, que ahora…

 

¿Estás preparado para mí?

¿Me amas en negro?

Te empujaré lejos”

 

Le proporcionaba una caricia mucho más que íntima. El contacto era tan suave, tan delicado… que ni yo me imaginé que pudiese tener esa “sensibilidad y gentileza” en mi toque.

 

“Luego te haré regresar

 

Él dirigió finalmente su mirada a mis labios, y yo a los de él, tragó saliva mirándome a los ojos una vez más.

Las palabras ya no eran necesarias… nuestras miradas, expresaban todo lo que callábamos, pues bien dicen, que los ojos son la ventana al alma, y no lo dudo… verle a los ojos, me provocaba una sensación que nunca antes había sentido.

Comenzó a acercarse lentamente deteniéndose de vez en cuando, como si estuviese corroborando que yo le fuese a corresponder…

Asentí sin darme cuenta, mi cuerpo reaccionó por sí solo, pues tuve el “reflejo” de hacerlo y nuestra distancia, finalmente fue nula.

Un contacto gentil, inseguro, casto al principio, para luego ir tomando más “intensidad” de a poco, mi otra mano, comenzó a ascender también y se colocó suavemente sobre su pecho, como si temiese romperlo, pero no era eso, sino, que tenía miedo a hacerme “adicto” a su contacto, pero ya era tarde. Ya lo era…

Me había rendido ante él, esos labios que ahora me besaban, se deshacían fácilmente de toda “táctica de rechazo” hacia él, derribaban todos esos muros que yo mismo me había encargado de construir… en vano.

Un sonido se escuchó cerca de la puerta de los vestuarios, y por instinto, me separé de él bruscamente, le empuje, pero él se resistió y con sus manos posicionadas en mi cadera las cuales no sé en qué momento habían ido a parar allí, se aferró aún más a mi cuerpo.

-¿¡Qué haces suéltame!?-

Volví en mí una vez más, gritándole en forma de susurro.

-Hey, chicos… ¿con que eran ustedes eh? ¿Saben? Jamás me lo imaginé… pero bueno, supongo que sus “asuntos” no me incumben.

-¡Armin! ¡No es lo que-!-

-¿Parece? Los he visto Nathaniel… pero no se preocupen, como ya les dije, no es de mi incumbencia, además de que esto no es la gran cosa… ya saben, convivir con Alexy tiene sus “asuntos” pero, si me permiten, me gustaría aconsejarles que sean más cuidadosos, no es que sea algo malo y eso, pero ya saben… la sociedad y más los adolescentes como son…-

Castiel estaba en absoluto silencio, Armin nos regaló una sonrisa, y mi rostro una vez más, “podía competir” con el cabello de Castiel.

-Por cierto, ahí vienen los demás alumnos, sólo digo, ciao, nos vemos.-

Y luego de eso se fue como si nada, a lo que yo bajé la mirada, y le empujé una vez más esta vez sí lograrlo separar de mi cuerpo, le miré con mi ceño totalmente fruncido.

-Nunca jamás vuelvas a hacer eso… ¡Mira lo que provocas!-

 

“Puedo hacerte sentir amor

Puedo ser muy distante”

 

-¿Estragos en ti?- Sonrió de lado e intentó acercárseme una vez más, pero se detuvo al oír murmullos que venía de afuera acercándose de a poco. -¡Tsch!- Dijo y se rascó la cabeza, yo me di vuelta como si estuviera “indignado” y me retiré de allí.

-Puedes despreciarme todo lo que quieras ahora Nath… pero tarde o temprano, lograré que ya te sea imposible estar sin mí.-

 

“¿En verdad me amas?

¿Me amas en negro?

Ámame en negro”

 

Me giré sobre mi eje y le miré, -¡Soy Nathaniel para tí! No Nath… Y de aquello último, olvídalo…- “Porque ya has logrado que me sea imposible estar sin ti, ‘fuera de tus brazos, y de tus labios’ ¡Maldito Punk…!” Era como quería finalizar la frase, pero me retiré antes de que mis pensamientos me traicionaran…

Tomé mis cosas y me retiré a las duchas.

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El almuerzo… finalmente llegó, pues necesitaba un descanso, ya que realmente la jornada hasta ahora, había resultado exigente y difícil.

Salí del aula con suma tranquilidad, me dirigí al comedor, y luego de eso me dirigí a la sala de delegados, no por obligación, sino por placer esta vez, me resultaba muy tranquila aquella aula, además de que se había transformado en una especie de “refugio”. Quería comer mi almuerzo tranquilo, alejado de todo murmullo y alboroto exterior. Necesitaba silencio, necesitaba acomodar mis ideas y “mi postura”.

Suspiré y coloqué la bandeja en la mesa, estaba dispuesto a comer mi ansiado almuerzo, y luego del 3er bocado, la puerta de la sala se abre…

Miré hacia ella, y vi a un Castiel nuevamente allí, “encendiéndome” con la mirada. Me puse de pie y me dirigí hacia él algo apresurado.

-¡Castiel! ¿¡Qué demonios haces aquí!? ¡Vete! ¡Quiero comer mi almuerzo tranquilo! ¡Por el amor a Dios!-

Él sonrió de lado, y detrás suyo le puso pestillo a la puerta… mi corazón se detuvo y por un instante sentí todo lo ingerido en mi garganta, abrí mis ojos de par en par.

