Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

PLACERES LIGEROS por NYUSATSU NO AI

[Reviews - 50]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Parte I: Vive la vida de tal manera que al finalizar un ciclo, tengas que agradecer por algo a alguien. 

Relata Meghan.

Parte II: El origen de todas las grandes fortunas, es la falta de delicadeza. 

Relata Christopher.

Parte III: Toma consejo del vino, pero decide con agua después.

Relata Meghan.

VIERNES EN LA NOCHE.


 


MEGHAN


 


– No estaba seguro sobre si realmente vendrías…


– ¿Tanto así te hice esperar? ¡Lo lamento! – Me disculpé – Me fue imposible salir antes, digamos que no esperaba que sucediera esto precisamente hoy.


– ¿Fue un mal momento? – Preguntó perturbado. Sus ojos cafés seguían cada uno de mis movimientos, era por decirlo de alguna manera, incómodamente atento. 


– ¡No, no es eso! – Aseguré – Estaba en el trabajo cuando me llamaste… – En realidad estaba besando a Eric, pero eso no se lo iba a decir, aun si la interrupción me molesto un poco, Christopher se había escuchado bastante angustiado, así que con el dolor de mi corazón tuve que dejar lo que hacía y que tanto empeño le estaba poniendo..


Obviamente, primero tuve que dar muchas pésimas excusas, a las cuales,  Eric había terminado cediendo, asegurando que no le importaba en lo más mínimo,  a dónde iba ni con quien, pero Eren era distinto. Él no se tragó mis mentiras y había insinuado que yo iba por la vida buscando sexo ocasional. Intenté mostrarme ofendido, pero ya me había hecho mala fama, así que simplemente tomé mi abrigo y deje a mis dos amores molestos. – En verdad, lamento haberte hecho esperar tanto… había mucho tráfico.


– No te disculpes, por favor… – Se puso en pie y señalo el asiento de frente a él, invitándome a sentarme.


– Me alegra que hayas aceptado mi invitación. – Agregué justo después de que ambos estuviéramos cómodos en nuestros lugares. – Te confieso que me tomó por sorpresa el recibir tu llamada. Supongo que muy en el fondo creía que no aceptarías, pero sinceramente, quería disculparme por lo sucedido aquel día. – Hice referencia a la ocasión en la que bese a Eren en el estacionamiento de su colegio. ­– Aunque si mi intuición no me falla, hoy estamos aquí por razones distintas, hay algo que quieres de mí ¿No es así?


Christopher se removió incómodo en su asiento y llamó al mesero, supuse que era  una estrategia para obtener más tiempo. Parecía estar dudoso en cuanto lo que quería decirme. Como si tuviera que cuidar muy bien de sus palabras. Indudablemente ya había sido muy bien entrenado por mi hermano. – No soy como él… – Aseguré intentando sonar amable. El mesero llegó hasta donde nosotros y cada quien ordenó lo que deseaba.


– ¿A qué te refieres? – Me preguntó de manera evasiva.


– No tienes que ser tan cuidadoso conmigo, solamente di lo que necesitas… No voy a enojarme o hacerte un escándalo como lo hace Eren cuando se molesta. – Sonrió con cierta amargura.


– Así que no soy el único al que le hace ese tipo de cosas… – Únicamente  me limité a negar con la cabeza mientras le sonreía. – ¿Él está bien? – Preguntó sin mirarme.


– ¿A qué te refieres con que si está bien? – Verlo tan cohibido me resultaba divertido, Christopher normalmente no solía mostrarse de esa manera conmigo. Supongo que es el efecto que los cuñados tienen sobre los novios de sus hermanos. Y por un momento, me sentí poderoso. – Porque si lo que realmente te preocupa es  si te extraña, entonces diré que tal vez… – Christopher rió nerviosamente mientras intenta ocultar su mirada en cualquier parte. – Sí, creo que ahora mismo está extrañándote. – Me corregí –  Pero también está molesto y decepcionado de ti… – La sonrisa se le borró y una expresión decaída la sustituyó. – Un poco... – Intenté aminorar el golpe que mis palabras le habían causado. – De la misma manera en la que lo estoy yo. Francamente esperamos más de ti… y no que ya estuvieras de cariñitos con alguien más.


La confusión inundó su rostro. – Sí, estoy enterado… Y lo conozco lo suficiente como para asegurarte que Eren no dejará solo asi ese beso. – Christopher nuevamente inclinó la mirada.


