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La caída de la Casa Asakura por Hao Asakura

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-Ah, Yoh..

Lentamente y sin hacer ruido fui deslizandome hasta quedar de rodillas en el piso helado, los duraznos se dispersaron rodando en distintas direcciones.

Los gemelos Asakura... estaban pecando de incesto.

No se percataron de mi presencia, en la penumbra de esa inmensa habitación, nadie notaría una muñeca arrumbada.

Hao sobre Yoh los sujetaba por las muñecas con una actitud dominante, sus manos eran como garras sobre la delicada, casi transparente piel, su cadera estaba arqueada hacia adelante encajandose con dureza entre las piernas de su hermano.

Tenía una mirada enajenada y agresiva.

-Me perteneces... !dílo!

-Ha... Hao...

-!Dílo!

-S... soy tuyo Hao... te pertenezco.

-Nunca tocaste a otra persona... nunca lo harás.

-Así me queme en el infierno...- susurró en voz baja, pero con tanta devoción que mi corazón se rompió en pedazos.

-Solo me amarás a mí... y yo sólo te amaré a tí, nadie más cuenta, nadie más importa.

-Si, Hao.

El mayor se adueño de la boca del pequeño, al tiempo que le soltaba para empezar a tironear la ropa hacia abajo en un forcejeo aparatoso más que por alguna resistencia de Yoh, por una desesperación de su lado que hacía que las manos le temblaran.

Yoh se arqueó hacia atrás al recibir la boca de su hermano en el cuello, pude ver el perfil de ambos uno reclinado hacia atrás y otro perdido en la piel blanca, dejando caminos brillantes, las manos abajo, se posecionaban del hermoso pecho que yo apenas y había tenido la oportunidad de ver.

Que nunca habría tenido la posibilidad de tocar.

Suave... blanco.

Como el pecho de un cisne...

Era tan doloroso y asqueante tener una visión del ser que yo consideraba lo más puro del mundo semi-desnudo, con las piernas bruscamente separadas como una doncella ultrajada, respirando dificultosamente a través de sus diente apretados y aferrado a la espalda de mi más querido amigo, su hermano.

Me empecé a marear, mi cabeza daba vueltas, quería vomitar, pero no tenía que, el piso pareció palpitar al ritmo de las arcadas de mi estomago, de los latidos de mi corazón.

El dosel de la cama se empezo a agitar como movido por un viendo maligno, los postes de la cama empezaron a agitarse.

-Amidamaru!- murmuró Yoh.

-Maldita sea- dijo Hao jalando a Yoh y subiendose sus largas piernas a los hombros- héchalo

La cama se sacudió con más intensidad.

-Amidamaru, vete- murmuró Yoh, sus ojos se perdieron en el interior de su cabeza- ya lo he decidido.

Ahora entendía porque en la habitación de Hao solo había una mesa y la cama con dosel, no había libreros, ni jarrones, de ser así, todo estaría volando hacia Hao.

-Él lo sabe Hao... sabe que...

-NO LO DIGAS!!- grito Hao- No lo digas porque no va a pasar!

-Entonces porqué haces esto?- Lagrimas brillantes brotaron de los ojos extraviados de Yoh.

-Porque quiero.

-Entonces porque hago esto?

-Porque al fin te diste cuenta que dios no existe...

Algo que se notó que los gemelos jamás hubieran esperado. La mesa de roble, un objeto demasiado grande para ser levantao por un solo hombre, salió volando en el aire hacia la cama, Yoh empujó brusamente a Hao hacia un lado y golpeó la mesa con el brazo herido, comoyo jamás hubiera esperado, la mesa rebotó y dio contra la pared.

-MARCHATE o te enviaré al mismo plano a donde me voy!- gritó furioso, su voz pareció resonar por toda la casa 

El silenco volvió de pronto y los ojos de Yoh volvieron a su estado normal.

-Hao estas bien? ¿te lastimaste?

-Estoy bien...- dijo Hao mientras se incorporaba sobre la cama

-Se acabó, no toleraré que te haga daño... es mi amigo pero... tiene que entender que ya tomé mi descición 

-Esta vez intentará matarme en serio.

