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Just A Little Favor por keny_shawol

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Notas del capitulo:

 

¡Sábado de actualización!

Kibum decidió hacerlo ese día. Decidió decirle a Minho la verdad sobre su relación, sobre su identidad y la verdad sobre Taemin. Estaba listo, sentía que estaba listo para decirle todo.


 


Por un momento se acobardó, se dijo que sería demasiado arriesgado, pero también lo era seguir engañando a Minho. Sí seguía así, Minho jamás lo perdonaría, tampoco es como si creyera que haciéndolo antes, Minho tendría consideración hacia él.


 


Pero era mejor hacerlo ahora. Las mentiras lo perseguían cada segundo, las verdades escapaban de sus labios y Minho estaba confundido con algunas cosas. Es por eso que decidió hacerlo.


 


Aunque perdiera a Minho, aunque le costara todo lo que siempre soñó. Estaba consciente del mal que le hacía a Minho, y de las mentiras que escapan de él, pero no estaba arrepentido de haberlo conocido.


 


Miró la hora, el reloj se burlaba de él como todo en la cocina de Minho. Preparó café y esperó a que Minho despertara. Miró también la casa de Minho que se había convertido en una casa para él también.


 


Sus cosas estaban regadas en cada lugar y cuando entraba al lugar se sentía como en casa, como un hogar, con cariño, pero con mentiras de fondo.


 


Ni siquiera se había mudado con él, y deseó sólo haber pasado un poco más de tiempo con él. Extrañamente se sentía un poco bien dejar las mentiras de lado y quitarse el mundo de él. Pero también se sentía como la peor persona del mundo.


 


Se sentía mal, se sentía un poco perdido, y de nuevo, las ganas de buscar otra salida que no sea decirle la verdad a Minho ocuparon su mente. Y quiso hacerlo, buscar otra salida, dejar que la mentira siguiera sólo un tiempo más, pero de nuevo pensó que tampoco solucionaría nada con las mentiras.


 


Entonces Minho entró a la cocina. Estaba recién duchado y listo para abandonar la casa. Minho le sonrió cuando llegó a su lado y besó la punta de su nariz.


 


—Buen día. —Kibum sonrió y escondió el rostro contra la camisa de Mino, rodeó su cintura con sus manos y lo disfrutó como el ultimo abrazo que pensó seria.


 


—Hice café. —Kibum extendió una taza hacia a Minho y éste lo tomó sonriendo. —¿Tienes cosas qué hacer hoy, Minho?


 


Minho asintió, sin despegar los labios de la taza. Y Kibum creyó que el momento llegó. Minho se iría y él también y seria su ultimo momento juntos. 


 


—Tengo algunas cosas que hacer en la compañía, pero no creo que tarde más que un par de horas. —Tomó asiento, mientras mordisqueaba una galleta. —¿Por qué?, ¿Quieres hacer algo?


 


Sí, quería hacer muchas con él. Como besarlo una vez más, o prolongar lo más que pudiera el último abrazo. Quería decirle dicho lo mucho que lo amaba una vez más y deseó haberle preparado su comida favorita una vez más.


 


Pensó que estaba siendo demasiado pesimista, tal vez, y sólo tal vez, Minho no se molestara tanto con él, tal vez entendiera que a pesar de la vida de mentiras que habían estado viviendo, su amor hacia él era lo más real que tenía en su vida. Pero eso era también ser demasiado iluso.


 


—En realidad, sólo quiero decirte algo.


 


Minho mordisqueó otra galleta, mientras enarcaba una ceja.


 


—Dime.


 


—Minho, lo que tengo que decir es muy importante, y tal vez las cosas cambien…—Entonces el móvil de Minho sonó y sus palabras fueron cortadas. Saltó en su lugar cuando sonó de nuevo y Minho pidió una disculpaba silenciosa, mientras tomaba el móvil.


 


—Sólo espera un momento. Tengo que atender esto.


 


Kibum asintió y una parte de él agradeció a quien quiera que estuviera llamando a Minho. Espero sin paciencia y rogó para poder ser valiente y decirle la verdad a Minho.


