– ¿Qué hay entre Meghan y tú? – Preguntó de la nada y sin rodeos.
Tal y como habíamos planeado, terminando el trabajo habíamos salido a tomar, por muy vulgar que esto sonora, era precisamente lo que estábamos haciendo. Llevábamos poco más de una hora en esa zona privada y alejada del bullicio del bar, su botella de Single Malt Sherry Cask 2013 estaba prácticamente vacía, era su Whisky Japonés favorito y su manera más ligera de gastar 230 dólares.
– ¿Por qué lo preguntas? – Le respondí distraído. No me gustaba hablar de temas que aún no tenía claros. Eren me miro detenidamente unos instantes, tal parecía que buscaba alguna verdad que no creía obtener directamente de mí. – Nosotros, es decir, tú y yo… no solemos ocultarnos cosas importantes ¿cierto? – Le pregunté.
– Ordenas mi vida, me dices cuando y que hacer. – Agregó mientras rellenaba nuevamente su vaso. – No hay posibilidades de que esconda algo de ti. – Aseguró. – Pero y tu… ¿Pedo decir lo mismo?
– Sabes de sobra que si… – Le dije mientras acariciaba su rostro. – No es como si te estuviera ocultando algo. – Respondí de inmediato.
–No le des la vuelta a las cosas, su actitud para contigo es diferente a como es con los demás, incluso…
– ¿Contigo? – Le interrumpí. Eren me miro incomodo, quizá había hablado de más. – ¡Es imposible! – Aseguré. – De sobra sabes que si tuviera que elegir entre tú y yo, te elegiría mil veces. Lo sé porque lo mismo haría yo. Él no me interesa en lo más mínimo, al menos, no en ese sentido. – Agregué con solemnidad. – estoy aquí por ti… para mí solo existes tú.
– No es lo que pregunte Eric, aunque me halaga saber que me elegirías… eso puedo creerlo y me da seguridad. – Me dijo animado. – Pero en cuanto a lo demás, será mejor que solo hables por ti. – Tras esas palabras hubo algo sombrío que las cubrió. Todos en el trabajo se habían enterado con detalle de lo sucedido en aquella ocasión, Eren había elegido el peor de los escenarios para confesarse a Meghan. Y la negativa de este, había terminado hiriéndolo. – Aun así, el decir que no hay nada entre ustedes tampoco sería verdad. – Aseguró.
– Creo que lo que hay es bastante obvio, cariño… – Le dije restándole importancia a lo que dio a entender con aquellas palabras. – A él le gusta humillarme y…
– ¿Por qué querría humillarte? – Me interrumpió, mientras negaba con la cabeza. – Meghan puede ser lo que tú quieras, pero no ese tipo de persona. Hemos visto como trata a las personas que le desagradan. – Si, en efecto era cruel, sus métodos para hacer sentir mal a alguien eran bastante cuestionables. – Si le desagradaras no te besaría, igualmente, tú no eres el tipo de persona que se deja humillar y sin embargo, no lo apartas del todo… Así que, volveré a preguntar si es necesario.
Su molestia no me pasó desapercibida y me resulto incómodo. Eren comenzaba a mostrarse mucho más desinhibido que de costumbre y estaba molestándose, entonces, me preocupo si estaba enojado conmigo por dejarlo que se acerque o con Meghan por acercarse a mí. No había olvidado lo posesivo que siempre se ha mostrado con Meghan y era algo que hasta cierto grado podía entender. En ese sentido, el tiempo trascurre con lentitud para Eren, sobre todo cuando se trata de su casi hermano. Ahora que lo pienso, quizá su molestia se debe a que Meghan me besara aun en su delante, lo cual también significaba un misterio para mí, pero seguro estaba de que solo lo hacía por molestarme o siendo un poco malpensado, molestarnos. Porque Eren no podía apartarme a mí, de la misma manera, en la que suele alejar a cualquiera que muestre un interés especial en Meghan.
– No es como si cada vez que lo preguntaras vayas a obtener una respuesta distinta de mí. – Respondí con determinación. – No estoy escondiendo nada si es eso lo que te preocupa, no te oculto nada. Meghan no me interesa en lo más mínimo, si cruzo palabras con él, lo hago solo por ti. Tú eres el único que me importa. – Agregué tratando se sonar convincente.
– No voy a negar que en un principio fue difícil, por no decir que fue doloroso verlos besarse. Me refiero a las primeras veces… – Intento explicarse, y en un afán de ganar algo de tiempo bebió de golpe el contenido de su vaso. – Creo que lo que paso con Meghan me hirió en más de una dirección, y después verlos a ustedes… pero te lo pregunte únicamente, porque, tengo mucha curiosidad de saber quién es esa persona que amas, y créeme que si llegara a tratarse de él, te apoyaría y te ayudaría. – Una de sus manos se acercó a la mía que descansaba sobre la mesa y las entrelazamos. Me sonrió con amabilidad y vi sinceridad en su semblante. – No importa la situación que actualmente estamos pasamos, ahora sé lo que significa que alguien te quiera de esa manera especial, es una sensación increíble que me hace sentir feliz de tan solo pensar en esto. Quiero que también tú seas feliz.