– Sobre eso… ha habido un malentendido.


– ¿En serio? – Le cuestioné fingidamente emocionado. – Me alegra tanto escuchar que ese tal Mark no puso sus labios sobre los tuyos. – Incomodidad. Esa era la única sensación que emanaba de él. –  Porque algo así no estaría nada bien… ¿Cierto? Me refiero a que no te hubiera gustado que fuera al revés.  


– ¡Eres muy directo! – Se quejó. – No, no me gustaría que Eren se besará con nadie más, ni que nadie, ni siquiera tú, volvieras a hacerlo. – Eso había sido un golpe bajo, intenté que no me doliera. – No voy a negar mi parte de responsabilidad en ese asunto, sin embargo, en mi defensa puedo decir que entre nosotros ya todo estaba terminado y fue por decisión de tu hermano.


– A eso me refiero… Esa actitud  de tu parte es decepcionante. – Le regañé. – Creo que no estás entendiendo cómo funcionan las cosas. – “No juzgues tu día por cuánta cosecha lograste recoger, sino por cuánta semilla lograste sembrar”. – Así son las cosas. –Afirme.


– ¿Qué es lo que supone que debería decirte después de esto? Es decir, cómo voy a saber lo que esperan de mí, si no me lo dicen. – Asentí ante su comentario, ese era uno de nuestros principales problemas, no solíamos ser claros con respecto a lo que esperábamos de los demás, y eso nos había traído demasiadas dificultades. La cosa era que entre nosotros tres, nos conocíamos lo suficiente como para entendernos y esperábamos que todos hicieran lo mismo por nosotros. – Realmente quiero ayudar, ser útil para él y para su familia, pero con todo respeto, salvo Eric, ni tu ni Eren son honestos conmigo.


Ahora fue mi turno de sentirme incómodo, se quejaba de que yo era demasiado directo pero él tampoco se quedaba atrás. Su mirada estaba fija en mí, al pendiente de mi reacción. No voy a negar que me sentí nervioso, ser honesto, tal y como me lo pedía significaba hacer de su conocimiento información que no solo me pertenecía a mí. Me tomé un poco más de tiempo mientras removía mi bebida tratando de decidir cuál era la mejor manera de comenzar a hablar.


– ¿No dirás nada? – Presionó. – Vas a mostrárte esquivo tal y como lo hace él. – Se quejó –  Así que es de familia… Y me molesta, me irrita que sean así, que haya que sacarles las cosas a cucharadas. Lo encubres, te cela, me piden algo que ustedes no estás dispuesto a darme y aunque te parezca muy pronto, ya comienzo a cansarme de esto. – Este chico era como pólvora, con cualquier chispita se encendía. La manera estrepitosa en que movía las manos y su clara exaltación reafirmaba la molestia de sus gestos. –  Sé que no puedo obligarte a hablar sobre lo que no quieres, pero eso no significa que no me dé cuenta de lo que hay entre ustedes…


– ¿Lo que hay entre nosotros? ¿No crees que podrías estar malinterpretando las cosas? – Le interrumpí de manera tajante. Era un tema frágil para mí y él se había mostrado demasiado arrogante para mi gusto.


– ¡No! – Aseguró del mismo modo. – Con respecto a ti y a él, estoy convencido que podría estar todo, menos equivocado. Tienen sus secretos y tampoco es como si estuviera  pidiendo que me los rebelen. Pero fui honesto contigo al decirte que deseaba que me permitieras acercarme a él como algo más que un simple amigo, te dije que mi interés estaba fundado en otros motivos. ¡Lo quiero Meghan! Quiero… estoy enamorándome de él. – Se corrigió. – Sé que Eric también lo está,  me lo dijo el día que fuimos al hospital. Y puedo vivir con eso, de la misma manera como sé lo dependiente que Eren es de ti, lo mucho que le importa tu opinión y su preocupación por herirte. Como también sé del lugar que Eric ocupa en su vida, sé que lo consiente y que le tiene cierto favoritismo. Estoy consciente de que en ustedes él pone un cuidado que quizá raya en lo excesivo. Son su familia, lo comprendo, y no le tocaré eso. 


Pero siento… que tú también lo amas y de una manera muy distinta a la que lo hacen los hermanos. Eren no lo acepto, pero existe un pasado entre ustedes ¿cierto? Estoy convencido de que es así. – Su seguridad me resultó irritante.