 


Minho terminó la llamada muchos minutos después, y frunció el ceño mientras tomaba de nuevo la taza.


 


—¿Paso algo?


—Nada malo, Kibum. Pero la reunión se adelantó y justo ahora voy atrasado. —Dejó la taza sobre la encimera y se acercó a él. —¿Qué tenías que decirme?


 


Minho parecía apresurado y Kibum mordió su labio inferior, tratando de pensar qué hacer. Negó con la cabeza, cuando decidió dejar ir a Minho sin decirle nada y planeó hacerlo por la noche, cuando el día de Minho no estuviera tan comprometido.


 


—Es importante, pero puede esperar un poco más. —Mintió, porque sí era importante y no podía esperar algo más.


 


—¿Seguro?


 


—Sí. —Mintió de nuevo.


 


—Bien. —Minho besó sus labios rápidamente y se alejó de él sólo un poco. —Nos vemos en unas horas, ¿Si?


 


Kibum asintió, mirando a Minho tomar su billetera y llaves y después dejó la casa. Kibum sintió como si algo no estuviera bien.


 


 


 


Minho no regresó a su casa como tenía planeado hacer. Changmin le había llamado cuando estuvo a punto de ir a casa y le pidió que se encontrara con él. Parecía apurado y dijo que era urgente, y Minho en ese momento se preocupó.


 


Pero no era nada terrible, ni malo como él pensó. Changmin no estaba herido, ni mucho menos muriéndose, sólo estaba apurado y un poco nervioso, pero él no tenía idea de lo que podía estar pasando.


 


—Entonces, ¿Qué pasa?—Preguntó, cuando Changmin se dejó caer a su lado en el sofá. Llevaba el portátil con él y su mirada era extraña, algo que él no sabía descifrar. —Dijiste que era urgente.


 


—Y lo es. —Aseguró, observando la pantalla del portátil cobrar vida.


 


—Entonces…—Dejó las palabras flotando, mientras esperaba una respuesta.


 


Changmin parecía ansioso y a la vez preocupado y era algo muy extraño en él. Minho se preguntó que podía ser tan importante para que Changmin llamara de esa manera y le exigiera ir a su casa lo más rápido posible.


 


—¿Recuerdas a Kim Jonghyun? —Preguntó. —¿El cantante que está de moda en estos momentos?


 


—Sí, lo recuerdo. —Asintió un poco perdido en las palabras de Changmin. —¿Qué pasa con él?


 


—Estuve como invitado en un programa en donde él se presentó. —Changmin tecleó rápido en el portátil y después lo miró. —No somos cercanos, pero nos encontramos en los camerinos. En realidad, lo que quiero decir es que conoce a Kibum.


 


—¿Lo conoce?—Minho preguntó, algo sintiéndose mal dentro de él.


 


Su cuerpo se tensó, aun sin saber por qué, pero desde que Kibum entró en su vida, cualquier noticia relacionada con él, traía consigo ese sentimiento.


 


—Minho, Jonghyun dijo que Kibum diseña algunas veces su ropa. Y que ha asistido a alguna de sus presentaciones. —Changmin habló tan rápido que por un momento no entendió, y entonces después de unos momentos, todo cayó sobre él como agua helada contra.


 


—¿Qué estás diciendo?


 


La pregunta sonó extraña en sus labios, y sus pensamientos se tambalearon un poco. Miró a Changmin después, buscando las respuestas a las preguntas silenciosas. Las miles de preguntas que atacaron su mente.


 


—En realidad el tema salió de la nada, una chica del staff preguntó a Jonghyun y él dijo que un tal Kim Kibum lo había diseñado para él. —Dijo, y lo miró como si esperara que hablara. Pero no lo hizo, porque aún no podía hacerlo, no con todo lo que tenía moviéndose en su mente. —Pensé que era una coincidencia, porque, vamos, cuántas personas no tienen el mismo nombre, pero entonces Jonghyun mostró a todos una foto que se había hecho con él. Parece que ellos son cercanos.


 


Algo se movió y algo se quebró. Pensó que pudo ser su corazón, las esperanzas o la confianza en Kibum, o pudieron ser todas esas cosas a la vez. Minho no estaba seguro.


