-No... no lo volveré a hacer, lo juro- murmuro Hao con la frente manchada de sangre, reclinado sobre su hermano, mientras su cabellera castaña batia el simbólo rojo haciendolo difícil de leer.
Pude percibir una mirada molesta, era la de Fausto dirigida hacia su patrón, duró solamente un par de segundos y luego volvió a su quehacer, usando un pequeño taladro para perforar las uniones de los huesos, el sonido me erizó la piel desagradablemente
-Hao necesitamos curarte Hao... -insistí al ver como el pantalón gris que tenia puesto se oscurecía.
-Si me curan me quedaré dormido... tengo que estar junto a Yoh...
-Estas agotado... al menos dejame vendarte para que no pierdas más sangre.
-Yo lo haré mas tarde señorita Anna, deje al Hao dono estar con su hermano... estando los tres solos necesitaré toda la ayuda posible.. por favor lávense las manos en el fregadero de allá....
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Fausto realizó una curación y una costura excelente, pero en verdad terminamos agotados físicamente y con los nervos destruidos , Yoh quedó durmiendo bajo los efectos de la anestecia... la verdad yo tenía mucho miedo de como reaccionaría al despertar.
No tuve mucho tiempo de hacer arreglos para la universidad, apenas miré la lista de las materias que iba a cursar el primer semestre y me tiré en la cama para tratar de calmarme, así pase la tarde y por la noche no pude dormir para nada, escuchaba ruidos violentos en todos lados, supuse que Amidamaru debía estar molesto con Fausto y con Hao por lo ocurrido, si es que de verdad era él quien había despertado Hao y no yo con alguna onda de pensamiento.
A una de la mañana abandone mi habitación vestida unicamente con sandalias y yukata a buscar por lo menos de un poco de agua, o leche, o algo que me ayudara a dormir, a unos cuantos pasos de la cocina del tercer piso, escuche un ruido de murmullos, venía de una puerta entre abierta... siguilosamente me asome.
Había una mesa de madera alta y larga de madera, en ella estaba sentado Hao desnudo, solo su cadera estaba cubierta con una toalla blanca, sus piernas estaban abiertas y Fausto le estaba vendando la herida cuidadosamente, luego con la punta de los dedos acarició la pantorrilla sedosa de su amo y recargó su frente en la rodilla de este como un perro fiel, Hao se limito a palmear el rubio pelo de Fausto con la mirada inexpresiva.
Sentí caminar varias puertas más cuando volvi a oir sollozos, esta vez la puerta estaba abierta, la puerta de doble hoja y madera labrada de la habitacón de Hao, al asomarme Yoh estaba de pie frente a la cama adoselada de Hao, su cuerpo estaba cubierto de vendas manchadas de sangre, de su boca manaba un tenue hilo de sangre y Hao estaba sus pies, arrodillado como un devoto a dios.
Esperen... que Hao de nuevo?
Besaba los pies desnudos de Yoh, bañandólos con lágirimas recargando su frente en ellos, lamiendólos incluso, suavemente, como un gatito arrepentido.
-No lo volvere a hacer... Yoh, perdoname no lo volvere a hacer. repetía una y otra vez
Yoh solamente miraba a su hermano desde su posición sin decir nada, sin tocarlo.
-O... oigan!!
Cuando Yoh me escucha se alarma y me grita.
-Anna, vete!! vete ahora!!
Yo corrí, pero el pasillo no parecía no tener fín, una puerta se abrió de pronto y casi me estrello contra ella, era un puerta diminuta de madera color chocolate... no me importaba que habitación era, sólo quería desaparecer, pero en vez de entrar me quedé paralizada...
Una cortina transparente, color azul gris... muros azul petroleo con diminutos puntos blancos, una cuna para bebé... tan polvosa que era dificil definirle un color y un móvil de diminutas figuras deformes sobre ella que giraba con lentitud exasperante, los demás muebles estban cubiertos por sábanas.
Una criatura lloró, pero en la cuna no había nada, nadie, sentí un dolor de cabeza agobiante y ganas de huír de esa malidta casa para siempre, no entendía nada.
