esa noche no dormí nada, pero al menos tenía la certeza de que no dejaría que un moreno basquetbolista me quitara a kae, me duche y deje que con el agua se fueran los pesares de las últimas semanas, cuando salí me seque y me vestí, me coloque unos vaqueros apretados y una camisa ajustada, abierta en tres botones, me mire al espejo viendo mis desordenados cabellos, sin saber qué hacer con aquello decidí cepillarlos y dejarlos libres, seguro de mi salí a la casa de mi novio, eran las 2 de la tarde así que de seguro lo encontraba, toque el timbre tres veces sin éxito, justo en el momento en que había decidido llamarlo, lo vi caminar hacia la casa, cuando estaba decidido a acercarme vi que maki estaba a su lado, sin querer acercarme me afirme en la puerta de la casa y vi como los hombres conversaban amenamente completamente desconectados del mundo.
haciendo gala de mi decisión suspire y decidí dejar el enojo guardado en un rincón de mi mente, todo iba de maravilla hasta cuando vi como maki agarraba de la cintura al ojiazul y lo besaba intensamente, pero lo que me rompió el corazón fue ver como mi novio correspondía al beso, y ahí todo se fue a la mierda, sin darme cuenta camine hasta la pareja y tome del hombro del moreno y sin darle tiempo a reaccionar di un fuerte golpe en su quijada, obviamente el hombre que no se esperaba el golpe perdió el equilibrio cayendo de bruces al suelo.
-ponte de pie y pelea hijo de puta, dije respirando fuerte.
el moreno que tenía el orgullo herido se puso de pie y quiso golpearme, pero era lento y no sabía luchar, me acerque y golpee nuevamente su cara logrando romper su boca, otro golpe y su nariz empezó a sangrar, justo cuando iba a dar el último golpe kaede se puso al medio y mi puño quedo a escasos centímetros de su cara, no sé cómo pero al ver que se colocaba delante de mi logre parar el golpe, aun sin ver demasiado que pasaba extendí mi puño y acaricie su rostro.
-no continúes haciendo esto hana, dijo kae mientras sollozaba.
-¿por qué kae?, dije tocando su rostro con delicadeza - ¿yo no soy suficiente?, dije derramando mis lagrimas.
-porque solucionas los conflictos con golpes, dijo apretando mi camisa.
-porque es la única forma en que se hacerlo, dije alejándome de el -pero no te preocupes seguro ese imbécil es el hombre perfecto para ti.
-¿de qué hablas hana?, dijo acortando la distancia entre ambos.
-tienes razón, yo soy una bestia que soluciona todo con esto, dije levantando mis puños -pero no soy imbécil, y te he visto estas últimas semanas con el, dije apuntando al moreno que se ponía de pie y se acercaba a kae.
-no seas tonto hana, dijo apegando su cuerpo al mío.
sin fuerzas ni ganas de abrazar el cuerpo del peli-negro, solo suspire
-te dejo libre kae, dije y nunca en mi vida pronunciar unas palabras había sido tan doloroso.
-no sigas hana, dijo kae llorando fuertemente.
-busca tu felicidad y aléjate de mi, la verdad es que de un comienzo supe que no era bueno para ti, de seguro en los brazos de maki encontraras lo que necesitas, se nota que es un hombre tranquilo, dije acercándome a su cara
-pero ten cuidado y no te expongas ya que es un maldito imbécil que no podrá protegerte, dije besando sus labios y dando la vuelta.
camine sin rumbo fijo, la verdad es que me partía el alma dejar a kaede, pero en el fondo cuando lo vi corresponder el beso al moreno entendí que yo no era relevante en su vida, obviamente yo era lo que él quería olvidar, de seguro seria más feliz alejado de mi desbordante pasión.
cuando ya no tenía lugar que recorrer sonó mi teléfono, conteste sin ver el numero.
-¿qué pasa?, dije sin tener muchas ganas de hablar.
-hana, ¿tienes tiempo hoy?, dijo la voz de quien era mi entrenador.
-¿qué pasa zed?, dije sin ánimo.
-acaba de llegar a la ciudad el campeón ruso vigente, y quiere enfrentar a nuestro campeón, ósea a ti.
-¿cuándo?, dije.
-hoy, si aceptas la puedo fichar extraoficialmente para una hora más, hana hay mucha plata en juego, dijo esperando mi respuesta.
-estaré ahí en 20 minutos, dije colgando.
rápidamente me dirigí al gimnasio, una lucha era lo necesario para sacar de mi sistema la pena, la rabia, la impotencia, si bien tenía claro que no podría sacar al ojiazul de mi corazón podría sacar las malas energías después de un buen par de golpes.
llegue al gimnasio y vi a mi entrenador.
-¿por qué traes esa cara?, pregunto preocupado.
-por nada, estoy listo, dije pasándolo y entrando.
-¿no me preguntaras información de tu oponente?, pregunto pasándome mi ropa de entrenamiento.
-no me interesa, sea como sea le pateare el culo, dije sin ninguna emoción.
