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no eres bueno para mi por dchermosilla

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Notas del capitulo:

espero les guste este nuevo capitulo

el sol golpeo de lleno en mi cara sacándome de los brazos de Morfeo, me estire como un gatito y sentí una punzada en donde la espalda pierde su nombre, pero en vez de incomodarme me sentí feliz ya que ese pequeño malestar era la muestra de que había sido uno con el hombre que amaba, me gire un poco para observar a hana dormir y me costó bastante ya que los brazos fuertes de mi amante me tenían inmovilizado, cuando lo conseguí el esfuerzo valió la pena ya que pude ver una de las imágenes mas lindas de mi vida una que guardaría por siempre y que esperaba se repitiera por mucho tiempo mas, con el pelo revuelto y los labios entreabiertos dormitaba mi bello pelirrojo se veía realmente tierno y muy tranquilo, mientras lo observaba acaricie lentamente su rostro para evitar que despertara, y quite unos cabellos rebeldes de su rostro para que no le incomodaran.

 

después de media hora de observar embelesado a hana decidí que tenía que levantarme ya que mi cuerpo estaba sudoroso y mi estomago reclamaba comida, como pude me escabullí de aquellos brazos que me entregaban calor y protección y me dirigí desnudo al baño, largue el agua, me metí bajo el refrescante roció, con lentitud limpie mi cuerpo quitando todo el rastro del ejercicio de anoche, cuando termine de limpiarme salí y volví al dormitorio de hana que seguía plácidamente dormido, sin siquiera haberse movido un centímetro, busque mi ropa y me di cuenta que parte de ella no se encontraba en la habitación así  que decidí tomar una camisa de mi novio, o ex novio medite unos segundos la respuesta y decidí que tendríamos que hablar para aclarar nuestra situación más adelante, cuando termine de abotonarme la camisa que me quedaba un poco grande me abrace a mi mismo sintiendo que el olor de hana me llenaba por completo como si fuera el mismo quien me estuviera abrazando, en ese momento mi estomago rugió por lo que decidí salir a la cocina a prepara algo.

 

 

cuando llegue a la cocina me dispuse a prepara algo rico para cuando el dueño de casa despertara así que saque de la despensa huevos, tocino algunas verduras y pan el cual decidí tostar, cuando tenía todo medianamente dispuesto empecé a hacer café, la verdad es que el café era mi única adicción y mientras más negro fuese era mejor.

 

 

estaba bastante satisfecho ya que el olor a café invadía exquisitamente el ambiente, tenía las verduras listas, unas pocas frutas cortadas, y ya estaba terminando los huevos así que me iba a disponer a apagar el fuego y a despertar a hana, cuando unos brazos posesivos rodearon mi espalda y un torso duro y trabajado choco con mi espalda haciéndome saltar y casi soltar la cuchara de palo con la que revolvía los huevos, no entendía como un hombre tan grande y pesado podia ser tan sigiloso al caminar, cuando estaba a punto de recriminarle por el susto una voz seductora y masculina rompio el silencio del ambiente.

 

-¿por qué no estabas cuando desperté?

 

pese a que el tono era suave se podía notar un cierto reproche inmerso en el, lo que me ocasiono un poco de diversión ya que solo había bajado a preparar algo para comer.

 

-el sol me despertó, y decidí lavarme y preparar algo para cuando despertaras

 

dije a modo de explicación, justo en ese momento recordé que vestía una camisa del pelirrojo y que había usado sus útiles de aseo sin pedírselos, conociendo lo posesivo que hana era con sus cosas me vi en la necesidad de disculparme por ello

 

-espero no te haya molestado el que ocupara una de tus camisas y tu shampoo dije utilizando mi tono más tierno.

 

en eso hana me apretó mas contra él y olio mis cabellos medito unos segundos y dijo que no estaba molesto por el contrario quería que ocupara siempre sus cosas ya que le encantaba que oliera como el ya que lo hacía sentir que yo era suyo.