 


Estaba un poco mareado y perdido con tantas noticias. Tenía tantas preguntas, pero sentía sus labios sellados, e indispuestos a decir algo. Observó entonces a Changmin. Tenía un ‘lo siento’ grabado en el rostro, y una sonrisa de pena pintaba en los labios.


 


Quiso odiarlo por romper su burbuja mágica, pero también quiso abrazarlo por esclarecer unas cosas de su relación. Fue entonces que sintió toda la mentira caer sobre él. Fue entonces que la realidad lo atrapó más fuerte esta vez, más doloroso y triste. Fue entonces como también se dio cuenta que Kibum le mintió. Otra vez.


 


—¿Estás seguro?


 


Entonces sintió que la negación quería llevárselo con él. Sintió deseos de golpear a Changmin y decirle lo equivocado que estaba, pero de una manera que no sabía interpretar, sabía que Changmin estaba en lo cierto.


 


—Esto no me correspondía a mí, Minho, y disculpa si tomé el atrevimiento de hacerlo, pero investigué un poco sobre él. —Señaló el portátil. La pantalla y las letras brillaban y se burlaban de su realidad, en una forma que no le gustó. —Esto es lo que encontré.


 


Había imágenes y artículos. Había un Kibum un poco más joven con el cabello de otro color, con mechones coloridos sobre su frente, con el cabello castaño, con diferentes Kibum en cada parte.


 


Habían también artículos nombrándolo la promesa del futuro, halagando cada prenda, felicitando su trabajo, agradeciendo sus diseños, nombrándolo grande a su corta edad. Y Minho no entendía nada.


 


Era como ver a otro Kibum, como con verlo con otros ojos, como si ese fuera otra persona. Entonces se dio cuenta que lo era. Ese Kibum tenía sonrisas diferentes en los labios, y su mirada era como la peor de las nevadas.


 


¿Quién era Kibum?


 


¿Quién fue Key?


 


¿Todo era una gran mentira?


 


Vio más imágenes de Kibum. Unas de la mano con un chico, del tal Woohyun, otras besándose detrás de las cámaras, otras saliendo de las cafeterías con lentes de sol sobre sus ojos y grandes cafés en la mano. Había unas con una mujer de sonrisa orgullosa y de una mirada idéntica a la de Kibum.


 


¿Esa era su vida?


 


Entonces, ¿Qué era su vida con él?


 


—Lo siento, Minho.


 


—No. —Negó con la cabeza, mientras se incorporaba y despeinaba su cabello. —No lo sientas, no tienes por qué. Sólo… gracias por esto. —En realidad no sabía que decirle, porque no estaba seguro de hablar coherentemente en ese momento. —Creo que me iré. Creo que necesito estar solo.


 


Entonces se alejó, no sin antes mirar la dirección de la compañía Kim y grabarla en su memoria.


 


 


Su día no era como Kibum pensó que sería. Minho llamó para decirle que la reunión se había alargado y que no esperara por él, pero lo extraño era Minho en sí. El tono de su voz, sus palabras rápidas y cortantes. Kibum decidió pensar que sólo era por lo apurado que parecía estar.


 


Olvidando a Minho por un momento, llegó hasta la compañía y Taemin estaba ahí esperándolo. Tenía un par de revistas en la mano y café en la otra, tenía una sonrisa que a Kibum no le gustó pintada en su rostro infantil y parecía ansioso como Minho en la mañana.


 


—¿Qué sucede, Taemin?


 


—¿Se te ha pasado ya tu enamoramiento por Choi Minho? —Preguntó con esa sonrisa maliciosa que comenzaba a odiar.


 


Pensó entonces que era un buen momento para decir la verdad a Taemin, dejar atrás las mentiras con él y parar todo como debió hacerlo en un principio. Si sería honesto con Minho, también lo sería con Taemin. Y ese era un buen momento para detener todo.


 


—De hecho, Taemin, no, mi enamoramiento con Minho no ha pasado.


 


 


 


Minho no esperaba una compañía grande, ni de 20 pisos, y eso fue lo que encontró. Había imágenes de algunos diseños por los lados, estaba impecablemente limpio y las personas llegaban y entraban perfectamente vestidas. Era pequeño, era un pequeño edificio de no más de tres pisos y todos vestían como si fueran a salir a una pasarela.


