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+++++++++ Separación de Escenas ++++++++++
----------- Flash Back---------
14.- DECIDIENDO EL FUTURO…
Y al parecer su destino no era morir hoy, ya que Harry lo atajo y abrazo fuertemente, con un brazo detuvo el caballo y con el otro acomodo al rubio en él, Draco mantenía su cabeza apretada en el amplio pecho del moreno. Podía escuchar los latidos del corazón de Harry que se complementaban con los del mismo. Sonaban casi al mismo tiempo, como una canción armoniosa.
Harry suspiro con alivio, tener al rubio en sus brazos nuevamente le había dado paz, al parecer todo se había acabado o eso pensó, los caballos del carruaje en su locura y descontrol se soltaron de las amarras que lo ataban al carro en el último momento, el moreno miro con satisfacción como el carruaje que llevaba al marques se desbarrancada y caía en lo más profundo del mar.
-¿Draco estas bien? – Dijo Potter tranquilamente mirando hacia abajo al rubio, este último todavía seguía abrazado fuertemente a él, temblando.
-Si – Su mirada de plata subió y se encontró con las esmeraldas verdes de Harry, se miraron unos segundos en silencio, no había que hablar para comunicarse, entre ellos no era necesario.
Su trance hipnótico se terminó cuando Theo y Omar se acercaron a ellos. Los cuatros bajaron del caballo.
-¡¿Señorito está bien?! – El viejo lacayo temblaba de preocupación, por fin habían podido salvar al rubio.
-Si Omar, gracias – Draco le sonrió como siempre a su fiel Omar, años de confianza y cariño, años de lealtad absoluta entre ellos.
-Pues no lo parece – Harry se acercó más al rubio y le toco el rostro suavemente, este todavía tenía las marcas de sangre seca. Sus muñecas también sangraban.
-Estoy bien – El rubio se alejó de esas manos cortésmente, no quería por ahora un nuevo contacto con el moreno, Harry lo miro fijo pero no dijo nada – ¿Scorpius está bien? – La voz angustiosa del rubio hizo comprender a los tres la real preocupación de Draco.
-Si – Dijo Harry tranquilamente – Él está con Neville, sano y salvo, no te preocupes – El rubio soltó un suspiro aliviado, su hijo no había caído en la manos del Lord y se encontraba bien, sus miedos no se habían hecho realidad y eso le devolvió el alma al cuerpo.
-Bien – Theo decidió hablar en ese momento - Déjenme presentarme yo soy Theodoro Nott, un gusto Draco, Neville me ha hablado mucho de ti – Le extendió la mano al rubio y este la recibió gustoso por fin conocía al hombre que su amigo Nev tanto amaba – Lo importante ahora… ¿Ustedes creen que ese hombre este muerto?
-Sí, nadie sobrevive a esa caída – Dijo seguro Harry, la mirada de todos se ensombreció, recordando los últimos acontecimientos y sobre todo entendiendo en donde estaban ahora.
-Bien, entonces vámonos de aquí – Nott tenía un mal presentimiento todavía y quería arrancar de ese lugar rápidamente.
Iban a subir a los caballos, Harry estaba ayudando al rubio a subirse a su corcel cuando una bala impacto en el hombro de Potter. Este cayó al suelo de rodillas sosteniéndose el lugar dañado.
-¡Harry! – Grito Draco angustiado, agachándose junto al moreno, apretándole la herida sangrante, y terrible fue su sorpresa al ver al marques Voldemort ensangrentado apuntándolo a ellos.
