/ Pensamientos /
+++++++++ Separación de Escenas ++++++++++
----------- Flash Back---------
13.- LOS TRES JINETES…
Se subieron al carruaje, Colagusano dirigiéndolo con los caballos y Voldemort dentro de la caseta con Draco. Lo recostó en el asiento del frente y le amarro las manos a las manillas. Lo observo en silencio, admirando una vez más su belleza. Potter había venido por él y había planeado todo esto para acabarlo. De seguro se había enterado del trato que había hecho con esa putilla pelirroja llamada Cris y lo había abandonado al fin. El marques sonrió malicioso. Por fin se enfrentaría de verdad con ese estúpido y pobre chico, si la primera vez había sido sencillo eliminarlo ahora sería doblemente placentero, pero ya no lo dejaría irse con vida. No, esto era el fin y uno de ellos caería y obviamente para el marques el tenía todas las de ganar. Por que poseía el más grande tesoro frente a sus ojos y eso le daba una gran ventaja sobre Harry Potter.
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El carruaje corría toda velocidad, colagusano estaba pegando con el látigo a los caballos para que dieron el 1000%, no debían perder mucho tiempo. Su oportunidad de escapar estaba en el límite. Si lograban los guardias reales darse cuenta de donde habían ido, tendrían solo horas de ventaja. Faltaba muy poco para llegar.
Draco despertó debido al vaivén del coche, noto sus manos atadas a algo, se levantó confundido ¿Dónde estaba? Sentía dolor en su cabeza y espalda, y también la sangre seca de su rostro.
-Bienvenido Draco – Dijo burlón el marques al ver que el rubio trataba de incorporarse y luego volvía a caer al asiente desorientado - Trata de no moverte mucho, vamos a gran velocidad y esta cosa se mueve mucho – Esa maldita tranquilidad y confianza que poseía Tom ponía de los pelos de punta al ojigris.
-¿Dónde estamos?- Dijo el rubio, cuando por fin logro estabilizarse un poco, sus manos estaban atadas fuertemente, el roce le escocia la fina piel.
-Vamos camino a los puertos – Tom lo miraba fijamente, pero hablaba tranquilo, sabía muy bien que el rubio estaba en su poder y así como estaba no tenía ninguna posibilidad de huir. Lo tenía en sus manos, como le gustaba tanto.
-¿Los puertos?
-Sí, los puertos, ahí nos espera una embarcación que nos sacara de aquí – Draco hizo una mueca de angustia, pensando en su pequeño hijo ¿Estaría bien? ¿Los tres habrían logrado escapar? Miro el paisaje por la ventana tristemente, sin lugar a dudas este era el adiós definitivo a todo lo que conocía – No pongas esa cara Draco, estaremos juntos ¿Eso no te parece genial? – La carcajada del marques al decir lo último retumbo en el coche ¿Qué si le parecía genial? ¡Por supuesto que no! Odiaba a ese hombre, pero su miedo era mayor. Voldemort había logrado que el perdiera cualquier tipo de voluntad, su hijo quiera dios que estuviera a salvo, mientras él se consumiría por completo -¿A que no sabes quién está detrás de esto?
-James Evans – Dijo más para sí que nada.
-Si, en parte – Voldemort se acercó a él y se sentó a su lado, tomándole el rostro con sus frías manos, el rubio trato de voltear la cara pero la posición en la que estaba no se podía mover mucho – ¿No se te ocurre ningún nombre más?
-¿Neville?
-Si también, pero hay otro nombre, vamos piensa precioso – ¿A qué estúpido juego estaba jugando Tom? Eso fue lo que pensó Draco y enarco sus cejas, dando entender que no entendía nada de nada de lo que hablaba el mayor – Alguien de tu pasado a vuelto – La mirada afilada de Voldemort se oscureció más y sus manos se apretaron más fuerte en la cara del rubio – Al perecer mi trampa duro muy poco y se dio cuenta de su grave error, pero debo decir que jamás me imagine que volvería tan rápido y con un buen plan, me descuide, y ahora estoy pagando por eso. Pero yo siempre gano y aún tengo la ventaja sobre el ¡Vamos Draco! Dime su nombre, dímelo, se, que te encantaría volver a verlo – La mirada de Draco se asombró ¿Podría ser? ¿Acaso podría ser lo que él estaba pensando? – Te la hare más fácil ¿Cómo se llama el padre tu bastardo?