– Solo quería que estuviera cómodo mientras estuviera a mi lado, tan cómodo como para que al verme llegar me recibiera con una sonrisa. Que no hubiera nada que olvidar entre nosotros, a tal punto que incluso pudiera presentarme a la persona que en su momento estaría a su lado.


No hubo nada. – Confesé –  Y sin embargo, fue difícil aparentar firmeza y sonreír cuando Eren se atrevió a hablarme por primera vez de ti. – El semblante de Meghan se había apagado, sin embargo, me sonrió con amabilidad. –  Sobre todo, porque en un primer momento quise llorar de imaginarlo a lado de alguien que no soy yo. Pero tuve que aguantarlo, porque me hacía feliz verlo ocultamente ilusionado. Todo él lo negaba, pero sus ojos no mienten.


Eric dice que es estúpido, pero decidí poder verlo día tras día. En vez de tener que pasar a su lado y fingir no verlo, porque en el pasado lo amé demasiado. – Por un momento no supe qué decir, había juzgado mal a Meghan. Y ahora me sentía mal por haber sacado a relucir ese tema.


– ¡Lo lamento!


– No, yo lo lamento… Sé que las cosas con mi hermano no han sido sencillas para ti. Él es un poco complicado, y creo que Eric y yo hemos tenido mucho que ver en que él sea tan caprichoso,  pero si quieres que sea completamente honesto. Te quiere. – Aseguré.


CHRISTOPHER


 


Mi corazón latió rápido, después de todo, uno no recibe todos los días lo que desea escuchar y yo lo estaba recibiendo ahora. – Tal vez ustedes sean personas destinadas a vivir una relación complicada, sin embargo, él ha dicho que siente que ha recibido tanto de ti, que se ha transformado en una deuda difícil de pagar.


– Unos días estando juntos y otros tantos como extraños… – Me quejé. – ¿Cuál deuda? Lo único que pido es que ya no sigamos viviendo de esta manera...


– ¡Espera! – Me interrumpió. – Se pone cada vez más interesante ¿No quieres saber que más me dijo? – Por supuesto que me moría por saberlo, aun si hubiera preferido escucharlo del propio Eren. Pero al mismo tiempo, también era incómodo, sobre todo porque Meghan lo hacía parecer como una travesura, como si estuviera revelando información confidencial en venganza de algo. – Dijo que a pesar de sus errores y sus constantes separaciones, tú has estado ahí para él. Que estaba seguro de que tú eras la única persona en el mundo con quien él creía que podría vivir su vida de manera correcta…


– ¿En verdad dijo eso? – Pregunté incrédulo, Meghan asintió de inmediato. – Y ¿Por qué me lo dices? Quizá no deberías, se trata de tu hermano…


– Porque es divertido ver tu expresión y saber que estoy saboteandolo… – Reía mientras confesaba su travesura, era como un niño que sabe que se está portando mal pero que no espera ser castigado por su maldad. – Además, no quiero tener ningún remordimiento en el futuro. Ustedes necesitan estar juntos, lo sé, porque estás generando sentimientos inestables  y un carácter salvaje en él.


Eren solo sabe vivir de manera conflictiva, por eso considera que no es alguien bueno para ti, pero solo es porque te quiere, sin embargo, si no arreglan esto pronto… y si él se convence de que es así, por ti, se alejaría. – La manera tan dramática en la que Meghan pasaba de la alegría a la seriedad extrema, me recordo como Eren pasaba de la tranquilidad al enojo con la misma facilidad. Y no pude evitar distraerme pensando en qué cambios sufriría Eric, o quizá él era el más cuerdo de los tres.


Sobre lo que había dicho Meghan, me recordó lo que Eric en su momento y muy a su manera támbien me comento. Sopesé sus palabras. Había algo que no terminaba de encajar en todo esto, si me quiere, porque entonces lo complica todo. – Sabes que eso que has dicho no tiene mucho sentido… Es decir, ¿No quiere perderme pero tampoco sabe cómo cuidarme? No sabe qué hacer conmigo, por eso me echa de su lado cuando lo que en realidad quiere es que me quede...


– ¡Aja! – Respondió como si todo estuviera más que claro – Justamente eso…


– Eso es absurdo, Meghan… ¿Cómo se supone que voy a adivinar lo que quiere? ¡Es imposible y muy desgastante!