 

 

eso me ocasiono bastante risa ya que el pelirrojo me consideraba una de sus posesiones, pese a que no me molestaba el hecho de que hana pensara que yo era suyo no perdí la oportunidad de meterme con él y le conteste que yo no era un objeto y que yo era mi único dueño, cosa que era una completa mentira ya que él era el dueño de mi corazón desde hacía mucho tiempo y ayer le había entregado mi cuerpo, pero hana no tenía por qué saberlo.

 

 

lo empuje un poco cerrándole un ojo coquetamente y le anuncie que estaba listo que fuéramos a comer, el me contesto que se iría a lavar y que salía enseguida asentí y lo vi partir al baño, cuando estaba por llegar lo vi darse vuelta como un niño que esta pronto a realizar una travesura, me miro y me dijo que me amaba, haciéndome sentir bastante culpable, por haberlo malinterpretado y lastimado, cuando iba a contestarle que yo también lo amaba ya había ingresado al baño.

 

 

me senté en la mesa a esperarlo y a pensar en cómo me iba a disculpar, la verdad es que estaba un poco nervioso ya que también había decidido contarle a hana un poco de mi infancia, para que entendiera mi actuar, en eso estaba cuando salió del baño y se sentó frente a mi mirando con asombro la mesa en la que se encontraban los distintos alimentos dispuestos, empezó a comer y cuando probo los huevos me dijo que si hubiese sabido de mi talento culinario me hubiese llevado antes a su casa, pícaramente le contesto que yo tenía muchos talentos, lo que hizo que se atragantara, le acerque un vaso de agua y lo inste a que comiera más lento para que no se enfermara, ya que nadie lo apuraba y todo lo que estaba servido era para él, porque yo había comido mientras cocinaba así que solo estaba bebiendo café.

 

 

mientras lo observaba comer me di cuenta que hana era más vulnerable de lo que se veía, en su manera de actuar se notaba que no estaba acostumbrado a que alguien le preparara el desayuno, de seguro se había vuelto bastante independiente luego de que perdió a sus padres.

 

 

cuando vi que había terminado su te decidí dar comienzo a nuestra conversación pendiente, la verdad es que por más que había tratado de ensayar lo que le diría no había llegado a ninguna conclusión así que había decidido dejar que las palabras fluyeran.

 

 

comencé diciendo que teníamos que hablar pero apenas pronuncie aquellas palabras la cara de hana se transformo, y empezó a hablar rápidamente diciendo una tontería como que sabía que yo creía que lo de ayer era un error, lo que me sorprendió ya que nunca paso aquello por mi cabeza así que decidí sacar al pelirrojo de su error.

 

 

-veras hana eso no...

 

estaba hablando cuando me volvió a interrumpir, diciéndome que recordara como me había sentido ayer, haciendo que mi mente volara rápidamente a todas la sensaciones que el pelirrojo me hizo sentir, cuando me centre trate de volver a hablar para comentarle que ayer había sido maravilloso, pero este me volvió a interrumpir ya que se puso de pie y se acerco a mi lado colocándose a mi altura diciendo que no nos hiciera esto.

 

cuando trate de hablar por cuarta vez y me volvió a interrumpir, perdí los estribos, maldita sea con lo que me costaba abrirle mi corazón a alguien y este tozudo hombre no me dejaba ni decir una oración completa, me puse de pie bastante ofuscado y le hable fuerte

 

-por dios que no me arrepiento de lo de ayer, pero te juro que si lo hare si no me dejas decir una maldita frase completa termine respirando agitadamente.

 

 

cuando vi su rostro rápidamente me arrepentí de la dureza de mis palabras ya que hana estaba con cara de niño regañado, cogí aire y baje mis revoluciones, lo tome de la mano y lo dirigí al sillón, me senté y lo obligue a que recostara su cabeza en mis piernas, cuando conseguí que se quedara quieto y en silencio comencé a hablar mientras acariciaba sus rojos cabellos.

