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PLACERES LIGEROS por NYUSATSU NO AI

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Notas del capitulo:

El poder de una persona se refleja en la sonrisa de su amado cuando estan juntos.

Relata Eren...

Escuche sonar la alarma a lo lejos, pero me sentía demasiado cansado para intentar apagarla. Sentía como si acabara de acostarme y no hubiera dormido nada. Me removí en la cama tratando de calentarme cuando escuche la puerta abrirse.


– Ya es hora de que despiertes... – El olor a comida impregno mi habitación, olía muy bien. Pero mis ojos se negaban a abrirse y esa voz… – Mi pobre Eren, esta tan agotado… pero debes despertar ahora, dijiste que querías repasar tus apuntes, antes de tu examen. – Su mano acaricio mi rostro y sentí como acomodaba mi cabello.


– ¿Eric? – Pregunte un poco aturdido.


– Sí, soy yo pequeño…


– Soy mayor que tú, recuerda eso la próxima vez que intentes llamarme pequeño. – Agregue mientras finalmente me obligaba a abrir los ojos, Eric me sonreía desde la orilla de mi cama. Mientras colocaba unas almohadas en mi espalda para que estuviera cómodo. – ¡Te quedaste!


– Supuse que no lograrías despertarte por ti mismo... – Explico mientras ponía entre mis manos una taza con algo que olía mal y estaba demasiado frio para mi gusto.– ¿Tienes malestar?


– ¡Si, un poco! – Reconocí mientras me llevaba una mano a la cabeza, ahora que comenzaba a despabilarme estaba dando cuenta de mi resaca. – Pero es tu culpa por haberme dejado beber tanto. – Eric levanto la ceja en señal de escepticismo, ya no se tomaba la molestia de contradecirme, si le decía que era culpable de cualquier cosa, entonces, lo era.


– ¿Cómo si alguien te pudiera parar cuando te empeñas en beber? – Se quejó. –Tómatelo, te ayudara con tu dolor de cabeza y a calmar tu estómago. – Explico mientras señalaba el contenido de la tasa.


– ¿Paso algo anoche que deba recordar?


– ¿Algo como qué? – Pregunto inquieto.


– Esperaba que tú me lo dijeras… – Asegure – No me gustaría que pensaras que soy de lo peor. Si hay algo de lo que deba hacerme responsable, dímelo. – Eric me miro con cierto fastidio y exasperación. Finalmente había comprendido que bromeaba.


– Así que ya estas lo suficientemente despierto como para decir tales cosas. – Me reprocho – ¡Bébelo, ahora! – Ordeno cuando se dio cuenta que no tenía la más mínima intención de tomármelo.


– ¿Planeas matarme o algo así? – Le cuestione mientras olía esa cosa espesa y oscura de la tasa. – Acaso estuvo tan mal… porque si así fue, es cuestión de que me des otra oportunidad y esta vez le pondré mas empeño.


– ¡Calla! – Me regaño, en realidad, me parecía que era demasiado joven para tener tan mal carácter. –  Aun no me pagas mi quincena, así que no planeo nada, al menos no todavía.  – Bromeo o eso quise creer, porque lo dijo con demasiada seriedad. – Tómatelo… te va ayudar.


– Es que no me va a gustar, creo que prefiero quedarme con mi resaca.


– No me obligues a que haga que lo bebas a la fuerza. – Amenazo. – No lo huelas, solo tómatelo de un solo trajo, asi como lo hiciste con el Wiski de anoche. – Me regaño.


 Aunque no quería, sabía que no aceptaría un no de respuesta y no se apartaría  de mi lado hasta que bebiera su brujería, que si bien, siempre era efectiva, también solía tener mal sabor, y al parecer cada vez sabe peor. Eric me miraba con impaciencia y cuando lo vi acercarse, me tape la nariz y bebí el contenido del vaso, que no solo sabía mal, sino que además, era pegajoso y espeso, apenas y si podía pasármelo. En cuanto lo bebí me quito el vaso y me dio una taza de té negro, para quitarme el mal sabor.