– Nosotros lo hacemos… – Su mirada y el tono árido con que pronunció cada palabra me dejó en claro que me juzgaba. – Entendemos sus gestos, su mirada, sus silencios y también comprendemos lo que significa el que se ponga hablador. Los colores que elige para vestirse, la música que escucha, por qué a veces no puedo dormir y porque otros días duerme demasiado, todo lo que hace o deja de hacer nos dice como esta, cómo se siente, cosas que él jamás expresara con palabras. Hemos podido adivinarle los antojos, predecimos cuando va a caer emocionalmente. Lo hacemos porque lo queremos, porque nos importa… – Más claro ni el agua, aun si quise rebatir que ellos le conocían de más tiempo, al final, comprendí que no esperaba que pudiera hacer todo eso, pero sí que lo intentara sin quejarme. – No pido que lo entiendas Christopher… Lo que él significa en mi vida no hay forma de expresarlo, con pasado o sin él entre nosotros. Lo único que puedo decirte, es que ahora tú eres su presente. – Aseguró – Sé, por favor… mucho más del presente que Eric o yo pudimos ser en su momento. No soy tu enemigo, aunque, puede que esté algo celoso y esporádicamente me comporte irracional. – Reconoció mientras bebía de golpe lo quedaba de mi bebida – Déjame estarlo, después de todo, ocúpo este lugar en su vida no por decisión propia, sino porque es lo mejor para él.


– ¿Lo mejor para él? – Repetí dubitativo. – Al igual que Eric, tú te sacrificas por él, ¿Siquiera está enterado…?


– No, no lo está… – Aseguró con dureza. – Y no debe saberlo, porque entonces comprobarás por ti mismo que él esta tan dispuesto a sacrificarse por nosotros como nosotros por él. Te dejaría con tal de darnos lo que se supone nos haría felices, te dejaría y se tragaría sus sentimientos por ti. – No pude evitar sentir que aquello había sido una amenaza, sobre todo por la seguridad con la que hablo. – No puedes siquiera imaginarlo… ¿Cierto? – Negué de inmediato con la cabeza. No solo carecía de sentido, también me resultaba enfermo y estúpido. Un hermano aunque no fuera de sangre, se trataban como tal y que estuviera enamorado de su menor y un mejor amigo en la misma condición. Y ahora resultaba que Eren, me haría a un lado y a sí mismo, por hacer feliz a alguno de ellos o a ambos.  ¿De qué siniestro mundo venían estos tres?


– Si te pidiera que nos fuéramos de aquí y me hicieras el amor… ¿Aceptarías? – Sentí mi  rostro arder, ¿Qué era lo que acaba de decir?  – Piénsalo, si aceptas, te garantizo que será algo que jamás olvidarás y que sobre todo, quedará entre tú y yo. Puedo hacerte olvidar todas y cada una de tus preocupaciones… ¿Aceptas?


– Pe-pero eres su hermano… – Contesté más por decir algo que por querer responder. – El hermano de la persona que quiero.


– No dejaré de serlo porque nos acostemos. Y tampoco tienes que dejar de quererlo.– Me rebatió. Definitivamente ellos venían de un mundo raro. – Será algo entre tú y yo, realmente lo vamos a disfrutar y después cada uno podrá seguir con su vida como si nada.


– ¡No! – Respondí de manera determinante, mientras me ponía en pie, yo lo sabría y él también, eso me bastaba para no aceptar. – No puedo…


–¿Que pero menos? Estoy dispuesto a hacer todo lo que me pidas...  O me vas a decir que no te gusto.


–N-no se trata de si me gustas o no... !No puedo!


– ¿No puedes? O ¿No quieres? – Me enfrentó mientras se ponía frente a mí, bloqueandome el paso. – Porque hay una gran diferencia entre esas dos palabras…


– La diferencia no me hará cambiar de opinión...


– Claro que no, porque lo que sientes por él va más allá de una noche de pasión. Porque lo quieres y lo que menos deseas es herir su corazón frágil. – Meghan relajó la postura y volvió a sentarse, mientras con una seña llamaba nuevamente al mesero. – No importa que tan buena o tentadora pueda resultar una posibilidad, haríamos sin importar lo que nuestros cuerpos o corazones quisieran, lo que resultará mejor para él. ¿Ahora entiendes a lo que me refería?


 En su momento tuve que decir entre vivir un corto tiempo como su pareja o toda una vida como su hermano. Y aunque Eren necesitaba ambas cosas, por sobre todo, necesita un hermano. Alguien a quien recurrir cuando la pareja le se pusiera “cobarde”. – La mirada que me dedico me hizo comprender que se refería a mí. – Siéntate, no te voy a  hacerte nada que no quieras… – Bromeó, pero aunque quise, no pude reírme.