-Nath… estoy excitado.-

Habló sin rodeo alguno, y pues ahí iba nuevamente a ponerme “a tono” con su cabello.

-¡Oh no! ¡No aquí! ¡Ve a un baño!-

Repliqué apresuradamente, pero la verdad es que no sé cómo es que pude decir aquello, ya que sentía que la voz me había abandonado.

-Ayúdame tú... eres el delegado... tu deber es ayudar a los estudiantes…-

Seguía con aquel tono levemente burlesco y mayormente “seductor”… el corazón ahora me latía a mil por segundo, hasta sentía que mi caja torácica era insuficiente para los arrebatados latidos incesantes.

-¡PERO NO DE ESTA FORMA! ¿¡Qué crees que soy una ramera cualquiera, que va por el Sweet Amoris, "aliviando problemas" de cualquier alumno!!? ¡NO! ¡Hazlo por ti solo, me voy de aquí!-

Dije enfurecido, ante su comentario tan irónico, y avancé los pocos pasos que me quedaban, con claras intenciones de empujarlo y sacarle el pestillo a la puerta, pero él me tomó del brazo, me tironeó hacia atrás y me giró hacia él, volviéndome a “azotar” ahora con la puerta. Esta profirió un sonido bastante audible cosa que me puse nervioso, ¡Alguien podría oírnos!... ¡ESPEREN! ¿¡Me preocupa que alguien pase y nos interrumpa!?

Su rostro se colocó nuevamente a milímetros del mío, y el espacio ahora me parecía tan pequeño, comenzaba a sentir una leve asfixia, al ya haber logrado alterar tanto mi respiración con aquellas simples acciones.

-No, no eres una ramera, y yo no soy un alumno cualquiera, soy yo. Castiel. Tu novio.-

Sonrió de lado de una manera condenadamente sensual, mis piernas se aflojaron inmediatamente de oír de su boca, aquellas 2 últimas palabras, y mis ojos estaban que se salían de sus órbitas… Mi boca se abría y cerraba de puro impulso, quería hablar, quería refutar sus palabras, pero ellas… no me salían… sus ojos una vez más me perdían en un “océano gris” que me hacían olvidar una vez más, de mis murallas. “Bésame, bésame” era lo que mi mente y mi cuerpo querían ahora.

 

“¿Me amas en negro?

Ámame en negro.”

 

-Nath… no estaba mintiendo con respecto a mi erección… aquello vivido en los vestuarios, y las maravillosas sensaciones que me provocaron el que me correspondieras por fin, no han dejado de surcar mis pensamientos…-

Me dijo serio ahora mirándome a los ojos.

¨ POV Castiel ¨

Sus maravillosos ojos ambarinos, brillaban, temblaban, bajo la mía. Sólo quería besarle, y besarle, hasta que los labios se me secasen…

No entendía que era lo que me atraía tanto de él, pero sabía perfectamente que era lo que quería…

Mis sentimientos me han estado contrariando desde el día en que me declaré… se lo comenté a Lysandro, me mejor y único amigo… sólo en él sentía que podía confiarle absolutamente todo, incluso mis asuntos más íntimos, como este por ejemplo.

Si le quieres, lucha por él y búscalo” Me había dicho él en su tonalidad tan caballerosa y amable, asentí con fervor, y salí corriendo del comedor, en su busca, encontrándole aquí, pues era el lugar que él más adoraba…

Le vi tragar saliva de manera brusca, y no pude aguantarme más, verlo aprisionado nuevamente bajo mi cuerpo y contra la puerta con aquella expresión tan delicada de la cual él no se percataba, era demasiado, y una vez más le besé, avancé despacio, hasta tocar sus labios y él increíblemente no me corrió el rostro, cosa que agradecí profundamente, y nuevamente allí estaba yo, llevando las riendas del beso y la situación.

El beso “evolucionó” más pronto que la vez anterior, y coloqué lentamente mis manos sobre su delgada cadera, él no se percataba de ello, pero tenía un cuerpo tan delicado y hermoso, que tranquilamente podría hacerse pasar por una mujer, pero yo, le prefería así.

Sus caderas se sentían realmente reconfortante, y antes de que pudiera percatarme, sus manos ya se habían colocado sobre mi espalda, otra de las sensaciones más maravillosas de todas.

Mi erección, “continuaba” finalmente creciendo. Mis manos ya habían comenzado su labor para colarse debajo de su camisa, y acariciar esa delicada y pálida piel, que tanto me enloquecía, “musa” de mis más “fascinantes” fantasías.

Nuestras lenguas, comenzaban su “misión de reconocimiento” en la cavidad ajena, sus manos comenzaban a aferrarse a mi chaqueta de cuero, y mis manos comenzaban a acariciar en mayor medida su piel, la cual se estremeció ante mi primer toque, su cuerpo sufrió un pequeño espasmo, y eso me encantó.

Comencé a desviarme ahora a su mandíbula, a su cuello.

