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CdM; Kentin x Alexy: "Poison" por ZaffireHeart

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Notas del capitulo:

Bueno he aquí la tercera y útlima parte que también es la más cortita jeje


Let's Go! *0*/

Corazón de Melón

Castiel x Nathaniel

"Love me in Black"

Parte 3;

-¡CASTIEL!-

“Demasiado tarde.”

Grité absolutamente desesperado, avergonzándome luego, al pensar que alguien podría haberme oído, pero me recordé que ya eran cerca de las 3.37 de la madrugada.

Salí corriendo hacia el lugar del “accidente” ¡Maldición! ¿¡Por qué tuvo que pasar esto!? ¿¡Acaso por mi culpa, él-!? ¡NO! ¡NO Nathaniel! ¡No pienses incoherencias! ¡Aún no sabes que mierda ha pasado!.

Cómo nunca, el parque se me hizo eterno, no recordaba, haberme adentrado tanto en él… pero realmente parecía que no llegaría allí en eones.

Pero luego de una “eternidad” las luces de las calles comenzaban a ser visibles, y justo en el arco de la entrada, se veía, una motocicleta, tirada en el suelo…

Aceleré aún más mi paso, tropezándome con mis propios pies, cayendo, por al desesperación, pero me levanté de inmediato, y continué corriendo, cojeando y con el corazón en la garganta, “interrumpiendo” mi respiración…

Me sentías desfallecer hasta que finalmente llegué, me deslicé en el suelo, rasgando mi ropa, y mis rodillas, pero nada me importaba, ante la desesperación que tenía.

¡NO, NO! ¡No me puede estar pasando esto! ¡Y mis últimas palabras fueron tan déspotas! ¡NO, NO! ¡Jamás me lo perdonaría, si algo le pasaba!

“¿Estás preparado para mí?

¿Me amas en negro?

Te empujaré lejos

Luego te haré regresar”

-¡CASTIEL! CASTIEL POR DIOS!-

Grité desesperado con el llanto ya en mi garganta a punto de ser liberado en mares, al verlo allí tirado en el suelo, inerte…

Me apresuré a “socorrerlo” si es que podía, pues mi mente, estaba realmente anulada.

Se encontraba, boca hacia arriba, pero no veía su pecho moverse… por lo que ya sintiendo como mi corazón comenzaba a resquebrajarse, astillarse como trozos de espejo maltratados violentamente, coloqué mi oído cerca de su nariz, mientras veía con más atención su pecho.

¡RESPIRABA! ¡VIVO ESTABA! ¡CIELOS!...

-Castiel… ¡Castiel! ¡CASTIEL!- Mencionaba una y otra vez su nombre, elevando cada vez más mi voz… su nombre era lo único que en este momento me salía decir… -¡CASTIEL POR EL AMORA DIOS RESPÓNDEME!- Le revisaba minuciosamente, aunque con desesperación, si tenía alguna herida de gravedad, pero por suerte no veía sangre por ningún lado a excepción de un poco en su rostro.

-Ssh… ha-haces de-demasiado e-escándalo… m-me duele la ca-cabeza…-

Dijo casi sin aliento, pero al oír su voz, cerca de mi oído, mi corazón se aceleró a más no poder y ya las lágrimas no pudieron ser retenidas.

-¡MALDITO SEAS! ¡GRACIAS AL CIELO ESTÁS BIEN!-

Estaba claro que no lo estaba del todo, pero por lo menos consciente estaba y eso era lo importante. Sin decir más nada, cogí mi móvil y llamé a la ambulancia… Por suerte el hospital no se encontraba tan lejos del parque, y llegó medianamente “rápido”.

La moto quedó allí tirada, de cierta manera algo destrozada, pues al parecer al querer frenar de golpe, deslizó la moto, y ésta resbaló con el asfalto húmedo por el sereno que ya comenzaba a caer, y pues… fue lo que desató “el accidente.” Y el maldito que había provocado el accidente, había desaparecido. Maldito viejo ebrio… pues de seguro estaba ebrio. De lo contrario, jamás podría alguien dejar abandonada a una persona “accidentada”.