-no te confíes hana, este hombre es una máquina, dijo pasándome unas vendas.
no conteste y solo dedique a vendarme las muñecas y uno a uno los dedos, cuando estaba listo empecé a calentar, mientras más ejercicio hacia mas recordaba el beso de kae, de repente me detuve y me di cuenta que estaba sudado, sin querer fatigar demasiado los músculos me senté en una banca y saque mi teléfono, en ese momento me di cuenta que tenía tres llamadas perdidas de yohei, por lo que le marque de vuelta.
-¿qué pasa yohei?.
-estamos en el danny's, por que no te nos unes.
-estoy a 15 minutos de una pelea.
-¿cómo, con quien?, no me dijiste nada en la mañana.
-me entere hace poco, luchare con un ruso, dije sin dar mayores explicaciones.
-con los chicos iremos a apoyarte, nos vemos, dijo mientras colgaba.
colgué el teléfono y mire el fondo de pantalla, una foto que nos habíamos tomado con kae en la heladería, estábamos comiendo de la misma copa uno frente a otro a escasos centímetros, apreté el teléfono con fuerza y lo lance contra la pared haciendo que se rompiera.
a los minutos entro mi entrenador para llevarme al ring, lo seguí sin hacer mi oración previa, cuando llegue al túnel que nos llevaría al ring sentí una serie de gritos y abucheos del público, zed salió a informarle al presentador de que estaba listo, en ese momento cerré los ojos y espere.
-en la esquina derecha, de pantalón azul, con 98 kilos y 1.90mt de estatura, tenemos a el campeón ruso de lucha, Lev ivashkov, apenas termino de hablar una serie de gritos llenaron el coliseo.
-en la esquina izquierda, de pantalón rojo, con 92 kilos y 1.98mt de estatura, nuestro campeón el diablo pelirrojo, hanamichi sakuragui.
apenas escuche eso entre al ring, sin mirar a nadie entre al cuadrilátero y vi por primera vez a mi rival, era muy musculoso y tenía un rostro de hombre duro, marcado de muchas cicatrices, me acerque a él y chocamos los guantes, justo en ese momento el presentador nos interrumpió.
-bueno chicos y chicas, tenemos hoy la posibilidad de tener a dos grandes campeones, dijo sonriendo al escuchar los gritos de la gente
-¿les gustaría agregar mas entretención a esta lucha?, dijo preguntando al público.
la respuesta fue colosal -siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii.
-luchadores, ¿aceptarían luchar a mano limpia, despojándose de sus guantes?, dijo mirándonos.
el ruso fue el primero en levantar su guante en aceptación.
yo seguí su respuesta y empecé a quitarme mis guantes despejando mis manos.
y en segundos sonó la campana dando inicio a la batalla, me acerque rápidamente al ruso y aseste dos golpes directo a las costillas, pero el hombre ni se movió, me aleje unos pasos para ver como atacar, pero este se aprovecho y me dio un buen derechazo en la quijada, aguante sin trastabillar y arremetí fuertemente contra él, hice una combinación de golpes y logre que el gran hombre diera un paso atrás, de repente escuche a mi amigo gritar mi nombre y cometí el error de buscarlo con la mirada, solo reaccione cuando tuve al ruso sobre mí, me dio dos golpes y sentí la obscuridad embargarme, rápidamente sacudí la cabeza tratando de reaccionar, pero solo atine a levantar mis brazos y cubrir mi cara, lo que no detuvo al luchador de que me golpeara en las costillas en reiteradas oportunidades, justo cuando creí que me iba a dar tregua asesto su puño profundamente, haciendo que un fuerte dolor atravesara mi cuerpo, en ese momento me di cuenta que con ese puño había quebrado una de mis costillas.
tome una fuerte y profunda bocanada de aire, lo que fue muy difícil, aun un poco nublado gire mi cuerpo y saque fuerza de flaqueza y golpee con furia, recordando a mi ex y al imbécil que lo había besado, sin dar tiempo a que pensara lo acorrale en las cuerdas y golpee como si la vida se me fuera en ello.
de repente me detuve ya que me estaba quedando sin oxigeno, pero fue un error ya que el lastimado hombre me dio dos golpes haciendo que mi labio y mi nariz sangrara profundamente, sin querer colocar mi rodilla en el piso arremetí hacia delante y lo abrace, ganando un poco de tiempo, pero el ruso era duro y no pretendía que paráramos así que empezó a dar codazos en mi costado, me separe solo cuando sentí que otra de mis costilla salía lastimada.
sabiendo que esto no podía continuar di todo lo que tenía, y en un segundo de suerte di un golpe en su barbilla que lo noqueo, cuando el réferi se acerco a mí y levanto mi mano declarándome el ganador, sentí un agudo dolor que hizo mi cuerpo doblarse en dos, cuando mis rodillas tocaron el suelo tosí y sangre salió de mi boca, un poco asustado mire a mi entrenador que se acercaba como en cámara lenta, sin más fuerzas me rendí a la oscuridad y en lo último que pensé era en el lindo ojiazul que se había llevado mi corazón.