-Mnss aah~-

Jadeó, gimió por primera vez, de una manera casi inaudible, pero para mí fue el detonante final, para que mi erección se “concretase” completamente.

No planeaba detenerme, no, ya no. Por lo que comencé a desprender con lentitud botón por botón, mientras saboreaba su cuello aún más a fondo.

-Ahmsn Ca-Castiel, a-aquí no~ hmns a-alguien… ahmsn pa-para.-

-Lo siento, no pienso detenerme hasta llegar al final de esto, lo siento, pero te necesito… Nath…-

Dije sobre su cuello de una manera “cariñosa”, habiendo desprendido finalmente toda su camisa.

-¡Cast!-

Fue lo único que dijo, para ser él quien tomara las riendas de las cosas por unos instantes…

Quitó mi chaqueta, la dejó caer en el suelo, y giró, colocándome él ahora contra la puerta con suma suavidad, sus labios ahora eran los que saboreaban mi cuello, y yo comenzaba a jadear, intentando retener mis gemidos de absoluto placer, es que esto era sumamente excitante, y una de mis mayores fantasías se estaba cumpliendo, “Poseerlo en el colegio, en la sala de delegados”…

Quizás no era el mejor lugar para “nuestra primera vez” porque estoy más que seguro, que vamos rumbo a “hacerlo”, y la verdad es que no me importa el lugar, siempre y cuando sea con él…

Sus manos habían comenzado a acariciar mi abdomen, mi cuerpo se estremecía ante su tan delicado toque, era “hombre” pero su toque era tan suave y delicado como el de una mujer… eso me enloquecía.

Esas manos delgadas, con aquellos finos y largos dedos, eran maravillosas. Y más ahora que se encontraban luchando con la hebilla de mi pantalón…

No lo soporté más, envolví una de mis manos en su cadera, y la otra en la espalda, comenzando a avanzar sobre él, haciéndolo retroceder paso a paso, devorándonos el uno al otro, nuestras mandíbulas podrían prácticamente competir ahora con las de las “serpientes”… Se dislocaban de una manera tan sabrosa…

Su cuerpo chocó con la gran mesa de la sala de delegados, “perfecto, lo que necesitaba”, pensé, y él, ante el abrupto contacto gimió de una manera tan delicada que no parecía humana.

-Aah~-

 Ante aquel sonido, simplemente, “me ataqué”, deslicé una vez más su camisa por su hombro, dejando al descubierto aún un poco más de su piel, y comencé a deslizarme por aquella zona, mientras que con alta desesperación, comienzo a luchar con su hebilla.

-Ca-aaamns Cast… Cast n-no… aamns-

De seguro algo quería decirme, pero no se lo permitiré, una vez que ya pude desprender la hebilla, comencé a otorgarle “caricias” algo bruscas, a aquella zona, que poco a poco, me iba percatando de cómo iba tomando “volumen y rigidez”.

Colocando una mano por debajo de su espalda, lo elevo una vez más a la altura de mis labios, irguiéndome, y él opta por querer retirarme la playera.

-Y tu querías que paremos… imposible ahora Nath…-

Le dije con mi voz más ronca de lo que creí, él solo me miró no dijo nada y terminó de retirarme la playera, y yo retiré su camisa con un poco más de labor, al tener los botones de las mangas prendidos.

Ambos estábamos en igualdad de condiciones, y mientras nuestros labios, nuestras bocas intercambiaban alientos, mis manos comenzaron a desprender su pantalón, como así también él el mío…

Una vez desprendidos, deslicé mi mano por su pierna, por su muslo, y le elevé una pierna a la altura de mi cadera, él por inercia hizo lo mismo con la otra, quedando ahora “enredado” en mis caderas, sentir ese peso extra de él en mi cuerpo, era fascinante.

Lo arrastré contra una pared… él gimió una vez más, y yo nuevamente comencé a besar cada parte de su cuerpo desnudo que tenía a mi alcance. Su pecho, sus pezones. Mientras él se retorcía de placer y echaba su cabeza hacia atrás, en vano, debido a que detrás estaba la pared…

Como pude comencé a bajar mis pantalones, pues ya se me comenzaba a tornar aún más doloroso a pesar de tener mi pantalón desprendido.

Mi pantalón negro ceñido a mis piernas, costó un poco, pero terminó por deslizarse sobre las mismas.

Él tomó mis labios una vez más de una manera “furiosamente salvaje” y yo no pude evitar corresponderle y girarlo nuevamente y apoyarlo sobre la mesa que por suerte estaba cerca de nosotros, pues, con mis pantalones, corría el peligro de tropezarme.

-¡Aahm Cast!-

Gimió placenteramente, a lo que yo, quité de un solo movimiento su pantalón de vestir color “beige” y lo tironeé junto con su ropa interior. Dejándolo absolutamente desnudo ante mí, sobre “la mesa de la sala de delegados”.

Me relamí inconscientemente mientras con una mirada excesivamente “lasciva y examinadora” recorrí su cuerpo entero, sin obviar ningún milímetro de su bellísima piel, la cual, ya se encontraba levemente “centelleante” antes las diminutas perlas de sudor, que comenzaba a rezumar su cuerpo.

