Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

PLACERES LIGEROS por NYUSATSU NO AI

[Reviews - 50]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Todo lo que siempre haz querido esta al otro lado del miedo...

Relata Eren.

A pesar del mal rato que pasamos durante la mañana, recuperamos buena parte del día, Eren se mostró animoso cuando fuimos de pesca y visitamos a los delfines. Aunque no nado con ellos, logro tomarse algunas fotos con algunos y también con un par de focas. Compramos muchos recuerdos en las placitas que encontramos y disfrutamos de una deliciosa comida durante la apuesta de sol. Después continuamos con las compras en unas tiendas de joyería y vimos una puesta en escena en el auditorio del hotel, para después cenar en otro de los restaurantes, en esta ocasión no hubo velas ni caminos con antorchas, pero si música en vivo y cervezas.


Probamos algunas bebidas de la localidad y mientras compartíamos mesa con una pareja de New York, que al igual que nosotros eran chicos y unas chicas provenientes de Alemania que hablaban muy bien el inglés. Era la primera vez que socializaba con gente que como nosotros tenia pareja de su mismo sexo, fue divertido y hasta cierto punto enriquecedor, ambas parejas llevaban muchos años de relación y los chicos en especial estaban de luna de miel tras un reciente matrimonio en las vegas. Eren estaba algo intimidado ante la situación, aun así fue muy amable con ellos. Me gusto el hecho de que me buscara, es decir, que mientras estábamos con ellos, el buscara que le abrazara o le diera las mismas atenciones de siempre. Y obviamente se lo concedí.


 


– Con todo respeto y al calor de este último trago he de reconocer que Eren es muy lindo. – Comento una de las chicas de nombre Caroline, nuestros otros tres acompañantes asintieron en concordancia y rieron ante el sonrojo que se instauro en el rostro de Eren. – ¡Oh, lo hemos avergonzado! Es tan tierno… Has tenido mucha suerte Chris. – Finalizo.


– Soy afortunado… Es así como me siento. – Respondí mientras acomodaba los mechones rebeldes del cabello de Eren.


– ¿Llevan mucho tiempo? Se ve que mantienen muy buena relación. – Pregunto uno de los chicos de nombre Jaden, para mi sorpresa fue el propio Eren el que respondió.


– El tiempo es relativo, y no tiene real  importancia. Estamos juntos y eso es lo único que me importa. – Los cinco lo miramos con fijeza, en todo lo que había durado la velada era la primera vez que participaba de manera  espontánea, y lo había hecho únicamente con la obvia intensión de dejar claro que no le gustaba que indagaran en su vida privada.


Me sorprendió lo franco y severo que podía llegar a ser, no se medía ni siquiera por ser cortés, si algo no le gustaba o le incomodaba, sin importar que, lo hacía saber. Quizá fue debido a que nuestras acompañantes, estaban, algo ebrios que le aplaudieron lo dicho y lo felicitaron por su valor para defender nuestra relación. Y sin embargo, el por su parte, dejo de mostrarse interesado con lo que estaba sucediendo. Razón por la cual, nos despedimos de ellos y volvimos a la habitación.


Eren se había puesto serio y de regreso a nuestra cabaña apenas y si menciono palabra alguna. Solamente caminaba a mi lado, mirando al frente y jugando con las bolsas de las cosas que habíamos comprado.


– ¿Dae-Hyung? – Se escuchó una voz y el freno en seco su andar. Se giró lentamente para ver quien había hablado, gesto que le imite. – ¡Así que realmente eres tú! – Agrego el joven frente a nosotros, era si acaso unos cuatro o cinco años mayor que yo.


– ¡Han! – Exclamo Eren con un notable e imprevisto temblor en la garganta. – ¡Que inesperado! – Agrego mientras se aclaraba la garganta.


– No tienes que fingir que te desagrada tanto verme, las cosas entre nosotros están bien, todo quedo aclarado la última…


– Lo está… – Le interrumpió Eren. – Todo está claro y está bien. Ha sido un gusto verte, hasta pronto. – Se despidió mientras le daba la espalda y me tomaba de la mano intentando alejarse a toda prisa de ese joven.


– Espera Dae-Hyung. – Agrego el de nombre Han, mientras le daba alcance y lo sujetaba del brazo. – Espera… ¿Es que acaso no vas a presentarnos?


