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JongKey: "Labios Compartidos" por ZaffireHeart

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Notas del capitulo:

Bueno he aquí la ultma parte, espero que les guste a pesar de todo :P


A Leer! ♥

OneShot; SongFic: JongKey


"Labios Compartidos"


Parte 3:


-Sí, me apetece, y demasiado, gatito travieso…-


Empleó por primera vez, un tono lascivo el mayor, en lo que devoraba finalmente los labios ajenos. Importándole de manera casi nula, aquel “sabor exótico” que su boca acorazonada presentaba.


Cuando se separaron, KiBum mordió su labio inferior de manera provocativa, y tomándolo de la corbata, le tironeó hacia abajo, haciéndolo descender al castaño, totalmente hipnotizado por aquellos ojos, que no parecían humanos, pero que le fascinaban realmente.


Una vez logró bajar, sano y salvo de aquella escalera aún no sabiendo como realmente, besó desaforadamente una vez más al pelinegro, quien le correspondió sin chistar, entre sonrisas.


Se separaron nuevamente. –Te amo, maldito, te amo demasiado…- KiBum sólo sonrió satisfecho, con su mirada brillante, en lo que el mayor, se separaba le daba la espalda, y colocaba aquellos 2 libros aún tirados en el suelo, abiertos desprolijamente, en el estante, sin mucho cuidado, “estaba apurado”, “urgido” por algo… y ese algo, llevaba el sobrenombre de Key.


Una vez “acomodado” los libros, le echó un último y veloz, vistazo al lugar, corroborando de que todo estuviese en su orden adecuado y natural, y una vez que pudo confirmar esto, asió de la mano al menor, con fuerza, con euforia, y lo llevó fuera del lugar, a las casi rastras.


KiBum, no podía hacer más que sonreír, en ese momento, simplemente le apetecía sonreír, pero aquello se le borró cuando en la salida, se cruzó a MinHo, y a pesar de que sus miradas se encontraron, y conectaron de inmediato, aquello no duró demasiado, pues, JongHyun, realmente parecía “urgido”, y no le culpaba, él mismo se había encargado de llevarlo a tal estado.


Su “ánimo” despareció un poco, al cruzarse con MinHo, y al ver esa mirada que le obsequiaba de resentimiento, pero por más que le doliera, él quería concentrarse, en quien ahora era su novio, y el único que tendría en toda su vida…


El pelinegro quiso intentar sonreír, pero ya no le salía, realmente ver a MinHo le había afectado, pero aún así, quiso seguir adelante, y apenas llegaron al departamento de JongHyun e ingresaron, sintió como su espalda se “azotaba” contra una pared, despertándole toda una especie de correntada, que se dispersaba por todo su cuerpo. Gimió levemente, y a partir de allí, lo único que pudo pensar, era en que tan sólo quería sentir más y más, lo que el castaño, le daba.


 


Su cuerpo ahora, azotó para “su suerte” en una superficie blanda, pero aquel “arrinconamiento” que efectuó luego el mayor, le dejó levemente sin aire. Pero aquello sólo servía para potenciar más, su lívido, era levemente masoquista, ahora lo sabía. Y como siempre, el más bajo, estaba dispuesto a “darle” aquel toque, a su relación, para conformar a su pareja como era debido. Quizás aún no era un Dios del sexo, pero estaba muy próximo a convertirse en uno quizás, según los pensamientos de KiBum. Pues sólo con él, había logrado, encontrar, todo lo que buscaba en el “sexo”, la medida justa de todo, aunque esto ya no era más sexo. Era… “hacer el amor”. Y la diferencia, era realmente notoria, a las sensaciones antes vividas, previas a formalizar finalmente aquella “relación”.


Su sweater comenzó a sentir como se subía hasta estar finalmente fuera de su cuerpo. Él no quería quedarse atrás, y sujetándolo una vez más de aquella corbata fina, le atrajo hacia sus labios devorándolos como si no hubiese mañana, mientras le “aprisionaba” con fervor entre sus piernas, por la cintura.


Los jadeos, las respiraciones agitadas, el notable aumento de la “humedad y calor” del ambiente, comenzaron a jugar su parte también.


KiBum, quitó aquella corbata, tirándola por algún lugar de la habitación, para seguir con los botones, o mejor dicho, ¡intentaba! Seguir con ellos, debido a que unas grandes manos semi-ásperas recorriendo su piel con fervor, bajo su camiseta, le impedían estar en “todos sus sentidos” y su capacidad motriz comenzó a fallar como también la mental, era tanto lo que disfrutaba con el castaño, que no tardaba mucho en perderse en un mundo aparte, dónde solo ellos estabas, y las sensaciones se sentían el doble.


La tortura, o parte de ella, por lo menos, ya había concluido, ambos estaban con el torso al desnudo, nuevamente presentando una escena digna de un retrato artístico de gran valor, al ver los maravillosos “contrastes y compatibilidad” que esos cuerpos otorgaban a la vista.


El “fibroso” y el delgado, el moreno y el níveo, el castaño y el pelinegro, el “masculino” y el “andrógino”, el pasional, y el “tranquilo”, el emisor y el receptor...  todo era realmente fabuloso a la vista, una escena digna de un cuadro.


Sus jadeos, sus gemidos, sus roces, sus besos, sus gestos, sus miradas… todos ellos, llenaban la habitación y complementaban la escena.


JongHyun había pasado a repartir toda su pasión al cuello del de piel nívea, mientras que éste último, le aprisionaba aún más entre sus piernas y comenzaban a ejercer sus descargas, con aquellos rasguños en la espalda del mayor, haciéndolo gemir y jadear aún más.


Ya nada les podía detener, ya nada a su alrededor les era nítido, ya nada les importaba, el mayor entre que le besaba el cuello de la manera más deliciosa posible susurrándoles cosas de vez en cuando, intentaba desprender el pantalón del menor, mientras que este también a su vez, intentaba desprender el ajeno, entre medio de aquel poco espacio que él mismo se había encargado de crear entre ellos, luego de sacar sus manos de la espalda del otro.


El primero en cantar victoria fue el mayor, y aunque le fue dificultoso, por aquellos temblores en sus manos, por la misma adrenalina, pasión, éxtasis, lo logró. Minutos después, y con ayuda, el pelinegro, había logrado desprender nuevamente aquella prenda. Ambos se separaron momentáneamente para quitarse sus pantalones, como si su vida dependiera de ello, tirándolos nuevamente a cualquier lugar de la habitación, para poder rápidamente, “volver a acoplarse”.


Más besos, más caricias, más gemidos, gestos, miradas, y nada de palabras, fue lo que provocaron en el otro, para comenzar con la parte más “entonadora” dar placer al ajeno, mediante la estimulación “manual”.


-Hmns, aaah, aaah, Jo-Jong~ mhns-


-Ki-KiBum, amns, aaah~ aans~ Bu-Bummie…-


Ambos, estaban realmente abstraídos del mundo real, cada quien, tenía mucho aún para dar al ajeno, JongHyun comenzó a estimular por sobre el bóxer amarillo oscuro del menor su miembro, marcándolo una y otra vez por sobre la tela. Gemidos más audibles por parte del menor comenzaron a hacerse presentes. Lo cual le encantaba al mayor, en lo que de su cuello, había comenzado a descender hacia sus pezones.


Las manos de KiBum, una había ido al cabello del castaño, mientras que la otra s “insertaba” en la espalda del antes mencionado, mientras volvía a aprisionarlo entre sus piernas.


-Hmnms, JongHyun… si-sigue así, aahmns sí, se-se siente genial, ¡Aaaah~!-


Hablaba con muchas dificultades el pelinegro. JongHyun se separó momentáneamente del cuerpo del moreno, y se estiró nuevamente hacia su mesita de luz, sacando 2 condones ahora y para después el lubricante, KiBum, le miró extrañado, en lo que el castaño, simplemente le sonrió con dulzura, mientras abría el primer condón.