Subí a la ambulancia junto a Castiel, y nos dirigimos al hospital.

Unos 45 minutos después, el médico que lo atendió sale, buscándome con la mirada, y pues apenas le veo, me acerco como si mi vida dependiera de ello, y fue tanta mi desesperación que de cierta manera le asusté.

-¡Doctor! ¿¡Cómo está!? ¡Dígame por favor!

-Hey, hey, tranquilo rubito-

Habló calmado y sereno el médico, en lo que me sujetaba de ambos hombros con sus gantes aún de látex, y me miraba a los ojos, asentí e intenté tranquilizarme, es verdad, debía tranquilizarme.

-Tu amigo está bien, por suerte no sufrió ningún golpe interno, que pudiera causarle una complicación crítica a su vida, son sólo golpes externos, y pequeños raspones, pero nada de gravedad, su cráneo que es lo más importante está sano y salvo, al parecer el casco le salvó la vida…-

Suspiré aliviado, dejándome casi caer en sus brazos, pero recordé que no era momento de desmayarme, debía mantener fuerte para él, a pesar de que ahora comenzara a sentir unas punzadas realmente insoportables en mi pie derecho, y ambas rodillas.

-¿¡Puedo verlo!?-

-Sí, pero luego de que te hagas atender tus heridas también…-

Dijo señalándome las rodillas, las cuales tenía la tela rasgada y la piel raspada rezumando mínimas cantidades de sangre.

No me había percatado realmente de ellas hasta que las vi, y un dolor insoportable al notarlas, me invadió, junto a mi pie izquierdo.

Asentí resentido, y el doctor me hizo un gesto con la cabeza de que lo siguiera, y así lo hice, cojeando y con varias dificultades para caminar debido al dolor en las rodillas.

Luego de unos 15 minutos que me parecieron eternos, me liberaron, y apenas lo hicieron, salí como alma que llevaba el diablo, hacia la habitación dónde me habían indicado que estaba Castiel. Pues lo dejarían en observación unas pocas horas, para corroborar que estuviera realmente bien.

 

“Puedo hacerte sentir amor

Puedo ser muy distante”

<><><><><><><><><><><><><><><> 

-Hola… ¿Cómo te encuentras?-

Dije algo tímido, pues, ya todo lo que tenía pensado decir, se me había olvidado levemente, ante aquel susto que me dio.

-Hola… ¿y bien que querías decirme?-

Me habló de una manera algo fría lo que realmente me sorprendió, por lo que bajé la mirada tragué saliva, y le volví a mirar, con mi corazón acelerado a más no poder.

-Que… lo siento mucho, y que yo si… yo… bueno, eso, ya sabes, digo, o sea, no es muy difi-

-Nath-

Volvió a proferir algo frío e irritado… “me lancé al agua”.

-¡Que te amo! ¡También te amo Castiel! ¡Cómo nunca podré a llegar a amar a otra persona! ¡No me importa si me tratas de manera fría o déspota, yo te amo! ¡Te amo demasiado! ¡Y cuando te vi en el suelo tendido, inerte, temí lo peor, me asusté demasiado, y si hubiera ocurrido lo peor, me hubiera querido “ir contigo”! ¡Así que por favor, ya no más peleas, ya no más “máscaras” Te amo Castiel!-

 

¨POV Castiel ¨

-Nath…-

¡No podía creer lo que oía! ¡Finalmente oía lo que durante tantos meses anhelé oír! Sus lágrimas en aquellos bellísimos ojos ambarinos, me confirmaban que estaba siendo sincero, y que todo esto era real.

Él se mantenía en un rincón, alejado, limpiándose aquellas lágrimas, con las mangas de su chaqueta, y aquella escena me pareció la más tierna de todas, parecía realmente un hermoso gatito acicalándose, y aunque no me gustaran los gatos, él era el único con quien podría hacer una excepción…

 

¿En verdad me amas?

¿Me amas en negro?

¿Me amas en negro?”

 

-Ven aquí…-

Hablé finalmente, empleando aquel tono que tanto extrañaba, puse mi voz más cálida y comprensiva, y él al observarme, se lanzó a mis brazos de inmediato. Su cuerpo estaba frío a pesar de estar abrigado.

