Esos ojos negros que en ocasiones podían llegar a ser tan imperturbables, estaban rabiosos. Brillaban turbulentamente cargados con un peso que Naruto no era capaz de entender. Lidiaban con la incertidumbre de un pasado lleno de mentiras, engaños, manipulaciones y un dolor recurrente.
Un recordatorio acerca de la crueldad y la supervivencia pulsaba con fuerza entumeciendo las muñecas del azabache al impacto del viento. Las viejas lesiones de su cuerpo despertaban rencorosas en noches como esa cuando el frio se asemejaba al metal que alguna vez abrazo sus brazos y piernas.
Y es que el pasado de Sasuke no era nada grato. Noches enteras de traumáticos encuentros sexuales que le encantaría no poder recordar en años tempranos de su infancia estaban presentes todo el tiempo para hacerlo medir sus palabras, para limitar su afecto, para poner en duda todo lo que escuchaba y ayudarlo a mantener en alto la frente.
Su corazón intranquilo, sediento de venganza y orgullo no estaba para creer en los “te quiero” de nadie.
− ¡No entiendes la diferencia entre un amigo y una mascota…! _pronuncio con un tono despectivo y más ofensivo que de costumbre_
Pudo ver el brillante azul de los ojos del rubio desviarse en la penumbra, hacerse más oscuro y decaer bajo una nube que nunca pensó ver sobre ese sol viviente.
-Lo siento… _pronuncio Naruto inmóvil frente al Uchiha_ no quería que tu…
El sonido del tono de llamada del blondo irrumpió repentinamente haciéndolo perder la escasa atención del muchacho.
−Es Shikamaru, lleva llamando un rato _dijo el pelinegro de forma cortante antes de meterse la mano en el bolsillo y lanzarle el celular a Naruto_
Sin más se dio la vuelta y continúo caminando hacia el bar que había visto a un par de cuadras. Hace siglos que no tenía un buen par de tragos y la billetera del rubio iba a pagarlos. Simplemente quería sentarse en la barra con algo de música alta vibrando en sus oídos, las voces incoherentes de los borrachos de fondo y el fuerte olor a tabaco intoxicando el aire, mareándolo hasta hacerlo quedarse dormido y es que de otra manera no lograría conciliar el sueño esa noche.
Su sangre aun hervía caliente al recordar la escena que encontró tras bajar las escaleras. Un golpe seco impacto en el cuándo esa cabeza roja se inclinó sobre Naruto y junto sus labios. Sintió algo romperse en el momento preciso en el que vio los parpados del rubio cerrarse y recibir gustoso el beso. Algo que ese frio chico de burdel desconocía sobre sí mismo, y es que él ni siquiera creía tener aún un corazón.
En esos breves segundos en los que Naruto lo abandono por el sabor de otro, entendió un par de cosas que seguramente le harían la vida mucho más difícil de allí en adelante: que quería monopolizar a ese rubio y que de quedarse a su lado su recién descubierto corazón estaba perdido.
Los pasos de Naruto detrás de él resonaban con un débil eco. El chico no había soltado una sola palabra desde le dio la espalda y al parecer estaba empeñado en acompañarlo, era casi como tener un perro siguiéndolo. Uno arrepentido y con las orejas bajas, y es que aunque no pudiera verlo, estaba seguro de que la expresión en su rostro era triste, podía imaginar sus radiantes ojos azules apagados, distantes y quizás al borde del llanto.
Cuando Naruto no habría la boca era difícil saber que estaba pensado. No era un chico que se guardara nada, así que el Uchiha nunca había tenido que preguntarse antes que pasaba por esa hueca cabeza amarilla. De alguna forma, pensar en ese Dobe deprimido lo hacía sentir aún más molesto.
Llevaban caminando casi diez minutos y del maldito bar no había ni rastros. Nara no había vuelto a llamar desde que el rubio le colgó y ni un alma se había asomado por las calles desde que salieron. La silenciosa actitud del muchacho lo estaba fastidiando y empezaba a creer que esa era la intención del Dobe, pero no iba a conseguir que se apiadara de él y le dirigiera la palabra. No señor, Naruto estaba muy equivocado si pensaba que iba a doblegarlo con su silencio.
Afortunadamente cinco minutos después, el blondo abrió la boca.
−Sasuke… _lo escucho llamarlo un par de veces con un tono apagado_ Hey, Sasuke… _volvió a pronunciar ante la resistencia del Uchiha a iniciar una conversación_ Sasuke…
− ¿¡Qué!? _exclamo el pelinegro sin volverse y aunque parecía fulminante, se sentía mucho mejor peleando con el rubio que preguntándose en qué diablos pensaba_
−Perdóname… _cautelosamente se acercó al azabache y tomo con suavidad la manga de su sudadero mandando al carajo las intenciones de discutir del muchacho, y es que cuando Naruto quería podía ser muy dulce_
Sasuke se detuvo sin poner resistencia. Espero de pie donde estaba, sin moverse un centímetro, las palabras de Naruto y debían ser muy buenas si pretendía que olvidara el asunto.