-¿Ha… Harry? – Y sus ojos grises se abrieron aún más cuando el mayor sonrió con furia y odio.
-Si, efectivamente es el – Draco pensó que estaba soñando ¡No podía ser! ¡Era imposible! Tanto años añorando ser salvado y ahora ocurría este milagro – Pero no te pongas tan contento ¡Jamás llegara a ti! De eso te lo doy firmado.
-¿Cómo sabes que es él?
-Solo lo sé, lo demás no te importa. Pero ya estaremos muy lejos de el para cuando se dé cuenta – Tom lo beso salvajemente y luego lo soltó, volviendo a sentar en su anterior puesto – Llegaremos pronto, así que despídete de todo esto, porque dudo mucho que volvamos a pisar este suelo nuevamente.
Draco volvió a mirar el paisaje, estaba sorprendido y confundido, si era verdad que Harry estaba detrás de todo esto, su hijo tendría muchas más esperanzas de ser salvado, peso en Neville y luego se acordó de los ojos de James. ¡Eso era! ¡Por eso James Evans le recordaba a alguien! Sus ojos eran los de Harry ¡James Evans era Harry! Dios y él no se había dado cuenta hasta ahora que ya era muy tarde.
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Tres jinetes habían partido a toda prisa hacia los puertos, Neville los miro salir por la ventana, a él le había tocado la labor de cuidar a Scorpius, se lo había prometido a Draco y cumpliría su palabra, a ese niño lo cuidaría con su vida y esperaría esperanzado poder entregárselo a su papi lo más pronto posible, porque el castaño tenía fe. A Draco lo salvarían y volvería, estaba completamente seguro.
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Omar, Theo y Harry estaban ocultos en una pequeña colina, esperando. Potter ya no iba vestido o disfrazado como James, ya no. Ahora era Harry Potter, y como Potter salvaría al rubio, a Draco, al padre de su hijo, a su amor, a su todo.
Cuando ya el moreno iba entrar en histeria por la impaciencia y angustia, vieron asomarse el carruaje que traía en su interior a Draco y Voldemort. Omar a si lo indico y le acertó medio a medio. Cargaron sus pistolas con pólvora y balas.
-Es hora amigos – Dijo seriamente el moreno – Recuerden disparar solo al suelo, en advertencia, también tengan cuidado lo más probable que ese maldito también tenga un arma.
-Sí señor – Dijo Omar seriamente.
-Tranquilo Harry, sabemos lo que hacemos – Dijo conciliador Theo al ver al moreno preocupado y nervioso – Lo lograremos compañero te lo aseguro.
-Gracias Theo – Dijo Harry sonriendo de medio lado – Ya es hora amigos, vamos a salvar a Draco.
Y así los tres bajaron la colina, la prueba final estaba comenzando.
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La velocidad en la que iban era muy superior a lo que un carruaje normal aguantaba, de un de repente el coche se movió violentamente hacia un costado, Voldemort asomo la cabeza hacia fuera para ver qué pasaba.
-¡Qué demonios pasa Colagusano! – Le grito el marques furioso, tenía la mitad de su cuerpo salido hacia afuera por la ventana. Draco en tanto, aprovechando que no lo miraban había comenzado a mover sus manos para soltarse de las amarras, le ardían producto del rose de las cuerdas pero lo aguanto.
-¡Señor lo siento, pero nos siguen! ¡Mire hacia la colina! ¡Son tres caballos! – Le grito su leal servidor, cuando Tom miro fijo a la dirección que le indicaban un disparo sonó cerca de ellos.