La actitud evasiva de Eren y el tono filoso de Han, me resulto por demás extraño. Era claro que Eren no quería que le conozca de la misma manera que era claro que a Han no le había caído en gracia verme a su lado.  Eren se volvió para mirarlo y hubo cierto gesto de terror en su rostro, mismo que trato de ocultar.


– Suéltalo, por favor. – Inquirí con voz enérgica pero amable. – Podrías lastimarlo… – Agregue mientras sujetaba el agarre que Han ejercía sobre el brazo de Eren. Hasta que este finalmente lo libero.


– Christopher, él es, Han. Un conocido del trabajo. – Me explico con cierta dureza. – Le conozco desde hace poco más de dos años, Meghan nos presentó durante una cena. – Asentí e inmediatamente le ofrecí mi mano en un saludo al que el correspondió de la misma manera. – Christopher es un compañero de la universidad y también es mi amigo. – Finalizo. No me paso desadvertida la exagera fuerza que Han ejerció en su saludo, pero tampoco le di importancia, pese a que el también venía acompañado, era innegable que le gustaba Eren.


– Dae-Hyung…  realmente pensé que no eras de los que pasaba los fines de semana con “amigos”. – Agrego Han, haciendo énfasis en la última palabra. – Las veces en las que te pedido que salgas conmigo, has dicho ves tras vez un “No” rotundo. De haber dicho que te gustan este tipo de lugares te hubiera traído también, el dinero no es problema.


Un aura de irritación y clara molestia rodeo a Eren, esa ceja en punta y mirada asesina delataba que no le había agrado el comentario.


– ¡No paso los fines de semana con amigos, Han! – Agrego tratando de serenarse, cosa que me resulto extraño, esperaba que comenzara gritarle o que le hubiera tirado un par de zarpazos. Contario a eso, comenzó a respirar con lentitud – Esto es algo que solo hago con él y que como has dicho, no aceptaría de ti.  Ahora si nos disculpas, tenemos cosas que hacer.


Nuevamente le dio la espalda y comenzó a caminar con lentitud.


– Y ¿Qué es lo que tiene de especial este tal Christopher,  que no tenemos el resto de tus “amigos”? ¿Acaso mi aportación vale menos? – En esa pregunta debido al tono que uso, hubo un mensaje oculto que no pude descifrar, pero que Eren capto a la perfección y lo encrespo. No vi la hora en que se giró, pero cuando fui consiente ya estaba gritándole casi encima de él.


– Primeramente, tú no eres mi amigo, sino más bien eres mi trabajo y segundo,  cuida mucho la manera en la que me hablas y como te refieres a él, que no se trata de cualquier persona. De sobra sabes  que no voy a permitirte que te metas con lo que me pertenece. Y si, no me mires de esa manera, es claro que me refiero a él.  – Le amenazo con dureza. – Déjalo pasar, si no quieres que tengamos problemas…


– ¿Qué pasa Dae, es que acaso no distingues cuál es tu posición en todo esto? – Quise intervenir ante la clara amenaza, pero nuevamente Eren se aventó a la pelea, o a decir verdad, nunca la abandono.


– Da por terminado nuestros asuntos, ya no quiero tu dinero. – Le hablo con desprecio. – Y habla, di algo mas y créeme que no seré el único afectado. La encantadora mujer que está detrás de ti y  con la que recientemente te casaste también va a enterarse. Y me pregunto qué es lo que hará y que eres tu sin su dinero.


La tensión entre los dos se hizo notoria, ambos se miraban con recelo y sin embargo, fue Han quien cedió ante Eren, tras un ligero desvió de su mirada para después inclinar la cabeza, retrocedió un par de pasos antes de darse media vuelta y caminar hacia la mujer que extrañada nos miraba desde cierta distancia. Eren le dedico una ligera reverencia a la mujer a la que ella respondió de inmediato y sin más comenzó a caminar, lo seguí en silencio unos cuantos pasos atrás, me sentía extrañado, sentía como si me hubiera perdido algo que era importante que supiera. Esa excesiva confianza con la que ese hombre se había acercado a Eren, estaba fuera de lugar, ni siquiera Meghan se tomaba esas libertades, además, no comprendía por qué insistía en llamarlo de esa manera. Ese nombre, por alguna razón que no comprendía me desagrado. Estaba tan ensimismado en mis pensamientos que no note que Eren se había detenido, incluso pase a su lado y llegue hasta la puerta de la cabaña, fue entonces que me di cuenta que él no estaba. Lo busque con la mirada y lo encontré con cierto desconcierto en el rostro a unos pasos detrás de mí.


