CAPITULO 3
México observo un momento la puerta, donde Rusia lo observaba con un frio devastador. Pero debido a que México estaba acostumbrado a ese tipo de miradas (la mayoría siempre originadas por Argentina y Estados Unidos) salió corriendo a abrazar al ruso.
- ¡Qué onda Rusia! ¿cómo estás?
En ruso se quedó anonadado de la forma en la que México lo había saludado ¿Porque no corría? ¿Porque no estaba asustado?
Los Bálticos también se sorprendieron ante la forma en que México saludaba a Rusia ¿Eso era una costumbre? ¿Por qué no le habían dado escalofríos?
- Y-yo...- dijo Rusia, con un sonrojo- ¿Q-que haces?
- ¿Que? ¿No te gustan los abrazos?- México se separó de él y le tomo la mano- Entonces como el estúpido de mi Jefe- La sujetó con fuerza y la movió de arriba hacia abajo.
Todos estaban asombrados de la actitud de México, jamás habían visto a alguien comportarse de esa forma en casa de Rusia ¡Menos un país!
- S-sí, ya basta.-Rusia se soltó y miro fijamente a México, con una sonrisa- ¿Porque estabas sentado en mi sillón? ¿Acaso no te dijeron Lituania- El nombrado tembló- Letonia- Este se pasó las manos por los lados de su ropa- y Estonia que ese era mi asiento...?
- Hay no te pongas así nomás por qué me dio hueva sentarme en el chiquito de haya- México señalo un silloncito color melón que se encontraba en la esquina de la habitación.
Rusia miro a todos lados, intentando concentrarse en como asustar a México.
- Bueno... No...
- Mira Rusia, yo vine en buena onda a visitarte; no vine para que te enojaras, si hubiera querido eso me hubiera quedado en mi casa- Se cruzó de brazos y miro el sillón- Y soy visita, así que debes dejar que me siente donde yo quiera.
Acto seguido México se acercó al sillón y se desparramo como quiso en el sofá.
Se acomodó bastante bien, pues era muy grande.
Fin de la conversación.
Cada uno se sentó en un sillón diferente, Rusia, molesto, se sentó en el sillón de Lituania, quien accedió a sentarse en el pequeño de la esquina.
México sonrió cuando vio como todos se resignaron. Bebió un poco del chocolate y miro fijamente a Rusia, quien lo veía a él.
- ¿Que? ¿Quién se murió o por que el ambiente tan tenso?
Nadie hablo
- Pff, pinches amargados...
México se levantó y se sentó en el posa codos del sillón de Letonia.
- ¿Porque eres tan chaparro?
- Eh- Letonia trago saliva- L-lo siento Señor... Y-yo no lo entien...
- ¡¿Porque eres tan bajito pues?!- En verdad le desesperaba a México que nadie le entendiera.
- Y-yo... Estonia miro a Letonia y luego a México.
- Señor- Dijo Estonia acomodándose los anteojos- Yo creo que esa es una pregunta un poco cruel...
- -¿Porque?- Pregunto Rusia.
Todos se quedaron helados, menos México.
- Es por que no toma leche ¿no?- Dijo el país inocentemente.
Los Bálticos tragaron saliva.
- Oigan- Dijo Rusia con una sonrisa- ¿Qué tal si se van a otro lado?
Apenas termino de hablar y los tres se marcharon a paso apresurado.
- Oye- Dijo México- ¿En serio son países? Los controlas bastante bien, y que yo sepa no los sostienes económicamente.
- Ah, pero si los trato muy bien- Dijo con una sonrisa el ruso.
- No pues si para ti eso es bueno...- tomo un poco de su chocolate y luego miro a Rusia- ¡Hace frio aquí!
El rostro de Rusia se obscureció y miro el suelo.
- Si... bueno... es normal ¿no?...
Hubo un silencio demasiado incómodo para ambos.
- ¿Qué hora es?- Pregunto México.
- Son las...-Rusia miro su reloj de pulsera- tres con treinta minutos.
México se bebió de un trago todo el chocolate, escurriéndole un poco en la barbilla.
Cuando se dio cuenta tomo una servilleta y se la paso por el cuello. El ruso observo eso detenidamente. Se sentía bastante extraño con alguien que no tenía miedo de lo que hiciera frente a él, pero era una sensación que le gustaba.
- ¡Oye!- Gritó México, asustando a Rusia- Quiero conocer todo Moscú ¿Salimos de paseo? -Rusia se sonrojo violentamente.
"¿Visitar todo Moscú?"
México se preguntó durante mucho tiempo porque el ruso empezaba a murmurar cosas en su idioma alíen, y como después porque le decía que se pusiera lago abrigado y que esperaría afuera.
º/º/º/º/º/º/º/º/º/º/º/º/º/º/
Regresaron a casa de Rusia (¿Casa dije? perdón, Mansión de Rusia) a eso de las 7 de la noche. Habían visitado los castillos ("¡Son enormes"! había dicho México) y habían bebido un poco de vodka, pero México dijo que no estaba nada fuerte para su paladar de tequila y mescal.
Regresaron cansados, solo cenaron y le indicaron a México donde dormiría. Una vez acostado reviso la hora: 9:pm. No tenía sueño, así que llamo a Chile
Piiiip
Piiip
Piiiip
- ¿Diga?- Se escuchó la voz del chileno.
- ¡Hola Chile! ¡Soy...!
- Si, México, ya sé que eres tú ¿Qué pasa?
- ¿Qué hora es allá? ¿Te desperté?
- Em... No, acabo de des...
- Igual, me vale madres. Ya conozco casi todo Moscú.
- ¿¡¡¡QUE MIERDA!!!?
México retiro el teléfono de su oído.
- ¡¿Cómo de que ya conoces Moscú?!, es la capital ¿no?...-La voz de Chile sonaba bastante rara
- Oh, ya déjate de mamadas ¿Qué te pasa?- Le dijo México desesperado.
- Sabes lo que es Moscú ¿no?
- Nhel, la capital de Rusia ¿no?
Chile comenzó a murmurar.
- Wey, cálmate ¿Qué te pasa?
-B-bueno...- trago saliva- cuando regreses te cuento.
México le contó lo que había pasado desde que había llegado a visitar al país.
- Oye- Le dijo Chile- Una pregunta ¿Cómo sabía el taxista donde vivía Rusia?
- No tengo ni puta idea- Fue lo que México dio por respuesta- Pero mañana le pregunto.
- De acuerdo, oye...
- ¡Chile! ¿Qué haces hablando por teléfono tan temprano?
- Ya llego el joto de Argentina ¿verdad?
Chile soltó una risilla
Si bueno, tengo que colgar, hablamos luego.