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D-I-X-O-N (Pausado) por Princess Yaoi

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Notas del capitulo:

Lamento haber tardado tanto, espero no se vuleva a repetir. El final de semestre me atrapo y luego me tome una semana de descanso. Y ahora estoy de vuelta lista para accion! 

El lejano y constante tintineo de esas latas oxidadas que colgaban del tejado desde hace algunos años sin razón aparente, el ruido de la televisión y la voz de su hermano acompañando a la del narrador con ocasionales quejidos y criticas borrachas. Y ese olor, fuerte. Penetrante del tabaco y el polvo abrazándose a él calurosamente, recordándole que estaba en casa, eran nostálgicos.

O si, estaba en ese sucio agujero de campo donde su hermano y él solían pasar la mayor parte de sus días de verano y donde su motocicleta le robaba la mayor parte del tiempo obligándolo a pulirla. Y era pacifico sentir de nuevo esos días ociosos donde todo lo que importaba eran la caza y el dinero. Cuando al ver hacia el horizonte tan solo podía encontrar un largo pastizal  barrido por el viento,  perdiéndose entre las copas de los aboles y el cielo claro. Sin peligro, sin preocupaciones, sin caminantes rondando en cada esquina y sin Rick Grimes poniéndole el mundo de cabeza.

Valla tiempos. Ocasionalmente, en especial cuando estaba muy cansado, solía tener esa clase de sueños. En los que su tranquila vida campesina lo llenaba momentáneamente de calma y olvidaba gran parte de lo que sucedía en el mundo real. Era reconfortante pasar un poco de tiempo a solas y ver a su hermano, porque tenía que admitir que extrañaba a ese bastardo.

Era como darse un tiempo fuera soñando tranquilamente con el recuerdo de su hogar, se sentía reconfortante y muy cálido, ahora que el cazador estaba  tan vacío y lejos de casa en la realidad.  

−Hey, ven a aquí, hermanito. Tráeme otra cerveza… _escucho la voz pesada de Meerle desde la cabaña_

Una frase que había oído cientos de veces y que a su subconsciente no le costaba nada de trabajo meter en sus sueños. Le gustaría entrar a esa cabaña y ver allí al Meerle real. Hablar un rato con el como en los viejos tiempos y salir de caza. Era algo que anhelaba desde que lo perdió en aquel edificio y que sentía más últimamente, desde que Rick no estaba con él.

Pronto la bruma empezó a alejar la imagen clara del campo devolviéndolo al presente, donde al abrir los ojos se topó con un techo blanco, con un silencio total y una cama suave debajo de su espalda. Su cuerpo se tomó un tiempo para recuperarse y sentir nuevamente la fuerza en sus extremidades, haciéndolo percatarse de la herida en su pecho y conciliar la lucidez de golpe gracias al dolor.

Los recuerdos de los últimos días regresaron de forma dura, trayéndole sensaciones desagradables y al final, una terrible incertidumbre. Tenía la noción de haber visto a Rick en el bosque y no tenía idea de cómo pudo haber acabado eso en un cuarto de enfermería.

−Al fin despertaste hermanito _escucho una voz extremadamente familiar llenando la habitación_  empezaba a creer que tu delicado traserito no volvería a levantarse.

Su corazón dio un vuelco de emoción e incredulidad al sentir las ondas de esa voz ronca recorriéndolo, molestándolo y haciéndolo recordar porque consideraba a su hermano un patán. 

− ¿Meerle? _pregunto con una voz un tanto temblorosa, viendo aparecer la imagen de ese bastardo que daba por muerto, frente a él_  ¿Cómo…

− ¿Cómo sobreviví luego de que me abandonaste en aquel edificio? _interrumpió con un tono sarcástico_  ¿Cómo  llegue hasta aquí mientras tú y tu amigo el comisario jugaban a las casitas con esa bola de traidores?

­− ¡Volvimos por ti! Rick, Glenn y T-Dog iban con migo _dijo incorporándose sobre la cama_  pero tú ya no estabas.

− ¡Me dejaron esposado con una horda de muertos esperando para comerme! ¡Querías que me quedara a ver como tu buen amigo T-Dog, el desgraciado que me esposo, regresaba a salvarme?

­−Hermano, yo… _Sintió su cuerpo entumecerse al intentar ponerse de pie_  

­− ¡Me querían muerto! ¿Y qué haces tú? ¡Te vuelves el perro guardián del maldito policía!