Baje frenéticamente las escaleras buscando la puerta e salida, empujé una, cualquiera... me quedé paralizada de asombro...
Yoh estaba atado a una camilla con correas como la de esta mañana, Fausto y Hao estaban sobre él compartiendo un rabioso beso mientras hundían repetidamente un escalpelo su carne, mi amado gritaba sin poderse defender...
Desperte violentamente entre sudores y agitacion... estaban tocando la puerta
Confundia y desorientada tropecé hasta la puerta de mi habitación sin saber que era sueño y que realidad, abrí la puerta y me encontré con el pálido rostro del médico que había apuñalado y curado a Yoh el mismo día.
-Fa.. Fausto?- retrocedí llena de un terror instintivo... o irracional no lo sé... el hombre me miró como si estuviera loca.
-Sólo vine a entregarle esto... me supongo que le sería de ayuda si quiere amparar a los gemelos.
Me tendío un papel que tomé vacilante sin dejar de mirarlo con precaución, cuando lo tuve en la mano se marchó con aire indiferente, mi temor no lo afectaba en lo más mínimo, miré el papel.
TESTAMENTO LEGAL Y ÚLTIMO.
Yohmei Asakura.
Yo, Asakura Yohmei en pleno uso de mis facultades, escribo este documento para declarar que a mi muerte, toda mi fortuna y mis bienes pasen al poder de mi nieto mayor Hao Asakura, quen se a comprometido firmando al calce a cuidar y hacerce cargo de por vida de mi nieto menor Yoh Asakura.
Hao Asakura es dueño de las 7 propiedades que poseo establecidas en Japón La pensión y baños termales Funbari (dirección) en Japón, el templo cerca del monte Osore, (dirección) La fábrica de trajes tradicionales y ropa de lujo en América (dirección), la fabrica de textiles y cristlales en América (dirección) El jardín Botánico en Sudamerica (dirección) la farmaceutica de Alemania (dirección) la Laudería en Italia (dirección) así como mis cuatro cuentas bancarias (número, numero, Número y Numero), y las tres cuentas que me fueron heredadas por Kino Asakura, tambíén el contenido de todas las cajas fuertes ocultas en dichas propiedades (quince en total).
Para poder acceder a estos bienes y a los ingresos generados por ellos mi nieto deberá cumplir las siguientes cláusulas, de faltar a una sola las cuentas seran congeladas y las empresas serán administradas por mis empleados de confianza hasta que cualquiera de mis nietos tenga un heredero capaz de cumplir con los compromisos.
1.-Cuidar de mi nieto, Yoh Asakura de por vida.
2.-No despedir a ningún empleado de lo que actualmente laboran atualmente en la empresa, los administradores y empleados de confianza son intocables, la única razón de despido sera robo o abuso de confianza.
3.-Mantenerse viviendo en la pensión Funbari Oka y no hechar a las sacerdotisas que viven y se entrenan en el templo del monte Osore.
4.-Comprar un bien inmueble nuevo cancela todos los derechos del heredero.
5.-Continuar al menos el 50% de las obras de caridad, fundaciones y donaciones de ayuda a los pobres, al hospital, el orfanato, los comedores para indigentes, la fundación pro-animal.
6.-Al cumplir los 21 mi nieto menor, Yoh Asakura podrá reclamar la mitad de todos los bienes que existan y los ingresos que estos hayan generado sin una sola negativa por parte de el actual heredero.
7.-El estanque de la pensión no podrá ser de alguna form secado, drenado o rellenado.
8.-Ambos nietos deber resguardar celosamente los secretos de la familia Asakura con honor y respeto.
Firman:
Yohmei Asakura (Tutor)
Hao Asakura (Heredero)
Fausto Octavo (testigo)
Hiroyuki Takei (Notario)
¿Porqué Fausto me estaba dando una copia de este documento? ¿Acaso no me detestaba? ¿No me quería fuera de aquí? Aún así... el testamento era sumamente corto y claro... encontrar un vacío legal para que los gemelos pudieran dejar la maldita casa iba a ser difícil.
Ya que me había despertado decidí entrar a internet... no era abogada ni mucho menos, pero tenía que intentarlo, por Yoh.