 

 

-no me arrepiento de nada pelirrojo, ayer si me entregue a ti fue después de haberlo meditado bastante

 

lo que en realidad no era del todo verdadero ya que cuando llegue a la casa del pelirrojo nunca fue con la idea de meterme a su cama si no de disculparme, pero al verlo casi desnudo frente a mi me hizo lanzarme a él y besarlo y luego una cosa llevo a la otra, pero bueno lo importante es que no me arrepentía de haberle entregado mi cuerpo a hana.

 

 

-bueno en realidad si me arrepiento de algo

 

apenas termine de hablar sentí el cuerpo de hana tensarse, de seguro pensaba que me arrepentía de haber estado con él, así que decidí sacarlo de su error, lo obligue a que se sentara frente a mí y tome su cara en mis manos, y hable.

 

 

-me arrepiento de no haber escuchado tu explicación aquella noche en el callejón, me arrepiento de haber hecho que sufrieras, de no haberme quedado contigo para curar tus heridas, pero sobre todo de haber provocado más heridas en tu corazón dije tocando su pecho.

 

 

hanamichi abrió grandemente sus ojos color chocolate y puso su mano sobre la mía,

 

-creo que sabes lo de ayako dijo sin apartar su vista de mi.

 


asentí y el suspiro

 

-lo siento kaede, pero no podía contarte nada hasta que ayako te lo hubiese dicho ella, pese a que ayako supero al imbécil de hiroki aun no lo ha hecho al punto de poder hablar libremente del tema, dijo bajando la vista.

 

 

levante su barbilla y suavemente comencé a hablar

 

-no te disculpes por ser un amigo leal hana, además era obvio que el contar esa historia no le corresponde a nadie más que a ayako.

 

 

el asintió y me beso suavemente -¿ayako te lo conto?

 

-si me fue a ver ayer y me conto su historia conteste.

 

-no debe haber sido fácil para ella, pese a que se ha puesto de pie aun la lastima recordar lo que vivió al lado de hiroki, dijo mirando a la nada.

 

-no fue fácil pero lo hizo por ti, ya que sabía que yo soy un poco tonto y que tu no me ibas a decir la verdad, decidió ella tomar parte y contarme a que se debía tu accionar, dije mientras seguia acariciando su rostro.

 

 

el tomo mi mano y seriamente dijo

 

-no me malinterpretes kaede, me encanta que ayako te haya dicho la verdad ya que gracias a eso hoy estás conmigo, pero me da pena que nuevamente por mi culpa ella se haya lastimado, ya cuando te conto su historia debe haber revivido su pasado, haciendo que volviese a doler.

 

 

no me gusto nada la cara de culpa que tenía mi pelirrojo en este momento así que me acerque y lo bese tiernamente, una dos tres veces.

 

 

-no te culpes hana, además creo que a ayako le hizo bien contarme su historia, una parte importante de la rehabilitación de quienes hemos sufrido violencia es precisamente el poder contar tu historia sin sentir vergüenza o culpa, aunque no lo creas eso ayuda a sanar el alma finalice.

 

 

el pelirrojo asintió pareciendo meditar mis palabras para finalmente encontrarme razón, de repente sentí que se me cortaba el aire ya que una mirada de entendimiento y asombro cruzo por el rostro de hana, ya no había vuelta atrás este haba entendido lo que había dicho ahora solo me quedaba, contar mi historia y avanzar un paso más en mi rehabilitación personal.

 

 

-¿dijiste hemos sufrido violencia?, me interrogo

 

 

asentí, tome un poco de aire y me lance a los brazos de hana, haciendo que este me cobijara la verdad es que no quería contar mi historia mientras este mi miraba fijamente a la cara, no quería ver su cara de lastima y pena dirigida hacia mí, de repente sentí caricias en mi espalda, y una suave voz que me dijo.