Atinó a tapar su intimidad erecta por inercia, supongo, pero yo sonreí de lado, y me le acerqué, mientras le quitaba las manos de allí.

-No tienes nada de qué avergonzarte, eres absolutamente hermoso… Nath.-

Le susurré, dejando salir por primera vez, aquellas palabras, desde lo más profundo de mi corazón, eran palabras, 100% sinceras.

Él no dijo nada, solamente, se dejó quitar las manos de allí, en lo que se colocaba totalmente rojo como un tomate más que maduro. Y sin poderlo evitar, besé con suma delicadeza, cada una de sus mejillas sonrosadas, apoyando lentamente aquel contacto absoluto en su mejilla, siendo capaz de sentir, el calor que ellas emitían con mis labios.

Luego de besar sus mejillas, nos miramos, en mi mirada, ya no había lujuria, por lo menos no por el momento, ahora solo había, cariño, amor, anhelo, de poder amarlo realmente por completo, como tantas veces lo deseé.

Luego de que nuestras miradas se conectaran por “enésima” vez, besé sus labios una vez más, pero ahora, de aquella manera lenta y delicada, tal como en sus mejillas.

Un contacto “casto” por más que suene extraño, pero es que realmente, ahora, había olvidado todo. Todas nuestras peleas, nuestras palabras, nuestras “declaraciones de guerra”, absolutamente todo, ya que me había concentrado, pura y exclusivamente a amarlo, “sin prejuicios, sin violencia, sin mentiras” sólo con “amor, cariño, respeto y delicadeza” como sólo él se lo merecía, a pesar de “nuestro oscuro y reciente pasado”

Mis labios a estas alturas ya se encontraban en su cuello una vez más, paseándose de un lado al otro, mordisqueando de vez en cuando “su nuez”, mientras que una de mis manos, no sé en qué momento, ya se estaba dedicando a asir su miembro, para estimularlo.

-Ahmsn aah…-

Aquellos gemidos, tenues y “roncos” eran el único sonido que “adornaba” la habitación, claro, sin tener en cuenta el sonido de mis “ruidosos” besos.

Finalmente él nuevamente comenzó a aferrarse aún más a mi espalda, a rasguñarla cada vez más intensamente, provocándome un delicioso estremecimiento, que no pude soportarlo más, y bajé mis bóxers ahora, liberando mi “impetuosa”, y vehemente erección.

Mi mano ahora, se había “desviado” peligrosamente hacia aquella “zona rosácea” la cual estaba a punto de ser “profanada”.

Le atraje un poco más al borde de la mesa, provocándole que gimiera una vez más… y nuevamente mis besos dieron inicio, esta vez de una manera un poco más sensual, para colaborar con aquella “dilatación” que ya estaba siendo llevada a cabo.

Gemidos y más gemidos, escapaban de esos finos y deliciosos labios, en lo que yo, lamía, y mordisqueaba, su oído, su lóbulo.

 

Minutos después, de que ya eran capaces de ingresar 2 dedos, comencé a “juguetear” con mi miembro, amagando, el inicio de aquella “anhelada sodomía”.

Pero pues no sé quien estaba más desesperado, si él o yo… pues él gemía, sus caderas se movían, y sus labios eran mordidos con severidad, dándome a entender que se estaba “callando” a sí mismo, de sucumbir ante “la lujuria y las ansias”.

-Dime Nath… ¿Quieres que lo meta dentro?-

Pregunté con cierta sorna, en lo que apoyaba apenas parte de mi “virilidad” en su rosáceo “orificio”…

Por un momento, creí que esa pregunta no se formularía, y terminaría por “profanarlo” sin siquiera pedir su “aprobación” pues, la verdad es que también yo, me moría por “hacerlo”…

Él no dijo nada, por lo que opté por “introducirlo” mínimamente, y volver a preguntar…

-¿Quieres que los salvajes vaivenes comiencen, y ser prisionero del placer Nath? Vamos dime, no podré saberlo si no me lo comunicas con palabras…-

Esta vez mi tono, no era tan burlón, sino más cariñoso, aunque un poco “extorsivo” debo admitirlo. Sonreí de lado mientras lamía su cuello una vez más, y mi miembro se introducía apenas unos milímetros más…

-Aasmmns…-

-Nath… no te entiendo… vamos, dime que lo quieres… sé que lo quieres. ¿Lo quieres dentro totalmente?-

Susurré en su oído, colocando mi voz más sensual posible, finalizando mi “célebre frase” con un delicioso y tenue mordisco en su lóbulo…

-¡DIABLOS SI! ¡HAZLO!-

-Así me gusta, buen niño…-

Terminó cediendo al final, una sonrisa ladina surcó mi rostro, y me introduje un poco más, si bien quería hacerlo de una sola vez, y comenzar con aquellas tan deliciosas estocadas, no debía olvidar, que se trataba de Nath, “mi objeto” de mayor valor sentimental, y debía de tratarlo como la más fina y delicada pieza de cristal “que era…”

Absteniéndome de “mis salvajes” deseos por embestirlo, terminé de “profanar” aquella deliciosa zona, que era tan estrecha, que con tan solo estar allí, me sentía en la mismísima gloria, y capaz de alcanzar el nirvana en cuestión de segundos.