Aun así, volví a mi lugar, Meghan término ordenando por mí, esto era más de lo que podía asimilar. En esta ocasión pidió una botella de vino.


– ¡No vuelvas a ponerme otro ejemplo como esos! – Le pedí avergonzado. Meghan sonrió ampliamente, disfrutaba de verme incómodo.


– No fue solo un ejemplo… – Lo miré con seriedad. – Tampoco una propuesta... – Aclaró de inmediato, mientras negaba con las manos. – No soy de lo que gusten estar abajo…


– No quiero hablar de eso… – Le pedí incomodó.


– Hablar de sexo es normal entre hombres. – Aseguró. El mesero volvió con nuestras órdenes y Meghan lo metió en la conversación. – ¿Verdad que es normal? – A lo que el pobre hombre asintió de inmediato sin estar realmente enterado de a lo que Meghan se refería. – Ya ves…


– ¡Como sea! – Respondí tajante en un vago intento de librarmé del tema. – ¿Puedo preguntar si Eren fue así desde el principio?


– Ya lo preguntaste… – Respondió con ironía pero al mismo tiempo con cierta melancolía. Otro cambio, estaba convenciendomé de que Meghan era muy voluble. – No, Eren ya no es ni el recuerdo del niño que solía ser cuando llego a mi lado. Pero no por eso lo quiero menos… – Aseguró y otra sonrisa deslumbrante se le escapó de los labios. Pero se quedó pensativo un momento. – Creo que llegó mi momento de al igual que tú, no querer hablar de cierto tema…– Suspiró con pesadez.


– De acuerdo… pero ¿Cómo es que llego a tu lado?


– No insistas… – Sonrió… Y ví la amenaza tras sus ojos, otra cosa en la que se parecían. Pero más que un descontrol emocional, comenzaba a intuir que era una conducta aprendida. Su manera de protegerse de todo y todos. – Es una buena historia, pero no soy yo quien debe contarla... –


– Eren no habla de estos temas, no le gusta…


– ¡Debes retarlo! – Confesó en un susurro – Reto lanzado, es reto aceptado por Eren… No lo soporta, cremé. Puedes insistirle todo lo que quieras y él no hablará. Desafíalo y él no lo dejara pasar. Ya lo veras con ese amigo tuyo… Eren ya le había advertido, al besarte lo desafío, y te aseguro que veras correr sangre. No lo tolera, su orgullo no lo permite. – Hablaba con complacencia, como si lo que decía fuera algo de lo que podía sentirse orgulloso. Bien, basta de sabotearlo, ya me vengue demasiado… ¿Qué es lo querías decirme?


 


MEGHAN


 


– ¿Vas a decirme que es lo que sucede? – Le cuestioné con amabilidad al notar nuevamente esa extraña actitud de su parte.


– Cuando estuvimos de fin de semana, sucedió algo… – Dudo un momento y desvió la mirada de mí.


– No es buen momento para que te detengas. – Agregué expectante – La haces parecer una frase peligrosa si la dejas solo así… – Él agacho la mirada y mi sangre comenzó a hervir. Mil cosas pasaron por mi cabeza y el coraje comenzó a inundarme. Será que Eren había olvidado intencionalmente contarme algo que era importante.


– La primera noche que estuvimos ahí… – Intentó continuar con la mirada fija en el piso, esa no era buena señal, pero no quise interrumpir su relato. – Eren recibió un mensaje, acabábamos de llegar de cenar y él se había metido a la ducha, fue entonces que el  mensaje llegó. Era un número que no estaba registrado… – Por primera vez desde que había comenzado a relatar, me miró. Mi corazón comenzó a oprimirse y me sentí angustiado a tal punto que ya no quería escuchar nada más, Eren no recibe muchos mensajes. Solo de Eric y yo y de... – Lo que estaba escrito me molesto mucho. – Dejé el pensamiento inconlcuso. – Porque aunque él estaba conmigo en ese momento, parecía haber dejado asuntos pendientes con alguien más. No supe cómo manejarlo, no es que me excuse, pero hasta antes de Eren no había tenido necesidad de sentirme celoso de nadie. Jamás antes tuve a alguien tan especial al que me aterrara perder o compartir.