 

 

-kae digas lo que me digas hoy no cambiara la imagen que tengo de ti, para mi seguirás siendo el hombre hermoso fuerte y decidido del cual me enamore.

 

 

de repente sentí que el miedo que sentía de hablar se iba dejándome liviano, abrace aun mas al pelirrojo y comencé a hablar.

 

 

- ¿creo que te has dado cuenta del hecho de que odio la violencia en todas sus formas verdad?

 

 

-si kae, pero a muchas personas les pasa lo mismo, es normal que a la gente no le guste mirar como unos tipos se golpean dijo suavemente.

 

 

-a mi no es que me desagrade hana, es que me da terror, me paralizo ya que en cada golpe que veo o siento recuerdo, en cada hombre agresivo que miro veo a mi padre.

 

 

en ese momento sentí que la mano que me acariciaba la espalda se detenía por unos segundos para continuar masajeándome y alentándome a continuar,

 

-veras cuando yo nací tenía una familia normal, un padre que trabajaba y una madre que cuidaba de mi, cuando cumplí tres años mi padre perdió su trabajo y mi madre no soporto el hecho de tener a mi padre mal genio y sin hacer nada todo el día en casa, por lo que comenzó a salir con sus amigas, al comienzo salía en las tardes, luego una que otra noche en la semana, después llego un punto en que era raro verla en casa y cuando la veías siempre estaba rara, como ida encerrada en su mundo, pasaron años para que yo entendiera que estaba así producto de las drogas que consumía.

 

 

tome aire y organice un poco mis ideas para pode continuar,

 

-fue así como desde pequeño aprendí a jugar, comer y a sobrevivir por mi cuenta, los primeros meses en que mi padre estuvo sin trabajo no fueron tan malos, pese a que estaba mal genio era soportable, incluso salia algunos días a buscar trabajo pero no tenia resultados.

 

pero todo se puso color de hormiga cuando dejo de buscar trabajo y se dedico a estar en casa bebiendo todo el día, al comienzo empezó a vender algunas cosas para poder seguir bebiendo hasta llegar a un punto en donde prácticamente no quedaban muebles en la casa.

 

cuando cumplí cinco o seis años fue la perdición ya que mi padre descargaba toda su ira y frustración en mí, la primera vez que me golpeo fue cuando él estaba en el living bebiendo y viendo tele en el único aparato electrónico que quedaba y yo salí de mi cuarto a la cocina porque tenía mucha hambre, juro por dios que trate de aguantar las ganas de comer que tenia pero mi estomago dolía y sentía la boca agria por no haber consumido alimentos en días, me acerque despacio a un mueble donde mi mama guardaba galletas me subí a una silla y justo cuando estaba a punto de agarrar el frasco al ser mis brazos demasiado cortos se me resbalo y se hizo mil pedazos en el suelo, el sonido alerto a mi padre y se paro enfurecido a ver qué pasaba, cuando me vio entre los cristales rotos su cara se transformo, me jalo de los cabellos y me arrastro mientras decía que era un imbécil bueno para nada, recuerdo que me abofeteo muchas veces y en uno de sus golpes salte lejos cortándome los brazos y las piernas con los fragmentos de vidrio que estaba regados, mi padre al ver la sangre regada en el piso pareció entender que era suficiente castigo y volvió a beber.

 

 

sabes lo que más recuerdo de ese día, no fueron los golpes ni los jalones de cabello sino la sensación de vacío que lleno mi alma, el frio que inundo mi cuerpo que contrastaba extrañamente con la calidez de la sangre que brotaba de mis brazos y piernas, esa noche dormí en la puerta esperando a que mi mama regresara, curara con sus manos mis heridas, que hiciera aquel encantamiento y quitara el dolor, pero ella no llego ni hizo nada de aquello lamentablemente con el tiempo descubrí que para mí no había magia ni hechizo salvador.