-Eres hermoso, quiero que lo sepas, y siempre lo serás, te amo, gatito, te amo y mucho, no me importa si tu no sientes lo mismo, me conformo con que permanezcas aun a mi lado. Te amo.-


Concluyó aquel pequeño diálogo con un leve nivel de agitación, para inclinarse y besar esos labios acorazonaditos color cereza. El pelinegro, no sabía que decir, simplemente sintió como su cuerpo se erizaba por completo con aquellas palabras, sus ojos comenzaron a picar, y su corazón sintió un revuelo imposible de controlar, para que le siguiera una leve taquicardia.


JongHyun sonrió una vez más, y comenzó a besarlo una vez más, esta vez con un casto cariño, impregnado en ellos. KiBum solo correspondía y se entregaba a él. Ya que mientras ambos se besaban, el mayor, había comenzado a intentar colocarle el condón.


-JongHyun… eres tan maravilloso, no sé cómo es que la vida, te puso frente a mí, en una instancia así de mi vida, hubiera deseado conocerte, mucho antes de haberme acostado con aquel maldito que me contagió hace 5 años…- Su voz se quebró a lo último, y un sollozo escapó de su boca. No quería llorar y arruinar el momento, pero realmente se arrepentía de haber sido tan iluso, e ignorante, y haberse dejado engatusar por aquel maldito de aquella ocasión. JongHyun quiso limpiar sus lágrimas aquellas invisibles que escapaban por la fuerza, pero el menor, le gano de mano. Y a su vez, también le interrumpió de seguro lo que serían palabras de aliento por parte del mayor. –No, no digas nada, se lo que dirás, y lo sé, pero aún así, eso no quita que por mi maldita culpa e inconsciencia, ahora deba privarme de lo más hermoso que “hacer el amor” implica. Pero aún así, no se puede, y lo comprendo, me lo merezco por mocoso imprudente… - Sus lágrimas terminaron de “romper la represa” que las retenía, y comenzaron a correr como poderosas cataratas, pero aún en esa situación, JongHyun le miraba con un amor y ternura inmensa, en lo que le mostraba una leve sonrisa, acariciándole el rostro.


-No digas esas cosas mi gatito hermoso, tu pasado ya no me importa, como ya te lo dije, te amo, y aunque la situación fuera diferente te amaría igual, estamos en el “hoy” y eso es lo que importa, no debes pensar en ello, ya no más. Disfruta y agradece, el que hoy, podemos estar de esta manera, amándonos el uno al otro, como si no hubiese mañana… Ya no pienses más en eso mi vida, te entiendo perfectamente, pero yo…yo estoy bien aún contigo así, lo que me importa es tu corazón, y tu sonrisa… y los tengo, así que más feliz y agradecido no puedo estar… te amo, te amo mucho y lo sabes…-


Profirió el mayor con esa tonalidad tan dulce, melodiosa y propia de él, cuando se trataba de KiBum, su KiBum, su gatito hermoso. Haciéndolo emocionar aún más al menor, y animándolo a decir aquello que más temía decir.


-¡JongHyun! ¡Gracias! Gracias, yo-yo ta-también t-te-te… amo!-


¡Lo dijo! ¡Por fin lo dijo! A JongHyun se le borro aquella sonrisa dulce de inmediato, para cambiar a un gesto de total asombro, pero solo unos segundos, ya que luego a su rostro lo invadió un terrible sonrisa de lado a lado. Más feliz no podía estar, finalmente había logrado que el menor dijera aquello que tanto anhelaba, para confirmar que realmente el menor era suyo, y reforzar su seguridad y confianza en sí mismo.


-¡GATITO! ¡Me haces aún más feliz! ¡Te amo! ¡Yo también te amo, eres todo para mí, mi vida, mi pasión, mi alma, mi luz, mi cielo, mi todo…!-


Nuevamente besó aquellos labios, que le pertenecían final y completamente a él. Sus besos eufóricos, se desviaron hacia sus pómulos, su mandíbula, su cuello y fue descendiendo en una “ametralladora” de besos, hasta llegar a aquella zona que ya estaba completamente despierta y cubierta del menor.


Dio inicio a una felación, agregando un poco de “sensación” con sus dientes de manera suave, pues lo que menos quería era rasgar el condón, aunque ganas no le faltaban, pero era por el bien de ambos.


-¡AAAAAH JONGHYUN!-


Gritó, y se retorció entero el menor, en lo que tironeaba con “violencia” del cabello del mayor, pero para sorpresa de ambos, eso no le dolía demasiado, al contrario, le gustaba…


El menor no quería quedarse allí solo tironeándole el cabello o rasguñándole la espalda hasta dejar sus uñas marcadas, quería participar en aquella interacción que “era de a 2”, pero el mayor no le dejaba hacer nada más que no sea disfrutar, gozar.


Los gemidos, seguían su curso, seguían escapando en contra de su voluntad, pues eran demasiado audibles, y no quería realmente demostrar que aquel “simple acto” le llevaba tanto al cielo como al infierno.


Pero aún así, le era imposible contenerse, había pasado mucho tiempo desde que a alguien le importó “su sentir” también, tan sólo se preocupaban por ellos disfrutar hasta culminar en sus orgasmos, olvidando al menor, dejándolo solo con su “problema”, MinHo era el único que más o menos se preocupaba, pero aún así, sentir su propio placer, siempre le podía más.


-¡Aaahmns JongHyun! ¡Mal-maldición! ¡Y-yo… ya no-no aguantaré p-por mucho más!-


-Me alegra oír eso, pues quiere decir que realmente lo disfrutas…-


Habló el castaño, medio trabado, pues estaba sumergido en su labor, pero aquellas miradas desde aquella zona, no escaseaban, y eso era lo que más jodía al menor, le excitaba de una manera inexplicable, ver al mayor en esa actitud de “salvaje y osado” le podía demasiado, debido a que siempre daba una imagen serena y conservadora, propia de “un bibliotecario” o por lo menos, él así lo creía, pero debía de saberlo, los bibliotecario también tienen sexo, todos tienen sexo, y ese acto carnal, siempre de alguna manera u otra, logra sacar lo “animal” de uno.


-¡JONGHYUN! ¡YO- Ahmns~!-


Su cuerpo crispó, se retorció, la típica oleada de placer en todo su cuerpo, se formó y se depositó en el miembro del menor, logrando que este sacara todo de sí, se liberara finalmente de aquella presión y diera lugar a su orgasmo, uno de los mejores, a pesar de que haya sido “por tan poca cosa”. JongHyun satisfecho se separó del miembro del de piel nívea, y le sonrió en lo que lo volvía a besar con dulzura y delicadeza.


-Te-te amo JongHyun…-


-Y yo a ti gatito…-


El menor se quitó el codón y lo tiró en el cesto de basura, el castaño le sonrió y volvieron a besarse, hasta que los besos de ambos se fueron desviando una vez más, al cuello ajeno, en lo que JongHyun también aprovechaba, para llevar una de sus manos a la “entrada” del pelinegro. Éste volvió a gemir levemente en lo que a su vez el mayor mordió una de aquellas “protuberancias” rosáceas del pecho níveo.


Su primer dedo había ingresado levemente, mientras buscaba la manera de ingresar un poco más de él sin hacerle daño, el morenito, gemía levemente, queriendo retener aquellos sonidos de dolor, pero de todas maneras, uno que otro escapaba, y aún así, JongHyun seguía insistiendo, colocando ahora un poco de lubricante sobre aquel dedo, y su mano también, ya que estaba.


Definitivamente, “la intromisión” se le hizo más accesible, con aquel lubricante, tanto así que luego de insistir con él un rato, optó por ingresar el segundo dedo para dilatar un poco más su entrada, pues, sabía que al menor, a pesar de toda “su carrera” aun aquella parte le dolía.


Pequeños gemiditos, quejiditos, y movimientos involuntarios evasivos era lo que emitía el pelinegro, pero aún así, JongHyun, continuó dilatándolo, mientras repartía de vez en cuando besos a esos labios que le llamaban, y que no podía desatender por mucho tiempo, ya que le eran adictivos.


Pasaron unos cuantos segundos, minutos, hasta que el tercero, logró entrar y luego, los quitó a los 3 una vez que pensó que sería suficiente, para poder colocarse la protección, y “hacerlo suyo” una vez más, de tantas próximas.


