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PLACERES LIGEROS por NYUSATSU NO AI

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Notas del capitulo:

Cuando los hechos lo dicen todo, las explicaciones solo sirven para colorear...

Relata Eric.

Cuando regrese a la habitación el cliente aún se encontraba ahí. No era la primera vez que venía, así que contaba con que recordara que no podía permanecer más tiempo en la habitación que lo que había pagado por ella. Bebía en la sala de la habitación, al mirarme entrar sonrió con altanería. Era obvio que no le había caído en gracia que interviniera.


– Te gusta… ¿No es así? – Me cuestionó con desprecio.


– El tiempo ha terminado… Usted no puede permanecer más tiempo aquí. – Señale con toda la amabilidad de la que fui capaz. – Por favor cliente, retírese.


– Mi nombre es…


– ¡Sin nombres! – Le interrumpí. – Son las reglas.


– ¿Por qué eres tan pedante? – Me cuestionó molesto.


– Le aseguro que no es mi intención. – Maldita etiqueta de “No discutir con el cliente” era precisamente la que me impedía sacarlo a patadas en este preciso momento. – Pero Dae-Hyung tiene reglas y exige que sean cumplidas.


– ¿Cuál es su verdadero nombre?


– No estoy autorizado para darle esa información…


– Parece mucho menor a la edad que ha dicho tener. Inclusive tú, pareces mucho más joven. – Lo vi ponerse en pie y camino hasta colocarse en frente de mí. – ¿También te acuestas con hombres? ¿Te acuestas con él? Lo pregunto porque se ve que lo proteges demasiado… ¿Dae-Hyung está saliendo con alguien? – No me pasó desapercibido la morbosidad con la que me miro pero era mucho más importante la categoría en la que lo habíamos colocado, estaba bien dejar pasar este momento porque su contribución había sido buena.


– No estoy autorizado para…


– ¿Hay algo que si estés autorizado a decir? – Me interrumpió.


– Puedo enseñarle la salida…– Agregue con suavidad.


El hombre saco un sobre amarillo y lo dejo caer sobre la cama,  dijo que era en agradecimiento por el favor extra que Dae-Hyung le había hecho. Lo odie en ese momento, a él y a su estúpido dinero. Ninguno de esos hombres  entendería que no exista cantidad de dinero que pudiera realmente comprar a Eren, que aunque ensuciaran su cuerpo, su alma seguía siendo pura. Y eso nada ni nadie podría cambiarlo. Pero en efecto, nadie que no lo amara lo entendería.


Guarde el dinero y comencé a quitar las sabanas, para colocar las limpias. En una hora llegaría el siguiente cliente y este hombre había hecho un desastre en la salita al derramar su bebida sobre la alfombra. Básicamente en esto consistía mi trabajo, una vez que la agencia promocionaba a Dae-Hyung, investigábamos a los clientes, primeramente que no estuvieran en la lista negra que manejaba la agencia, después corroborábamos números de teléfono, direcciones de vivienda particular así como de su trabajo, y obviamente que no tuvieran cargos por agresión física o sexual. Después debía seleccionarlos  asignándoles una categoría. La agencia manejaba tres, es decir, los clientes era clasificados por color de acuerdo a lo que estaban dispuestos a pagar, siendo la de color rojo la de mayor valor al costar setecientos cincuenta dólares, seguida por la azul de quinientos dólares y después la blanca  de doscientos cincuenta. Estos precios hacen referencia al precio mínimo que se puede pagar por cada tarjeta más no delimitan el costo del servicio que varía dependiendo de cada miembro del grupo.  Nosotros de manera personal, utilizábamos cinco categorías sobre los cuales revalorábamos a los clientes. Siendo Straight para las mujeres y Escort para los hombres, ambas con la posibilidad de un servicio mínimo, uno convencional y el nocturno o de intercambio en la modalidad de Escort.