¿Por qué justo ahora vienes y me dices esto, haciéndome más difícil lo que yo tengo para decirte también?...

-¡Castiel!-

Le envolví en mis brazos, y nos quedamos allí, unos segundos, hasta que nos separamos, nos miramos a los ojos, y unimos nuestros labios, en “símbolo” de reconciliación.

-¿Sabes por cuánto tiempo esperé por esas palabras? ¿Por qué me las dices ahora, complicándome ahora a mí las cosas?...-

-¿¡Qué!? ¿¡Qué quieres decir Castiel!?-

Su tono se veía alterado nuevamente, al igual que sus lágrimas ya se mostraban “rezumar” en su bellísimo y delicado rostro. Acaricié su rostro, corrí algunos de sus cabellos de su rostro, y limpié aquellas lágrimas sin decir palabra alguna.

-¡Habla Castiel, por favor!-

Me exigió, quitándome con algo de “violencia” mis manos de su rostro. Yo sonreí con derrota, y miré al suelo. Tomé aire y luego suspiré, era ahora o nunca…

-Lo que sucede es que… no me queda mucho tiempo en este mundo-

-¿¡QUÉ!? ¡ES MENTIRA! ¡DIME QUE LO ES! ¡Estás jugando conmig-!-

-Déjame terminar por favor… amor.-

Era la primera vez que le decía así y ambos nos sonrojamos, mientras yo bajé la mirada con una sonrisa estúpida… para luego volver a mi tonalidad cálida y serena.

-No me queda tiempo en este “mundo maravilloso” en el que sólo estamos tu y yo. Pues mi madre, ha decidido llevarme a su próximo vuelo, el cual es a Madrid, para que vaya viendo las universidades, a las que “deberé” asistir, pues, dice que aquí, no es lo suficientemente buena la educación, y que por eso, el déficit en mis notas…-

-¡PERO-!-

Le coloqué un dedo en su bella boca. Quité mi dedo y besé esos labios, mirándole luego, dándole a entender, que me dejara terminar…

-Le expliqué que mis notas tan deficientes, no era debido al “nivel educativo” del instituto, sino a mis defectos por no prestar la atención necesaria, pero ella, insiste en que es por lo que ella dice, así que dentro de una semana y media, me tengo que marchar… será por una semana, pero luego de esa semana en la que vuelva, mi madre me obligará a tomar el examen de ingreso de la universidad que haya decidido…-

-¡NO PUEDE OBLIGARTE! ¡NO TIENE DERECHO A DECIDIR SOBRE TU VIDA! ¡A IMPONERTE “TUS SUEÑOS”! ¡NO PUEDES DEJARME, NO PUEDES DEJARTE MANIPULAR POR ELLA! ¡CASTIEL POR FAVOR! ¡NO AHORA! ¿¡Por Qué!?-

Refutaba con aquella voz totalmente desgarradora y era tanto, que hasta sentía que mi corazón, también lo iba haciendo de a poco a medida que iba hablando.

-Porque… lamento decirlo, has tardado demasiado en decirme aquello que he anhelado tanto oír, y pues, ante la falta de aquellas palabras, creí que realmente no me amabas, a pesar de todo lo que pasaba entre nosotros, creí que era tu aventura, “tu juguete temporal”, y ante esas ideas, no decidí discutir con mi madre, debido a que pensé, que estar lejos de ti, me ayudaría a olvidarte, y dejarte vivir “en paz”.-

-¡No! ¡No puedes decirme esto! Estas a tiempo! ¡Por favor, niégate a aquel viaje, ya te lo he dicho te amo, y prometo ya no dejarte ir nunca mas… ¡Por favor! ¡No te vayas Castiel! ¡Te necesito más que nunca! ¡T-tú e-eres mi única escapatoria! ¡Mi único respiro ante los-!-

Se calló de repente, y se separó de la camilla, dándome la espalda, volviendo a limpiar sus lágrimas…

Aquellas palabras, me causaron realmente curiosidad y preocupación…

Le tomé del brazo y le hice acercarse a mí nuevamente, tomé su rostro una vez más, y le miré con una profunda calidez, hablándole de la manera más serena y cariñosa posible, para que supiera que podía confiar en mí… ahora sí.