-Aquí voy gatito, aguanta tan solo un poco, ¿sí?-


Habló el mayor una vez ya listo, en lo que el menor simplemente asintió y se preparó para soportar el dolor que venía… y allí estaba la punzada, al introducir la primera porción de la virilidad del mayor, se mordió el labio inferior e intentó soportarlo, y para su sorpresa, ya no se le hacía tan doloroso, ya que debido a todo el amor con que el otro le penetraba, le hacía lidiar con aquella “parte” de manera más llevadera. Ya no dolía tanto.


Tan sólo quería que el mayor se moviese, le besase con fervor, y lo tuviera entre sus brazos. Sí, realmente amaba a ese bibliotecario que conoció, y que solo se acercó a hablarle con el fin de follar con él. Pero que realmente le salió mal. Había sido un error hablarle, pero era un error hermoso. ¿Irónico verdad? Pero así era, y él ahora estaba feliz de aquello.


-Listo, ya pasó, ya está todo dentro, mi vida.-


Le avisó la voz ronca del mayor, sacándolo de sus pensamientos, asintiendo, y sintiendo esos esponjosos labios sobre su frente, para bajar por el puente de su nariz, y dirigirse luego a sus labios, quienes lo recibieron con euforia y magnanimidad.


Se quedó allí dentro por unos cuantos segundos, hasta que KiBum se removió debajo del cuerpo del mayor, indicándole a éste que su cuerpo ya se había adaptado a la intromisión, la deliciosa estreches lo recibió una vez más, y sonriéndole de la manera más dulce, comenzó a moverse lentamente. La vorágine, el maremágnum de sensaciones, comenzaron a despertar en ambos cuerpos, que ya iban rumbo a “perlarse”, en conjunto con las suaves y lentas embestidas, que ya había comenzado a dar el mayor.


Gemiditos comenzaban a escapar de la garganta de ambos, JongHyun, le miraba con pasión irrevocable, mientras aumentaba paulatinamente las embestidas, el pelinegro hechizado por esa mirada del mayor, se aferró aún más a él, para poder besar esos labios voluptuosos entreabiertos, que le llamaban como si se tratase de un melódico canto de sirena.


Esos labios se unieron, intercambiando sus almas en ellos, la velocidad ya era digna de disfrute. El frenetismo con que sus cuerpos interactuaban, era realmente excitante. El castaño como pudo, intentó sostener su peso con su antebrazo apoyado en la cama, mientras, que con el derecho, se dirigió a la virilidad del menor, la cual estaba desatendida.


-¡Aahmns, JongHyun, JongHyung!-


Gemidos, audibles comenzaban a escapar, y KiBum no podía dejar de besar y mordisquear esos labios, que ya estaban tan rojos, hinchados y brillosos como los suyos, haciéndole al mayor, “beberse” sus gemidos.


-Aah~ ¡Gatito, gatito! ¡Te amo! Aamhns, amns-


Gemía también el mayor, para pasar luego al cuello delgado y lívido del menor, mientras sentía aquel sabor salobre de su sudor, su cuerpo centelleaba a la luz de las lámparas allí encendidas.


El calor era palpable y aún iba en aumento, pero eso era lo que menos importaba, sus cuerpos, o por lo menos el del mayor, estaba gozando al máximo del momento.


El pelinegro se aferró aún más al cuello del mayor, y éste aprovechó para “alzarlo” y dejarlo sobre sus piernas, un intercambio de miradas que transmitían nada más ni nada menos que mera pasión, fuego, y nuevamente una candente sesión de besos, explorando las bocas ajenas, mientras el menor comenzaba a moverse a su manera.


Más gemidos más jadeos, contribuían a calentar aun más la atmosfera allí creada. El castaño, volvía a besar ese hermoso cuello dejando sus marcas finalmente, mientras le acariciaba de manera “posesiva” aquella delgada y delicada espalda.


-Amnsh, aah, aaa~-


-Santo cielos, gatito, aahmns eres maravilloso, aah.-


Habló el castaño, ya no sabiendo que decir, pues, realmente se sentía maravilloso. Se acostó sobre su espalda y el menor aprovechó para usar sus pectorales de apoyo, en lo que se movía aún mejor, más rápido, echando su cabeza hacia atrás, logrando que gimieran ambos a la par, luego de unos segundos de esa manera, entre el coro de gemidos, KiBum, se giró aun sobre JongHyun, para cambiar de posición, y nuevamente comenzó a moverse, siendo acompañado esta vez por el mayor también.


Un nuevo coro de gemidos, hasta que las sensaciones comenzaron a intensificarse del todo, lo sabían, estaban próximos al orgasmo, por lo que, luego de unos segundos de embestir de aquella manera al menor, le volvió a asir el falo, para estimularlo a la par de las embestidas, y el pelinegro por la magnitud de las sensaciones, tendió a tirarse hacia delante, terminando por acomodarse una vez más en cuatro.


El castaño aprovechó para besarle la espalda unos segundos más, hasta que aquellas embestidas ya eran frenéticas y erróneas, por culpa del placer. Y finalmente sucedió, el menor fue el primero en llegar a su orgasmo, en lo que JongHyun se detuvo unos segundos contra su voluntad, para dejar que el ajeno gozase y disfrutase de las sensaciones que aquello le provocaba.


-¡Aaaaaaah~ maldición, sí, sí JongHyun~ hmns!-


Cuando éste terminó, Key tragó saliva, entre jadeos y el mayor, luego de mirarle una vez más con dulzura le sonrió, le limpió un poco el sudor de su frente la besó, y comenzó nuevamente con las embestidas, re estimulando su miembro. –Has estado maravilloso, gatito, eres sensacional, te amo, te amo.-  Habló, en lo que las embestidas, nuevamente iban tomando velocidad, llegando así a su propio orgasmo el cual liberó junto a un gran alarido plagado de placer.


-¡AAAAH!~ Gatito~ hmns te amo, te amo~ hmns-


Nuevamente ambos cayeron con peso muerto sobre la cama, intentando adaptar sus respiraciones una vez más a la normalidad, en lo que se miraban de tal manera que era imposible separarlos, y sin poder evitarlo, aún agitados, el menor se acercó al castaño y colocándose levemente encima de él volvió a besar esos labios, que vibraban prácticamente por él. JongHyun lo recibió con gusto, ejerciendo un toque tan suave y delicado que al menor incluso llegó al punto de causarle cosquillas.


Se sonrieron, se separaron, y sin que se dieran cuenta, ambos se abrazos entre sí, y más JongHyun aferrándose a KiBum de una manera realmente posesiva y protectora, mientras le susurraba de manera ronca ahora, detrás del oído.


-Te amo precioso, te amo con todo mi ser.-


-Yo igual… nunca me faltes por favor, por lo menos no hasta que yo me vaya de este mundo.-


Habló ya con un deje de tristeza en su voz, y JongHyun lo percibió y le abrazó aún más fuerte.


-Ni en un millón de años, mi vida, te seguiré amando eternamente, no te preocupes.-


Besó su nuca ahora, y si que se dieran cuenta, ambos se sumergieron en el mundo de Morfeo.


 


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“Key se acercaba a él, sonriéndole, en un fondo blanco brillante, camuflándose a la perfección debido a la palidez de su propia piel, se acercaba a él de manera sensual, sonriéndole […] Luego cubrió su cuerpo con sus manos como si se avergonzara de él, juntó sus prendas y se fue corriendo, desapareciendo entre todo aquel halo de luz blanco cegador…”


 


Otra vez ese sueño, que tenía por enésima vez. Se despertó y levantó de golpe, estaba sudado, y agitado miró el reloj que marcaba las 5.53 a.m, y las aves ya habían comenzado a cantar, miró a su lado, pero como era de esperarse no había nadie.


10 años durmiendo con esa persona especial, y ahora hacía 3 que no lo hacía, pues a sus 32 años, KiBum estaba internado de gravedad en el hospital. Se encontraba en terapia intensiva. JongHyun como cada mañana, como cada día, se levantó sin ánimos de nada, tomó su ducha, desayunó, y fue a ver al menor.