Pues era tanto mi anhelo por llegar a concretar esto, que la euforia, “multiplicaba” cada “nueva” sensación experimentada.

-Relájate, comenzaré a moverme…-

Volví a hablar, de aquella manera ronca y tierna a la vez, él sólo se limitó a asentir, y a morder más sus labios, que temía en cualquier momento, comenzaran a sangrar, pues su inferior, ya estaba casi blanco, por la presión ejercida.

Busqué sus labios, para que dejara de mordérselos, y comencé con aquellos deliciosos movimientos, sintiendo como las paredes internas de aquella zona se contraían a mi alrededor, a medida que “me iba retirando” y como levemente “se expandían”, ante mi “regreso”.

-Verás como con el pasar de los segundos comenzarás a sentirte mejor, sé que duele, pero serán solo unos instantes más, resiste por favor…-

Le dije, soltando sus labios por unos segundos para luego de decir aquello y vernos a los ojos un vez más, iniciar un beso un poco más pasional…

Las embestidas iban aumentando su velocidad, como la “presión” de sus dedos, sus uñas en mi espalda, también iban en aumento…

El éxtasis, iba acrecentándose a cada segundo transcurrido, y mi cuerpo, mi sangre estaba en punto de ebullición, todo mi ser era un volcán a punto de erupcionar, pues, las embestidas eran rápidas, y aquella cavidad que me “recibía” gustosa, ya no ejercía tanta presión en mí, pero aún así, seguía sintiéndose realmente delicioso, enviándole, redes de correntadas eléctricas a todo mi cuerpo.

-Amhs Nath, hmns-

Gemí por primera vez sin poder controlarlo más, era tal la sensación que me invadía, que ya no podía razonar “cuerdamente”.

-¡CAST, Cast! Cast amnh tiel!-

Gimió él nuevamente, esta vez al parecer mucho más desinhibido, al oírme a mí.

-¡Ven aquí!-

Le dije con dificultades, en lo que lo bajaba de la mesa, le besaba, y luego le giraba, para que quedara dándome la espalda…

Guiándolo con mi mano suavemente colocada en su espalda, le hice inclinarse levemente, pero él captó de inmediato mis “intenciones” y totalmente sonrojado, se inclinó por completo apoyándose en la mesa, y me miró…

-E-Eres hermoso…-

Dije sonriéndole, para luego concentrarme en introducirme en él cuidadosamente, aunque ya no fuera del todo necesario… “ustedes me entienden”…

Nuevamente esos vaivenes comenzaron a aumentar paulatinamente sin tanta espera como anteriormente, y llegué a mi “máximo potencial” por así decirlo, mucho más rápido.

-Amnsh Ca-aaansm ¡Castiel!-

-¡Nath! ¡Nath! Mnss ¡Nath!-

Su nombre era lo único que me salía, y se oía tan dulce, tan hermoso poder llamarle de esa manera, sin que se enojara o me reprochara…

El momento “culminante” se aproximaba, ese cosquilleo en mi bajo vientre, esa “premonición” de estar a punto de sentir una de las más exquisitas y deliciosas sensaciones, se aproximaba, mucho más rápido de lo que me esperaba, por lo que con cierto “apresuro” tomo su virilidad, y comienzo a estimularla al mismo ritmo que mis embestidas, pues mi cabeza no estaba en sus mejores condiciones, para ejercer “otro ritmo” allí delante para que sea un poco más placentero, si es que se podía…

-¡NATH! Yo-yo e-estoy a-apunto de aamns-

Di aviso de mi situación, él sólo asintió dándome a entender que también se encontraba en las mismas condiciones, pues, “más desparramado” sobre la mesa no podía estar, se sujetaba fuertemente del borde de ella, como si de ello dependiera “su vida”.

3, 4 embestidas más, totalmente erráticas y “potentes” eran las que le “obsequié” antes de que mi cuerpo sucumbiera ante tanto placer, éxtasis, lujuria y pasión…

No pude evitarlo, lo terminé haciendo dentro de su “cavidad”. Él gimió de la manera más hermosa posible, en lo que segundos después, fue él quien sucumbió ante las maravillosas sensaciones

-¡Aamnhs Cast!-

-¡Nath! Mns ¿me amas?-

Cuestioné al final, luego de sacar mi miembro de aquella maravillosa cavidad, la cual me otorgó las sensaciones más indescriptibles jamás vividas en conjunto a un calor, casi incendiario…

Él gimió suavemente de una manera casi inaudible y le giré con cuidado, nuestras miradas se cruzaron nuevamente… y no profería palabra alguna, comencé a desesperar, mi corazón se volvía a acelerar, pero por una razón muy diferente ahora. Miedo.

-Nath… ¿Me amas?...-

Proferí ahora con un tono lastimero, él desvió la mirada, también con una expresión no muy “tranquilizante” a mi parecer…

Enfurecí de un segundo a otro, mis facciones se endurecieron… estaba realmente colérico, pero en verdad, lo que quería no era romper todo, sino… llorar.

-¡Bien! Con qué esas son tus “últimas” palabras… bien. Adiós… tampoco fue la gran cosa…-

Dije destrozándome en miles de pedazo por dentro, al ver su expresión ahora sorprendida, pero aún sin proferir palabra alguna.