-¿Tu respiro a los qué Nath? Dímelo… sabes que puedes confiar en mí… ¿lo sabes verdad? Ahora lo sabes…-

Hablé en lo que él asintió levemente, y me miró con el miedo impregnado en sus rbes ambarinos. Aquello me puso en alerta.

-Dímelo amor… habla, por favor…-

-N-no, no lo sé, e-estoy se-seguro de qu-que no-no reaccionarás bien a mis palabras…-

-Si me dices así, más alterado me pones, por favor sin vueltas, y habla mi vida…-

Hablé suplicante ahora, totalmente desesperado, él me miró efímeramente a los ojos, para luego abalanzarse a mi pecho a llorar…

-¡A los maltratos de mi padre! ¡Él… él me golpea!-

Dijo totalmente destrozado, y en ese momento, una furia incontrolable nació en mi interior, ya no era sangre lo que corría por mis venas, sino “magma”.

En ese momento, le aparté delicadamente de mis brazos, él me miró, y al observar cómo me arrancaba todo, y aquellos aparatos se comenzaron a alterar, por la brusquedad de mis acciones. Sus orbes ambarinas se “desorbitaron” de su lugar… y de inmediato, supo a que se debía mi accionar, pues, en mis ojos, se podía ver claramente la llama de la  ira, ya no corría sangre por mis venas, sino “magma”.

Estaba realmente colérico.

-¡Espera! ¡No Castiel! ¡No hagas estupideces! ¡Tranquilízate, vuelve a la camilla por favor, cálmate!-

-¿¡COMO QUIERES QUE ME CALME, SI ME ACABO DE ENTERAR DE QUE ESE HOMBRE DESPRECIABLE TE GOLPEA!? ¡ES UN COBARDE, NO MERECE LA FAMILIA QUE TIENE, NI TAMPOCO TE MARECE A TI!-

-¡Sí, lo entiendo, pero por favor tranquilízate, él no está en la casa en estos momentos!-

-¡NO LO DEFIENDAS NATHANIEL! ¡SERÁ TU PADRE, PERO NO MERECE QUE LE LLAMES SIQUIERA POR EL NOMBRE! ¡YO LE ENSEÑARÉ A QUE NADIE APARTE DE MÍ TE TOCA SIQUIERA UN CABELLO! ¡NO ME IMPORTA SI ES TU PADRE, TU MADRE O TU HERMANA! ¡NO TENDRÉ PIEDAD CON NADIE!-

Hablé totalmente exaltado, mientras me cambiaba con algo de dificultades, pues mi cuerpo dolía, pero ahora, el dolor mío, era lo de menos, en comparación a lo que me acabo de enterar…

-¡Por favor Castiel! ¡No cometas una locura! ¡Yo, yo ahora estoy bien, teniéndote a ti, estaré bien de ahora en adelante! ¡Así que por favor, ya cálmate!-

Me imploraba prácticamente de rodillas en lo que intentaba detenerme, pero yo le apartaba con violencia, en ese momento no estaba realmente consciente de lo que hacía.

-¡ASÍ NO SE ARREGLAN LAS COSAS NATHANIEL! ¡ÉL TE GOLPEÓ Y AHORA YO LO GOLPEARÉ A ÉL!-

-¡DE TU MANERA TAMPOCO ES LA SOLUCIÓN! ¿¡ES QUE NO VEZ, QUE ESTÁS REACCIONADO Y COMPRTÁNDOTE DE LA MISMA MANERA QUE ÉL!?-

Aquellas palabras, lograron apaciguar un poco mi estado de absoluta cólera… pero no mucho.