– ¿Eren? – Me acerque extrañado hasta donde se encontraba. – ¿Por qué me miras de esa manera?


– ¿No me has escuchado? – Me cuestiono notablemente afectado.


– Lo siento mi Ángel, estaba distraído. – Reduje la poca distancia entre nosotros hasta colocarme frente a él y tome su mano y la bese. – Ah sido un poco extraño lo que ha sucedido, pensaba en ello, solo ha sido eso. ¿Entramos? – Eren saco la llave que había guardado en su gabardina y me la ofreció, la expresión que mantenía en su rostro me recordó lo que había sucedido anoche, no quería que creyera que nuevamente me había enojado, porque en realidad no lo estaba. Solo estaba celoso, me ardía en el alma lo sucedido, porque aquel hombre le había tratado con falta de respeto y él se lo había permitido de cierta manera, se hablaban entre palabras ocultándonos a aquella mujer y a mí el verdadero trato entre ellos. Alguien que era capaz de hablarle con tanta confianza al hombre que amo, eso me incomodaba, me dolía, pero no se lo diría. – Sabes, hay algo que me gustaría hacer… – Agregue mientras lo tomaba de la mano y lo llevaba conmigo de nuevo a la puerta, para evadir el tema. Él se dejó hacer. – Esta es, nuestra segunda noche juntos y tristemente será la última.


– ¿La ultima? – Me cuestiono aturdido, mientras nos dirigíamos a la recamara.


– Si, mañana a esta hora habremos vuelto a nuestras casas, cada uno, por separado. Así que he pensado que tal vez si debemos entrar juntos a la tina… – Eren me miro sorprendido y después de mirarme detenidamente unos segundos sonrió de medio lado. Se soltó de mi mano y comenzó a quitase el abrigo. – Lo sugeriste anoche, y bueno. Después de pensarlo tanto he llegado a la conclusión que no tengo motivos reales para negarme. Y mucho menos de dejarte con las ganas…


– ¡Aja! –Respondió aun riendo. – ¿Dejarme con las ganas? Y ¿Qué más?  – Me cuestiono con sarcasmo.


– Cualquier cosa, siempre y cuando sea contigo…


Se sonrojo al instante, lo vi acercarse lentamente hasta mí e inesperadamente se puso de puntitas y me beso en la mejilla. – Entremos a la tina entonces… – Declaro con seriedad, y comenzó a desabrochar mi abrigo, no voy a negar que me sentí intimidado, pero la lentitud con la que Eren desabrochaba cada botón y sus curiosos movimientos, además de esa sonrisa de lado me tenían lo suficientemente atrapado como para hacer cualquier otra cosa. Simplemente me deje llevar, no tenía voluntad de nada más. Dejo caer mi abrigo y comenzó con mi camisa.


– Demasiados botones… – Agrego fingidamente molesto.


– ¡Déjame hacerlo! – Le sugerí más para detenerlo que para realmente desvestirme. Coloque mi mano sobre la suya, pero Eren la quito.


– ¡No! Lo hare yo, ahora mismo eres mío… solo mío.


Por un momento creí que nuevamente había bebido demasiado. Pero la aterradora verdad era que se veía más cuerdo que nunca. En ese momento agradecí como  nunca que hiciera frio en ese lugar y que debajo de la camisa de vestir llevara una playera, quería tener toda la ropa del mundo puesta, exactamente no sé cuál era la intensión de Eren, pero no debía provocarme ni yo debía dejarme llevar.


Termino de desabrocharla y metió las manos entre mi cinturón y el pantalón para desabrocharlo, con cuidado giro el seguro  del cinturón y lo corrió.


– Eren… – Le hable mientras ponía mi mano sobre la suya, impidiendo que desabrochara el botón de mi pantalón. – ¿Qué haces?