En un impulso el hombre lo tomo por el cabello haciéndolo ver de cerca su rostro. Ese ceño fruncido y rabioso, era el mismo de siempre. Su hermano seguía siendo tan duro y desalmado como cuando lo perdió en aquel edificio.

Los ojos de Daryl no pudieron evitar ver consternados la extremidad metálica que se acercaba lentamente a su rostro, unida al brazo cortado de Meerle con cinta y un torniquete.

− ¿Te gusta? _pregunto su hermano llevando el frio metal sobre su mejilla con un tono juguetón_ ¿Te gusta lo que me hicieron tus amigos?

Esos ojos afilados, chispeando con alguna idea inhumana, lo observaban entretenidos mientras la punta metálica se paseaba por su piel hundiéndose lentamente.

Una delgada línea de sangre empezaba a descender desde el pico del arma provocando un cosquilleo en el cuerpo de Daryl. Una mezcla de culpa y miedo lo tenían paralizado. Y no es que el cazador, criando a golpes en la casa de los Dixon no supiera lo que es tener a un ser querido tratando de matarlo, sino que su cuerpo se sentía pesado y débil ante la idea de volver a perder a su hermano.

−Te has vuelto blando… _soltó Meerle con una sonrisa burlona_ ¿Rick también te enseño a rodar y dar la pata? 

−El volvió por ti…  ellos son buenas personas y lo sabes.

−¡Ja! Buenas personas _rio rodando la vista_  ya veremos quien salva tu trasero cuando sepan la clase de bastardo que eres. Supongo que no les contaste que planeábamos robar el campamento y largarnos. Al final, el único que quiere a un pobre diablo como tú, soy yo y eso hermanito, no va a cambiar nunca. Solo nos tenemos el uno al otro.

− ¿Nos tenemos? _pronuncio el cazador con indignación mientras se deshacía del peso de Meerle con un empujón_ tú te largaste y me dejaste solo con él…

−Vamos, sabes que no podía quedarme…lo habría matado _se defendió el hombre tratando de pasar la barrera defensiva de Daryl_

−Me dejaste…!con ese bastardo!  _sus ojos cristalinos vagaron por los alrededores tratando de encontrar un punto de apoyo_ No tienes idea, no sabes la clase de cosas que… _se detuvo sintiendo las palabras atoradas en la garganta_

El rostro de Meerle cambio lentamente al contemplar la angustia de Daryl, un sinfín de ideas vinieron a su cabeza girando sobre esas palabras inconclusas. Cosas que por un momento le parecieron impensables, pero que al ver dentro de los ojos de su hermano le hicieron hervir la sangre y sentir culpa. Una punzada se clavó en su pecho mientras la idea tomaba forma.

− ¿Él te lastimo? ¿Se atrevió a tocarte? _Pregunto asustado de la respuesta_ 

El cazador solo bajo la mirada dejando a mil interpretaciones su nerviosismo. Cosa que para Meerle solo significo lo peor. La imagen del pequeño Daryl indefenso ante los bajos instintos del borracho de su padre, hizo a esa parte muy escondida dentro de él, salir a flote y exigirle una compensación por el daño causado, pero claro. La compasión y la aceptación de sus errores no era n cosa de Meerle.

De una forma un poco brusca, y es que no conocía otra, trato de acercarse a Daryl sintiendo su rechazo.

−No es mi culpa… _soltó el hombre con un palpable pesar torturándolo_

Daryl retrocedió cautelosamente hasta verse acorralado por el enorme cuerpo de su hermano. La repisa de medicamentos detrás de él, se agito soltando al piso un puñado de frascos cuando el brazo del hombre lo estrello contra ella.

−Debiste defenderte… _dijo  con un tono contrariado mientras lo tomaba del rostro y le clavaba una mirada incomprensiva_ Tenías que pelear… porque eres un hombre _le dio una ruda caricia en la mejilla_ y no puedo sentir pena por ti, no por “eso”. ¡No por eso! _un puñetazo impacto en el estómago de Daryl enviándolo de rodillas al suelo_

−Meerle… _sonó una voz fría y demandante parando en seco su puño alzado y lo que parecía ser el inicio de una golpiza_

Un hombre de porte elegante y altivo se paró detrás del Dixon con autoridad y no pasaron más de cinco segundos antes de que obtuviera lo que quería, que su subordinado se abstuviera de continuar y le dirigiera la mirada.