Una vez que han sido reclasificados se guardaban en una base de datos perteneciente a la agencia que es la que otorgaba las membresías y a su vez a la cartera de clientes de Dae-Hyung con su doble categoría como en el caso del cliente anterior que su etiqueta es roja con servicio convencional de Escort, es decir, setecientos cincuenta dólares por un servicio de media hora, más los doscientos veinte dólares de la botella de champan que apenas y si probaron, misma que fácilmente podría ser revendida y cincuenta dólares extra de la entre comida. Una vez que cobraba el dinero, pagaba las tres cuentas, servicio, la bebida y la comida. Por cada servicio se debía descontar el veinticinco por ciento de los cuales veinte por ciento era para la agencia y el otro cinco por ciento se repartía en propinas y estacionamiento. Lo que se juntaba de bebidas y comida era únicamente para resurtir el stop, ya que estos servicios formaban parte de la manera en que trabaja Dae, quien únicamente bebía cierto tipo de vinos y licores.


También debía mantener limpia la habitación, y  resurtir todo lo que Dae utilizaba para el trabajo, pagar las cuentas, renta, obviamente llevar su cartera clientes, lo que también implica reunirlos y hacer de su conocimiento las reglas que maneja Dae-Hyung, quien en ningún momento hace algún tipo de negociación con ellos, pues cuando vienen conmigo delimitamos y firmamos un acuerdo de “Necesidades o Deseos del Cliente & Realidades Profesionales”. Esto quiere decir, que sin importar lo que el cliente requiera, Dae-Hyung: No besa, no da sexo oral (aunque permite recibirlo) y sobre todo, su rol es Inter-Activo (No negociable)  confirmar o cancelar citas, avisarle a él de sus horarios de trabajo, programar sus revisiones médicas, así como velar por su seguridad y de ser necesario sacarlo de la habitación a toda costa, si en algún momento, algún cliente llegara a ponerse violento. Razón por la cual debía esperar afuera de la habitación, mientras trabajaba. También estaba al pendiente de su vestuario, tintorería y sacar la basura.


 


Pese a que todo ya estaba mecanizado, aun así había días que las cosas se salían de control y llegaban clientes de más o no venían los que esperábamos. Sin embargo, no podría quejarme de mi trabajo, de una u otra manera, trataba de ser lo más útil posible para Eren o Dae-Hyung, cuando estaba trabajando.


Cuando volví a la habitación Dae seguía en la tina. La música que le gustaba sonaba bajito y el mantenía los ojos cerrados. Como queriendo estar ajeno a todo lo que sucedía a su alrededor.


– ¡Sal de ahí o quedaras como una pasita! – Le hable bajito mientras le acercaba una toalla. – Te aseguro que no es lo que quieres.


– ¿Negro, seco y con un  sabor feo? – Me pregunto sin abrir los ojos.


– ¡Arrugado! – Le respondí divertido.


– ¿Por qué tardaste tanto?


– Cuando volví a la habitación, el cliente aún estaba ahí… – Expliqué – Te ha dejado más dinero.


– ¡Qué bien! – Respondió fingidamente emocionado – Me pregunto porque no todos pueden ser así…


 – ¡No lo sé! – Le dije mientras se acercaba y tomaba una de las esponjas, con cuidado comencé a pasarla por su pecho, ya casi no había espuma y el agua estaba un poco fría. – Vas a enfermar… – Mis ojos quedaron presos por esa triste mirada que me sostenía, ese semblante apagado que indirectamente gritaba que no le importaba en lo más mínimo lo que sucediera con él. – ¿Qué sucede? – Le pregunté herido, porque no soportaba que se callara su dolor, que intentara ocultarlo de mí.


– Solamente estoy cansado… – Respondió secamente y se puso en pie y camino fuera de la tina, no le importaba que le observara desnudo o tal vez sabía que no le faltaría al respeto de esa manera, razón por la cual rehuí de mi mirada su desnudez. – ¿Cuánto tiempo nos queda?


– Media hora.


– Tengo tiempo para otro trago…


– ¡No! – Le dije mientras le quitaba la copa de sus manos. – Ordeno vino y querrá que bebas con ella, si continuas con esto no vas a resistirlo.


– ¿Ella? ¿Hace cuánto tiempo desde que no estaba con una mujer? – Hizo gesto de ignorarme, pero esta vez lo sujete con fuerza del brazo.


 – ¡Un mes vientres días! Ahora ni pienses que te dejaré continuar con esto. – Le hable con determinación. – Entiende que es peligroso, hoy beberás demasiado con ellos, no agregues más licor a tu cuerpo, terminaremos tarde y te necesito consiente. Si insiste tendré que llamar a Meghan.


– Últimamente no puedes hacer nada sin él… Ni siquiera dormir. – Me acuso.


