Al día siguiente me desperté con los primeros rayos del sol. Quería terminar mis deberes antes del atardecer para volver a ver a Marshall.
Solo tenía en mente volver a ver al hombre al cual me había entregado y rondaba permanentemente mis pensamientos. Ya a la hora de almuerzo cuando me senté a comer había terminado todo, estaba en mis pensamientos cuando escucho un gran alboroto. Mis padres y mi hermano habían llegado. Inclusive Borislav mi hermano había llegado. La razón de su imprevista llegada era que mis padres habían sido emboscados en medio de su viaje y mi madre había salido herida, ya deben haber sacado la cuenta, mi padre ordenó que doblaran la cantidad de guardias que protegían el castillo y a nosotros. Me di cuenta que sería casi imposible salir sin que se dieran cuenta y yo...no estaba en condiciones como para contarle a mis padres, pero pensé en alguien quien sí podría ayudarme. Me dirigí a la habitación de mi hermano predilecto. Cuando llegué estaba rodeado de mujeres.
-Mi pequeño hermanito...-sonrió poniéndose de pie-…que te trae por mis aposentos.
-No me digas hermanito. Ya no soy pequeño-dije fingiendo molestia.
-Ya. Ya-sonrió acariciándome la cara
-Necesito hablar contigo, pero en privado-dije mirando a las mujeres que estaban en su cama.
-Claro. Bien chicas pueden tomar un descanso. Yo las llamare.
Salieron las mujeres dejándonos solos.
-¿Y bien de que querías hablarme?
-Es algo un poco vergonzoso, pero tú eres el único en quien puedo confiar.
-Claro dime. Sabes que puedes contar conmigo para lo que sea-nos sentamos a los pies de la cama.
-Es que ya no soy…..es que yo…-comencé a tartamudear.
-Vamos ¿Qué es lo que te cuesta tanto decir?
-Es que ya tuve mí….mi primera vez.
-¿En serio? ¿Cuándo fue? ¿Fue con una de las chicas que te he traído? ¿Te gusto?
-¡Hermano! Basta-dije alterado.
-De acuerdo lo siento. Cuéntame como fue.
-Es que ese es el caso…no fue con una chica.
-¿Cómo que no fue con una chica?
-Fue con un chico….tu sabes con…un hombre.
-¿Te obligo?
-No. Claro que no.
-¿Hace cuánto lo conoces?
-Hace…unos meses.-dije temiendo que se molestara.
-¿Y te gustó?
-Pues sí. Estoy enamorado de él hermano y sé que él también lo está de mí, pero no sé cómo hacerlo con nuestros padres. Tú ya sabes que ellos se empeñan en que conozca una doncella y…
-Tranquilo yo hablaré con nuestros padres.
-Gracias. Bueno el otro problema es que yo había quedado en una cita con él, pero con todo esto del peligro que corremos, estoy seguro que no me dejarán salir y me costara mucho.
-¿Estás yendo a su casa?
-No. Claro que no solo es que nos juntábamos en la playa.
-Bien entonces…mira luego de que cenemos vamos a la torre donde dormía nuestra abuela.
-Por favor sobre hablar con nuestros padres, no les digas que estoy saliendo con un chico. Solo necesito que los convenzas de que ya no intenten que ligue con alguna chica de mi edad.
-Entiendo. Yo los convenceré.
Pasaron las horas y lo único que quería era poder ver a Marshall. Estaba nervioso y mi estómago lleno de mariposas recordando la noche que habíamos tenido.
Luego de la cena con nuestros padres fui a donde quedamos con mi hermano. Era una de las torres abandonadas, por causas obvias, mi abuela había vivido sus últimos días allí antes de morir y mi madre insistía en que no debíamos profanar ese lugar.
Estaba todo oscuro y la linterna que llevaba no ayudaba mucho. Entre al dormitorio y la puerta se cerró de golpe.
-¡Diablos!-grite y mi hermano apareció riéndose.-Eres un tonto Boris. Me diste un gran susto...
-Tranquilo hermanito-se acercó acariciándome el rostro y mirándome de una forma extraña
-Bien necesito que me digas como es que voy a salir.
-Que lastima Blazh. Ahora que tienes novio me has olvidado.
-Claro que no. Además no es como si fuéramos novios y algo así, solo estamos saliendo.
-Blazh no haces el amor con alguien con quien solo estas saliendo.
-Pues solo pasó.
-¿Lo dices en serio? ¿Solo pasó?
