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Just A Little Favor por keny_shawol

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Notas del capitulo:

¡Sábado de actualización! 

Minho quería creer que sus pies lo habían llevado hasta ahí inconscientemente. Pero se estaba mintiendo y lo sabía demasiado bien. No había sido inconscientemente como había llegado hasta ahí, pero sí estaba sorprendido en la forma en que aceptó tenía que ver a Kibum una vez más.


 


Pero la escena que estaba presenciando no era nada de lo que se esperaba. Y sólo lo estaba confundiendo aún más. Salir a correr, como él planeó, no resulto mejor de lo que esperaba.


 


Su mente vagaba con cada trote hacia los momentos vividos con Kibum y todo ese amor que creyó ver en sus ojos alguna vez. Vagó también con las palabras de Taemin explotando en su mente, con la amenaza directa que le había dado, y con el miedo de no saber más de Kibum.


 


Era irónico y gracioso todo lo que estaba pasando. Sentía que no podía confiar en Kibum, no del todo, no con tatas mentiras entre ellos y sin respuestas, pero verlo siendo besado por otra persona, era más de lo que podía soportar. Era peor, porque sabía que Taemin tenía un enamoramiento por Kibum.


 


Y era demasiado para Minho. Fue entonces cuando la realidad del momento lo atrapó más fuerte. Kibum estaba siendo besado por Taemin y él estaba ahí de pie observándolos solamente.


 


Dio un paso y entonces los ojos de Taemin se abrieron y encontraron su mirada. Tenían ese brillo divertido y amenazador a la vez. Y cuando el dio un paso más, la mano de Taemin se elevó y atrajo a Kibum más cerca de él. Sus dedos se enredaron en el cabello de Kibum y Minho quiso golpear esa mano.


 


Si era sincero, Minho no estaba seguro de que era lo que le molestaba más, que Taemin estuviera besando a Kibum y paseando sus dedos por su cabello, o Kibum ahí petrificado dejándose hacer.


 


Cuando las manos de Kibum se posaron sobre los hombros de Taemin, Minho no pudo soportarlo aún más. Caminó más rápido, más enojado, podía sentir la ira burbujeando en él.


 


Y cuando estuvo frente a ellos, tiró de Kibum, separándolo de Taemin.


 


—¿Qué mie…?—Kibum cortó sus palabras cuando le miró. Tenía el ceño fruncido y veía de él hacia Taemin. Parecía un poco aturdido y perdido entre ellos.


 


Taemin sonrió hacia Kibum y entonces encontró su mirada. Su sonrisa era sólo un recuerdo más de su amenaza, no era suave, no era la que le dio a Kibum, era más cínica y más traviesa.


 


Le decía sin palabras su amenaza,  le decía que podía ser un peligro si se lo proponía. Era como ver al Taemin que conoció tiempo atrás, con esa mirada traviesa, y única. Minho estaba confundido con toda esa actitud de Taemin, se dio cuenta entonces, que el pequeño Taemin era un manipulador de lo peor.


 


Taemin, después de todo, había estado detrás de toda la artimaña de juegos, en donde él se había visto también implicado, y era sólo para su disfrute personal. La realidad llegó hacia él de nuevo. Taemin hacia lo que quería, arrastrando a todos consigo.


 


—¿Qué estás haciendo aquí, Minho?—Taemin preguntó. —¿Estás aquí de casualidad?, ¿Esperas por alguno de nosotros?


 


Minho no tenía una respuesta, y si la tuviera, no sentía que Taemin la mereciera. No estaba seguro de por qué estaba ahí. No fueron sus pies volando los que le hicieron caer ahí, pero cuando corría el viendo golpeaba contra su rostro, Minho había pensado en Kibum.


 


En todas las veces en que se encontraron en la cafetería, en todas las veces que Kibum salía del lugar con una sonrisa bailando en los labios, y en la forma en que lo besaba después de un largo día sin verse.


 


Entonces había disminuido el trote, y pronto sus pies caminaban y después la calle que llevaba a la cafetería había aparecido ante él. Como si sus pies supieran que debían hacer.


 


Pero Kibum siendo besando por Taemin fue lo último que se imaginó encontraría ahí. Y entonces todos esos pensamientos de qué debía hacer y por qué estaba ahí lo atacaron.


 


—¿Minho?—Fue Kibum el que habló esa vez, presionando suavemente para que contestara.


 


Minho encontró su mirada y entonces se perdió en él. Porque Kibum podía haberle mentido, y porque también él no estaba seguro de qué pensar de toda la situación, pero él todavía amaba a Kibum, y su corazón latía reconociéndolo.


 


Y todavía podía perderse en él. En sus pequeños ojos que lo miraban expectantes y sus labios siendo mordidos.


 


Sí, estaba malditamente enamorado de la persona que le había estado mintiendo durante meses.