-¡NO SOY IGUAL QUE ÉL!-

-¿¡Qué demonios pasa aquí!? ¿¡Acaso no saben que esto es un hospital!?-

-¡Enfermeros! ¡Por favor, hagan algo! ¡Está desquiciado!-

La voz desesperada de Nath, no llegó a mis oídos, pero si, aquella mirada que aquellos enfermeros me echaron, al verme a medio vestir, yo les otorgué una mirad realmente feroz, dándome a entender, que no se entrometieran en mi camino, o saldrían lastimados, pues a como estaba, era lo más probable. Ellos retrocedieron un poco, pero luego avanzaron con una mirada más determinada, y ambos me agarraron de un brazo cada uno.

Yo estando “tan poseído por el diablo” tenía una fuerza realmente inhumana, y de unos bruscos movimientos, logré zafarme de ellos lanzándolos al suelo y a medio vestir me retiro de allí mientras le gritaba con suma cólera.

-¡DÉJENME EN PAZ! ¡NO SE ENTROMETAN! ¡USTEDES NO SABEN, LO QUE SE SIENTE ENTERARSE QUE A TU MAYOR APRECIACIÓN, DEBOCIÓN, TESORO, Y OBJETO DE TU ABSOLUTO AMOR, LO GOLPEAN CUANDO TE DESCUIDAS!-

-¡CASTIEL! ¡PARA TODA ESTA LOCURA! ¡POR FAVOR! ¡YA BASTA! ¡ME ASUSTAS, TE PARECES A ÉL!-

Gritó desgarrándose sus cuerdas bucales prácticamente, en lo que caía de rodillas en medio del pasillo, mientras todos nos miraban, llorando de una manera totalmente desgarradora…

Ver a mi “pequeño y frágil” delegado, tendido de rodillas, llorando desconsoladamente, con el miedo impregnado en sus ojos, y sobre todo por mi culpa, finalmente, hizo que mi ceguera, se desvaneciera, y todo a mi alrededor, “volvía a tener forma…”

Tenía el corazón acelerado a más no poder, y acercándome a él lentamente, caí de rodillas también. Él se exaltó y en cuanto quise tocarle los hombros, se “contrajo” asustado, mientras retrocedía un poco, abrazándose a él mismo, su cuerpo entero temblaba…

¡SANTO CIELOS! ¡Soy un maldito monstruo! ¡Él tenía razón!

-Nath… lo-lo siento, ti-tienes razón, so-soy un-un monstruo… quizás lo mejor sea que me aleje de ti, o de lo contrario podría realmente lastimarte, y eso… jamás me lo perdonaría.-

Hablaba ahora con una voz sumamente rasposa, y con un ardor en la garganta tan insoportable, que creí que mis cuerdas bucales, estarían a punto de cortarse…

-¡NO! ¡No me dejes!-

Hice un ademán, para pararme y retirarme, pero él se abalanzó sobre mí, abrazándome como pudo, su cuerpo entero temblaba aún… y yo no pude más y me quebré, lloré, lloré con él por primera vez, y le abracé con todas mis fuerzas…

-¡LO SIENTO! ¡LO SIENTO TANTO MI VIDA!-

Profería con sumo arrepentimiento en mis palabras, él simplemente atinó a asentir levemente mientras se “refugiaba” en mi pecho, y yo le abrazaba a más no poder, como si aunque sea un segundo me descuidaba, él se me iría para siempre…

-Llé-llévame a casa, quiero volver a casa…-

Me habló entre sollozos, y yo no pude evitar desobedecer esa orden, su tono resultaba tan encantador, en el estado en que estaba, que mis “instintos” de protección, se incrementaron aún más…

-Claro que sí tesoro, ven, pongámonos de pie, y pidamos un taxi…-

Le hubiera dicho que le llevaba en mi moto, pero recordé que quizás aún estaría tirada en la calle, o los agentes de tránsito ya la hubieran “confiscado” de seguro… de todas formas ahora no me importaba, de seguro necesitaba reparaciones, y no tenía dinero suficiente para efectuarlas.

 

Salimos de aquel hospital, siendo objeto de todas las miradas allí, no había mucha gente, pero sí personal, y todos asombrados, nos miraban asombrados, al vernos tomados de las manos, y a todos ellos que nos observaban, le miraba de una manera despreciable, preguntándole “¿¡Qué!? ¿¡Nunca vieron una pareja del mismo sexo!?” Y pues, quizás mi mensaje les llegaba, porque ante mi mirada, las suyas bajaban… algunas sonrojadas, otras, “normales”…

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Llegamos a su casa, aún no amanecía, pero de seguro próximamente lo haría. Su casa estaba absolutamente a oscuras… llegamos a la puerta, y me despedí desde el umbral de la puerta.