-Alto ahí – Dijo Voldemort apenas cuando Theo y Omar iban a alzar la pistola hacia él, su rostro estaba completamente ensangrentado y su hombro parecía roto, ya que le colgaba el brazo inerte hacia un lado, las ropas rotas y con sangre, estaba vivo solo de milagro, alcanzado a saltar antes de que el carro se estrellara al fondo del mar, solo su odio y deseo de venganza le gano al dolor que sentía y escalo lentamente por el risco, encontrando a los cuatro desprevenidos – Si se mueven, la próxima bala será para la cabeza de Potter – Ambos hombres aguardaron un tiempo analizando la situación, si querían disparan debían ser rápidos, porque efectivamente una bala de ellos mataría al marqués, pero la bala de Voldemort de seguro mataría a Potter mucho antes de lo que ellos le dispararan a el – ¿Te lo dije no Draco? Te dije ¡Que jamás te dejaría ir! ¡Si no estás conmigo no estarás con nadie! ¡Ahora mismo voy a matar a Potter! - El rubio lo miro por primera vez con odio y decisión, ya era suficiente, estaba harto de todo. Si este el fin, que terminara rápido. Tomo la pistola que Harry tenía a un lado y le apunto por primera vez a Voldemort, enfrentándolo. Los tres hombres a su lado lo miraron lo miraron fijamente. Voldemort sonrío orgulloso, por eso lo deseaba tanto, adoraba esa forma que tenía el rubio, donde jamás se quebraba, se podía someter a él, pero su espíritu estaba intachable.
-Muy bien Draco, esto es entre tú y yo – Harry trato de incorporarse y los otros dos también, pero Voldemort disparo a sus pies – ¡No se muevan! ¡Los matare, lo juro! – La pistola del rubio temblaba en sus manos, pero no cedió.
-Está bien – Dijo lentamente Malfoy – Es tiempo de que acabe todo esto – Su voz sonaba demasiado serena.
-¡NO! – Grito Harry angustiado, eso no podía estar pasando, no ahora que lo había salvado.
-Disparemos juntos Draco – La sonrisa de satisfacción del marques era total – Juntos, como siempre debió ser.
Ambos apretaron el gatillo, ambos decididos a acabar con la vida del otro.
En ese momento se escucharon dos disparos que pararon el tiempo de los presentes en la acción. En una milésima de segundos Harry se abalanzó sobre Draco y lo boto a tierra protegiéndolo con su cuerpo. Fue en esa milésima donde se escuchó un quejido y un caballo relinchando. Se podía escuchar las respiraciones de todos ahí. Después de los disparos un silencio. Cuando todos recobraron el aliento. Solo ahí Harry pudo hablar.
-¡Draco estas bien?! – Zamarreo al rubio fuertemente, este se encontraba con los ojos abiertos mirando el cielo, solo el movimiento lo hizo volver en sí.
-Yo…. – El rubio miro las esmeraldas que lo miraban lloroso, Harry estaba llorando, llorando por el – Si… - quedaron sentados en el suelo mirándose – Si… creo que si… pero… ¿Cómo? – Miraron hacia Voldemort que estaba extendido en el suelo.
-¡Esta muerto! – Grito Nott seriamente, efectivamente el Marques yacía en el suelo con los brazos, boca y ojos abiertos, muerto. La bala de había dado en la frente, dejándole un oyó sanguinolento en ella.
-¿Yo lo mate?- Dijo Draco angustiado, mirando la pistola que tenía en sus manos con horror ¡Era un asesino!
-No – Dijo Harry rápidamente, sosteniéndose nuevamente su hombro – Mi pistola ya no tenía balas.
-¿Qué? ¿Entonces… Quién? – Draco ya parecía en un ataque de nervios.
-Fue el – Potter apunto a Omar, el viejo todavía mantenía la pistola en posición de tiro, petrificado por la adrenalina. Efectivamente, el viejo había disparado, no lo pensó y no lo dudo, solo lo hizo. No tenía ni idea que la pistola de Potter no tenía balas, en su mente solo estaba salvar a su señor, en ser de utilidad y lo logro.
-¡Gracias Omar! – Draco se levantó rápidamente y abrazo al viejo, solo en ese momento Omar reacciono y bajo el arma, se dejó abrazar por el rubio, ambos lloraban de felicidad, por fin todo había acabado. Si se preguntan por la segunda bala, pues dio en el caballo de Harry, Voldemort mal herido como estaba no calibro bien el tiro. ¿Suerte o milagro? Nadie lo supo realmente. Solo que el Marques Tom Voldemort estaba muerto.