-Había bebido un par de copas de vino y me confundí.
-Ya veo. No eres el niño que tanto quería.
-Claro que ya no soy niño-dije molesto cruzándome de brazos.
-Eso ya lo veo y me gusta-comenzó a acercarse a mí mientras se quitaba la camisa
-¿Qué ocurre Boris? No hace tanto calor como para que te quites la camisa-tropecé con la cama y caí sobre ella
-No sabe cuánto espere para hacer esto-se puso sobre mi
-Boris ya basta de bromas, me estás asustando.-comencé a sentir la falta de aire, el terror me invadió
-Siempre quise saber el sabor de tu cuerpo y ahora que eres un hombre…-comenzó a besarme en el cuello pasando su lengua hasta llegar a mis labios.
-Basta por favor. No hagas esto. Boris detente.-rogaba mientras mi hermano comenzaba a quitarme la ropa.
-Grita todo lo que quieras hermanito. Yo voy a cumplir mi deseo de todas formas.
Unos minutos más tarde me encontraba en la cama dándole la espalda a Boris que se vestía. Lloraba en silencio, sentía un gran dolor en mi ano, había sido totalmente brusco, incluso podía oler la sangre mezclada con semen.
-No le digas a nuestros padres o sabrán de tu amigo y lo encontraran para matarlo, dulce hermanito-se escuchó la puerta luego de eso
Estuve llorando durante toda la noche cuestionándome un sinfín de cosas aunque ya no valiera la pena. Me limpié y apenas si pude llegar a mi habitación fui al baño para darme un largo baño. No tuve noción del tiempo, solo sé que cuando me di cuenta el agua estaba helada y afuera nuevamente estaba oscuro.
-Joven príncipe ¿puedo pasar?-reconocí la voz de la mujer que me había empujado.
-Por favor quiero estar solo.
-Marshall estuvo esperándolo.
Las lágrimas comenzaron a caer nuevamente, una parte de mi le echaba la culpa a él, pero otra parte decía que era la solución.
-Dile que…-ni siquiera sabía cómo responder a eso. ¿Con que excusa iría?
-No se ve bien dulce príncipe. ¿Le ocurrió algo? Ayer lo vine a ver y no estaba, pensé que había logrado salir para ver a Marshall. Si no fue así ¿a dónde fue?
-Déjame solo por favor.
-¿Quién fue?- dijo de manera autoritaria- ¿Quién le hizo ese tipo de daño?
-No sé de qué hablas.-quería evitar el tema a toda costa
-Si voz me lo dijo. Su alma adolorida lo grita.
-Solo vete. No quiero volver a ver a Marshall.
-Eso lo dicen sus labios, ¿pero que dice su corazón?
-No me interesa lo que diga mi corazón. Solo me ha traído problemas.
-De acuerdo dulce príncipe….
-Y no me digas así. Mi nombre es Blazh.
-Como diga usted príncipe.
Salí del baño y me metí a la cama. Ni si quiera me daba hambre, solo quería olvidar lo que había pasado y lo mejor sería morir.
En un momento de la noche sentí como golpeaban la ventana. Supuse que era una visión de mi pronta locura, pero en cambio vi a Marshall.
-¿Qué haces aquí?-dije abriéndole la puerta
-Vengo por el maldito que te hizo eso-apunto la cama y tenía un charco de sangre, observe mi cuerpo y también tenía un leve rojo. En mi entre pierna corría la sangre.
-Vete por favor.-gemí casi sin fuerzas.
-Te sacaré de aquí-tomó una colcha y me rodeó en ella tomándome en brazos, aunque era lo que menos quería ya no tenía fuerzas.-Estarás bien amor.-fueron las últimas palabras antes de perder el conocimiento.
Desperté en un lugar cálido, con susurros. Reconocí dos voces.
-Marshall-pude decir con las pocas fuerzas que tenía y a los segundos apareció a mi lado.
-Tranquilo. Estoy aquí Gumball.
-Yo no soy Gumball-comencé a derramar lágrimas y con el esfuerzo volví a derramar lágrimas.
No entendía, porque Marshall insistía en llamarme así. Me dolía, me hacía pensar que no era a mí a quien amaba.
Desperté con un agudo dolor en mi bajo vientre. Me senté encorvándome.
-Tranquilo. Pronto pasará-alejé a Marshall.
-No quiero que me toques.
-¿Qué ocurre? Yo solo quiero ayudarte.