– ¿Vas a decirme si paso algo anoche? – Volví a molestarlo con eso, mientras lo veía poner la mesita en la cama y colocaba un plato de sopa caliente. También había fruta y un poco de jugo de naranja.


–  Al menos amaneciste de buen humor…


– Es que hay algo distinto en ti, y has traído el desayuno a la cama. – Podía notar que comenzaba a molestarse y eso me hacía feliz, era mi venganza por haberme obligado a tomar esa cosa asquerosa. Esporádicamente disfrutaba de sacar lo peor de él. – Supongo que debió ser especial para ti y debido a todas tus atenciones lo he comprobado.


– Si no puedes recordarlo por ti mismo, entonces, tal vez, no debería decírtelo… – Agrego como restándole importancia al asunto.


– ¡Te has sonrojado, que tierno!


– ¡Come! –  Me ordeno con impaciencia.


– ¿No vas a decirme? – Insistí mientras probaba la sopa, que por cierto, le había quedado deliciosa.


– Hicimos el amor toda la noche… ya lo dije ¿contento? – Espeto molesto.


– ¿Hicimos? – Le cuestione mientras me reía. – Querrás decir que te hice el amor todo la noche y ha ido tan bien que me has traído el desayuno a la cama… como agradecimiento.


– ¡Eres imposible! – Me reclamo con cierto resentimiento. – Me he quedado para poderte despertar y así puedas estudiar.  Y esta es la mala manera en la que me pagas… – Se había alejado de mí mientras decía todo aquello, pero esperaba con paciencia que terminara de comer.


– ¡Te lo agradezco! – Agregue sin dejar de comer. – Aunque no lo parezca… la verdad es que no habría forma de pagar tu amabilidad, ni tus palabras de anoche.


– ¿Lo recuerdas? – Me cuestiono avergonzado, mientras nuevamente se acercaba a mi cama.


– Te prometo que no lo olvidaré, será un material de utilidad para seguir molestándote… – Eric ladeo los ojos y se dejó caer a mi lado, era obvio que él estaba tan cansado como yo, y aun así se tomó la molestia de cocinar algo para mí.


– Me tengo que ir, hoy la escuela empieza a las siete. – Murmuro mientras se tapaba con mi edredón. – Huele a ti… – Volvió a susurrar y lo que dijo me recordó a Christopher, el suele decir eso con frecuencia. Recordarlo tan temprano no me hacía bien, y menos ahora que nuestra relación había ¿terminado? Ahora que ya no estaba molesto, no me sentía tan convencido de querer terminar con él. – Huele a vainilla y a algodón de azúcar, huele a Eren.


– Me gusta el algodón de azúcar…


– A mí también, el sabor y sus colores. – Agrego lentamente, se estaba comenzando a dormir. Me causo ternura verlo, Eric normalmente es muy indiferente y reservado. Según él lo aprendió de mí. No suele relacionarse con la gente y se le podría describir como a una persona fría, pero había momentos en los que se comportaba como si fuera un niño. Ambas facetas de él me gustaban, porque sin importar si era dulce o frívolo, para mí, siempre tenía ese calor especial y todas sus atenciones.


Retire la mesita con los platos vacíos y los puse sobre el suelo, me acosté frente a él y retire la sabana que cubría su rostro, sus ojos estaban cerrados y su respiración comenzaba a hacerse pesada. Era momento de que yo hiciera algo por él, así que cuidando de no despertarlo, salí de la cama y me dirigí a la cocina, le prepare un poco de café negro con tastadas y mermelada, el pan tostado le encantaba, era algo que podía comer a cualquier hora del día, le gustaba con mantequilla vegetal y mermelada de fresa, su favorita. Coloque todo en una charola y lo lleve hasta la habitación tal y como él lo había hecho conmigo. Deje todo sobre la mesita que estaba alado de mi cama y me acerque hasta él, dejando un beso en su frente. Era mi niño, después de todo. Deje un suave beso sobre su frente para que despertara, pero se negó.