Ya realmente estaba agotado, pero a sus 40 años, no perdía la esperanza, él creía fehacientemente, que el menor, remontaría, y se recuperaría, y que podría seguir sobrellevando la enfermedad a su manera. Él se resignaba a ceder y convencerse de que perdería al amor de su vida, en cualquier momento, pero aún así, sabiéndolo, él se negaba, se negaba rotundamente, varias veces los médicos le habían sugerido “desconectarlo”, pero él entraba en un ataque de nervios, de ira, y debían sujetarlo entre 3 enfermeros, y luego sedarlo.


 


Llegó a la recepción saludó a las enfermeras que ya lo recontra conocían, y como siempre cuchicheaban entre ellas, de lo “buen mozo”* que aún seguía siendo, a sus 40 años, a pesar de demostrar siempre un rostro inexpresivo adornado por ojeras, que le daban un aspecto ruin. Pero aún a pesar de eso, él no dejaba por nada sus clases de gimnasio, ya que aquello era lo único que le despejaba la cabeza un rato, ayudándole a mantener su físico.


Atravesó el pasillo sin ver a nadie, pues ya se conocía el camino de memoria, y fue directo hacia su habitación. Se colocó un barbijo por las dudas, y entró, a verlo, conversarlo, acariciarlo, dándole ánimos, para que volviera y ganara esta batalla que parecía estar casi perdida.


Sólo cuando atravesaba aquella puerta del pasillo a la sala de internación, era que su aspecto cambiaba por completo. Aquella imagen de persona dura, amarga, e histérica, desaparecía, para cambiar a una totalmente suave y blanda, su mirada recuperaba el brillo, y su inexpresividad en ellos, se transformaba en pura dulzura, ternura y amor.


Su voz, también sufría aquella metamorfosis que parecía inhumana, su tono duro y déspota, desaparecía, para dar lugar a uno melodioso, y dulce, como era su voz realmente.


Sí, en efecto, aquella personita, que alguna vez fue criticada y prejuzgada por ser promiscuo y sin códigos, lo era todo para él.


Él lo había sacado “del mal camino” y a cambio, se le bendijo, con la posibilidad de amar y ser amado por aquella persona, que siempre demostró ser otra totalmente diferente a la que realmente era. Sólo cuando realmente admitió que lo amaba, JongHyun tuvo el lujo de conocerlo como realmente era, y era… una persona realmente maravillosa, inigualable, una persona, increíblemente frágil y tierna.


Su sonrisa, cuando sonreía con sinceridad, era la más dulce de todas, su voz lo era también, y aquella mirada, que era parecida a la de un felino, le agregaba aquel toque, extra, de sensualidad.


Era perfecto, era realmente su mundo… y ahora… ese mundo se estaba desmoronando en millones y millones de pedazos irreparables. ¿Cómo fue que pasó de la felicidad absoluta, a la desdicha, angustia y tristeza absoluta? ¿Cuándo fue, que el castaño se había hecho tan dependiente de su otra mitad, cuando fue, que el mayor, se había convencido de que este momento jamás llegaría? ¿Cómo se había confiado tanto? ¿Cuándo fue que le había entregado totalmente su corazón al menor?


¿Cuándo… es que por sus mejillas comenzaron a recorrer “lágrimas” que se tornaban “negras” como su vida ahora?


Asió la mano fría y delgada del menor con mayor fuerza, y en su garganta se había comenzado a formar aquel nudo realmente insoportable. Sus lágrimas habían comenzado a emerger aún con más intensidad, y no pudo evitarlo, finalmente se quebró, liberando todo aquel dolor, y angustia que le dominaba, apoyando su frente sobre su mano, la cual sujetaba la del rubio platinado ahora, aunque ya de aquel color no quedaba mucho.


-Te-te amo KiBum, aún lo hago, y te extraño mucho, gatito… por favor, vuelve…-


Susurraba, entre su llanto, de una manera casi inaudible.


 


“Te amo con toda mi fé sin medidas,


Te amo aunque estés compartida,


Y sigues tú con el control”


 


En el pasillo, del otro lado de la habitación, se encontraba un MinHo de 31 años, observando en silencio, intentando retener aquel llanto, que ver al castaño sufrir de esa manera, le provocaba.


Nunca se habían hablado, nunca se habían arreglado, pero aún así, el moreno comprendía el dolor del mayor. Pues a pesar de que ya hubiese encontrado pareja nueva, aquel rinconcito perteneciente a Key, jamás había sido llenado, además de que no hacía mucho que se había enterado de que aquel chico que creyó era su amor platónico, sufría de aquella terrible enfermedad apodada “Sida o HIV”.


Aún realmente no lo asimilaba del todo, por lo tanto no le afectaba tanto, pero aún así, ver a JongHyun sufrir así, le dolía.


Bajó su mirada, tragó saliva, apretó con fuerzas sus puños, para retener aquellas ganas que tenía de entrar y palmearle la espalda en gesto de apoyo, pero se abstuvo de ello, dio media vuelta y se retiró, dejando a un JongHyun quebrado en llanto, “en contra de su voluntad”. No debía interferir, no, ya no más.


 


Ese día, no sucedió nada, “como siempre” pero aún así, el mayor, mantenía la esperanza. Se fue a su gimnasio, y se quedó allí trabajando como de costumbre, para luego a la noche volver otro rato al hospital.


Ya no era más aquel bibliotecario que solía ser, renunció, 2 semanas después de que el menor admitiera frente a MinHo que ellos eran parejas, pues alguien los había visto, y los “denunció”. Pero poco le importó perder aquel puesto de trabajo, lo más importante era que el menor, estuviese bien, y que pudiera terminar sus estudios, ya que le habían amenazado también con que lo echarían de la Universidad, si “su relación” seguía. Por lo que JongHyun tomó la decisión, motivo que empezó una discusión, pero terminó ganando aquel “encuentro”.


 


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Una semana más, cumpliéndose finalmente los 4 meses.


La misma rutina de siempre… o eso creyó, pues, antes de llegar al pasillo, notó más movimiento del habitual, observando que las enfermeras corrían suavemente por el pasillo. Su corazón se tensó, y se comenzó a agitar. Unos pasos más, y notó que de donde salían y entraban era de la habitación de su “rubio” ahora, sin pensarlo, se dirigió corriendo hacia el lugar, pero le prohibieron la entrada.


-¿¡Qué sucede!? ¡KiBum! ¿¡Qué sucede, maldición! ¡Por Dios, que alguien me diga!-


Nuevamente aquel ataque de nervios, de ansiedad le atacó, a los segundos, 2 enfermeros vinieron a sujetarlo.


-¡Señor, tranquilícese! ¡No podemos decirle, ni puede pasa en este momento!-


-¡Soy su novio, maldición! ¡Soy el único que viene todos los putos días a verlo! ¡No pueden no decirme! ¿¡Qué sucede!? ¡Maldición suélteme! ¡KiBum, KiBum, Gatito, diles, diles que yo soy tu novio!-


Entró en un ataque casi esquizofrénico, no entendía nada, no entendía absolutamente nada, pero algo sucedía con la luz de sus ojos, con el amor de su vida, y necesitaba saberlo.


Su llanto fue realmente impetuoso, estaban a punto de sedarlo, cuando el doctor encargado de KiBum, salió de la sala.


-Señor Kim, por favor tranquilícese, necesito que lo haga para decirle que sucede.-


Habló calmado el doctor, en lo que JongHyun con el corazón demás acelerado, por el miedo a lo que pudiera llegar a decirle, asintió, e inhaló y exhaló con fuerza.


-Suéltenlo.- Dio la orden el doctor para que le soltasen, los enfermeros con dudas no les quedó más que asentir, y soltarlo lentamente. JongHyun permaneció en su lugar increíblemente. –Muy bien, así está mejor, ahora si podemos hablar.- El doctor seguía con aquel tono sereno inalterable. –Señor Kim, no sé si esto sea bueno o malo…- Los ojos de JongHyun se abrieron a más no poder ante aquellas palabras que lograron alterarle los nervios una vez más, pero pudo controlarse. –Antes de que se altere otra vez, le diré, sin rodeos, él… ha despertado, pero antes de que se ponga feliz, me temo que no sé si sea bueno, pues puede deberse, a lo que llaman “Mejoría antes de la muerte”…-


Al oír la primera parte del “Diagnóstico” JongHyun estaba por esbozar una sonrisa de lado a lado, pero luego aquel apresuro, por parte del médico, para terminar de explicarle la “segunda parte”, le quitó las ganas de sonreír nuevamente, sustituyéndola por unas ganas inmensas de llorar a mares.