 


—¿No tienes nada que decir?—Taemin preguntó, pero él no contestó. —Bien, porque no tengo tiempo para estar perdiendo. —Dijo, y sonrió hacía él una vez más, antes de tomar el brazo de Kibum y arrastrarlo con él.


 


Y eso fue suficiente para Minho. Esa noche sus celos estaban descontrolados, y Taemin llevándose a Kibum era lo más que podía soportar.


 


 Minho estaba seguro de no estar pensando en ese momento. No pensó cuando tomó la muñeca de Kibum y tiró de él, tampoco pensó cuando arrastro a Kibum con él, escuchando las protestas de Taemin a lo lejos.


 


¿Qué estaba haciendo? No estaba del todo seguro. Sólo necesitaba a Kibum lejos de Taemin pronto.


 


—Detente. —La voz de Kibum rompió el silencio, pero él no podía hacer lo que Kibum quería. Aún no estaba lo suficientemente lejos de Taemin. —Detente. —Kibum pidió otra vez.


 


—No. —Se escuchó a sí mismo murmurar, mientras avanzaban a pasos rápidos. No quería hablar, no quería detenerse, porque estaba seguro que sólo saldrían gritos de él, que no estaba seguro poder explicar.


 


—¡Dije que te detengas!—Kibum gritó y sin previo aviso tiró de su muñeca, causando que se tropezara.


 


Minho lo hizo, se detuvo, dejando ir su mano también. Escuchó sus pasos alejarse, pero lo sintió aún detrás de él. Minho se vio a sí mismo incapaz de verle. Se encontró mirando el pavimento y escuchando los sonidos de las calles.


—¿Qué se supone que estás haciendo, Minho?—Sonó molesto cuando preguntó, y Minho lo imaginó arrugando la frente, y enarcando una ceja. De nuevo, se encontró sin palabras e incapaz de darle una respuesta. —Hice una pregunta, Minho. ¿Qué estás haciendo?


 


—No sé. —Murmuró, dejando que sus dedos se arrastraran por su cabello. —No lo sé. Realmente no lo sé.


 


Estaba tan perdido y confundido que no le importaba que Kibum lo estuviera viendo de esa manera. Sí, tenía celos. Sí, estaba molesto por ese beso, por Taemin, por Kibum y por todo. Pero no estaba seguro que lo había llevado a tomar la decisión de llevar a Kibum con él.


 


—¿No lo sabes?—Sonó aún más molesto, y tal vez un poco incrédulo. Minho negó con la cabeza, porque era lo único que podía hacer. —Me arrastraste contigo hasta aquí y no sabes nada, ¿Es así, Minho?


 


—Kibum…—Comenzó pero se detuvo. ¿Qué debía decirle de todas maneras?


 


—Mírame al menos. —Minho suspiró, sin atreverse aún a mirarle. —Dije que me miraras, Minho. Lo merezco al menos.


 


Se sintió como un niño pequeño, se sintió realmente mal. Minho giró, encontrando la mirada de Kibum. Eso no era nada como lo que había estado sucediendo en el pasado. Ese no era él pidiéndole a Kibum que se marchara y que lo dejara de molestar.


 


En verdad era gracioso como la situación se había convertido en eso. Era gracioso como estaba avergonzado de su propia conducta.  Pero a pesar de la vergüenza, no sentía extraño y mal estar teniendo esa conversación con Kibum, o lo que fuera que ellos estuvieran teniendo. Lo cual era irónico, pero eso era justamente lo que estaba sucediendo.


 


—No sé lo que estaba haciendo, Kibum. —Dijo, sin apartar la mirada de él. —No sé lo que me sucedió, no sé exactamente porque te arrastre conmigo hasta aquí. Sólo no quería verte siendo besado por Taemin. No quería ver eso.


 


Kibum suspiró mientras negaba con la cabeza, como si fuera incapaz de creer lo que le estaba diciendo. Pero si Kibum quería una mejor explicación, entonces tendría que esperar, porque eso era lo único que tenía para él en esos momentos.


—¿No querías ver eso?—La diversión bailó en sus palabras. —¿Entonces qué querías ver? —Preguntó sin esperar respuesta. —Te preguntaste por un momento si eso era lo que yo quería, Minho, ¿Lo hiciste? No pensaste por un momento si yo quería ser besado por Taemin.


 


—¿Lo querías?—La pregunta escapó de sus labios rápidamente, desesperado por un respuesta de Kibum. —¿Lo querías? Porque hace tan sólo unos días aún lloraste frente a mí dando explicaciones.


 


Y tan sólo hace unos días atrás Kibum aún decía que lo amaba. Y tan sólo poco tiempo atrás todo estaba bien entre ellos.


 


Kibum enfureció con eso. Sus ojos brillaron molestos y frunció los labios. Era malditamente adorable, y se odió por pensar eso de él en esos momentos.