– ¡Gracias! – Le dije mientras le sonreía, era imposible para mí el enojarme realmente con él. – Creo que no podría fijarme en Meghan de esa manera, no es mi tipo y yo no soy su tipo tampoco, aunque tenemos algunos gustos bastante parecidos. – Agregue irónico. – Además, no voy por la vida sufriendo. Quien amo, se preocupa por mí y por mi estabilidad. Tengo un lugar en su vida y aunque no es el que quisiera, él es distinto conmigo que incluso con la persona que ama. Nos tenemos confianza y a nuestro modo nos queremos. – Intente presumir.
– ¿Así que es de esa manera? – Agregó pensativo. – Tienen una manera muy particular de quererse. – Eren pareció sopesar mis palabras y se distrajo por un momento.
– ¡Eren! – Le nombre para intentar obtener su atención. – No digo ahora, tal vez, tampoco mañana... – Había algo que le había querido preguntar desde hace algún tiempo, pero la vergüenza me ganaba y más que nada, no se había dado la ocasión. – Quizá es por todo lo que hemos pasado… Tu ¿Llegarías a quererme? – Solté de golpe, Eren me miro un tanto sorprendido y después sonrió mientras acercaba más su silla a la mía.
– ¿De qué hablas? Yo ya te quiero… – Agregó mientras se recargaba sobre mi hombro y estiraba la mano para beber de mi refresco.
– Si, bueno… también yo. Pero me refería a si podrías quererme, ya sabes, de forma especial… – Le sentí tensarse un poco debido a lo inesperado de la pregunta, pero aun así, no se apartó, aunque se tomó su tiempo para responderme.
– Mentiría si te dijera que no había pensado antes en eso. – Confeso. – Me refiero a antes de Christopher. En más de una ocasión llegue a sentirme confundido respecto a ti. – Sonrió avergonzado y desvió su mirada mientras se tomaba algo de tiempo para continuar. ¿Por qué no me había enterado de eso? – Francamente no sé cómo decirlo… – Agregó nervioso mientras comenzaba a jugar con sus manos. – Tal vez en el fondo ya te he querido de esa manera, aunque, la palabra correcta es amar… – Me corrigió. – Me gusta hablar contigo, eres mi confidente, mi amigo, la persona que arregla mi vida y se enfrenta al mundo con tal de protegerme. Te extraño cuando no te veo por mucho tiempo, que curiosamente es algo que no me sucede con Meghan. Como esa vez que te fuiste por una semana, realmente la pase muy mal en esa ocasión. Me gusta cómo me tratas y me tomo muy enserio tus opiniones porque sé que eres una persona razonable y de sano juicio. Me resultas alguien misterioso y muy atractivo. Tu inteligencia no es cuestionable y tu ortografía es perfecta, te gusta leer y tienes muy buen gusto con la música y la comida. Eres ordenado y tu afición por la moda es exacta. Siempre luces pulcro y hueles muy bien. Sueles estar a mi lado cuando nadie más lo está, y sin que te lo pida, me llenas de atenciones y me haces sentir querido. – Nuevamente guardo silencio un momento, estaba indeciso entre continuar y no hacerlo. – ¡Estoy algo celoso! – Acepto. – En un principio creí que era porque en algún momento estuve enamorado de Meghan, pero cuando dijiste abiertamente que estabas enamorado de alguien, eso no me lo esperaba e inmediatamente pensé que se trataba de él, y me moleste, por ti. Entonces comprendí que no quería compartirte con nadie más… Así que, si, definitivamente llegaría a amarte más de lo que ahora lo hago.
Mi corazón latió desaforado, Eren continuaba muy concentrado en lo que decía y agradecí internamente que no lo notara. Amarlo y que me ame, es un privilegio del que jamás creí gozar.
– ¿Por qué nunca me hablaste de esto antes? Yo hubiera aceptado encantado… Aun lo haría. – Confesé mientras lo miraba, pero Inmediatamente lo note incómodo.
– Porque no creí que aceptarías, además, tu madre no me acepta. Se el lugar que ella ocupa en tu vida, si me aferraba a ti, su relación se lastimaría. También eres menor, y mi responsabilidad es cuidar de ti, no desviarte del camino que debes seguir, creo que ya demasiado te he involucrado en mis asuntos.
– Pero yo…
– ¡No! – Me interrumpió con determinación. – Tus eres mi niño, jamás te lastimaría adrede. Amarme significa muchos problemas, si no me crees, pregúntale a Christopher, no dudo que en más de una ocasión se haya arrepentido ya.