 

seque un par de lagrimas que corrieron mi rostro y continúe,

 

-con el paso del tiempo la golpizas se hicieron cotidianas, a tal punto en que yo deseaba todos los años en navidad y en mi cumpleaños el don de ser invisible para evitar a mi papa, sin darme cuenta pase hasta los 12 años tratando de ser transparente para el mundo, hablaba bajo, pisaba despacio incluso trataba de respirar lento para no producir ruido, trataba de dormir cuando mi padre no estaba en casa ya que cuando llegaba estaba siempre alerta, para evitar molestarlo.

 

 

en ese intervalo de tiempo me hice amigo de un niño que era mi vecino, el me ayudaba a curar mis heridas, me daba ropa y comida, también me enseñaba a leer y matemáticas ya que yo no iba a la escuela, sin darme cuenta este niño se convirtió en la única persona en el mundo a quien yo le importaba, era el único que me hacía sentir que aun existía gente buena.

 

pero incluso ese cable a tierra se corto para mí ya que un día me dijo con mucho pesar que se iba a mudar con sus padres ya que a estos les había salido un trabajo en otra parte del país y que tendría que irse, sabes sentí tantas ganas de rogarle que me llevara con él, de prometerle que no iba a ser una molestia que podía ayudarlo con los quehaceres incluso que podría dormir en el suelo a su lado, o en el garaje o en cualquier lado, daba igual yo quería estar con él, cuando estaba a punto de pedírselo lo mire y vi lo apenado que estaba y no fui capaz de formular pedido alguno, yo no tenía derecho a molestar mas a ese buen ser humano que había conocido, así que simplemente lo abrace con fuerza y lo deje ir con el corazón roto, ya que con el se iba mi protección, mi único amigo mi hermano.

 

 

lo único que me quedo de mi buen amigo fue un teléfono celular que me regalo para que siguiéramos en contacto, teléfono que yo guardaba con recelo, hasta que un día mi padre lo encontró, y muy enojado me recrimino que yo lo había robado, no dejo que yo hablara ya que me agarro del brazo y me golpeo contra el marco de la puerta, por un momento sentí que mi cabeza, se partía por el golpe y que mi visión se ponía negra, cuando estaba celebrando el hecho de que me iba a desmayar agradeciendo a dios el hecho de que no iba a tener que estar consiente mientras mi padre descargaba su furia, me volvió a jalar del pie sacándome del estado de paz que la semiinconsciencia me había traído, refregándome nuevamente en la cara que dios se había olvidado de mi, sentí unas patadas en las costillas y un sonido como cuando quiebras astillas secas, después descubrí que ese es el sonido que hacer los huesos cuando se desastillan, de repente me sentí gritando a todo pulmón como nunca lo había hecho en toda mi vida eso debe haber descolocado un poco a mi padre ya que por unos segundos dejo de golpearme, pero fueron solo eso unos segundos ya que cuando reacciono me dio un fuerte golpe con su puño en la boca haciendo que se rompiera mi labio y parte de la encía, pero aun así no logro acallar mi grito, eso lo desespero y no encontró mejor forma de acallarme que colocar su gran zapato en mi cuello cortándome el paso del aire, provocando que mi grito disminuyera y que finalmente desapareciera, pero no solo era el grito el que desaparecía si no también el aire y con el poco a poco mi vida, de repente todo se volvió negro y abrí mis brazos a la muerte.

 

 

esa fue la última vez que me golpeo ya que gracias a mi grito los vecinos llamaron a la policía y estos llegaron justo antes de que me matara a él lo metieron en la cárcel donde murió tres años después en una riña y a mí me derivaron al hospital, donde me rehabilitaron físicamente, después me reincorpore al colegio y me cambie de ciudad con la ayuda que me brindaba el estado.