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-¡PAPI! – Grito un feliz Scorpius al ver a su rubio padre, sus manitas le apretaron fuerte y después le acariciaron la cara. Draco a pesar de su debilidad lo tomo en sus brazos y lloro junto al niño. Por fin estaban juntos.
Harry fue atendido rápidamente y llevado a una habitación, la herida no era grave pero había perdido mucha sangre, estuvo en cama unos tres días.
Las propiedades del marques fueron confiscadas por el rey, cayeron altos cargos de la gobernación provincial, muchos de ellos fueron encarcelados. De la gran fortuna que se jactaba Voldemort solo quedo lo que antiguamente era la casa Malfoy. La verdad es que Neville, Theo y Harry habían intervenido ante el rey para conservarla, acusando que eso había sido robado a los Malfoys con engaño y perjurio.
Draco piso la casa nervioso, años que no entraba en ese lugar. Se veía un poco abandonada, pero nada serio, nada que él, Omar y sus ahora empleados no podrían hacer. Por ser viudo del marques conservo un poco de fortuna. No era mucho pero les permitiría vivir cómodamente, tranquilos y seguros.
Harry miro la casa desde afuera seriamente, Draco lo había esquivado desde que llegaron ese día de la muerte de Voldemort, eso lo desconcertó mucho, pero entendió que debía darle tiempo, habían pasado ambos tantas cosas. El moreno se sentía culpable y asustado. Quería recuperar a su hijo y verlo crecer, pero sobre todo quería recuperar a Draco. Sentía que una parte de él no existía sin el otro.
Entro y camino directo a la biblioteca donde se encontraba el rubio, Omar se lo había indicado cuando le abrió la puerta. Al entrar se encontró con una de las escenas más hermosas que había visto, su amor y su hijo se encontraban abrazados junto a la chimenea, leyendo. La carita feliz del niño indicaba que se encontraba muy a gusto en los brazos de su padre. Y la mirada serena de Draco le daba a entender que ya nada más importaba. No quiso decirlo pero se sintió excluido ¿Cómo iba a llegar a esos dos de la noche a la mañana? ¿Cómo encajar en ese par que estaba afiatado hace tanto tiempo? Esos pensamientos le dieron un amargo sabor de boca. La esperanza que llevaba al entrar a esa casa se iba disolviendo. Temiendo nunca poder lograrlo.
-¡Hady! – Scorpius al notarlo se bajó de los brazos de su papi y se acercó corriendo a él. Potter sonrío gustoso y se agacho para poder abrazarlo. Todo era visto por la mirada silenciosa del rubio.
-Hola pequeñín – La voz del moreno salió dulce y llena de mil emociones. Su hijo lo quería y eso a Harry lo complació. El y Scorpius se habían llevado bien desde que termino todo el lio con el marqués. El niño era demasiado astuto y súper picas. Eso lo agradeció el moreno, ya que no había salido lento y estúpido como él.
-Scorpius – Draco hablo tranquilamente, ambos (Padre e hijo) lo miraron con sus ojos verdes intensamente – Recuerdas que te dije que algún día te presentaría a tu otro padre – Harry trago saliva cuando el rubio hablo ¿Draco le diría la verdad al niño? ¿Tan pronto? El niño en tanto se acercó a su papi y asintió rápidamente, mostrando su ansiedad – Bien, tu papá mi amor, es él – El rubio le tomo los hombros y lo acerco al moreno, Scorpius sonrío gustoso ¡Su amigo Hady era su papá! Eso le gustó mucho – Ahora preséntate como es debido.
Scorpius se acercó de nuevo a Harry sonriente, pero al estar frente a él, estiro una manito, mostrándose todo un caballerito.