-N-no puede decirme eso… n-no, e-él, él v-va a estar bien, ¡Tiene que estarlo!-


-Señor, le reitero, cálmese o nos obligará a sedarlo, no hay nada más que me gustase, que darle ánimos y esperanza diciéndole que él finalmente ha despertado y que mejorará, porque no estamos seguros de que así sea, así que por favor, por las dudes, vaya preparándose mentalmente. Su enfermedad está muy avanzada, y es crítico, ya prácticamente no posee defensas. Sea fuerte por favor, ahora si me permite, me retiraré, cualquier cosa, ya sabe dónde encontrarme.-


Se mantuvo hablando aún con aquel tono sereno, en lo que le otorgaba una leve reverencia, retirándose inmediatamente sin esperar una devuelta, pues se veía que el mayor estaba en shock.


Cuando salió de él, sin pensarlo más, entró corriendo a la habitación, y allí vio a su KiBum, con ¡LOS OJOS ABIERTOS! O por lo menos luchando por mantenerlos abiertos.


-¡Gatito!- Gritó con angustia y felicidad a la vez. Acercándose a su lado a las apresuradas, tomando su mano, y comenzando a llorar sin filtro alguno. KiBum simplemente abrió sus ojos más de la cuenta, hizo un esbozo de sonrisa, y los aparatos allí dentro comenzaron a chillar alarmando al mayor. Pero antes de que pudiera llamar a alguien, ya un enfermero ingresaba corriendo a la sala. -¿¡Que sucede!? ¿¡Está algo mal!?-


-¡Tranquilícese señor!-


Intentó el enfermero, calmarlo, en lo que le inyectaba algo en el suero al menor, para que segundos después, todos aquellos aparatos se tranquilizaran.


-No era nada, tan solo se alteró al verlo a usted, son emociones muy fuertes la que está experimentando en estos momentos, luego de estar 4 meses en coma…-


Habló el enfermero, tranquilizando al mayor, mientras este veía como del rostro del menor, escapaban lágrimas silenciosas. JongHyun agradeció y asintió la información que el enfermero le brindó y luego de retirarse, este se acerco y besó su frente.


-Vas a estar bien, vas a salir de esta KiBum, mi gatito hermoso, sé fuerte, vas a salir, ya verás, descansa, y recuerda que te amo.-


Habló más calmado y dulce el mayor, en lo que volvía a besar a su otra mitad. Si bien no le gustaba la idea de que “descansara” pues ya había estado 4 meses “durmiendo”.


Tenía miedo, tenía miedo de que se durmiera y no volviera a despertar en 4 meses más o peor aún nunca más.


Pero aún así, confió en su positivismo, y se quedó allí, una hora más, cuidando de él, para luego irse a trabajar, y volver a la tarde-noche. El menor ya estaba despierto nuevamente, para alivio del mayor.


-He vuelto amor, ¿cómo te encuentras? ¿Mejor?-


El rubio, le miraba con un nuevo brillo en los ojos, y débilmente asintió, al parecer, aún estaba muy débil para hablar, pero las palabras no eran necesarias por el momento, por más que el mayor se muriese por volver a escuchar su voz.


-Pues, mejor así, si sigues mejorando de esta manera, pronto volveremos a casa, ya lo verás.-


Sonrió el castaño, en lo que se acercaba y acomodaba los cabellos de su frente. El menor nuevamente le miro con aquel brillo, pero esta vez cristalino, causante de aquellas lágrimas que ahora le volvían a surcar sus mejillas.


-Sí, mi vida, sé que es lo que más deseas, y yo también, pero para eso, necesito que te repongas bien, te amo, no lo olvides.-


Si fuera por él, le hubiese sacado la máscara de oxígeno, y le hubiese besado, pero no se atrevió. Temía realmente por su salud. Así que tan solo optó por sonreír de la manera más radiante que le posible en ese momento. Y funcionó, “su gatito” movió levemente su mano, sujetándole de una manera realmente frágil la ajena, pero aún así, le devolvió la sonrisa, aunque era en menor medida, aquello le fue suficiente, para JongHyun.


Debía estar más que feliz, que la luz de sus ojos, estuviera aún allí con él, a pesar del estado en que se encontraba, con esas manchas en la piel, y esa delgadez extrema, realmente era algo triste de ver, pero aún así, JongHyun seguía amando a ese ser humano, que tanto le dio.


KiBum, se volvió a dormir, soltando del todo nuevamente la mano de JongHyun, haciendo que se preocupase aún más, su corazón se aceleró, pero se tranquilizó, cuando sintió a la máquina seguir funcionando. Respiró aliviado, y esta vez había decidido quedarse a su lado, a pasar la noche, sí definitivamente, ya no lo volvería a dejar.


Le miró una última vez, no pudiendo creer como es que ya habían llegado a esa instancia, 10 años juntos, realmente una eternidad, y querría que siguiese siendo así, pero quizás, jamás volverían a la normalidad. ¿Saldría realmente su gatito de este hospital, saldría finalemtne de esta sala? El lugar el ambiente, ya realmente le deprimía al mayor, aquel olor a desifectantes, le descomponía. Tan solo se quería llevar a su gatito nuevamente a su departamento, en el cual hacía ya 7 años que vivía.


Escaparon unas cuantas lágrimas de sus ojos al recordar todo aquello, el pesimismo, comenzaba a ganar territorio en su corazón, pero no quería rendirse, el motivo por el que seguía soportando aquel lugar, era sólo “su rubio” ahora.  Asió con fuerza aquella mano, ya tan lívida, fría y demacrada, y se sentó nuevamente en aquella silla tan incómoda, pero ya nada le importaba, al parecer el cansancio le ganó. Tanto el de sueño, como el de soportar durante tanto tiempo aquella situación.


Si bien cualquiera diría que 4 meses no eran nada, para él lo eran, era realmente estresante, y más aún por aquella condición tan delicada que presentaba aquel rubio, su vida, su cielo, su alma. Estaba ya al borde del colapso, pero seguía adelante, debía seguir adelante, debían de pasar este obstáculo tan difícil como escalar el Everest. Era su primera vez lidiando con este tipo de cosas, pero para ser la primera vez, realmente lo había soportado bien. Pero aún así, ya no sabría cuanto más podría seguir haciéndolo.


Estaba llegando a su límite…


 


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~3 días más transcurrieron~


El menor, ya se mantenía mucho más tiempo despierto, y podía balbucear algunas cosas, era realmente una notable recuperación, que volvió a llenar de esperanza y júbilo al mayor, el rubio, sonreía, le miraba y le volvía a sonreír. Aquello era realmente más que suficiente y le llenaba el corazón al aún castaño.


Eran cerca de las 21.00 hs. estaban solos, y KiBum con una débil seña, pero entendible le sugirió al mayor acercarse. Y éste así lo hizo.


-¿Qué sucede mi vida? ¿Te sientes mal? ¿Quieres que llame al doctor?- Preguntó con curiosidad y lo más sereno posible, pero no podía evitar ocultar aquel nerviosismo y preocupación que le salía prácticamente por los poros.


-ítame áscara.-


La voz del menor sonó ronca, estremeciendo todo el cuerpo del mayor, pues hacía tiempo que no la oía.


-Disculpa, ¿qué? No pude entenderte mi cielo.-


-Máscara… quí-quítamela…-


-¡Gatito! ¡Sabes que no puedo! Pídeme cualquier otra cosa, menos eso…-


-¡Quí-quítamela!- KiBum nuevamente liberó unas cuantas lágrimas, y JongHyun quedó petrificado. –Or... avor…- Su mirada se tornó suplicante, y el castaño realmente no pudo negarse ante tal expresión, probablemente se arrepentiría toda su vida por aquello, pero debía hacerlo, era petición de su otra mitad.