 


Minho no se sintió cómodo en el lugar.


 


—Disculpe. —Habló y la secretaria detrás del escritorio sonrió hacía él. —¿La oficina de Kim Kibum?


 


—¿Tiene alguna cita?


 


—Soy su novio. —Sus palaras salieron rápidas y extrañas. El Kibum que estaba en ese edificio no parecía ser el mismo que se acostaba a su lado cada noche.


 


—Último piso. Camine por el pasillo y gire a la derecha, es la última puerta. —Ella dijo, su sonrisa extendiéndose un poco. —¿Quiere que le avise?


 


—No. —Minho sonrió. —Será una sorpresa.


 


La chica asintió mientras él se alejaba y creyó escuchar algo sobre Kibum siempre tiene a los mejores chicos. Lo ignoró como todo a su paso y caminó más rápido hacía los elevadores. El viaje hasta el último piso no fue largo y Minho agradeció la soledad del lugar cuando abandonó el elevador.


 


Hizo exactamente lo que la mujer dijo y encontró la oficina de Kibum rápidamente. La puerta estaba entreabierta, y las voces que salían rompían el silencio del piso. No eran gritos, pero Minho pudo escuchar claramente cada palabra.


 


Y entonces lo escuchó. Era Taemin. Y después escuchó las palabras que terminaron por romper su relación con Kibum.


 


—El trato era, Kibum, que enamoraras a Minho. Recuerda eso. —Las voces se detuvieron y después comenzaron a susurrar, y Minho no entendió ninguna palabra. —No puedes abandonar el plan, Kibum, Minho tiene que sufrir.


 


Escuchó entonces los pasos dentro del lugar, escuchó las voces susurrantes, pero lo único que entendía en esos momentos, eran las palabras de Taemin.


 


«El trato era, Kibum, que enamoraras a Minho.»


 


«Minho tiene que sufrir»


 


Eso era todo, un plan, un trato entre Taemin y Kibum. Una mentira en el más bonito de los envoltorios. La mentira de Kibum no sólo se limitaba a su vida como diseñador, era más grande, era peor.


 


¿Quién era Kibum en realidad?


 


Minho quiso entrar y reclamar a Kibum y Taemin todo lo que estaban haciendo con él. Pero Taemin abandonó la oficina antes que él, e iba tan molesto que ni siquiera reparo en su presencia.


 


Y ahí estaba su oportunidad.


 


 


 


Kibum se dejó caer en la silla. Su cabeza dolía y quería ir a casa lo más rápido posible. Miró entonces las revistas que Taemin dejó olvidadas y las tomó para despejarse un poco.


 


Las revistas estaban ahí por una razón. Y Taemin era un maldito.


 


La portada de cada una era Minho tomado de la mano de Taemin. Entraban a un hotel. Había otra en donde las manos de Taemin estaban en el cuello de Minho y sus rostros estaban peligrosamente cerca.


 


Choi Minho fue visto a las afueras de un hotel con su ex-pareja, Lee Taemin. ¿Son estos pasos hacia la reconciliación?


 


Está Choi Minho jugando con dos personas.


 


Su nueva pareja sabe de estos encuentros íntimos.


 


¿Alguien atrapara el corazón de Choi Minho y arreglara al siempre jugador?


 


La lista seguía, y seguía y las mismas fotos quemaban sus ojos. Taemin lo sabía, Taemin no hacía las cosas sin una razón. Y sí lo que quería era que se molestara con Minho y con él, entonces lo había logrado.


 


—¡Taemin! —Gritó. —¡Taemin, regresa aquí!


 


Escuchó la puerta abrirse y tomó las revistas. Taemin explicaría todo, porque debía haber una explicación ahí. Tenía que haberla.


 


La realidad era que Taemin no estaba ahí, pero Minho sí.


 


Y su corazón dolió en ese momento. 


 

Notas finales:

Las mentiras han estallado, una por una, y un nuevo personaje ha llegado.

¡Nos leemos pronto!

 


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