−Estoy de acuerdo con lo que piensas sobre los de mi tipo _continuo el muchacho de orbes azules con un tono bajo y algo condescendiente que le hacía pensar al Uchiha que realmente había pensado en lo que estaba diciendo_ No puedo pedirte que confíes en mí, ni que creas en mis sentimientos, pero por favor créeme cuando digo que eres importante para mí. Voy a ganarme tu confianza, voy a esforzarme en demostrarte que lo que siento por ti es genuino y cuando acabe… _su voz se hizo firme, esa voz de discurso heroico que solo Naruto podía usar con tanto ímpetu_ tú vas a estar perdidamente enamorado de mí, o dejo de llamarme Naruto Uzumaki, tebbayo…
Una débil risa salió del pelinegro mientras se llevaba la mano a la boca en un movimiento elegante, de esos que lo hacían parecer todo un bastardo adinerado.
−Eres un idiota… _soltó mostrándole al blondo una hermosa sonrisa que el chico seguramente guardaría para siempre en su memoria y seguidamente le estrello el puño en la cara_ suerte con eso…
− ¡! Hey!! Estaba tratando de ser serio… _se quejó el rubio restándole importancia al dolor y es que en el lenguaje de Sasuke eso significaba que ya todo estaba bien y había sido perdonado_
−Si no te gusta puedes regrésate con el fenómeno sin cejas… _soltó el pelinegro pesadamente, aun cuando tanto el cómo Naruto sabían que ya no estaba enojado.
Le molestaba la forma en la que ese chico hacia que olvidara las cosas tan rápido. No podía guardarle rencor por mucho tiempo a esa sonrisa sincera y algo tonta, Naruto era demasiado estúpido como para odiarlo, o era almeno lo que empezaba a decirse a sí mismo el azabache.
− Solo era un experimento… _soltó Naruto apresuradamente para resolver por fin el malentendido_ Le conté a Gaara que estaba confundido, porque bueno, no sé si lo recuerdas pero yo era hetero hasta hace unos días y… _tomo a Sasuke por los hombros para obligarlo a oír el resto cuando el chico amenazo con irse y dejarlo hablando solo_ el solo quería ayudarme. Me di cuenta de que no es igual, cuando te beso a ti… es como… me siento como si…
Su tono agitado llego a una pausa mientras sus ojos iban con nerviosismo de un lugar a otro y Sasuke no podía creer lo que estaba viendo. Ese chico impulsivo y desvergonzado al parecer tenía un límite que lo ponía a balbucear como idiota, porque fue lo que oyó decir por los próximos minutos sin lograr explicar lo que lo hacían sentir sus besos. Y eso a Sasuke le pareció de lo más lindo y tentador.
Su lado juguetón salió a escena y sin pensárselo dos veces se dispuso a hacer hervir el rostro de Naruto de vergüenza. Iba a hacerlo pagar el mal rato.
Con brusquedad halo el cuerpo del rubio y lo pego al suyo, acerco sus bocas y paso la lengua por esos labios temblorosos que sin más se abrieron permitiéndole asfixiarlo con un delicioso beso bastante húmedo.
−Así que… ¿Cómo te hago sentir? _pregunto maliciosamente al oído del blondo_ explícame _continuo atacando al chico con pequeños besos_
Y para Naruto el asunto se volvió toda una tortura. Puede que no tuviera problemas para hablar de sus sentimientos o sus ideas, para lanzarle piropos a alguna chica o presumir de sus aventuras sexuales en la universidad, pero contarle al chico que le gustaba como su cuerpo se iba al cielo cuando se tocaban era más complicado. El carácter volátil de Sasuke lo hacía darle mil vueltas a sus palabras antes de soltarlas y meter la pata, su actitud domínate lo intimidaba haciéndolo sentir como una princesa en un club sadomasoquista y la sensación de su cuerpo, su aroma y su sabor simple y sencillamente volvían su cerebro gelatina.
−Me…
Un beso profundo lo detuvo disparando su temperatura corporal hacia arriba.
− ¿Te…? _dijo el Uchiha haciéndolo caminar lentamente hacia atrás, directamente a estrellar su espalda con la valla de un jardín, era claro que le importaba muy poco que estuvieran en plena calle_
−Es como… _el aliento tibio de su contraparte le erizo la piel en el cuello_
− ¿Cómo qué? _dejo salir el azabache con una voz lasciva para luego besar su oreja_
− ¡Joder! ¡No lo sé! _grito el blondo clavando las manos en el trasero de Sasuke para invertir los roles, girarlo y cargarlo contra la maya_
El muchacho se quejó, más bien soltó un par de maldiciones intentando soltarse, pero pronto, más pronto de lo debido su propio cuerpo lo traiciono. Un gemido salió de su boca sin su autorización haciendo los colores subirse a su pálido rostro y poniendo aún más caliente a Naruto.