Tragando saliva, observando para todos lados y luego suspirando, notándose su nerviosismo, prosiguió a quitársela lenta y cuidadosamente.


El rubio, tomó una gran bocanada de aire, que preocupó al mayor, pero aún así, se guardó sus ganas de volver a ponerle la máscara.


-T-te amo…-


Su voz… ¡su voz nuevamente! Se oyó débil, pero tan delicada como la que solía oír todos los días.


 JongHyun no pudo evitarlo más, lloró, y lloró a mares a más no poder. Dejó la máscara a un lado de la cama, se tiró prácticamente encima del menor con cuidado, abrazándolo a más no poder y cuando se separó, nuevamente acomodó los cabellos de aquella frente. Cayéndosele sin querer algunas lágrimas en ella.


-Y-yo, yo también te amo KiBummie, gatito, mi vida, mi cielo, mi otra mitad, luz de mis ojos… te amo cómo no te das una idea ¡y nunca dejaré de hacerlo! ¡Así que recupérate! ¡Por favor recupérate pronto! ¡Quiero llevarte a casa!-


El menor sonrió, se notaba agitado, JongHyun quiso ponerle la máscara de oxígeno otra vez, pero este aún débil, se negó, y el castaño no pudo permitirse forzarlo. La retiró nuevamente y limpió sus lágrimas, mirándole, viendo reflejado en aquellos ojos que ya no poseían casi brillo.


-O iento- murmuró casi sin voz, pero el mayor pudo entenderlo perfectamente, y aquellas palabras le provocaron un “crack” en su corazón, aquel “lo siento” sonó muy diferente a los demás… Sonaba a… a despedida.


(https://www.youtube.com/watch?v=LaTISaKdrIc&hd=1)


Sus lágrimas volvieron a formarse y a caer siendo imposibles retenerlas. –Y-yo ya no uedo… más. A-algunos que, tienen v-vida… la desperdician, y a-aquellos que.- no pudo completar su frase, debía descansar, estaba realmente agitado, y el castaño nuevamente sugirió que se pusiera la máscara, pero él, terco,  se negó. –Y a-aquellos que la anhelan s-se l-le e-es a-arrebatada… La vida. No es justa, nu-nunca l-lo fue- Concluyó realmente agitado a más no poder, aquel pecho escuálido subía y bajaba con gran frenetismo, JongHyun se estaba preocupando, y más aún cuando vio aquellas lágrimas en sus ojos felinos.


-No, no, no… no digas esas cosas Bummie, t-tu, tú te recuperarás, t-tan solo ti-tienes que des-descansar… po-por favor ponte la máscara una vez más y-y cu-cuando te-te recuperes se-seguiremos habl-


KiBum nuevamente con un movimiento de mano casi imperceptible, tomó la del mayor, la sujetó con mucha más fuerza de lo normal y silenció al castaño de inmediato.


-N-no… yo, ya no iero, u-uchar más. Estoy can-cansado. Y-a no quiero tenerte a-atado con cadenas, por mi culpa. Yo te a-amo, po-por eso… te libero d-de tu castigo. Lo siento. Sé fe-feliz. Te amo, no lo olvides JongHyun y lamento haberte hecho sufrir de esta manera. Te amo, lo siento. Una vez más. A-Adiós…-


El menor, luego de terminar aquella última frase increíblemente entendible a la perfección, lentamente fue cerrando sus ojos, JongHyun entró en pánico, su cuerpo temblaba entero. Puso como pudo aquella máscara pero fue inútil. Aquel sonido tan simple pero devastador se oyó finalmente. “Piiii~”


La mano del rubio paulatinamente se tornó aún más fría de lo que ya estaba, y se dejó caer, soltando la mano del mayor.


-¡KIBUM! ¡NO! ¡NO PUEDES MORIRTE!- Salió fuera de la habitación y grito con todos sus pulmones- -¡DOCTOR, ENFERMERO, ALGUIEN! ¡POR FAVOR!- Volvió a la habitación y sujeto con mayor fuerza aquella mano y continuó en aquel estado de pánico -¡NO PUEDES DARTE POR VENCIDO ASI COMO ASI! ¡SI TANTO ME AMAS, DEBES SEGUIR LUCHANDO PARA SEGUIR ADELANTE! ¡MALDICIÓN KIBUM! ¡DESPIERTA!-


Su llanto era desgarrador, y segundos después llegó el doctor corriendo con un enfermero.


Trajeron todo lo necesario para reanimarlo pero les resultó imposible, el rubio, se había entregado “voluntariamente” a la muerte. El médico luego de hacer unos cuantos intentos, suspiró derrotado, limpió el sudor de su frente y miró al castaño, con un rostro realmente compungido.


-Lo siento… él-


-¡NO! ¡IMPOSIBLE! ¡ÉL NO PUEDE! ¡ÉL SIMPLEMENTE NO SE PUEDE MORIR!!!-


Cayó al suelo de rodillas, liberando todo su dolor, angustia, e ira. 2  enfermeros le quisieron sujetar para ayudarlo a levantar pero removiéndose con violencia, no permitió que le tocaran.


-¡DÉJENME! ¡NO ME TOQUEN! ¡DÉJENME A SOLAS CON ÉL!-


Exigió realmente furioso, mientras que lágrimas y más lágrimas surcaban sus mejillas. Los enfermeros se miraron entre sí, con un rostro realmente atribulado también por la situación y el doctor les dio la orden para que así lo hicieran, ambos enfermeros abandonaron la sala y detrás de ellos el Doctor Shin. Cerró la puerta con delicadeza y se quedó por la zona, dándoles privacidad pero a la vez vigilándole por cualquier caso que debe de irrumpir de manera emergente.


 


Había un nudo enorme en su garganta, mientras que su mirada estaba nublada, lloraba en silencio, viendo como la muerte se lo llevaba, o mejor dicho se lo había llevado, frente a sus ojos.


Rozó su boca con sus manos, sus lágrimas mojaban sus labios fríos. KiBum lo era todo para él.


(https://www.youtube.com/watch?v=3NAIKUorLXc&hd=1)


-Dime… dime gatito, ¿cómo debo de seguir sin ti? Mi… amor. ¡Te necesito cerca!-


Su cuerpo sufría espasmos a cada rato, por culpa de aquel llanto desgarrador. Acariciaba su rostro, una y otra vez.


-¡No importa qué, serás para siempre solo mío, gatito, así que espérame! ¡Espérame mi cielo, pronto me reuniré contigo nuevamente, y te tendré, cuidaré y amaré! Pronto iré, y a tu lado yo estaré, y allí me quedaré. Porque te amo, y te amaré.-


Lloraba, mientras hacía que el menor le acariciara el rostro, realmente necesitaba sentir el tacto de su otra mitad, por última vez…


-¡Eres todo para mí! ¡Mi vida, mi pasión! ¿¡Por qué te fuiste!? ¿¡Por quéeee!?-


Colocó su frente en el pecho del menor, y lloró, y lloró, y más aún al no sentir aquel “sonido” que siempre le tranquilizaba, ahora… era absoluto silencio.


Estaba a punto de entrar en un ataque de ansiedad, pero el Doctor Shin, había decidido que ya le había dejado suficiente tiempo, debían de hacer los papeles, y reportar el fallecimiento… a las 22.57 de la noche.


JongHyun, estaba experimentando unas sensaciones horribles, temblaba, el aire le faltaba, su pecho se cerraba, sudaba, y su piel comenzaba a perder su color natural.


Por suerte el doctor ingresó a tiempo, y le ayudó a tranquilizarse haciéndoles unos masajes en la espalda, pecho y cuello.


-¡Señor, tranquilícese por favor! ¡No le va a suceder nada, inhale y exhale profundamente, vamos usted puede!-


JongHyun con mucho esfuerzo, intentó seguir las instrucciones del Doctor y lentamente fue tranquilizándose para su sorpresa.