-Quiero que me espliques porqué me llamas así. Dime la verdad.-con esfuerzo alce la vista encontrando su mirada.
-De acuerdo-se sentó a los pies de la cama muy cabizbajo.
-Sabes que soy un vampiro.-asentí.-Pues te aseguro que no tengo la edad que aparento tener.
-Deja de dar rodeos.-vociferé molesto
-Gumball era un príncipe del cual me enamoré perdidamente. Y él se enamoró de mí igualmente y dejó todo por mí como yo dejé todo por él. Estuvimos viviendo juntos cerca de diez años en donde parecía ser el paraíso de nuestra relación, pero entonces una noche…
*Flashback*
-Amor.-el peli rosa se subió sobre su amante-¿Qué me darás para nuestro aniversario?
-Aún faltan un par de meses.-le acarició la cara suavemente
-Yo ya te tengo tu regalo-sonrió
-Bueno ¿Qué es lo que tú quisieras?
-¿En serio me darías lo que yo quisiera?}
-Cualquier cosa que me pidas-sonrió besándolo en los labios
-Bueno…quiero que me conviertas.
La sonrisa del mayor se borró rápidamente-Eso no.
-¿Cómo qué no? Dijiste cualquier cosa y yo quiero eso.
-Eso no es cualquier cosa y ya dije que no.-alejó al peli rosa poniéndose de pie.
-Marshall, te aseguro que es lo que más quiero en este mundo.
-No te das cuenta del peso que pondría sobre tus hombros y no quiero hacerlo. Ya dije que no.
-Es increíble lo egoísta que eres Marshall-alzó la voz molesto-Yo quiero pasar el resto de mi vida contigo.
-Gumball. Date cuenta que ese Resto de tu vida puede durar mucho y veras morir a cada una de las personas que aprecias.
-Estoy dispuesto a tomar el riesgo. Ya llevamos diez años juntos ¿crees que es poco tiempo para pensarlo?
-Nunca es suficiente tiempo para pensarlo.
-Odio eso de ti.-caminó tomando un abrigo
-¿A dónde vas a mitad de la noche?
-¡A un lugar donde le importe que es lo que quiero!-salió de la habitación dando un portazo
Marshall se lanzó sobre la cama apesadumbrado.-No lo entiendes Gumball. No quiero que sufras.
Sin darse cuenta se quedó dormido y cuando despertó ya había amanecido y Gumball no aparecía. Al principio pensó que solo había ido con sus padres pero con el pasar de los días se dio cuenta que no daba señales de vida.
*Fin Flashback*
-Lo encontré un par de meses convertido en un zombi. Había sido mi culpa. Lo había dejado solo.
-Que tengo que ver yo con ese tal Gumball.
-El alma de Gumball vive en ti.
-Así que es solo eso lo que te trajo a mí.
-Quiero enmendar mi camino. Quiero que estemos juntos para siempre.
-Marshall entiéndelo. Quizás el alma de Gumball esté en mí, pero yo no soy Gumball. Si solo vas a amar a Gumball será mejor que lo nuestro llegue hasta aquí porque solo me ha causado dolor-miré a mi alrededor dándome cuenta que no era la cabaña.- ¿Dónde estoy?
-Es mi palacio.
-¿A dónde me has traído Marshall?
-No quiero que te vuelvan a hacer daño.
-El único que me a echo daño desde que llegó has sido tú.
-No te das cuenta de lo que dices.
-Marshall. Me enamore de ti. Me entregue a ti y tu lo único que haces es pensar en ese hombre.
-Blazh. Lo siento no debí….
-Ya lo has hecho. No vale lamentarse. Ahora quiero volver a mi casa.
-¿En serio quieres volver?
-Da lo mismo. Quizás no lo haga, pero no quiero estar con alguien que piensa en otro cuando estoy con él.
-Bien te iré a dejar.
-No. Me iré solo-traté de levantarme pero no lo logre por el dolor en mi cadera.
-Primero tendrás que curarte bien.
-Solo esperaré un par de días.
-De acuerdo. Ahora tienes que comer-me ofreció un plato con comida. Lo acepté dudando, pero el aroma me hizo caer finalmente. Era un plato exquisito.
No sabía realmente como podría sanar mi corazón. Estaba siendo fuerte por fuera pero por dentro estaba destrozado. No sabía si realmente quería volver al palacio donde estaba…mi hermano. Con que cara miraría a mis padres, a todo el mundo. Realmente estaba en el limbo de mi vida.