-Su muerte... hará de mi, (el débil, el desesperado) el último vástago de los Asakura.
De repente Hao lloraba silenciosamente, cubriendo sus ojos y parte de su frente con una mano, mientras sus hombros se estremecían un poco por los sollozos contenidos.
Lentamente y en silencio comencé a acariciar su pelo tratando de tranquilizarlo.
-Eso cariño... dejálo salir... vas a ver como todo sale bien, te prometo que te ayudaré en lo que pueda.
-No te vayas...
-Qué?
-Anna, no te vayas... quedáte a vivir aquí con Yoh y conmigo.
-Hao... eso es una locura.
-No te preocupes por la universidad... hablé por télefono con el decano, te darán una prorróga para entregar tu trabajo.
-Oye... no tenías que...
-Dejaste tódo para venir aquí...yo... no quiero que pierdas tus oportunidades... pero anda, ven a vivir con nosotros, yo me haré cargo de todos tus gastos... te lo imploro.
-No debería...
-Tendrás todo lo necesario para estudiar... lo que quieras, sólo necesito que me ayudes... yo no puedo sólo... tengo que trabajar y no quiero que Yoh esté aquí sólo todo el día, conviviendo únicamente con médicos, por favor ... ayúdame a cuidarlo...
-En que trabajas?
-Bueno, decir trabajar en una exageración... sólo tengo que supervisar los negocios que dejaron los abuelos, continúar con los movimientos de caridad que tenían... cosas así... pero Anna por favor.
Soñaba como la oportunidad soñada para estar cerca de Yoh... pero porqué así? porqué tenía que haberse enfermado... era un joven tan feliz y ahora... poder tener los estudios solventados soñaba increíble.. pero no... no pensaba aprovecharme del pobre Hao, además... que iba a hacer en una casa solariega y derruida como esta.
-Puedo saludar a Yoh?- Sabía que si lo veía no me podría marchar, pero también sabía que si no lo veía no iba a poder dormir tranquila jamás.
-Por supuesto que si... ven...
-Oye Hao... crees que él esté de acuerdo en que yo viva aquí?....
En ese instante apareció Fausto en las escaleras.
-Doctor Fausto...
-Enciende las luces Hao... esta falta de clarida va a hacer que Yoh se deprima- dijo mientras encendía la araña de cristal a l lado de la escalera, todo el salón se iluminó y Hao se volvío a cubrir los ojos con una mano.
-Parece que tu tampoco estás bien - le dijo.
-Fausto ella es Anna.
-Un placer.
El doctor tenía un cabello rubio platinado en completo desorden, bajo sus ojos había unas sombras amoratadas, no me hizo mucho caso, se arrodilló junto a Hao, con la luz encendida noté lo pálido y delgado que estaba, su pelo estaba enmarañado en la parte de atrás como si llevará días sin pasarse un cepillo.
-Estas respirando con dificultad...
-No te preocupes por mí, cuida de Yoh kun...
-Si el padre no esta sano, no podrá cuidar al hijo- comentó el doctor mientras le inyectaba algo a Hao en el brazo.
En ese preciso instante Yoh entró de nuevo en el salón, esta vez la luz hizo que sus ojos brillaran de forma adorable.
-Doctor... Fausto, cómo está mi hermano?- Tenía en las manos un jarrón con algunas flores que se habían empezado secar.
Hao se puso de pie de forma violenta.
-Sin zapatos... Yoh... cariño ¿Quieres ponerte las sandalias de andar por casa? te vas a resfriar con esta lluvia y.. ¿QUÉ ES ESO? ¿QUÉ TIENES EN LAS MANOS?
-Son flores.. las corté del jardín ha pocos días...
-Tíralas!! tíralas... sacálas de la casa... son las flores del mal!!
-Hao.. que te ocurre!!- dijo débilmente Yoh encogiendose un poco con miedo.
-Tíralas... Anna.... por favor llévatelas...- Hao estaba temblando.
-Yo lo hare- dijo Fausto... acercandóse a Yoh y quitándole suavemente las flores.
-Só... solo quería ponerlas en la mesa para que Onii-san las pudiera ver toos los días...Anna..
-Hola Yoh... me recuerdas- afirmé-
Se acercó poco a poco hacia mí y luego tómo mis manos con sus manos heladas-
Me alegra que hayas venido a cuidar de Hao- Se acercó a mi óido para susurrar - como puedes ver el pobre está enfermo.
-Creí que tú estabas enfermo...
-No... es Hao, sus nervios no se encuentran en buen estado... disculpalo, a veces le dan ataques como estos.
-Yo... yo no estoy enfermo Yoh... no seas loco, eres tú quen necesita cuidados... por eso Anna esta aquí, ella nos va ayudar.- Hao se acercó a su hermano y se quíto el sacó, tiernamente se lo puso en los hombros, luego le pusó una mano en la frente para comprobar su temperatura.
Fausto me dirigió una mirada de "Por favor se paciente con ellos"
-Cierto Anna? - La mirada de ilusión de Yoh me rompió el corazón - estarás con nosotros?
-Si Yoh, me quedare aquí por un tiempo.