El Doctor Shin, hizo una señas con sus manos, y nuevamente aquellos 2 enfermeros, vinieron y sacaron a un JongHyun ahora totalmente ido, sus lágrimas seguían corriendo, pero en silencio.


-Lo sentimos mucho señor Kim, nuestro más sentido pésame, en verdad hicimos todo lo que pudimos, pero, aquello realmente ya no tenía solución y quedaba tan solo esperar.-


Habló el Doctor ahora con un tono aún más afligido, siendo incapaz de mantener aquella voz serena y segura que era lo que los pacientes y familiares de estos necesitaban, para poder sobrellevar las situaciones con calma.


JongHyun asintió, y los enfermeros, lo llevaron a la recepción por órdenes del médico. –Llévenlo a la recepción y soliciten un informe de defunción.- Ambos enfermeros asintieron y mientras uno le ofrecía un café a JongHyun, el otro había ido a pedir aquellos papeles, que tan dolorosos iban a resultar ser completados.


Su mirada estaba realmente perdida, vacía, parecía ser simplemente un recipiente al cual le habían arrebatado su esencia, su alma, su vitalidad, su “humanidad”. Pero aun así, los completó.


 


Y con su corazón más que destrozado, al otro día lo veló y lo enterró. No podía creerlo, su primer y único amor, se le había sido arrebatado.


Cayó de rodillas sobre la tierra, viendo como ella comenzaba a caer sobre un cajón, el cual contenía a su amado… no podía creerlo aún, no podía creer que “Su gatito” yaciera allí.


Muchos dirán “piensa que por lo menos pasó a una mejor vida”. Pero JongHyun no lo creía así, él creía que la “mejor vida” estaba a su lado, junto a él, ambos disfrutando de lo que la vida les ofreciese. El castaño sentía que jamás podría aceptar el compartir el corazón con los “querubines”, JongHyun lo quería para él y solo para él. Era egoísta lo sabía, como así también sabía, que él era el único “habilitado” para hacer feliz a aquel muchachito que conoció con 22 años, “descarrilado” perdido en el líbido. Pero que con el tiempo, logró “encaminarlo”.


Lloró aún más hasta que ya no fue capaz de ver ni oír nada a su alrededor, más que aquel cajón siendo oculto por la tierra. Realmente su esencia se había ido con aquel angelito demoníaco, que le robó el corazón, en efecto.


Sintió una presencia que le observaba, pero en ese momento, no estaba para prestarle atención a aquel pequeño detalle. Aquella imagen, aquel sonido de la tierra golpeando el cajón lo perseguiría, por el resto de su vida, viendo el tiempo que estuvo junto a él pasar frente a sus ojos.


 


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~ 1 año después~


JongHyun, estaba acostado, mirando al techo, pues realmente aún a pesar del tiempo transcurrido, aún le costaba conciliar el sueño, eran las 3.19 de la madrugada. Se giró mirando hacia su reloj, y suspiró.


“-JongHyun… JongHyun…-”


Escuchó de repente aquella voz tan dulce y melodiosa con eco, que le dejó helado, rápidamente se sentó en la cama, sintiéndose mareado por la brusquedad del movimiento. Pero aquello dejó de importar, cuando vio la imagen de KiBum en la puerta, no pudo creerlo, sus ojos de inmediato se llenaron de lágrimas, se los restregó con violencia, convenciéndose de que aquello era un mero producto de su imaginación, pero cuando volvió a abrirlos, aquel bello “periodista” sonriéndole con dulzura y paz, se le acercó lentamente. JongHyun no podía moverse, estaba realmente paralizado.


-Soy yo cachorrito… no temas, no te haré nada, mi vida.-


JongHyun, lloró aun más, su cuerpo temblaba, pero aún así no podía moverse, quería abrazarlo con todas sus fuerzas, volver a rodearlo entre sus brazos, y sentir aquella sensación que tan satisfactoria era. Pero aquel llanto, también se debía a la manera en que le hablaba su rubiecito, tan impecable y bello como siempre, aquellas palabras, nunca se las había dicho, a excepción de “cachorrito” que solo una vez le había llamado así, pero siempre notó que el menor, a pesar de estar juntos, jamás le entregó todo al 100% a pesar que le había dicho “Te amo”.


Sus sentimientos eran contradictorios, pero aún así, eso no quitaba el hecho de que comenzaba a desesperarse por no poder moverse ni abrazar al menor.


-KiBummie, gatito. Ven acércate más, te necesito cerca…-


Habló el mayor entre sollozos. El menor sonriente se acercó lentamente, y sentándose al borde de la cama, miró al mayor, ese perfume, esa esencia que reconocería en cualquier lugar le invadió, llenándolo por dentro.


KiBum se inclinó levemente sobre el mayor y le abrazó, JongHyun en ese momento sitió como si su corazón volviese a estar vivo, en un gran latido, que dio inicio al  frenético latir, su cuerpo, su corazón, sus nervios, volvían a reaccionar al toque de aquel esbelto cuerpo, finalmente sintió como sus brazos se liberaron y sin pensarlo, lo abrazó con todas sus fuerzas. Sus lágrimas ya no tenían contención, yo nada las podía detener.


-¡Te amo! ¡Te amo tanto gatito! ¡No sabes cuánto te extrañé!-


Explotó en un llanto, realmente inconsolable, si tuviera vecinos, con aquellos gritos pensarían seguro que estaba loco, pero no, no lo estaba, su gatito estaba allí, él lo sabía, lo podía sentir, era de carne y hueso, ¡estaba a su lado!


KiBum, sonrió, lloró y se aferró aún más al mayor.


-También te extraño, y mucho, mi vida.-


JongHyun separó al rubio, de su cuerpo, pues, se sorprendió al oír aquellas palabras. Ambos se miraron, y ante la mirada sorprendida del mayor, el menor respondió con una sonrisa dulce, y besó aquellos labios, que siempre le resultaron tan “antojables”


JongHyun sin pesarlo, le correspondió, mientras lo sostenía con tenacidad. No quería soltarlo, no quería dejarlo ir, nunca más.


El menor le acariciaba también, con más delicadeza y dulzura, como nunca antes se había mostrado. JongHyun ansiaba, anhelaba que el menor le acariciase más y más, lo necesitaba, en verdad que lo necesitaba cerca.


Aquellos besos continuaron, y cuando el aire escaseo, ambos se separaron… se miraron, la mirada de ambos brillaban como grandes luceros. Pero cuando KiBum cerró sus ojos lentamente y escaparon algunas lágrimas.


-Te amo, demasiado para ser cierto, debes vivir, debes seguir viviendo amor, yo, estaré esperando por ti… te amo.-


Aquellas palabras, shockearon al castaño, dejándolo incapaz de reaccionar, de caer en lo que estaba escuchado y sucediendo. ¿Por qué hablaba así? ¿Por qué, si ya ambos estaban juntos?


KiBum besó aquellos labios de aquel rostro sorprendido, y acariciándolo, besando su mejilla de una manera delicada, se puso en pie nuevamente, y JongHyun perdió la capacidad de reacción en sus brazos otra vez.


-Nos vemos, por favor, no cometas una locura, y vive, sigue adelante, y si tienes que enamorarte, hazlo, yo estaré agradecido, con aquella persona que pueda hacerte lo feliz que yo no pude…-


En ese momento, vio algo de dolor en aquella mirada tan luminosa… pero este sonrió a pesar de aquel sentimiento y comenzó a retirarse. JongHyun entrando en desesperación aún peor, no supo cómo, pero estiró su brazo, y sujetó al menor de la muñeca con ímpetu y tenacidad.


-¡KIBUM! ¡No te vayas, por favor, no te vayas nuevamente, no destroces mi alma una vez más..!-


-Lo siento mi vida, debo irme, mi tiempo aquí  ha expirado, te amo y sé feliz…-


 KiBum se soltó con delicadeza y luego para sorpresa de JongHyun se esfumó.


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Despertó de golpe. Aves cantaban… autos transitaban la calle y entonces se dio cuenta de que había amanecido y que realmente si había sido un sueño, pero él… ¡Él lo sintió, sintió su cuerpo, sus labios, sus caricias!