Tan sólo atiné a vestirme, sin mirarle ahora en ningún momento, y una vez ya vestido, busqué en mi bolsillo de la chaqueta, y le tiré un pequeño paquete de pañuelos descartables.

-Límpiate, te vez desagradable de esa manera-

Ni él ni yo podía creer lo que estaba diciendo, ¡Por dios! ¡Yo merecía la muerte! Nada era tan opuesto a lo que sentía como esto, verlo allí en esas fachas, a mi verdadero parecer, le hacían ver aún más sensual, y si la situación hubiese sido otra, ya le estaría tomando una vez más, pero no… me encontraba tan herido, al no “obtener” aquella respuesta que tanto anhelé, que mi maldita lógica era “bien, si yo sufro, tu también lo tendrás que hacer”.

Me retiré de allí, sin siquiera mirarlo. Y cerré de un portazo, dejando dentro, aquella “musa” de mis más “sucias y hermosas fantasías” como así también mi “más amado ser en todo el mundo” ni siquiera a mi madre, le amaba tanto como a él.

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¨ POV Nathaniel ¨

“Sigo reviviendo

El momento en que nos dijimos adiós

No me besaste

Ni siquiera lo intentaste

Dijiste que te había hecho sentir

Como si estuvieras a penas vivo”

 

Aquellos recuerdos me atormentaban… estaba en la fiesta sorpresa de Kentin, la cual había organizado Alexy con mucho entusiasmo diciéndome que esperaba que aquello le gustase, y así de esa forma declarársele finalmente…

Sólo espero que a él le esté yendo mejor que a mí, y al parecer así estaba ocurriendo, pues, le veía, a Alexy acorralando a Kentin, contra una pared, quizás se estuviese declarando en ese momento, no lo sé, sólo sabía que en el fondo deseaba “volver” a ver a aquel Castiel, cuidadoso y cariñoso, que fui capaz de apreciar, en “nuestra primera vez”.

Jamás hubiese imaginado que él tuviera ese lado, dulce y cálido, el cual me fascinó, pero que por mi estúpido pensar, mis estúpidas ideas impuestas y el estúpido miedo a mi padre, terminé arruinando el momento, encontrándome incapaz de admitir mis verdaderos sentimientos… “Sí, también te amo” era lo que me moría por responder en aquel entonces, y más cuando vi aquel rostro lastimero en él.

Pero no me vi capaz de admitirlo, ¡era un maldito cobarde! ¿¡Qué demonios veía él, de bueno en mí!?

Cansado de pensar en todas esas cosas, vi que Kentin se liberaba de los brazos de Alexy algo enfurecido… “Tal vez no tuvo tanta suerte” pensé, y me puse de pie y me acerqué a él.

-Hey Alexy, aquí estás, te estaba buscando- Mentí -Sólo quería decirte, que ya debo retirarme de lo contrario, mis notas no serán factibl-

-¡Nathaniel! ¡Lo siento! ¡Necesito que me ayudes!-

Intentaba excusarme, para irme ya de aquel lugar, que comenzaba a resultarme deprimente a pesar de ser una fiesta de cumpleaños, él me interrumpió y me acorraló contra la pared, tragué saliva y me puse realmente nervioso.

-Hey… tranquilo, n-no no sé que estés tramando, pe-pero y-yo n-no qui-quiero tener nada que ver… s-sólo venía a des-

Intenté controlar mis nervios, pero como siempre me traicionaban, y me hacían titubear más que de costumbre, es que Alexy realmente me ponía nervioso… Pero antes de que pudiera terminar mi frase, me interrumpí a mí mismo, al ver que cuando desvié la mirada de aquella amatista, me encontré con la mirada “esmeralda” de Kentin, realmente furioso… y me acerqué al oído de Alexy.

-O-oye… Ke-Kentin nos está mirando muy mal… ¿Qué le sucede? E-es su fiesta.-

Fingí estar desconcertado, pues, la verdad le entendía perfectamente, a mi me sucedía lo mismo, cuando *Tu Sucrette* se acercaba a Castiel. Y a pesar de que siempre le había rechazado, luego de aquel “episodio” en la sala de delegados, hace unos 6 meses atrás, mis sentimientos me traicionaban y después de un mes, de casi no hablarnos, yo había comenzado a querer reparar las cosas, y él me volvió a dirigir la palabra, pero ya nunca más, fue aquel, que “amé” en la sala de delegados.

-¿¡Qué, Kentin!?-

Gritó desesperado de cierta manera Alexy, en lo que giraba su rostro hacia él, se quedó mirándolo al parecer un buen rato, y cuando estaba dispuesto a “dejarme libre” puesto que aún me tenía entre sus brazos, arrinconado, una mano le retuvo, era la de Castiel… sus ojos grises, cenizas estaban que volvían a encender una hoguera dentro de ellos.