– Entraremos a la tina. – Respondió, mientras levantaba ambos brazos sobre su cabeza. No podía creer que realmente este sucediendo esto. Quería que le quitara el abrigo, esto era demasiado para mí. – ¡Hazlo! – Ordeno. – Ayúdame a quitarlo… – Tome la prenda de las orillas y lo levante tratando de sacárselo, lo hice con sumo cuidado y con extremada lentitud, batalle un poco con las mangas que le quedaban justas, pero se lo quite y al igual que él, lo deje caer al piso. Sus cabellos se habían revuelto, se veía realmente sexy. Debajo del suéter llevaba una ligera camiseta que se ceñía a su blanca piel. Lo mire extasiado, detuve mi mirada sobre sus caderas y el ajustado pantalón blanco que usaba. – ¿Por qué dudas? – Me cuestionó con dureza y con un brillo distinto en los ojos, era como si también lo deseara.


– Lo hare en el baño. – Conteste mientras lo tomaba de la mano, Eren no opuso resistencia, se mostraba sereno contario a mi evidente nerviosismo. Espero con paciencia detrás de mí a que la bañera se llenara. No voy a negar que me tarde más de lo necesario deshaciendo el jabón para la espuma.


– Dime lo que piensas…– Agrego bajito. Cuando me gire para mirarlo el ya no llevaba puesto el pantalón, en su lugar solo había un short pequeño que se le ajustaba en los muslos de las piernas. Sentí un calor que me ahogaba y quise salir corriendo de lo que ahora me parcia el diminuto baño. – ¿Qué es lo que sientes?


– Lo que siento no es algo que pudiera describirse con palabras. – Comente mientras lo tomaba de la cintura y lo ayudaba a entrar a la tina.


En cuanto se acomodó me quite los zapatos y retire mi playera, misma que cambie por una camiseta, sin más entre y me acomode frente a él.


– ¿Con todo y pantalón? – Pregunto fingidamente inquieto. – ¿Por qué te ves tan abrumado? ¿Es por lo que sucedió hace un momento? ¿Quieres que hablemos de eso? – Sugirió.


– ¡No! – Conteste de inmediato. – Es decir, acaso, vas a explicármelo todo de principio a fin. Tal vez sea así, y no quiero saber nada de él.  


– Entonces porque pareces estar tan perturbado… No voy a hacerte nada… Joven virtuoso. – Reí con ganas que le resulto contagioso y el mismo se vio riéndose. – Ya hablando enserio, luces incómodo. ¿Estoy yendo demasiado rápido? ¿Necesitas chaperones? – Claramente se estaba burlando de lo que le había dicho anteriormente.


– Ni una ni otra, no es mi virtud la que me preocupa, si no la tuya. – Le solté de golpe tal cual lo sentía. El en respuesta borro la sonrisa de su rostro. – No vas rápido, ni lento. Es solo que no se si voy a poder mantener mi postura respecto a ti.


– ¿A qué te refieres con eso? – Me pregunto extrañado.


– ¡Ah, Esto es incómodo! – Me queje. – Al final, ambos somos hombres, así que confió en que entenderás a lo que me refiero. – Eren entrecerró sus hermosos ojos grises y me miro con recelo. –Me gustas. – Solté directo. – Me gustas mucho. Internamente eres hermoso y por fuera, me deslumbras, eres muy atractivo, sensual y aunque intento no pensar en eso, haces que te desee. Yo no estaba preparado para esto, es decir, no soy tan fuerte.


– Comprobémoslo. – Me interrumpió,  mientras que como  una fiera que ya ha elegido a su presa se abalanzo sobre mí y sin recato se me sentó sobre las piernas y recargo sus manos sobre mi abdomen, acortando la distancia entre nuestros rostros. 


Me miraba con intensidad, estaba tan sereno, tan dueño de si, mientras que yo me volvía loco por girarlo y dejarlo abajo y restregarme sobre él. Mis manos deseaban recorrer su cuerpo entero, acariciar sus partes más sensibles, hacerlo mío. Y sin embargo, sabía que no debía, había algo en el que era distinto, esa tristeza que se escondía entre su atrevimiento. Quizá no le conociera lo suficiente pero sabía identificar sus gestos de desolación. Me sujete a la tina con fuerza, y aparte mi mirada de la suya, me rendía, esta era una guerra que no podría ganar sin lastimarlo.


– ¿Qué sucede? – Pregunto acercándose un poco más a mí.


– Nada… – Respondí a secas.