– Solo digo que si tengo todas esas cualidades que me vuelven un buen candidato, no me dejas si quiera intentarlo.
– Sabes, tal vez deberíamos irnos ahora… – Sonreí ante esa frialdad que de momento comenzó a mostrarme. – Estoy cansado y ya he bebido demasiado…
– ¿Es eso o te preocupa lo que pueda pasar? – Lo sujeté del brazo cuando quiso alejarse, Eren voltio a me miro con aprensión.
– ¿Qué podría pasar? Ambos estamos enamorados de otras personas.
– ¿Qué con eso? – Le cuestione mientras me ponía en pie y me iba acercando poco a poco a él. – Has dicho todas esas cosas sobre mí, ahora mismo me siento alagado y quiero pedirte un favor. – Eren me miro expectante y por cada paso que yo avanzaba hacia él, retrocedía otro, haciendo que la distancia entre nosotros no se acabara.
– ¿De qué se trata?
– ¡Bésame! – Sus hermosos ojos grises se abrieron sorprendidos. – Que no entiendes que no soy nada, hazme sentir todo eso que sientes por mí. Ya no soporto esto, no puedo solo. Ayúdame…
– Eric… – Ya no hubo más espacio para que pudiera retroceder a sí que se recargo en la pared – Déjame esto a i, soy yo el que ha bebido. Si lo dices de esa manera, creeré que hablas enserio. – Amenazo.
– ¡Que frialdad! – Me queje – ¿Cómo podría jugar con algo como esto? – Termine de llegar hasta él y mis manos aprisionaron su cuerpo entre la pared y yo. – ¡Bésame! Porque si lo hago yo, tal vez un beso no sea suficiente…
– Lo que dices es peligroso. – Me reprendió. – No deberías…
– ¡No voy a obligarte si no quieres! – Asegure ofendido. – Espera aquí, iré a buscar a alguien que si quiera besarme.
– ¡Vamos, no te pongas así! – Me detuvo. – Solo quiero evitar que hagamos algo de lo que mañana podríamos arrepentirnos.
– ¡Jamás me arrepentiré de esto! – Asegure mientras me acercaba a sus labios.
Lo tome de la cintura y lo atraje hacia mí, mi razón decía – No lo hagas – pero me descubrí a mí mismo sorprendido cuando mis labios aprisionaron los suyos. Fue un beso posesivo y cargado de todos esos sentimientos que albergaba para él. Jamás me había gustando tanto el Wiski como desde que lo probé de sus labios – ¡Te quiero! – Hable sobre sus labios dándole un poco de espacio para respirar. – Quiero más... – Declare mientras pegaba a su cuerpo y sostenía su barbilla para que pudiera besarlo de nuevo. Sabía que estaba mal, Eren no me apartaba pero tampoco se veía ajusto con esta situación.
– ¡Eric! – Alcanzo a nombrarme mientras cerraba los ojos sin apartarse. – No me obligues a mirarte hacia arriba – Eso solo significaba una cosa. “Aléjate” al ser más alto que él y estar tan cerca necesariamente debía mirarme desde abajo. Una de mis manos subió hasta su camisa, haciendo caso omiso a sus palabras, desabroche el primer botón. – Eric… – Coloco na de sus manos sobre la mía, pero no me detuvo. – Entiendo que toda esta situación te esté afectando pero quizá deberíamos solamente hablarlo.
– Ya hablamos demasiado, ahora solo quiero olvidarme de todo… Solo tú puedes ayudarme con eso, solo en ti confió. – No es como si no sintiera que lo estaba chantajeando pero que otra cosa podía hacer.
– ¡Esta bien! Si es lo que quieres, puede pasar… Pero debes prometerme que mañana todo seguirá igual, dime que no vas a cambiar, que no te voy a perder por algo como esto. – Lo último que dijo volvió a tomarme por sorpresa, sus palabras nuevamente me dejaban en mi sitio, en el verdadero lugar que ocupaba en su vida, me tenía la suficiente confianza para tener su cuerpo pero no para tener su corazón.
Me detuve en seco, lo mire por un momento y no pude hacer otra cosa que sentirme avergonzado por mi conducta, yo quería a Eren para algo más que una noche, lo deseaba en mi vida hasta que esta se extinguiera.
– Yo estaré para ti cada vez que lo necesites, voy a protegerte y a velar por tu felicidad. ¡Quiero Eren! No sabes cuánto lo deseo, pero no podría prometer lo que me has pedido. – Confesé. – Discúlpame, no debí, no contigo… Te eres tan importante para mí que no quiero perderte por nada en este mundo.
Un beso más, fue lo único que obtuve de él, un beso lento, apenas una caricia. – Se resolverá… Ya verás como todo funciona para ti, es cuestión de tiempo – Intento animarme, para el todo había quedado ya en el pasado. Entonces comprendí lo estúpido que era, para amarlo nunca supe que había un después, me entregue a algo que no existe, soy su amigo, nada más.