-Lo siento por todo, es que en verdad estaba desquiciado, pero el que esté así ahora, no quiere decir que le haya perdonado, en algún momento, él me tendrá que escuchar, y no me importa si tú estás de acuerdo o no.- Hablé serio, pero con “tacto” por así decirlo, y le besé fugazmente, él me correspondió. –Intenta descansar… nos vemos…-

Me giré sobre mi eje, dispuesto a retirarme sin esperar respuesta alguna, pero su mano me detuvo, ese agarre delicado y suave… le miré algo sorprendido.

-¿Pu-puedes su-subir? M-mis pa-padres no-no están, están en un viaje de ne-negocios y mi-mi hermana no-no vuelve hasta pasado mañana, se-se fue a u-un pequeño vi-viaje de fin de semana con sus amigas… y-y yo, re-realmente n-no quiero do-dormir solo e-este fi-fin de-de se-semana…-

Su rostro estaba tan rojo, como el mío desconcertado, jamás me imaginé, “tener el privilegio” de “ingresar” a la casa de Nath…

-¿E-estás seguro? Mi-mira q-que pu-puedo ser pe-peligroso… la-la oferta es muy tentadora, y luego de todo lo que me has dicho… bueno, yo-

-Sólo entra, por favor.-

Hablé dubitativo, por primera vez, en lo que él con la mirada aun en el suelo, me tomó de la mano, y me “arrastró” hacia el interior de su casa. Era una decoración muy cálida, las paredes, hasta la mitad empapeladas, de un hermoso tapiz color beige, con ciertos “arabescos” que combinaban a la perfección con el color del papel tapiz.

-Este es el lobby, aquí está el li-living, a-allí la cocina, a-aquí arriba está e-el baño… y-y aquí fre-frente a no-nosotros m-mi ha-habitación…-

Su mano sujetaba la mía, y sin que se diera cuenta, al parecer, tuvo un reflejo involuntario, y apretó aún más mi mano, luego de que abriera la puerta, y entráramos casi a ciegas… pues nuevamente me arrastró hacia el interior…

-T-tu casa e-es muy bella y cá-cálida…-

-E-eso e-es porque de-dejé la ca-calefacción en-encendida…-

Contestó apresurado y aún sonrojado, yo sonreí con dulzura, verlo en este estado, al que él mismo se llevó, me provocaba, nada más ni nada menos que “ternura”, él, realmente era un encanto, cuando se lo proponía, como también podía ser “sumamente dañino y filoso” con su comportamiento, cuando se encontraba enojado, o por lo menos fingía estarlo.

-A-aquí ti-tienes u-un pijama po-por si-si quieres colocártelo, pues, tu ropa se ve algo sucia y desgastada, de-debido al “desliz”. Y-yo i-iré a ca-cambiarme a-al baño…-

-No creo qu-que ne-necesite “la ropa” en esta ocasión…-

Él se sonrojó aún más, hasta incluso las orejas, y aún mirando al suelo, en lo que se le caían sus prendas, yo sonreí y él me miró efímeramente.

-S-si la-la ne-necesitaras… e-está la-la calefacción prendida, pe-pero eso no quita qu-que pu-puedas enfermar si-si tomas frío…-

Salió de la habitación dejándome solo allí, con una sonrisa estúpida, él era encantador, y más ahora, que sabía lo que realmente sentía por mí.

Sonreí aún más ampliamente, en lo que me sentaba en su cama de plaza y media, y comenzaba a quitarme mis prendas, para colocarme las de él, y a pesar de que él era un poco más “menudito” y “chiquito” que yo, aquel pijama me quedaba bien, aunque levemente apretado, pero era “soportable”.

Minutos más tarde siento como tocan la puerta, y sonreí.