– Eric… me comeré tu pan tostado si no despiertas. – Espere unos segundos por su respuesta, pero ni siquiera se inmuto, lamentaba estarlo llevando al límite de que se cansara de esta manera. Pero seguro estaba que no aceptaría si le dijera que se tomara unos días.  – Te hare el amor si no despiertas… – Le susurre mientras me colaba encima de él. En respuesta, sonrió mientras se revolvía entre mi cama.


– Qué manera de despertar a uno la tuya… – Se quejó. Pero inmediatamente retiro mi cabello y beso mi frente. – El beso era más que suficiente.


– Pues tú te lo pierdes… – Hable fingidamente resentido. –  Mira te prepare café y tostadas para que se te quite el sueño. Sé que te gustan. –  Eric se sentó sobre la cama y no dejo de sonreír  mientras comía.


El para mí tenía un valor especial. No le podía comparar con Meghan y tampoco con Christopher, porque eran afectos muy distintos. Meghan es mi hermano, es normal y lógico que lo quiera, aunque también fui mi primer amor, pero ahora, solo queda un poco de resentimiento al no haber sido correspondido y mucho agradecimiento por todo lo que ha hecho por mí. Christopher por otra parte, es la persona de la que me estoy enamorando. Él me ha hecho muy feliz con acciones que nadie antes había tenido por mí, aunque las personas suelen hacerme regalos con frecuencia, ninguno se compara con las atenciones de Chris, porque sé que él me quiere, me lo ha hecho sentir. Y Eric es mi mejor amigo, mi confidente. Realmente sabe todo de mí y me acepta tal cual soy. Es bondadoso y amable conmigo, me prioriza y me hace sentir protegido.


– ¿Qué es lo que me miras tan concentrado? ¿Me he manchado o algo así? – Pregunto incomodo, lo curioso fue que no me había percatado de que lo miraba.


– Me preguntaba como pude estar tan cerca de ti durante toda la noche y no haberte metido mano… que desperdicio de tiempo ¿no crees? – Le hable divertido.


– Si sigues con eso, seré yo quien te meteré mano a  ti, pero para cerrarte esa boca vil y sensual  que tienes. – Agrego mientras se quitaba de la cama, lo vi recoger todos los platos y salir de la habitación.


Le seguí hasta la cocina mientras un me reía, pero el ánimo que traía desfalleció cuando le vi mojarse el rostro, al parecer mi café no había sido de mucha ayuda.


– Llévate el carro… La universidad me queda cerca a diferencia, de a ti, tu colegio. – El pareció sopesar mis palabras y después de un momento negó con la cabeza.


– No me gusta que vayas en taxi tu solo, es peligroso.


– Usare taxi de sitio, ese es seguro. – Insistí. Se preocupaba porque habíamos tenido historias desagradables con los taxistas. Pero sería tedioso tener que transbordar dos veces para llegar a su casa y de ahí al colegio. – ¡Llévatelo y se acabó la discusión! Cuando salgas de la escuela pasas por mí y nos vamos al trabajo después de  comer, ya sabes, para ver lo de la coreografía.


Ya no me rebatió nada, recogió sus cosas y se dispuso a salir, cuando paso a mi lado me beso, su acción me tomo por sorpresa, el beso había sido apenas rosando la comisura de mis labios, pero lo había hecho. Y después, se ha parto sin siquiera mirarme.


– ¿Llamas a eso un beso? – Le cuestione mientras le veía salir.


– Agradece que no te deje con las ganas…  – Le escuche responder antes de que la puerta se cerrara.


Aquello francamente no me lo esperaba, nosotros jugábamos de esa manera, pero nunca nos habíamos besado, era una sensación extraña para mí, pero sin duda había sido placentero.

Notas finales:

Lo prometido es deuda, aqui esta la continuacion. Nuestro Eren desperto de buen humor. Taiga no vayas a enojarte, ese beso ha sido una broma, para buenos besos los de Chris, aun asi, dejemos que Eric haga su luchita. 

Por otra lado, es posible que mañana suba otro capitulo, de no ser asi, el lunes tendran doble. Saludos y hermoso fin de semana. 


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