Antes de saberlo su cadera se estaba moviendo en un vaivén contra el rubio. Sus miembros duros frotándose a través de la ropa y sus bocas devorándose mutuamente eran todo un placer y Sasuke, unos de los chicos más experimentados de los barrios bajos de la ciudad, no tenía idea de por qué se sentía tan ansioso y excitado. Tendría que ver con que el muchacho que tenía enfrente lo hacía jodidamente bien para ser su primera vez con un chico o con que la idea de ser descubiertos por cualquier transeúnte era emocionante, pero se sentía tan vibrante y fuerte que toda experiencia que tubo antes, aunque no se podía decir que tuvo muchas por voluntad propia, quedo burlada.
La necesidad aumentaba con cada choque entre sus cuerpos, era envolvente y el azabache solo pudo dar gracias cuando la mano de Naruto fue al cierre de sus jeans para meter su mano y masajear su miembro por encima de la ropa interior. Por instinto paso los brazos alrededor de su cuello y dejo que el rubio lo sostuviera por completo encarándose de darle placer. Cerró los ojos y se dejó hacer hundiéndose en las sensaciones, era curioso, pero pese a sus tonterías, intenciones cuestionables y los problemas nunca se había sentido tan tranquilo entregándose a alguien.
− ¿Puedo hacerte un oral? _pregunto el rubio haciendo la mente del azabache dar mil vueltas con la idea_
Solo imaginar a Naruto de rodillas y con toda su longitud entre su boca, viéndolo fijamente con ese par de orbes azules asesinos lo hizo estremecerse.
−Rápido… _contesto desasiendo el agarre de sus piernas sobre la cadera del blondo, y ¡maldición! Valla que Naruto estaba gozando con esa faceta lujuriosa de Sasuke_
Sin más, Naruto se puso de rodillas y contemplo completamente fascinado la pálida extensión de Sasuke, mas rosada y dura que el resto de su cuerpo. Ese miembro brillante y sedoso se erguía tentador bajo la tenue luz del alumbrado, lo invitaba a devorarlo hasta dejarlo seco y claro, el rubio no pensaba desaprovechar la invitación. Con un movimiento lento inicio a pasar su lengua por encima de él, lo consintió con un par de besos y luego de golpe lo introdujo completamente en su boca.
Su hermoso amante soltó un largo gemido y siguió deleitándolo con sus sonidos mientras él también le daba atención a su miembro con su mano. Continuo dándole largas y duras caricias a Sasuke hasta que él también estuvo a punto de venirse, porque tenía que admitirlo, la imagen del azabache y sus gemidos eran mejor que todo el porno que había visto y la sensación de su pene dentro de su boca un extraño deleite que esperaba no volviera faltarle a su vida sexual nunca.
En la recta final, a un par de pasos del clímax, cuando la práctica no podía ser mejor, repentinamente el celular de Naruto sonó. Oh sí, hay estaba de nuevo Nara, en el momento menos oportuno. Pero eso no iba hacer la diferencia. El rubio semental no se detuvo en llevarse a sí mismo y a su azabache a un feliz final.
El sabor del líquido caliente de Sasuke lleno su boca mientras este lentamente se relajaba para luego desplomarse. Esos ojos negros, dilatados y más ocurso que nunca fueron hacia la mano de Naruto mientras este dejaban caer, con una expresión graciosa, el semen desde su boca.
−Llegas a acostumbrarte… _dijo Sasuke sacándose la sudadera para hacer que el rubio se limpiara con ella_
El muchacho la acepto con una sonrisa (Sasuke estaba bastante amable, en comparación con la reacción asesina que esperaba) Se limpió rápidamente y acudió al fin a la llamada de su amigo.
− ¿Shikamaru? _ Nara sonó en el altavoz lanzándole un acelerado conjunto de palabras a las que el chico no pareció prestarle mucha atención_ Estoy algo ocupado ahora… ¿Podrías llamar luego? _pregunto despreocupado viendo al pelinegro acomodándose la ropa, tenía un linda aura de calma luego del clímax_
−“! No, es sobre Sasuke!” _grito el muchacho de coleta tratando de mantener a Naruto en la línea mientras tecleaba cantidades como loco en su computadora_ “Alguien colgó un anuncio en internet, lo están subastando. Tienes que ir y ofertar ahora, ¡maldición! me estoy quedando sin ceros”
− ¿Qué? _pregunto el rubio incrédulo, parándose de golpe_ ¿Cómo que lo está subastando? ¡Sasuke no está a la venta!
El cuerpo del Uchiha se erizo al oír su nombre acompañado de esas palabras que nunca quiso volver a oír en mención suya y es que aún no superaba las heridas de la última vez.
−“Te envié el link, ¡joder, Naruto! me están pateando aquí, tienes que entrar ahora y hacer una oferta”