El alcohol estaba haciéndole efecto, razón por la cual sabía que  no tenía caso prestarle atención. Después de todo, aun si le molestaba, si entre Meghan y yo llegará a haber algo, seria problema nuestro. Pero ya no volví pensar en esto el resto de la noche, pues Dae se encargó de preocuparme con otras cosas. Su siguiente servicio había insistido en que bebiera con ella, y al finalizar la sesión él estaba literalmente borracho. El café por muy amargo y caliente que se lo daba, no parecía hacerle efecto alguno, él insistía en querer dormirse, pero sabía que si lo permitía no habría poder humano que lo hiciera despertar. Y tampoco podíamos permitirnos pagar la penalización por cancelar una cita. Incluso le había dado a beber agua de azúcar, pero ni aun cuando devolvió gran parte de lo que había bebido parecía sentirse mejor.


Su último servicio seria a las nueve y media. Nuevamente era una etiqueta roja, pero con servicio mínimo en la modalidad de Escort, me tranquilizaba un poco que se tratará de ese chico, llevaba casi año y medio con nosotros y nunca había intentado propasarse con Dae-Hyung. Por el mismo, sabíamos que era casado y que se dedicaba a la pintura. Cada vez que se sentía bloqueado o que no podía pintar, visitaba a Dae, decía que le tranquilizaba y que al mismo tiempo, la creatividad volvía a él y podía terminar sus cuadros.


Tal y como era la costumbre, espere a fuera.  A veces, me costaba más trabajo de lo normal el ignorar cuando Dae-Hyung disfrutaba con sus clientes, era a mi parecer, demasiado honesto con sus sentimientos. O quizá solo una estrategia para que el cliente se viniera pronto. El  hecho de que ahora los dos gimieran de la manera en que lo hacían, me molestaba. Sobre todo porque estaba con alguien joven y de buena apariencia. No me importaba tanto cuando se trataba de personas mayores, pero cuando se les puede considerar rivales, las cosas cambian significativamente.


El nivel de esos gritos unísonos aumento mientras hacia sonar la alarma, desee sobre todo que la escuchara, que recordara que yo estaba aquí, cuidando de él, avisándole que en diez minutos seria libre. Y aparentemente todo salió de acuerdo a lo planeado,  cuando el tiempo término, ellos estaban en la sala bebiendo un vino escoses. Eren se veía fatigado y mantenía un semblante distraído, mientras el cliente le hablaba sobre una exposición de artesanías que daría en unos días y al cual le invitaba con cordialidad.


El joven se despidió de manera amable de nosotros, y tal como era mi trabajo, lo lleve hasta la entrada. Cuando volví a la habitación Eren ya no estaba ahí, limpie y fui a buscarlo. Nuevamente estaba en la tina, con su cabello suelto y otra copa con Wiski.


Ya no le discutiría la manera en que estaba bebiendo, así que lo deje continuar.  Después de todo había sido un día productivo, diecisiete mil quinientos dólares únicamente de su trabajo y mil ochocientos dólares extras de incentivos. También había recibido buenos regalos que cuando estuviera lucido decidiría si conservaba o los cambiábamos por dinero. Teníamos algunos pagos por hacer y decidí que ya que se tenía el dinero, era mejor que se realizaran de una vez, lo primero era el porcentaje  que la agencia nos quitaba y  el dinero para cubrir los gastos del mes.


– Te llevas diecisiete mil dólares. – Le dije desde la salita del camerino – Hoy mismo cubriremos el pago a la agencia y los servicios, creo que es mejor hacerlo de una vez, será un asunto menos que atender, recuerda que el miércoles tienes la presentación. Tenemos que elegir tu coreografía,  la pista se eligió el domingo, pero eso lo haremos mañana.


– ¿No hay trabajo mañana? – Me pregunto una vez que estuvo vestido.


– Si, mañana vendrán dos, pero hay un buen tiempo entre cada uno, nos serviremos de eso para que puedas ensayarla.


Salió lentamente de la tina y lo vi trastabillar pero logre alcanzarlo antes de que callera de rodillas al piso. Lo sentí aferrarse a mi cuello, mientras intentaba enfocar su mirada y a pesar de que acaba de bañarse tenía un olor fuerte a licor.