Estaba realmente enfurecido, colérico con Alexy… ¿Pero porqué? No estaba haciendo nada malo…

-¡Oye marica idiota! ¿¡Qué le haces al delegado estúpido!? ¿Sabes que sólo yo tengo derecho a molestarlo? No sé qué pretendas, pero más te vale que te vayas con tus mariconadas, a otro lado… estoy furioso, y pues necesito descargarme con el delegado idiota…-

-Ca-Castiel, no tengo tiempo, para tus amenazas, estoy justo en medio de algo importante, toma, aquí te dejo “a tu novio”.-

Habló totalmente inexpresivo Alexy, sorprendiéndome por completo y a la vez sonrojándome al decir aquellas últimas 2 palabras “tu novio”, ¿realmente lo éramos? La relación que teníamos era extraña, desde “ese entonces”, siempre lo fue.

-¡HEY MARICA! ¿¡Quién demonios te crees para adjuntarle ese nombre a este idiota!? ¡No está a la altura ni siquiera de mis talones!-

Replicó enfurecido Castiel, y algo sonrojado también, aunque no sé si por pena o cólera, pero aquel comentario, en verdad me había dolido, y no pude evitar entrometerme.

-¡HEY! ¡Les recuerdo que estoy aquí! ¡Que fui obligado a venir contigo y que no soy ninguna especie de paquete, el cual se pueden pasar de manos en manos!-

-Ya no importa, ¡Con permiso! ¡Tengo que hacer algo de lo que depende mi vida! ¡Gracias por venir, y no se peleen, ámense, con permiso!-

Nos dejó sin habla a ambos, con las mandíbulas por el suelo, al decir aquellas palabras, en lo que escapaba de las manos de Castiel en un hábil y ágil movimiento.

-¡IDIOTA, Ven aquí a que te de la golpiza de tu vida!-

-¡Ya! Cálmate Castiel ¿quieres?-

Hablé sujetándole el brazo levemente, mientras empleaba un tono algo inexpresivo, pues en verdad, aquello me había dolido, ¿¡Cómo que no estoy a su altura!? ¡Estamos saliendo supuestamente!.

-¿¡Cómo quieres que me calme cuando ha dicho tal barbaridad, frete a unos cuantos!?-

Hablaba como si estuviese poseído con el mismísimo diablo… ¿¡Qué era lo que tanto le enojaba!? ¡El enojado aquí, debería de ser yo, “por la denigración” que he sufrido hace tan solo instantes!

-¡YA! ¡Ya basta! ¿¡Acaso no es verdad!? ¿¡Hasta cuando, te avergonzarás de “salir conmigo”!? ¡Creo que esto ya es suficiente! ¡No soy un objeto, al que puedes “guardar, tirar y reutilizar” cuando quieres! ¡Exijo mi lugar! ¡Y si no lo aceptas, entonces, puedes ir dando por terminada esta… “cosa”, llamada “relación”! Si es que se le puede llamar así ¡Con permiso!-

Empujé realmente enfurecido luego de esas palabras, al principio era “yo” quien sentía cierta vergüenza de mostrarse al público, en esta “faceta” y ahora cuando finalmente lo hbaía superado levemente, ¿era él? ¿En qué momento cambió todo? Oh… si claro… “desde aquella vez”…

-¡Nath! ¡Espera!-

Me retuvo por unos segundos, pero mi mirada era realmente furia pura, escondiendo detrás de ella, la impotencia, y rabia que tenía, por encontrarme en esta maldita situación con él.

Me solté agresivamente, “le odiaba” en estos momentos, no le podía odiar más…

-Cuando hayas pensado y meditado sobre lo que te dije, ahí quizás volveremos a hablar.-

Dije totalmente serio y determinado, y luego de eso me fui de allí, el ambiente, era totalmente distinto ahora, pero al parecer Rosalya junto con Iris y Peggy no se percataban de nada, pues estaban disfrutando del karaoke. Suerte para ellas…

 

¨POV Castiel¨

Me le  quedé observando cómo se retiraba de aquel karaoke. Y yo quise retenerle, pero pues, ahora me sentía incapaz de hacerlo, ¡No tenía tal derecho! Luego de las horribles cosas que dije! Yo le amaba, pero aquella vez que jamás me respondió si realmente me amaba o no, me había marcado para siempre. Y pues a pesar de que estábamos en una especie de relación, jamás volvió a ser la misma, el contacto era mínimo, y era como si estuviéramos “amándonos en negro” engañando cada quien a su correspondiente pareja, cuando no existía tal, pues, siempre nos veíamos a escondidas… y no entiendo la razón.

Y aún más en el instituto, yo actuaba como si no le conociese en absoluto y como si realmente le odiara, pues temía que si “descongelaba” mi corazón nuevamente, volvería a salir mucho más herido, que aquella vez.

-Hey, Castiel… será mejor que lo dejes solo, así como te dijo que pensaras las cosas, él también debería de hacerlo. Ven, te acompañaré a casa, esto ya no es una “fiesta”…-

-S-sí, gracias Lysandro, no sé qué haría sin ti…-

-El triple de estupideces que haces ahora, pero creo que nada cambiaría…-

Habló amable y cálidamente mi amigo Lysandro en lo que me regalaba una sonrisa. Asentí riéndome también de su comentario, junté mis cosas, y salimos de allí.