– No es lo que parece. – Me contradijo y solo para torturarme un poco más, comenzó a restregarse sobre mí, eran movimientos casi imperceptibles pero estaban ahí y ponían a prueba cada uno de mis sentidos, Eren me ronroneaba como un gatito juguetón, mientras que mis ansias desbordaban y mi fortaleza flaqueaba. Un gemido se me escapo y el en respuesta dejo un beso ligero sobre mi cuello– ¿Qué sucede? – Volvió a preguntar.


– ¡Nada!


– ¿Cuánto más crees que vas a poder aguantarlo? ¿Dime lo que piensas? – Entrecerré los ojos fuerza, el seguía acercándose y moviéndose más y más. –  Mírame Christopher…


– ¡No puedo! – Me queje. – Basta Eren, detén esto. – Le suplique. Pero solo logre alebrestarse más. 


– ¿Qué es lo que sucede? – Pregunto de nuevo, en un tono frio y distante. – ¿Pareces molesto? ¿Qué sucede? ¿Es por Han? – Me exigió. Mientras incrementaba el ritmo de sus movimientos.


– No digas su nombre. – Le exigí notablemente molesto.


– Te has puesto así por lo que sucedió camino aquí. – Aseguro.


– No sé de qué hablas. – Mentí. Eren en respuesta se acercó más a mí, casi encima de mi innegable erección, agradecía enormemente que la espuma no dejara ver nada más.  Entonces cruzo sus manos sobre mi cuello y se recargo completamente sobre mí sin dejar de moverse.


– Dime la verdad. – Exigió con la voz cargada, su jueguito ya estaba cobrándole factura también a él. – ¿Es por lo que ha dicho? ¿Por cómo me ha hablado? Tienes dudas… – No se lo diría, no lo aceptaría, estaba celoso  y si, tenía dudas pero me las callaría. – Acéptalo, ¿Quién fue el que dijo que deberíamos hablar de todo? ¡Dímelo Christopher! Él y yo… – No lo deje continuar, en movimiento rápido invertí los papeles dejándolo abajo atrapado entre la bañera y mis piernas.


– ¡No hables de otro hombre mientras haces esto conmigo! – Le grite molesto. – No lo hagas y menos si se trata de él, ¿Quién diablos es? ¿Por qué te habla con tanta confianza? ¿A qué se refería cuando te cuestiono sobre tu posición en ese asunto? ¿Qué asunto? ¿Qué posición? ¿Qué es todo eso que no me dices? ¿En qué rayos trabajas que tienes que tratar con esos tipos? ¿Por qué te ha llamado de esa manera? – Ambos respirábamos con dificultad. Entonces fui consciente de que me miraba con miedo, y comprendí lo que ambos  habíamos  hecho.


La intención de Eren era llevarme hasta el límite para que le hablara con sinceridad sobre lo sucedido con ese tipo, él se había dado cuenta que había desviado el tema y uso mis palabras en mi contra para llegar a la verdad, y yo pese a sentirme muy seguro de poder callar, había terminado explotando en el peor de los momentos y asustándolo. Lo solté con lentitud y le di un poco de espacio.


– No sabes mentir, eso es lo que me gusta de ti. – Agrego con seriedad. – No me mientas, no intentes hacerlo, no tú, no por algo como esto, que aunque no me guste sucederá más a menudo de lo que tú y yo quisiéramos. – Hablo mientras nuevamente se acercaba a mí, me tomo de las manos y entrelazo sus dedos con los míos. – Que te quede claro que a ti y a mí, nos une algo mucho más fuerte que a cualquiera de los que  conozcamos, somos compañeros de universidad, amigos. Lo nuestro es más fuerte que tus ganas y mi calentura, nosotros no solo nos deseamos, nos sentimos, el respeto que me tienes aun cuando te forcé a este tipo de situaciones, mi preferencia hacia ti sobre cualquier otro, nuestro cariño, el amor… Todo eso que tengo contigo y que no he tenido ni deseo con nadie más, no lo cambiaría por nada en este mundo, mucho menos por dinero. ¿Lo entiendes? Agradezco tu amor, pero necesito que confíes en que en mi corazón no hay nadie más que tú. Está bien, lo acepto, te quiero. Eres muy importante para mí. Por favor créelo.

Notas finales:

El hard de mi yaoi... Aun no, pero cuando llegue el momento de la entrega prometo mucho amor.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).