 

 

finalice mi relato sin ser consciente del momento en que me recosté en las piernas de hana, solo reaccione cuando sentí una lagrima en mi rostro, la seque y en ese momento me di cuenta que la lagrima no era mía, si no de mi pelirrojo que lloraba desconsolado y en silencio.

 

 

me senté rápidamente y seque sus lagrimas y suavemente hable.

 

 

-no llores mi amor, eso ya es pasado dije tratando de calmarlo, y por primera vez me di cuenta que al decir que esa historia era parte de mi pasado se sentía real.

 

 

-¿por qué kae? ¿por que tuviste que pasar por todo eso solo? no es justo, dijo mi pelirrojo.

 

 

-no se hana créeme que yo me hice esa pregunta muchas veces a lo largo de mi vida, pero con el paso del tiempo entendí que la pregunta no era esa si no ¿por qué a mí no?

 

 

-aun así no es justo eras un bebe, y ese hombre tenía el deber de protegerte, discúlpame pero se merecía el final que tuvo.

 

asentí y lo bese con calma lento y pausado disfrutando de sus labios, cuando nos separamos hana dijo un poco avergonzado.

 

 

-perdona se supone que yo debiera ser quien te consuele y no quien está llorando como magdalena.

 

 

sonreí -hana esta es la primera vez que recuerdo mi pasado y no lloro como una magdalena, y creo que es solo gracias al apoyo que sentí mientras me abrazabas.

 

el sonrió en respuesta y acaricio mis cabellos -kae dijiste que te mudaste acá, ¿de dónde eras antes?

 

-chiba, naci ahí y viví hasta que salí del hospital dije meditando unos segundos.

 

 

-ahh dijo en entendimiento y ¿porque kanagawa?

 

-bueno ¿recuerdas de mi amigo de quien te hable? pregunte

 

-si contesto

 

-bueno resulta que luego de un tiempo me reencontré con él y el estaba viviendo y estudiando acá, así que luego de ponernos al día me insto a que pidiera un traslado para acá, también me ayudo a mudarme y a elegir un lugar donde vivir dije con una sonrisa.

 

-no me digas que ese amigo es el cuatro ojos dijo con sorpresa.

 

-así es y no le digas cuatro ojos dije de manera divertida

 

-así que el cuatro ojos fue tu primer amor, dijo mirándome fijo

 

-¿de qué hablas? kiminobu es mi hermano

 

-kae creo que sin darte cuenta te enamoraste de kogure cuando eras un niño.

 

-no seas loco pelirrojo dije riendo de las ocurrencias del muchacho,

-kiminobu fue siempre como mi superhéroe creo que mucho tiempo lo vi como un padre o un hermano mayor, y aun ahora es siempre a quien corro cuando algo malo o bueno pasa.

 

 

-bien eso debe cambiar porque ahora me tienes a mí, puedes descansar tu carga en mi y siempre estaré aquí cuando lo necesites, siempre tendrás la protección de mis brazos y la fortaleza de mis besos, caminare a tu lado y cuando sientas que estas cansado y no puedes mas te simplemente te cargare dijo mirándome fijo.

 

de pronto sentí que me costaba tragar -gracias hana y yo también te amo

dije haciendo alusión a lo que no pude decir cuando entro al baño antes de desayunar.

 

 

ese día fue maravilloso estuvimos todo el día tirados en el sillón, compartiendo historias y anécdotas muchos besos y caricias, hana me conto entre sollozos de la muerte de su padre y de cómo luchar lo hacía sentir libre de culpas, ya que en su cabeza con cada golpe que recibía expiaba un poco responsabilidad en la muerte de sus padres, solo lo abrace con fuerza tratando de transmitirle con mi cuerpo que el no tenia culpa y que no se debía seguir castigando asi, y luego de eso nos quedamos dormidos en el sillón, nuevamente dormí en los brazos de mi pelirrojo y no regrese a casa.

 

Notas finales:

otro capitulo terminado, espero les haya gustado, le aviso ue esta historia ya va llegando a su fin.


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