Pues solamente quedaba una aún enérgica y ebria Rosalya, junto a Iris, Peggy y una avergonzada Violetta, o creo que así se llama, esa niñita que anda para todos lados con un enorme cuaderno o lo que sea… como si eso estuviese fundido ya a sus manos…

 

-No sé si decirle o no Lysandro… llevamos casi 5 meses de esta manera… pero aún no sé si es el momento indicado o no para decírselo…-

Hablé repentinamente ya a medio camino de mi casa, luego de no proferir palabra alguna.

-No soy nadie para opinar sobre el tema al respecto. Sólo te puedo decir que es decisión tuya si decírselo ahora o después, pero que se lo debes decir, debes. Mentirle, solo arruinaría peor la situación. Decírselo es tu deber… ahora como reaccione, ya es asunto de él, pero si realmente “te ama”, sabrá comprenderlo.-

Habló, nuevamente en ese tono cálido, lento y sereno, que resulta perfecto y seductor en cualquier momento o situación… si no fuera que estoy realmente loco de remate por Nath, su actitud hacia mi, me haría verlo con “otros ojos”.

-Tienes razón, pero aún así, no puedo evitar sentir miedo, de lo que pueda llegar a decirme…-

-¿Oh? ¿Qué es esto? ¿El temeroso, imperturbable e intocable Castiel, le teme a un “débil” y rubio delegado? ¿Qué te sucedió amigo?-

Habló ahora en un tono burlón, pero aún sereno. Yo sonreí de lado, y golpeé suavemente su hombro. Comenzando así una pequeña discusión con respecto a mi “situación actual.”

Luego de que termináramos aquella “civilizada” discusión, él me sonrió una vez más, y nuevamente, emprendimos el camino a casa, juntos.

Pues me había dicho que el “pervertido” de su hermano, le había pedido el “departamento” para estar con Rasalya, que juzgando su estado en el karaoke, “Leigh” tendrá una buena noche… “Suertudo”. Creo que ha de ser el único que tendrá una buena noche…

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Estaba a punto de recién dormirme… eran las 3.15 de la madrugada cuando el celular suena. Me exalté no les voy a mentir, y lo primero que hice, fui mirar a la otra cama, para ver si Lys, había despertado o no con aquel sonido que retumbó en toda la habitación debido al silencio absoluto.

Pero él no se inmutó para nada, tenía un sueño pesado. Me senté en la cama, hallándoseme difícil el hecho de leer el mensaje, debido a que mis ojos, ya se habían acostumbrado a la oscuridad, pero con el tiempo, logré visualizarlo a la perfección,  “Nath” decía el directorio.

Mi corazón se aceleró a más no poder, abrí el mensaje y lo leí.

“Te espero en el Parque Amour, ven de inmediato.”

Abrí mis ojos a más no poder… ¿¡Qué demonios!? ¿¡Nath me estaba esperando a estas horas en el parque!?

-¡Lys!-

Proferí exaltado, pero me olvide que él estaba dormido.  O eso creí.

-Ve,  si se trata de Nathaniel, debe de ser algo importante, para que te mande un mensaje a estas horas de la madrugada, y de paso, podrás aprovechar, para dar a conocer “tu situación”, yo estaré bien, no te preocupes, llévate las llaves.-

-¡Sí! ¡Gracias!-

Fue lo único que proferí enérgico, pero no por alegría o algo similar, sino por miedo, ansiedad, y preocupación, Nath, jamás se atrevería a desobedecer a su padre, ni mucho menos, a escaparse a media madrugada. Algo realmente importante debía de estar ocurriendo, y no era momento de ser “impertinente”.

Me vestí lo más pronto posible, y abrigándome bien, tomé las llaves de mi casa y de mi motocicleta y me dirigí al antes mencionado Parque, pues, no quedaba muy cerca de mi casa que digamos.

¡Espera por mi Nath! ¡Voy en camino!

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¨POV Nathaniel ¨

Estuve pensando toda la maldita noche, acerca de lo que habíamos discutido hace tan solo horas atrás, y pues, finalmente había decidido dejar mi orgullo de lado, y pedirle disculpas por todo, que sabía que yo había estado mal, y que “nuestra relación” era lo que era, “por mi culpa”.

Sí, estaba dispuesto a pedir perdón y remendar finalmente las cosas.

 

“En otra vida

Tal vez en otro lugar

Quizás te encuentre

Podría ser tentada por el destino

Y tratar de alcanzarte con

Un poco de amabilidad”

 

Me encontraba nervioso… hacía mucho frío, y Castiel no llegaba, aquel valor que había reunido para mandar aquel mensaje, y decirle todo aquello iba despareciendo de a poco, y aquello me asustaba.

A lo lejos, a la entrada del parque, escuché una frenada realmente brusca, y un claxon sonando de una manera preocupante.

-¡Maldito niñato! ¡Esa tintura roja te ha comido el cerebro!-

Escuché a un hombre hablar furioso, mientras imprecaba ciertas palabras irrepetibles… el corazón dio un vuelco tan brsuco como aquella frenada que había escuchado, al oír la palabra “niñato” y “tintura roja”.

-¡CASTIEL!-

“Demasiado tarde.”

 

Notas finales:

Segunda parte finalizada *0* ¿Qué habrá pasado!? O.O Tercera parte en camino :3


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