Capítulo 2
Thor se encontraba en una situación un tanto comprometedora, tan solo un tanto… ya que Loki tuvo la decencia de cerrar la puerta antes de empezar de con aquel espectáculo que lo dejo pasmado.
Esa noche Odín lo había llamado a la sala del trono, pero no fue al padre de todo a quien encontró medio desnudo en medio de esa gran habitación; y con medio desnudo, Thor se refería a que solo unos cuantos trapos y una chaqueta negra cubrían el delicado cuerpo de su hermanito, anqué claro, ¿que sabía Thor de moda? eso era un corsé, una tanga con encaje verde y medias de malla lo acompañaban haciendo la vista irresistible. Thor literalmente se había quedado con la boca abierta al ver a Loki tan jodidamente sexy ¿y que importaba si era ropa de mujer? Había visto Jane usar algo parecido, pero ¡rayos! A Loki se veía increíble.
Su corazón dio un vuelco, un salto mortal y se dejó venir en caída libre cuando ese demonio de ojos verdes se sentó en el trono y empezó a posar, ¡pero que posar ni que mierda! ¡Le estaba bailando!
La chaqueta, negra y con detalles dorados que centellaban al ritmo de su cuerpo, tenía una gran apertura que caía por su espalda dejando ver la deliciosa línea de su columna perdiéndose bajo la tela negra del corsé, reaparecía peligrosamente al borde de aquella seductora prenda que delineaba sus muslos y tenía a Thor hipnotizado. Sus largas piernas se movían en un vaivén lento y enloquecedor, hacían la espera más dolorosa, y valla que jodían a Thor, hace eternidades que su moralidad se había ido a la mierda contemplando esa tortura y deseaba desesperadamente que su hermano se deshiciera de la ropa.
Odín oyó sus suplicas, porque cayo la maldita chaqueta haciendo sonar todo el cuarto con sus cuencas rotas y Thor alabo como perro hambriento la blanca piel de la espada de Loki, su suculento pecho y el tono rosado de sus pezones. Una maliciosa sonrisa se formó en el inocente rostro de su hermanito cuando empezó a caminar hacia el trono, sus ojos no podían apartarse de ese glorioso cuerpo que empezó a provocarlo sacando lentamente los listones del corsé.
Con su fría mano Loki le toco el rostro y descendió deslizándose por su brazo para guiarlo hasta los últimos agujeros que mantenían atado el corsé, el dios del trueno entendió y delicadamente lo desato. Observo fascinado esa nueva parte del cuerpo de su hermano que acababa de descubrir y se atrevió a tocarlo. Acaricio con su dedo su abdomen y delineo su ombligo, metió en el su lengua y dejo una pequeña marca en su cadera. Vio encantado como Loki llevaba su mano a su entrepierna y la metía por debajo de esa jodida tanga que le estaba acabando la paciencia. Centímetro por centímetro la tela se iba deslizando hacia abajo, no lo soportaba más; quería probarlo, tener en su boca de nuevo ese sabor que lo volvió adicto y le hacía agua el paladar.
No iba a esperar para pedir la aprobación de Loki, si a ese sádico le gustaban los juegos era una lástima, porque él estaba desesperado e iba a tenerlo ya. Con brusquedad tomo sus piernas y se las paso por encima de los hombros dejando a su hermanito a su disposición. Roso con sus labios la tela a medio quitar y con la lujuria a más no poder se lanzó a devorarlo… o al menos lo intento.
La mirada de su madre lo dejo petrificado, esa mirada interrogante e inquisidora que hizo su mente trabajar a mil para darle una explicación. Acababa de despertar con una enorme erección entre las piernas y no era lo más agradable tener que explicarle a su mamá por que un hombre adulto tiene sueños húmedos y grita como gata en celo mientras los tiene.
No podía solo decir: estaba soñando con mi hermano en lencería, ya largarte que necesito masturbarme. Porque seguro a la mujer le daba un infarto, se hiperventilaba o lo linchaba hay mismo.
