Yoh me miraba envuelto en un grueso albornoz de material afelpado color blanco, (parecía un ángel) yo había insistido en llevarle el desayuno a la cama pero el simplemente se había montado en sus trece de sentarse a la mesa conmigo.
El desayunador era una barra de vieja caoba y las paredes eran de piedra con incrustaciones un extraño y colorido azulejo que recordaba a una capilla, estaba muy oscuro así que no pude apreciar todo con detalle...solo se veía que era carísima.
Antes de cualquier cosa tuve que limpiar. todo tenía una gruesa capa de polvo, exepto por una pequeña mesa alta de marmol y la vaporera donde hacían los vegetales, mientras quitaba el polvo con desinfectante y un trapo traté de sacarle información a Yoh.
(ya luego la lavaria apropiadamente)
-Entonces Hao te hizo eso porque le preocupas - no pude evitar un todo ligeramente sarcástico.
-Creo que le angustia no saber cuando me volveré a desmayar ni cuanto tiempo...
-Y por eso lo hace enojar?
-Lo desespera mucho.
-Y tu te dejas hacer porque crees que es tu culpa.
-Es que lo es... por mi enfermedad siempre está preocupado y nervioso.
-Has intentado defenderte?
-No puedo... o más bien.. no quiero.
-Que?
-Anna yo... yo le adoro...
-Eso no es saludable...
La araña que alumbraba la cocina estaba cubierta de polvo y arrojaba una luz débil, pero estaba el techo era muy alto para si quiera tratar de alcanzarla.
Corrí las cortinas para que entrara algo de luz, seguía nublado y había niebla, no se veía nada más allá del jardín y una pequeña parte del estanque pútrido, además una brizna ligerísima casi imperceptible humedecía el ambiente así que cerré la ventana, comencé a sentirme asfixiada.
"Nada es saludable aquí para tí Yoh, ni esta oscura casa vieja y llena de polvo, ni el clima húmedo, este ambiente deprimente y tampoco la relación enfermiza de dominio que tienes con Hao" pensé "Yo al menos podré salir para ir a la universidad pero... que hará mi pobre Yoh aquí solo?".
-Cuentame más sobre Amidamaru- pregunté poniendo el pescado en la parrilla, Yoh sonrió.
-Amidamaru es único amigo, aparte de Hao, el doctor Fausto y ahora tu.
Me revolví de asco pensando en que Yoh consideraba al Fausto su amigo, pero no dije nada, saqué la tetera de plata del fuego, me había costado mucho trabajo fregarla para dejarla brillante, los destellos del té, cayendo desde el pico de plata hacia la taza de fina porcelana me relajaron un poco, puse frente a Yoh su comida junto con un vaso de leche y una copa de vino tal como su hermano había pedido.
-Y entonces él... esta mmm muerto?
-desde hace siglos ñ__ñ aún así es una persona muy divertida.
-Puedes verlo? como es?
-Su rostro es amable y hermoso, aunque tiene una gran cicatriz que cruza su ojo y su mejilla, su pelo es blanco y usa ropa de Samurai, cuando Hao no está me cuenta historias para que duerma.
-Dices que Hao y Amidamaru no se llevan bien verdad?
-Amidamaru siempre ha odiado a Hao, dice que es un vago sucio y retorcido... cuando yo no estoy mirando le arroja libros y cosas... por eso cuando Hao esta en casa procuro estar siempre a su lado, una vez trató de tirarlo se las escaleras...
Eran unas escaleras bastante altas... me sentí algo aterrada.
-Pero por que lo odia?
-Dice que si muero por culpa de Hao nunca podré descansar en paz... pero a mí no me preocupa, descansar es aburrido, vaya si lo sé!! cuando muera quiero poder pasearme y jugar como Amida..
-No digas tonterías Yoh por favor- detuve mi mano justo antes de asestarle una cachetada- tu no vas a morir.
-Todos vamos a morir un día Anna... tu también... por cierto, el pescado está delicioso, Fausto y Hao jamás lo sazonan, Hao dice que las yerbas de la casa...
-Son las especias del mal- completé de mala gana.
Ambos reimos un poco, sentí que algo de oxígeno entraba a mis pulmones aunque no estaba bien reirnos a costa de las manías de Hao. Yoh lucia hermoso al sonreir.
De pronto escuché pasos cerca de la cocina... Hao había vuelto.
Primero entro fausto y apago la araña, luego cerró las cortínas y la cocina quedó en tinieblas, sentí que la depresión regresaba a mí como un acosador... después entró Hao, aún tenía los vendajes y las gafas, dejó su bastón recargado a un lado de la puerta.
-Veo que se divierten... les molesta si me uno?
-Qué es eso?- pregunté.
-Es mi refugio del ambiente exterior... como sabes no soporto la luz... estas gafas son polarizadas a 30 grados y me protegen, y las vendas son porque la luz del sol hace que me salgan ampollas y alergia...
-Siempre sales así vestido?
-Desde hace unos años si... pero los empleados ya se acostumbraron.
-Mentira dijo Yoh, los empleados viven aterrados- y se rió, su risa era como música, Hao también se rió.
Fausto cocinaba más vegetales para Hao y para si mismo.
-Sirvete algo más Fausto, que yo no pueda no quiere decir que tu también comas así.
-No me molesta- dijo Fausto- bueno... aún así creo que tomaré algo de pescado.
-ok... así que me encuentras térrofico Yoh?
-Mucho XD
-Soy el hombre momia huuuu- dijo Hao avalanzandose en un fingido ataque a su hermano... tanta ternura me confundió terriblemente, mi amigo no podía ser una persona malvada o cruel... o sí?
-Hao tengo que hablar contigo- dije firmemente.
-Dime...
-A solas por favor.
-Ok... sólo déjame mostrales sus regalos.
-Regalos? preguntó Yoh entusiasmado.
-Trae por favor las cajas Fausto.
-Si, Dono.
Eran dos grandes cajas, una blanco perla y otra rosa perla, hao sacó de la primera un hermoso traje de etiqueta blanco que incluía una hermosa máscara tallada en madera fina... algo increíble.
-wow!! dijo Yho- para que es eso tan elegante hermano?
De la caja rosada sacó el vestido enjoyado más hermoso y elegante que jamás había visto en mi vida.
Esto es para tí Anna, es en agradecimiento por quedarte con nosotros.
-No tenías que comprar algo así Hao...
Era un vestido rosa con blanco, corto y ajustado pero con unas capas de tela transparente sobre la falda, parecía como para una princesa, estaba decorado con cristales reales de Swarovsky de color blanco, negro y rosa. también venía con una máscara, pero esta era totalmente transparente, también era cristal puro.
-Debió costarte una fortuna...
-En realidad nada... fue hecho por los artesanos del el taller de ropa fina y vestidos tradicionales japoneses heredado de Kino sama...- dijo Hao.
-Y porque has traído esto Onee san?
-Para la fiesta de bienvenida que daremos al pueblo en honor de Anna San.
-Siii!!! una fiesta!! - dijo entusiasmado Yoh.