-Buenas tades papá, soy Scopius Lucius Malfoy espedo me quedas mucho – A Harry escucharlo decirle papá y ver lo bien portado que estaba no pudo evitar las lágrimas y olvidando todo tipo de protocolo que de seguro Draco le había enseñado al niño lo abrazo fuertemente y lo beso una y otra vez.
-¡Hola mi amor! ¡Mi Hijo! - Lloraron un buen rato, juntos. Draco los miro en silencio, estaba alegre de ver a su hijo feliz. Pero sabía que esa felicidad no alcanzaba para él.
Jugaron los dos un buen rato, como si el tiempo que estuvieron alejados, sin conocerse no hubiera existido, Scorpius quedo tan cansado que se durmió al instante. Omar fue a buscarlos luego y se lo llevo a su cuarto. Ambos mayores al verse solo en el estudio supieron que había llegado el momento de hablar.
-Draco primero que todo quiero que sepas que… ¡Lo siento mucho! Yo… Jamás quise que te pasara esto – Draco permanecía sentado en el sofá con la cara indescriptible y Harry se había arrodillado a sus pies tomándole la mano, el moreno lloraba amargamente, quería el perdón, lo necesitaba. – ¡Fue tan imbécil! ¡Confié en la persona equivocada y te deje solo! ¡Te abandone! PERDON! ¡PERDONAME POR FAVOR, YO TE AMO, SIEMPRE LO HICE SOLO QUE MUY TARDE ME DI CUENTA!
-¿Me amas? – Una mueca sarcástica se formó en el rostro pálido del rubio – No juegues con algo tan frágil.
-Es verdad ¡YO TE AMO! A ti… Solo a ti - Sus ojos esmeralda brillaban cada vez más producto de las lágrimas ¿Qué importa que el rubio lo viera llorar? El de verdad estaba arrepentido, quería recobrar a su familia.
-No Harry, las cosas no funcionan así – La respuesta directa y firme de Draco dejo helado al moreno – No puedes venir un día, decir que me amas y esperar que todo se solucione y vivamos felices – Draco lo miraba fijamente, no había ningún ápice de duda en sus voz – Yo ya no soy el chico tonto que lloraba por los rincones y se lamentaba, no, esa persona murió, mis prioridades son otras. Lo siento Harry pero ahora soy yo el que no quiere estar contigo.
-No puedes decir eso – La voz temblorosa de Harry sorprendió al rubio – No puedes…
-Pero es así.
-¡No! Por favor… No puedes… Yo… - Los sollozos no lo dejaban hablar – Draco… Por favor…
-Podrás ver a Scorpius cuando gustes, es tu hijo y no te lo negare.
-No… Por favor…
-Esta conversación término, será mejor que te vayas Harry… - Draco se levantó y trato de irse pero la mano firme del moreno lo evito.
-¿Me odias? – Pregunto compungido Potter.
-No, nunca lo he hecho – Draco estaba calmado, su voz tampoco era agresiva.
-¿Me amas? – Y el temor a la respuesta calo el aire.
-Ya no lo sé – DijoDraco sinceramente, estiro el brazo y se soltó, saliéndose la habitación a paso lento, no sentía pena ni dolor, ver llorar al moreno con esa intensidad le abatió mucho, pero creía firmemente que había tomado la decisión correcta.
Harry quedo dentro, arrodillado y abrazándose así mismo, llorando sin consuelo, lo había perdido. Si, y supo que había sido desde el día que decidió irse con Cris, dejándolo solo a merced del marques y las deudas. Ese día había marcado a Draco y producto de ese día, el rubio enamorado de mirada inocente había muerto. Potter se levantó lentamente, salió de la casa y subió a su caballo mirando desde el frente la casa. Había recuperado a su hijo, si, pero… ¿A qué costo? Una parte de su corazón había quedado marchita y desolada. Pero no todo estaba perdido, el rubio tampoco había dicho que no lo amaba. Ahora solo le quedaban dos caminos: Aceptar la pérdida como un cobarde o no volver a darse por vencido.
*** F I N ***