Al principio, estaba sorprendido, pero luego increíblemente sonrió, y sonrió como hacía mucho tiempo que no lo hacía.


Su corazón extrañamente estaba en paz, y cuando giró a su izquierda, pudo divisar el almanaque, que estaba marcado, hoy… se cumplía 1 año del fallecimiento de su otra mitad.


Y aquellas palabras, por más que en aquel momento, que se le fueron dichas, le provocaron las lágrimas, en este momento ahora, le hacían sonreír.


Se levantó, limpiando unas pequeñas lágrimas que surcaban sus mejillas, tomó una ducha, desayunó, salió de su departamento mucho más sereno que de costumbre, fue a la florería, y compró un ramo de rosas blancas y amarillas.


Se dirigió al cementerio, e hizo aquel camino que ya se lo sabía de memoria. Llegó al lugar y leyó aquello. “Kim KiBum -1981-2013; Siempre te recordaremos con cariño tu pareja y tus amigos”.


Se arrodilló, acarició la lápida y nuevamente lágrimas escaparon de sus ojos involuntariamente, pero estas, eran de emoción, y felicidad…


Aquellas lágrimas serían las últimas que derramaría por aquel dolor que su corazón experimentaba y seguiría experimentando.


Nunca lo olvidaría, pero seguiría su vida, tal y como el menor “le ordenó”.


Ya se reencontrarían, “más tarde”, y a pesar de que él de cierta manera se encontrase “ansioso”  por efectuar aquel encuentro, las palabras de “su morenito” le quedaron grabadas. “No cometas una locura, vive y sigue adelante…”


Sonrió levemente una vez más, mientras miraba el pequeño recuadro de la foto del menor, y sintió una mano tocar su hombro y arrodillarse a la par de él. Aquel inesperado contacto logró exaltarlo, pero cuando se giró para ver de quien se trataba, se sorprendió de sobremanera.


Era… Choi MinHo. Aún lo recordaba.


El tiempo no había pasado demasiado para el moreno más alto, pero de todas maneras, se le notaba, más maduro, y más adulto. No por nada, tenía 32 años de edad. JongHyun le dio un vistazo rápido, y volvió su mirada a la fotografía del rubiecito, sin decir absolutamente nada.


-Sé que es la primera vez que hablamos directamente usted y yo en 11 años, pero hoy sí, que no podía quedarme observando de lejos. Sé como se siente, porque también lo vivo, pero KiBum fue una gran persona, y apuesto a que estaría feliz, de que dejemos de llorar por él.-


Antes esas palabras y ese “nosotros” oculto, giró repentinamente hacia el menor, y lo vio, también surcaban lágrimas silenciosas por aquellos pómulos.


(https://www.youtube.com/watch?v=TFbM5ztK0Xg&hd=1 )


-Si- Contestó con una voz media quebrada el mayor. –Estoy de acuerdo contigo por primera vez, y es por eso que he decidido que hoy terminaré mi duelo. Se lo merece y creo que yo también. Pero eso no quiere decir que lo olvide y no venga a “visitarlo” nunca más, tan solo, lo atesoraré en un lugar más profundo de mi corazón, para “darle espacio” a nuevas cosas que puedan llegar a venir.- Habló mucho más sereno de lo que se imaginó, era una estado de ánimo extraño, pues no sentía nada más que no fuera paz en su corazón ahora.


-Me parece muy bien entonces, y sí, estoy seguro de que él, querría eso.- Habló en un tono más amable el menor, en lo que dejaba un ramo de claveles rojos, siendo seguido por la mirada del mayor. –Aún no puedo creer que me ocultara el hecho de estar enfermo de HIV durante tanto tiempo, ¿Por qué no me lo dijo? ¿Acaso no confiaba en mí?- Unas cuantas lágrimas más, escaparon de sus ojos.


JongHyun, se sintió conmovido. –No era eso, él te quería y valoraba mucho, y justamente por eso no te lo dijo, no quería hacerte daño, porque sabría como ibas a reaccionar y no se equivocó. Tu reacción hace 5 años atrás, lo confirmó.- Explicó el mayor, recordando de manera veloz, aquella escena, en dónde KiBum y él, estaban discutiendo, detrás de las cámaras del canal donde ambos periodistas habían terminado de trabajar.


///FlashBack///


-¡No entiendo tu forma de pensar KiBum! ¡Dices que me amas, pero me estas sugiriendo terminar!-


-JongHyun, no empieces, no es lugar ni momento para discutir esto-


Había hablado inexpresivo y en voz baja el menor, pero JongHyun no pudo evitarlo, realmente estaba enojado, asustado.


-No me vengas con eso KiBum, ¿Es acaso es por tu enfermedad? ¿Es que aún sigues pensando que deberías dejarme porque no vales la pena? ¡Te he dicho que te amo igual, a pesar de seas HIV +!-


-¿¡E-Estás e-enfermo!?-


Interrumpió en shock el moreno, pues KiBum para ese entonces ya era rubio.Ambos involucrados en la discusión no pudieron reaccionar, pues el menor ya había entrado en alguna clase de ataques de nervios, o algo parecido…


///Fin del FlashBack///


 


-Sí, lo sé, y cuando logré asimilarlo, me disculpé por mi comportamiento, es que realmente la noticia me había impactado, sabía que aquellos riesgos existían, pero jamás pensé que le tocara a KiBum.-


Habló ahora un poco más triste el menor.


-Nadie, está exento de nada en esta vida. A cualquiera nos puede tocar, solo que en este caso, le tocó a mi KiBum… pero aún así, eso no quita el hecho que lo amé con todas mis fuerzas, hasta su último segundo, y aunque aún lo sigo haciendo, creo que debo seguir con mi vida…-


Se contagió el mayor de aquel tono de voz del moreno. Pero a pesar de que le extrañaba demasiado, era hora de “liberarlo”.


-Creo que es hora de “liberarlo”, así como él en su lecho de muerte dijo que “me liberaba de sus cadenas”… yo ahora le digo lo mismo. “KiBummie, gatito, te libero de mis cadenas también, te prometo ser feliz tanto por ti como por mí, te amo. Así que, por favor, descansa en paz…”-


Y nuevamente lágrimas se liberaron, pero algo las hizo detener de inmediato, el menor le había abrazado.


Su primer contacto directo en 11 años, con el que fue “su enemigo mortal” en el amor, durante el pasado y ahora, aquel le estaba abrazando, consolando y~… debía admitirlo, se sentía bien.


-Ambos debemos seguir adelante con nuestras vidas, JongHyun ssi, debemos sonreírle al día a día, para complacer a KiBum…-


JongHyun asintió y ambos se sumieron en un llanto levemente silencioso, descargando todo lo que se habían guardado. Y para sorpresa del moreno, el mayor, segundos después le abrazó también, fortaleciendo aquel abrazo, aquel lazo que quizás había iniciado. Quizás aquello era el inicio de algo ¿una amistad quizás?


Luego de 11 años de enemistad, ellos habían podido dejar a un lado sus diferencias. Nada más ni nada menos, que en el aniversario de la muerte de aquella persona, que tanto adoraban y que podía haber sido la causa de un triángulo amoroso. Pero ya ninguno tenía rencor en su corazón, pues no es lo que KiBum “querría” y se los hizo saber a ambos. La noche anterior…


SongFic: Labios Compartidos – Mana-

Notas finales:

Bueno, aquí me despido :3, espero que les haya gustado, a pesar del final, de seguro las hice llorar, pero no pude evitarlo, yatenía pensado hacerlo así, la canción me llevó a eso xD jajaja


Soy mala, lo sé, pero para cortar un poco con tanta dulzura y miel empalagosa cursi xD jaja ♥


Muchas gracias a tod@s por leerlo, y tambié agradezco sus reviews por adelantado ♥ n.n aquí les dejo mi página de facebook, por si les interesa n.n ♥ https://www.facebook.com/ZaffireHeart


Disculpen nuevamete las faltas de ortografía, pero bueno viene hace un rao de la calle xD y pues, lo publiqué a las apuradas xD jajaja


Creo que no me falta nada xD


Bye bye~ ^u^//


♥ ZaffireHeart ♥


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