-Te protegeré, te lo prometo.

-Entonces tendrás que vivir muchos años, porque él estara aquí siempre, asechando.

-Yo... viviré muchos años, los mismos que tú, así será.

-Ya no me rechazarás más?

-No.

-Ya no tendrás mas miedo?

-No- dijo Yoh y cuidadosamente tomó a su hermano por los hombros, acomodándolo sobre la cama, luego se inclino de forma calma para abrirle la yukata y tomar su sexo entre las delicadas manos.

La erección de Hao era impresionante en su tamaño y aparente firmeza, demasiado para alguien que supuestamente tenía una condición frágil.

Yoh se metió a la boca el sexo vibrante de su hermano.

-Ahh ahhh...

Lo succionaba de manera apasible y sumisa  con los ojos cerrados mientras gentilmente le acariciaba las piernas, un poco de color apareció en las mejillas de Hao. que miraba directamente a su hermano con expresión apasionada,y sujetándolo por el cabello 

-Yoh... ahhh Yoh...

Fuera del terrible pecado que se estaba comentiendo en esa habitación era una escena hermosa, el reflejo copulando con el espejo, hubiera deseado  tanto poder si quiera tocar alguna vez esa delicada piel transparente.

-Esta vez soy yo quien se te entrega, hermano.

-Yoh... que haces.

El joven se acomodó a horcajadas sobre su gemelo mayor.

-No... Yoh...

Hao solo pudo cerrar los ojos y apretar los dientes antes dq Yoh se clavara en su erección de un sólo empellón.

-Ahh Yoh!!

El gemelo mayor e arqueó sobre la alfombra de pelo castaño que estaba bajo él, su cadera se puso rígida y subió hacia la entrada de su hermano.

Las lagrimas corrían sin parar por las mejillas de Yoh, por la cara de shock que tenía, no podía decirse que fueran sus propias fuerzas las que lo tenían subiendo y bajando por toda la extención de Hao, este con sus manos con largos dedos y unas afiladas lo sujetó de la cintura y sin estar del todo acostado lo sujetaba ayudándole a moverse.

-Gggh- Hao hizo un esfuerzo para sentarse y abrazarse a su hermano, apretandolo contra su cuerpo y mordiendóle el cuello.-Dí que me amas Yoh!!

-Te amo tanto Nii-san!! 

Lo sujeto de su corto cabello casi con violencia y continuó metiendose en él hasta que Yoh ya no se movía, solo recibía las embestidas desde abajo y arqueaba su cuello hacia atrás con cada una, la saliva fluía por la comisura de su boca, su erección estaba atrapada entre los dos cuerpos húmedos frotándose, en ningún instante había parado de llorar.

-Te amo Nii-san-- Ahhhhh!!!

Yoh se corrió en medio de los dos vientres golpeando su cadera contra el estómago de Hao.

-Ghh... Yoh!!...- Al sentir que Hao se derramababa en su interior Yoh se corrió de inmediato una segunda vez.

Se quedaron inmóviles unos momentos y luego el llanto de una criatura empezó a resonar debilmente por la casa, como si el viento llevara el sonido por los pasillos.

-Otra vez no..- dijo Yoh con la voz rota.- y se cubrió los oídos con las manos cerrando los ojos con fuerza.

Hao lo abrazó, lo acurrucó contra su pecho y cubrió con sus manos las manos de Yoh con sus manos, el sonido pareciá afectarle tremendamente también, pero prefería aislar a su hermano de ese sonido.

Suavemente le empezó a cantar una canción de cuna al tiempo que lo mecía.

Yo estaba paralizada, llorando sin parar, con una mezcla de asco y exitación atenazada en el pecho y en el sexo, era un acto sucio, de lo más bajo ¿como me podía permitir sentr el corazón tan acelerado? 

De pronto unas enormes manos heladas me cubrieron la boca y me jalaron con brusquedad alejándome de la débil luz de la habitación, sumergiendome en la obscuridad total del pasillo.


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