-Adelante Nath, es tu casa, es tu habitación, no es necesario que pidas permiso…-

Le dije, desde la punta de su cama sentado en ella.

-¿E-estas ca-cambiado?-

-Sí, amor…-

Dije con un cierto toque de sorna, no podía evitar imaginarme su reacción al oír aquello. Y pues finalmente abrió la puerta, dando paso a un aún más encantados Nathaniel en su bellísimo y tierno pijama, realmente hasta en pijama se veía adorable…

-Eres adorable, ¿lo sabías? Te amo, ¿lo sabías?...- Hablé luego de que cerrara la puerta detrás de sí, con sumo cuidado, como si realmente no estuviésemos solo, y temiera que sus padres o su hermana nos escuchases… -También hueles delicioso, ¿lo sabías?- Volví a hablar, luego de aspirar sonoramente, su pijama en mí.

-Ya-ya ba-basta… y-y va-vayamos a-a dormir…-

Me pasó de largo, y “destendió” sus sábanas, se metió dentro de ella, mientras yo le observaba estupefacto…

-Aam, disculpa amor… ¿pero dónde se supone que dormiré yo?-

Él abrió uno de sus ojos, y se acomodó más a un borde de la cama, mientras destapaba la parte ahora vacía… nuevamente se sonrojó y yo sonriendo a más no poder, me paré y me acomodé en su cama.

-Ya veo, bien… aquí vamos…-

Me acomodé mejor y quedándome boca arriba y medio sentado en la cama, le observé. El se mantuvo unos segundos dándome la espalda, hasta que decidí hablar, pues para serles sinceros, lo que menos tenía, era sueño…

-¿Sabes Nath?- Él se giró para mirarme ahora, al yo haber mencionado su nombre y le sonreí. –Teniendo en cuenta, todo lo que me has dicho, creo que, está mucho más que claro, que debería quedarme aquí… de lo contrario. ¿Quién te protegería de tu padre? Me necesitas, como ahora yo, te necesito más que nunca.-

Sus bellos ojos ambarinos, se iluminaron, acentuándose aún más, con el rayo de luna que se colaba por entre las cortinas, dándole un toque aún más hermoso.

-¿¡Hablas en serio Cast!?-

Su voz era ronca aún, por culpa de los gritos y sollozos antes manifestados, pero pues ahora ya se asemejaba un poco más a su timbre de voz.

-Por supuesto que sí amor, mi madre nunca pudo contra mí, y mi padre más o menos, pero él está muy ocupado con sus vuelos, por lo que casi ni se entera de mi existencia, así que no creo que sea obstáculo digno de mí. Ahora más que nunca, estoy decidido a quedarme aquí junto a ti, porque, ¿sabes? Te amo… y te amo mucho más que nunca…-

Sus ojos eran cristalinos ahora, pues un nuevo llanto se aproximaba pero supongo que era de felicidad…

-No bebé, no llores, eres adorable en este plan, pero lo eres mucho más cuando sonríes… vamos, muéstrame una de esas sonrisas destellantes que hace mucho no veo…- Él se acercó aún más, se apoyó en mi pecho, y mirándome me sonrió mientras asentían, y aquello fue demasiado tentación… me agaché lo que pude, y le besé. –Te amo. Quiero que lo sepas de ahora en adelante, que te amo, más que nada en el mundo… te amo Nath…- Le volví a besar, y sus ojos expresaban un claro “yo también” y luego de eso, nos quedamos mirando unos segundos, su mirada cambió, como así también la mía, y pues, lentamente, fui descendiendo para besarle mejor, él correspondió de la misma forma, y pues, por mero impulso, me coloqué encima de él…

Él se acomodó para quedar más cómodo y fue él ahora quien inició aquel maravilloso contacto, luego de que nuestras miradas se encontraran nuevamente.

No tardé mucho en comenzar a colar mis manos por debajo de aquella “chaqueta” del pijama.

-Te amo Cast… Te amo… amor.-

Su última palabra, aquella dicha con tanto amor, me dejó “Knock Out”, me quedé en blanco, totalmente petrificado encima de él… mirándolo pero a la vez no, en verdad me había dejado estúpido.