-Extraño a Jane _dijo de lo más apenado y Frida suspiro sentándose para darle una de esas charlas incomodas que preferiría no tener mientras su miembro estaba a punto de estallar_
El punto de su madre era razonable, despertar a medio reino con sus gemidos no era cosa de un futuro rey. Necesitaba relajarse y quizás conocer a más mujeres en vez de pasársela encerrado en el palacio, fue lo que le aconsejo.
La siempre tan persuasiva Frida, pero esta vez su intuición no había dado del todo en el clavo, Thor necesitaba más que un par de mujeres para deshacerse del esteres que lo había estado matando esas últimas seis noches, el necesitaba… no poseer a Loki, ni llevarlo a la cama, necesitaba follarlo magistralmente hasta caer en coma. Porque el maldito sí que lo había hecho esta vez, lo tenía completamente jodido, y es que algo debía estar mal en su cabeza si soñar con su hermanito en tanga lo tenía tan contento. Sus sueños eran cada vez más… ¿Cómo decirlo? ¿Candentes? Porque las últimas tres noches estuvo a punto de correr al cuarto de Loki y ponerlo en cuatro para clavársela contra la pared. Todo era culpa de ese malnacido de su hermano, desde el “incidente” sus pensamientos habían estado completamente dirigidos hacia él, y ¿cómo no? Si eso había sido de lo más perturbador, se empeñaba en creer el dios del trueno.
Que la sola idea de tener a Loki debajo suyo lo encendiera no tenía nada que ver, era culpa del estrés, y a lo mismo se debía que no fuera capaz de levantarla ni con la chica más ardiente del reino, Sif, desnuda frente a él, porque no, ¡no! …l no era impotente, lo tenía muy claro con los tremendos problemas que su parte baja le había dado últimamente, como por ejemplo ahora… que no se bajaba ni con lo mejor de su repertorio mental incluyendo a Jane. La amarga conclusión era: que lo único capaz de calentarlo era Loki y lo único capaz de calmarlo era el también. Así que con una enorme vergüenza se dedicó a hacer lo único que quedaba; fantasear con su hermanito mientras se masturbaba.
Se sentía de lo más bajo, el honorable y heroico guerrero no podía ni siquiera hacerse de la idea de él babeando por su hermano. ¿Que si le había gustado probarlo? Por favor… él era Thor, el dios del trueno, el más poderoso y codiciado guerrero de Asgard, el desgraciado que se había acostado con cada chica del reino y poseía a Mjolnir, no admitiría jamás que le había fascinado.
Loki sonrió complacidamente al ver salir a su madre del cuarto de Thor, su plan estaba funcionando a la perfección, cosa que no era de extrañar siendo el autor el dios de la mentira y la más grande mente de Asgard.
Durante los últimos días había visto a su hermano de lo más inquieto, quizás se trataba del hecho de que él fuera el protagonistas de todos sus sueños o tal vez era por la indisposición de su parte baja a responder con alguien más que no fuera el príncipe Loki. Lo que Thor no sabía, y tal vez ni siquiera había considerado, tomando en cuenta que creía haber enloquecido, era que Loki tenía más que ver con la causa de lo que pensaba. Su hechizo le estaba causando todos esos problemas y el dios del engaño disfrutaba jugando con el mundo de los sueños, porque… no habían sido simples sueños comunes y corrientes de esos que tiene una sola persona, él realmente había estado hay seduciendo a Thor.
Loki a veces de admiraba de sus propios dotes, ya que ¿quién más puede meterse en los sueños de otros y manipularlos a su antojo? Su madre tal vez, pero apuesto que no lo haría con fines tan exóticos. Si, sin duda Loki era un maldito a la hora de torturar a su hermano y estaba orgulloso de ello.
No descansaría hasta tenerlo moviendo la cola detrás suyo con la esperanza de conseguir sexo, y estaba más cerca de lograrlo de lo que creía, aunque quizás no bajo sus términos.
¿Estaba realmente dispuesto el dios del engaño a que se cometiera una verdadera violación?
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