­−Aléjate de él, Meerle _irrumpió la voz dura del comisario mientras su arma apuntaba a la cabeza del sujeto y estaba claro que no se tentaría el arma para abrirle un agujero en el cráneo_

−Está bien, comisario, la situación está controlada. _Aclaro el hombre de traje advirtiendo la sorpresiva aparición de Rick como una potencial amenaza_

El Dixon mayor se giró sonriendo y con los brazos en alto.

−Tranquilo comisario, solo estaba jugando con mi hermanito

− No te he volado la cabeza porque Daryl piensa que aun vales la pena, pero si no te vas, voy a tener que olvidarme de eso_ escupió Rick de forma rabiosa mientras la mirada de Daryl le pedía en silencio que se abstubiera _

−Vamos, son cosas de familia…

−Meerle… _exclamo el gobernador con una expresión pacifica_  claramente nuestros invitados están cansados y no es el momento más oportuno para una disputa familiar.

El hombre bufo con molestia lanzándole una mirada fulmínate a Rick que claramente era una declaración de guerra. Se despidió con un movimiento de cabeza hacia el gobernador y salió de la habitación caminando con suficiencia.

La mano de Rick descendió una vez lo perdió de vista. Permaneció de pie dándole la espalda a Daryl por algunos momentos antes de girarse y observar como el misterioso mediador lo ayudaba a levantarse.

La mirada del sujeto, se posó en los ojos azules de Daryl, algo grisáceos en la penumbra de la habitación, por unos breves momentos, gesto que claro, para Rick no paso de apercibido.

−Philip… _se presentó rápidamente extendiéndole la mano al comisario en cuanto noto la incomodidad del hombre hacia el_

Grimes la estrecho asintiendo levemente con la cabeza, demostrándole cierta desconfiada, pero dispuesto a interactuar.

−  Eres “El Gobernador”…

−Soy un servidor… _sonrió simpáticamente; el sujeto tenia carisma_ Me alegra tenerlos aquí, me gustaría hablar con tigo en cuanto tú y tu amigo se pongan al corriente. Puedes encontrarme en mi casa… hare una parrillada.

Rick sonrió por cortesía y vio al sujeto marcharse dedicándole una sonrisa hospitalaria a Daryl, y por su bien esperar que ese gesto no fuera más que eso.  Oyó la cerradura de la puerta encajar y seguidamente se volvió hacia el campesino. 

− ¿Dónde están mis hijos? _cuestiono de forma seria desde el otro extremo de la habitación_

−Con Carol y Maggie, junto al rio _respondió el hombre sentándose sobre la camilla con la mano en el abdomen_

− ¿Están bien?

−Si… _dijo Daryl bajando el rostro nostálgicamente_ El demonio de bien… _rio elevando la vista hacia Rick_ La destructora casi dice papá el otro día… no para de reír y Carl, joder… ese chico es todo un caso, la adolescencia le está pegando fuerte y  cada vez se parece más a ti…

Una sonrisa lentamente se dibujó en el rostro de Rick mientras oía hablar a ese hombre tan tosco de sus hijos, como un verdadero padre. Camino hacia él con una expresión de enheno endulzado por la suavidad de su voz narrando algunas de las cosas que había visto en Carl últimamente, y sin dejar de prestar atención un solo momento se inclinó hacia él. 

−Cada vez que lo oigo hablar _continuo el cazador con nostalgia_ es como si te oyera a ti. Se está convirtiendo en un hombre y creo que uno de estos días va a….

Las sensación suave de los labios del comisario uniéndose a los suyos pararon en seco sus palabras. Lo hicieron cerrar los parpados y saborear la gloria de ese momento, solo disfrutando el contacto inmóvil de esa boca contra la suya. Un beso casto que término con un “gracias” que se llevó todo el pesar del Dixon más rápido de lo que pensó que fuera posible e hizo por un instante parecer que el mundo había recobrado el orden.

Una breve contemplación del rostro del comisario hizo en el Dixon una sonrisa. Su boca cerró la distancia entre ellos demandando un beso lento. Sensitivo y reconfortante que se extendió por largos y gloriosos minutos. Un ritmo pausado acompaso sus cuerpos mientras se enredaban el uno al otro acariciándose con un toque suave de manos. Permitiéndose el lujo de sentir la tibieza de sus pechos tocándose a través de la tela mientras encontraban un espacio en la pequeña cama de hospital.