Escuché una risita traviesa y melosa, proveniente de él, y nuevamente, “esa miel” que tenía por labios, y pues… comencé a besarle con un poco más de ferocidad, el cuello, en lo que ambos, no tardamos en demostrarle al otro, cuanto lo estábamos disfrutando, mediante gemidos, suaves y cálidos que adornaban aquella habitación…

-Ni pienses que ahora te dejaré dormir, luego de esto que me has dicho…-

-¿Quién dijo, que quería dormir?-

Dije burlón, a lo que él me contestó de la misma manera, dejándome nuevamente fuera de juego momentáneamente…

 

¨ POV Nathaniel ¨

Luego de aquel comentario, “tan lanzado” de mi parte, las caricias y los besos más apasionados no se hicieron esperar.

“Era nuestra nueva primera vez” Pues ahora lo hacíamos “sin máscaras” sin ocultarle al otro lo que realmente sentíamos. Y pues también, era la primera vez, “haciéndolo en una cama” y por supuesto en “mi casa”, en “mi cama” Cosa que realmente se me hacía increíble…

Jamás le agradecí tanto a mis padres, “su falta de atención” en estos momentos…

Pues si no fuera por su “absoluta dedicación” a su trabajo, esto no estaría ocurriendo, y pues aquí estábamos, “amándonos” a la luz de la luna, amándonos con tanta complicidad como si estuviéramos “amándonos en negro”…

 

“Ámame en negro

¿Me amas en negro?

Ámame en negro

¿Me amas en negro?

Ámame en negro”

 

Castiel… no te das una idea de cómo te amo, y aunque suene irónico, tú, haz sido la luz de mi camino, tú llegaste en el momento indicado, y aún me lamento, el no haberte correspondido como debías desde la primera vez, pero sin aquella reacción, esto quizás hoy no estuviese pasando…

Su miembro se encontraba ingresando ya en mi dilatada entrada, sus labios besaban, devoraban mi cuello de manera deliciosa, y sus manos… sujetaban con delicadeza mis piernas, para que aquella “intromisión” sea aún menos dolorosa…

Nuestros cuerpos centelleaban ante el resplandor de la luna, y nuestros gemidos, eran una suave, armónica y deliciosa melodía ante mis oídos…

Castiel… tu toque, tus caricias, hacen arder mi interior… tus manos, son el absoluto placer para mi cuerpo, con sólo sentirte, con sólo oírte, con tan sólo “olerte” mi cuerpo explota en una cadena de redes eléctricas…

{*} “Cuando me doy cuenta de que no hay mentiras que decir.

Luego, sé que es una vez en la vida.

Hacer el amor contigo, cada ocasión es nueva… tu sabes que eres mi única vez en la vida.

Cuando me tocas, ardo por dentro, escalosfríos recorren mi espina. Cuando me tomas, ‘hace calor en el amor’. No puedo tener suficiente…”

No, jamás tendré suficiente de ti. Jamás me cansaré de ti, no, ya no…

-¡TE AMO CAST! ¡TE AMO, MI VIDA ENTERA!-

Grité preso del placer, y exteriorizando mis más profundos sentimientos hacia él, hacia ese hombre, que hace tan solo 7 meses atrás detestaba, pero que ahora… amo con locura…

Notas finales:

FIN!!! *0* ¿¡Los asusté cierto!? xD Jajaj, lo siento no pude evitarlo :P


Espero que les haya gustado tanto como a mí cribilo por más que tardé una eternidad u.uU Lo siento u.u


Pero bueno, al final me saliero ¡40 HOJAS de Word! O-O una guasada más o menos xD no sirvo para escribir OneShots cortitos xD ajajaj


Pero bueno en fin, desde ya muchísimas gracias por leer y comentar n.n


"Clausha unnie!" Espero y hayas disfrutado "de tu fanfic" n.n


SongFic: "Love me in Black - Doro Pesch"


{*} Citación a estrofas de otra canción "Once in a Lifetime - Enigma" :3


Nos vemos, cuidense mucho y saludos!


Bye bye~ ^w^//


♥ ZaffireHeart ♥


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