 


—¿Entonces el gran Choi Minho espera que todos lloren por él siempre?—Elevó el tono de su voz, mientras sus ojos trataban de traspasarlo. —¿Qué querías, Minho?, ¿Qué me arrastrara tras de ti toda mi vida, que te siguiera rogando siempre?


 


Minho no sabía cómo habían llegado hasta eso. Las personas en la calle miraban hacia ellos, y algunos que otro le veía de una forma nada agradable. Minho pensó que alguien lo había reconocido a esas alturas, estaba seguro que también a Kibum. Pero no le importó.


 


—¡Yo no estoy diciendo eso!—A Minho ya no le importaba estar gritando, ni mucho menos el espectáculo que estaban dando en la calle. —¿Quieres estar con Taemin, Kibum?, ¿Es eso?


 


—¿Y que si lo quiero?—Kibum murmuró esta vez, su mirada nunca apartándose de sus ojos. Podía ver que Kibum esperaba su respuesta, necesitaba escucharla. —¿Que si lo que quiero es estar con Taemin?


 


Miró a Kibum, sin saber que debía decirle. Su corazón dolería, por supuesto, pero estaba demasiado molesto y herido con Kibum para decirle eso. Estaba perdido, desorientado. Los ojos de Kibum le miraron con esperanza, pero Minho no podía dejar que las palabras abandonaran sus labios de esa manera.


 


—Entonces me estarías confirmando una vez más que todo fue una mentira.


 


—¿Estás dispuesto a escucharme?, ¿Dejar que explique todo una vez más?—Kibum parpadeó cuando la luz de un vehículo golpeó su mirada. Bajó la mirada, y mordió su labio inferior. —Estás aquí haciendo un espectáculo por un beso, pero si quiero explicarte tú simplemente te alejas. No me permites decir más.


 


—¡Y cómo quieres que haga eso!—Explotó una vez más. —Estuviste mintiéndome todo este tiempo. No sé qué debo creer de ti y que no. Kibum, no sé si te conozco.


 


Tal vez eso era lo peor de todo y se sentía bien decirlo en voz alta. Eso era justamente lo que sentía. Traicionado y herido, como si todas esas palabras hubiera sido aire, como si nada hubiera tenido peso, como si jamás hubiera existido.


 


El dolor cruzó en los ojos de Kibum, lo reconoció tan rápido que se sorprendió de hacerlo. Kibum bajó la mirada, y movió los pies. Kibum no sabía que decir, estaba seguro de eso. Jugó con sus manos  y evitó su mirada un largo momento antes de encontrarla de nuevo.


 


—Me equivoqué, lo sé, pero no puedo volver al pasado y remediarlo. No puedo, Minho. —Habló tan suave, dejando atrás los gritos. —Te he dicho que sólo tú me conoces, no mentí al decirte que te amo, no mentía cuando te contaba mis sueños. Ya no sé qué más debo hacer para que creas. No sé. —Bajó la mirada una vez más. —Tú tienes la última palabra, Minho. ¿Estás dispuesto a darme una oportunidad más?


 


Minho abrió la boca, y entonces no sabía qué hacer. Él podía decir que sí a Kibum, sí le daba una oportunidad, sí podrían solucionarlo todo, pero entonces el ‘pero’ lo atacaba, y le gritaba que todo podía salir mal.


 


Tenía miedo de salir herido una vez más por Kibum, y no estaba seguro de poder soportarlo dos veces.


 


—No sé. —Dijo. —No lo sé, Kibum.


 


—No puedo esperar por siempre, ¿sabes eso?


 


—Lo sé. —Y dolía.


 


—¿Esto es el adiós?


 


¿Lo era?


Imágenes atacaron a Minho. Imágenes de ese futuro que habló con Kibum por noches, de uno sin Kibum. De un adiós definitivo.


 


—Creo que lo es. —Kibum murmuró.


 


Minho lo observó sonreírle una vez más, suave y encantador, y entonces le dio la espalda. Kibum se alejaba de él. 


 


Y de nuevo, como con todo lo que esa noche había sucedido, Minho no lo pensó dos veces. Atrapó la mano de Kibum antes que se alejara más y lo acercó hacía él.


 


—No sé si debe ser nuestro adiós, Kibum. —Encontró la mirada de Kibum y sonrió. —Sólo sé que te quiero ahora.


 


Y entonces hizo lo que estaba deseando hacer desde un tiempo atrás. Atrapó la boca de Kibum con sus labios, y lo atrajo a su cuerpo. Y sí, se sentía realmente bien.


 

Notas finales:

Un capítulo menos para esto y ahora puedo decir que quedan exactamente cuatro capítulos para que termine. No, aún no es el final, y aún falta muchas cosas por aclarar, pero pronto se sabrá, en fin…


¡Nos leemos pronto! 


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