El calor de Rick lo envolvió lentamente haciéndolo olvidar el dolor que punzaba en su estómago y su pecho, lo lleno de paz embriagándolo con besos cariños que de un momento a otro se trasladaron a su cuello y dispararon su temperatura corporal.

Fue como una super nova colisionando en su sistema nervioso, todo su cuerpo tembló cayendo en el placer ansioso por obtener más atención. Y todo lo que importaba era perderse en el contacto, aun si eso significaba olvidar que hace unos momentos estaba inconsciente y al borde del colapso.

Necesitaba sentir a Rick más cerca que nunca, palparlo con sus cinco sentidos, encontrar su toque marcado en su piel cuando despertara al día siguiente y gravar en su mente un sabor que pudiera recordar para siempre. Uno que no lo abandonara si volvía a estar solo.

Y fue fácil dejarse llevar, previendo lo que bien podría ser un inolvidable encuentro sexual, pero que acabo en un mareo y una baja de temperatura instantánea. Su cuerpo al parecer no estaba listo para vivir emociones fuertes, cosa comprensible luego de haber perdido tanta sangre.   

­­−Rick… _pronuncio por lo bajo mientras clavaba las manos en los costados de Grimes _ joder… detente.

Derribado por el mareo se giró extendiéndose en la cama. Se cubrió el rostro con el brazo frustrado, y es que realmente deseaba iniciar algo. Maldición, necesitaba hacerlo. Al fin tenia a Rick allí, justo frente a él, y no podía ni siquiera tener un par de besos sin estar a punto de desmayarse, era una mierda.

−Te dispare… _pronuncio el comisario acariciando su cabeza con dulzura, mientras luchaba con el pesar de la culpa_ pude matarte…

Un terrible dolor envolvía al hombre culpándolo por su descuido. No era algo que se pudiera olvidar fácilmente. Se supone que alguien es capaz de distinguir a la persona que ama de un blanco para su pistola, se supone que un líder está preparado para cuidar a su gente en las peores circunstancias. Pero allí estaba, contemplando un vendaje rojo sobre el pecho de su cazador.

−Si te hubiera perdido… _continuo con voz penosa hasta que fue interrumpido_

− Estoy vivo Grimes _oyó la voz del Dixon alzándose con dureza_ vivimos en el jodido mundo de los muertos, y estoy vivo. A la mierda lo demás, no quiero tu culpa, joder, no es como si paseáramos por la pradera y recogiéramos margaritas. Hemos vivido un infierno allá afuera y qué más da si me disparaste, también me trajiste hasta aquí…

Daryl no era alguien muy expresivo al que esperaras oír sermoneándote, razón por la cual escucharlo fue tan fuerte. Lo sacudió totalmente y lo hizo recobrar la compostura tan rápido como sentir una sonrisa dibujándose en sus labios. Ese hombre lo hacía perder la cabeza, era tan oportuno y certero cuando se trataba de ponerle los pies en la tierra y de alguna forma, cuando estaba con el todo era tan fácil, los problemas se volvían simples molestias a las que podía espantar con una sacudida y su corazón un sitio más cálido, casi cursi. Necesitado de sentirlo apegado a él todo el tiempo.   

−Te amo Dixon… _soltó el comisario sin más haciendo a sus afilados ojos claros encontrarse con los del campesino antes de robarle un beso_ 

Notas finales:

Y el lemon!! Donde esta el lemon? Pues la parte dos nos trae muchas cosillas interesantes. 

A peticion de los lectores!! Damas y Caballeros, Rick tendra un contricante en el amor, bueno, creo que ya se van dando una idea de quien es. ¿Y que amargas sorpresar nos dara Meerle? Algo me dice que no estara muy feliz de enterarse de la relacion de su hermanito con el hombre que odia. 

¿Que pasara con Carl? Muchas cosas se vienen en el siguiente caitulo, y una nueva face esta por comensar. 

Muchisimas gracias, de verdad, muchisimas... por sus comentarios. Me hizo muy feliz y me obligo a ponerme a escribir como si mi vida depediera de ello, tener tantos comentarios. Son unos lectores fantasticos. Y espero que me sigan ayudando con sus palabras. 

Hasta el proximo capitulo. Que podria ser mas pronto de lo esperado, asi que esten al pendiente. 


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