Pasaban de las doce de la noche cuando salimos de la agencia. Tal y como quedamos,  hicimos los pagos para los cuales era necesaria su presencia por su firma y después nos  encaminamos hasta el estacionamiento, el aire estaba frio y Eren temblaba entre mis brazos. – Tranquilo ya casi llegamos. – Le anime. Meghan salió detrás de nosotros, el aún tenía que quedarse pero al parecer quería despedirse de Eren.


– ¡Esta ebrio! – Me reclamo.


– ¿Acaso le obedece a alguien? – Le cuestione irónico, Meghan mejor que nadie sabe que no se pude hacer nada contra la voluntad de Eren.


– Solo digo que tú eres quien se…


– No es mi trabajo discutir con él sobre la cantidad de licor que debe beber, además, hoy todos quisieron tomar ¿Qué se supone que debo hacer?


– Te importaría dejarme entrar al auto… – Se quejó Eren. – No sé ustedes, pero yo tengo mucho frio.


– Y al rato también tendrás resaca…


– Regáñalo después. – Interrumpí a Meghan. – Voy a llevarlo a su casa, ya tengo sueño y no estoy de humor para lidiar con borrachos.


– Ese es su estado natural. – Bromeo Eren.


 Apena lo acomode en el asiento del copiloto, lo vi recargarse sobre la ventanilla, quería dormir. Subí sus regalos en la parte de atrás del auto y vi como Meghan lo besaba, sabía que ellos dos  en algún momento intentaron tener algo, pero Eren nunca dejaba que él lo besara, incluso al igual que con todos, evitaba a toda costa que lo tocaran. 


– ¡Déjalo descansar! – Le dije mientras lo apartaba de la puerta y la cerraba con cuidado.


– ¿Celoso? – Me pregunto molesto.


– ¿De ti? – Me burle. – Para nada, al contrario.  Aunque aun no entiendo cómo es que le dejaste el camino libre a otro. Sobre todo teniendo en cuenta lo mucho que lo amas.


No espere a que respondiera, camine con rapidez y me subí al auto, pero cuando estaba por cerrar la puerta, me detuvo. Ahí estaba de nuevo esa mirada lastimera en su rostro, en mi opinión, Meghan era un estúpido por haberlo dejado. Aun cuando imaginaba que tenía una razón poderosa, porque era obvio que su corazón lo ama solo a él. No me quitaba de la mente que Eren había llegado a quererlo y que el había decidido ponerle fin a esa relación a la que yo me hubiera aferrado.


– No muy en el fondo sé que lo entiendes… – Aseguro. – Míralo ahora, está tranquilo y comienza a dormirse. Así es fácil amarlo, pero que hay cuando tienes que entregarlo a esos hombres, cuando cambias las sabanas donde el hizo que ellos se volvieran locos de placer, háblame de lo que sientes al escucharlo gemir cuando estas detrás de la puerta. – Me hablaba con impotencia y quizá hasta con frustración. – ¿Es fácil amarlo cuando sabes lo que les está haciendo y lo que ellos le hacen?


– No sé porque los separas… – Le respondí con indiferencia. – Al final, Dae-Hyung y Eren son la misma persona. Y es imposible amar a uno y despreciar al otro. Eres tan tierno con Eren, pero eres frio e indiferente con Dae-Hyung  ¿crees que él no lo ha notado? Ahora lo besas cuando hace unas horas apenas y si pudiste decirle “cuídate”. Enserio me das lastima. – Su molestia no tardó en hacerse notar, pero no me importo en lo más mínimo, esta no sería la primera vez que nosotros peleábamos por Eren, de hecho si nos soportábamos era solo por él. – Es un infierno entregárselo y estar detrás de esa puerta, todo eso me produce un dolor tan grande, pero a diferencia de ti, no le tengo miedo a mi sufrimiento, porque lo amo, porque él queda expuesto después de estar con ellos y sabes que, en ese momento entro a la habitación y él se aferra mí, se refugia en mí y me tiene confianza porque le he demostrado que no está solo, que yo siempre voy a estar con él, sin importar lo que haga, en las buenas y las malas. Esa es la diferencia entre tú y yo…

Notas finales:

Hola!!
Pues aqui les dejo otro capitulo, lo que he intentado es explicar mas a fondo en que consiste el trabajo de Eren, y que vayan conociendo a los demas personajes, como por jemplo, Eric. Quien es el asistente y protegido, por decirlo de alguna manera, de nuestro Dae-Hyung.


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