-¡Rayos! ¡Sácanos de aquí rápido! – El cochero asintió y desvió el rumbo, pero los cuatro caballos que tiraban el coche no eran tan rápido como los caballos que solo montaban a una persona, rápidamente los jinetes comenzaron a alcanzarlos. Voldemort entro al carro y miro furioso al rubio, algo en su semblante daba a entender que estaba preocupado. Draco en tanto dejo de mover sus manos para que Voldemort no se diera cuenta que trataba de soltarse, mientras tanto el mayor se preocupó de buscar una pistola que tenía oculta en sus ropas, a veces le costaba mantener el equilibrio dentro del carro, al encontrarla volvió a asomarse por la ventana y comenzó a disparar, el movimiento del coche no le ayudaba mucho con la puntería.
Una bala de los jinetes, de Omar más exactamente, dio en la espalda de Colagusano haciéndolo caer hacia delante, siendo aplastado luego por el mismo coche después, su grito de terror, duro solo segundos, su cuerpo quedo partido a la mitad producto de que una de las ruedas traseras paso sobre él.
Voldemort miro delante del carro y descubrió que ya no había quien lo condujera, eso era sin dudas muy peligroso si seguían así se volcarían, debían salir de ahí rápido, se volteo a ver al rubio y tarde se dio cuenta que este se había soltado y había agarrado una maleta pesada, dándole de lleno en la cabeza del marques, este cayó al suelo inconsciente.
La respiración del rubio era acelerada producto de la adrenalina y ni siquiera notaba el dolor de sus muñecas que sangraban copiosamente, no lo había pensado, solo actuado, y le pego con todas sus fuerzas. Se dio cuenta que el coche cada vez perdía más y más el control, iba a morir, lo sabía muy bien. Pero estaba demasiado tranquilo, como esperándolo, su momento había llegado. Se acercó a la puerta del carro y la abrió, miro a la gran velocidad que iban, lo caballos parecían locos, estaban muy cerca de un barranco que daba justo al mar, si caían ahí jamás los encontrarían, estaba meditando en si tirarse ahora del coche en movimiento o caer en el barranco, en cuál era la mejor obsesión, cuál iba a ser una muerte más rápida, que no sintió que un jinete se acercaba y estaba casi frente a él.
-¡DRACO! – El grito saco de sus planes y miro al hombre que le gritaba, su corazón salto ¡Esos ojos! ¡Era el! ¡Era Harry Potter! – ¡Salta Draco yo te sostendré! – El moreno se mostraba angustiado, preocupado por el rumbo que tomaba el carruaje, Draco se mantuvo quieto, todavía sorprendido de verlo - ¡Vamos Draco! ¡Salta! – Ahora Harry estaba frente a él, abrió sus brazos y le sonrió dándole confianza y esa sonrisa desarmo al rubio, lo hizo reaccionar y salto, entregándose ha el, si caía al suelo sin lugar a dudas moría, pero si caía en sus brazos debía ser una señal, una que le permitiría vivir y volver a ver a su hijo. ¿Esperanza? Sí, eso sintió, y fue tan fuerte que no dudo, ya después vería si había sido la decisión correcta.
Y al parecer su destino no era morir hoy, ya que Harry lo atajo y abrazo fuertemente, con un brazo detuvo el caballo y con el otro acomodo al rubio en él, Draco mantenía su cabeza apretada en el amplio pecho del moreno. Podía escuchar los latidos del corazón del moreno, que se complementaban con los del mismo. Sonaban casi al mismo tiempo, como una canción armoniosa.
Harry suspiro con alivio, tener al rubio en sus brazos nuevamente le había dado paz, al parecer todo se había acabado o eso pensó, los caballos del carruaje en su locura y descontrol se soltaron de las amarras que lo ataban al carro en el último momento, el moreno miro con satisfacción como el carruaje que llevaba al marques se desbarrancada y caía en lo más profundo del mar.
*** Continuara ***