Decidí ignorarlo, pero Eren notó que mi actitud hacia él era distinta, ni en sueños hubiera imaginado que reaccionaría de la manera en la que lo hizo… Fue así como supe de su enfermedad y de los medicamentos que debía tomar. Esa noche habíamos bebido, y él quería tomar medicamentos controlados a pesar de estar ligeramente ebrio. – Nuevamente vi culpa y vergüenza en su rostro. – Dijo que lo había hecho antes… – Agregó preocupado.


– Más veces de las que hubiéramos querido. – Aseguré – Hemos tenido que llevarlo de emergencia al hospital por esa razón en varias ocasiones. – Christopher me miro con terror, y no era para menos, al final, se trataba de la persona que amamos. – El que tenga que tomar antidepresivos es solo una parte del problema, la otra la desconocemos. Eso vuelve la situación más complicada, porque no sabemos a qué nos enfrentamos, aun así, preferiría que te quedaras con la versión que Eren te de… – Aseguré.


– Pero él tampoco habla sobre eso, no le gusta…


– Nosotros no sabemos mucho más que tú. – Confesé – Se guarda sus cosas para sí, y a nosotros nos mantiene al margen de la situación. – Expliqué con cierta impotencia. – A diferencia de ti, nosotros no podemos pasarnos la vida retándolo. Pues si olvide decirlo, se enoja mucho cuando lo retan. Así que si llegas a hacerlo, que sea de manera sutil. – El pareció apuntar mentalmente el dato. – ¿Qué paso después?


– Esa noche logramos controlarnos sin necesidad de que él tomara esos medicamentos. – Su declaración me sorprendio, en varias ocasiones habíamos intentado que no se tomara las pastillas y él se negaba a tal punto que terminábamos cediendo. – Aunque discutimos por eso, pero le deje ver que no le permitiría tomar nada. – Agregó dubitativo, estaba recordando lo que había sucedido esa noche. – A la mañana siguiente recibí la llamada de un amigo con el que suelo ir a correr en las mañanas, Eren se molestó porque llamó muy temprano. En resumen, volvimos a discutir, me acuso por la llamada y yo por el mensaje que él había recibido la noche anterior, la situación se complicó, a tal punto que le dije que recogiera sus cosas porque lo regresaría a tu lado en ese momento… – Suspiró con pesadez y bebió de golpe su copa de vino para después rellenarla y volverla a beber de golpe.


– ¡Hey! – Le alejé la botella cuando noté que planea volver a hacerlo. – Estas asustándome, ¿Qué fue lo que sucedió después?


– Dijo que esa persona… – Cuatro palabras y se quedó sin aliento, se llevó las manos a la cabeza y se revolvió el cabello con desesperación. – Dijo que… – Sus ojos cafés me miraron atormentados, al momento sentí mi corazón oprimirse. Eren no le diría, ni siquiera a su psicologo se lo dijo, mucho menos a él.– Que había intentado abusar de él…


Cerré los ojos mientras lentamente recargaba mi frente sobre la palma de mi mano. Era el capítulo negro que jamás debió ser escrito en la vida de mi hermano. No habíamos vuelto a hablar sobre eso desde que sucedió. Él se negaba rotundamente y nosotros habíamos decidido respetar su deseo. Sin embargo, aún nos dolía, porque sabíamos que sufría debido a lo sucedido. Y que ese hombre no le dejaba en paz, obligando a Eren a vivir con miedo.


– ¿Es por eso que te estas alejando de él? – Pegunté herido, lo hice más por impulso que por el hecho de lo ilógica que resultaba mi pregunta.


– Estoy lejos, porque Eren me termino. – Me contestó molesto – ¿Cómo puedes si quiera pensar que lo rechazaría por algo así? Algo que no dependía de él. Eren tiene mi amor y sobre todas las cosas tiene mi respeto.  – Aseguró – Quiero su tranquilidad, que su felicidad no vuelva a opacarse por la culpa de ese malnacido.


Es esa la razón por la que te pedí que nos viéramos… – Le miré sin comprender a lo que se refería. – No pude olvidar el número desde el que había sido enviado el mensaje y lo mande a investigar. Lo detuvieron hoy. – Su declaración me tomo por sorpresa y no supe que decir, ¿Desde cuando estaba haciendo esto? No era solo investigar, era un proceso que requería mucho tiempo o en su defecto, mucho dinero para llevarse acabo. – Se encontraron los otros números y las otras personas.


– ¿Las otras personas? – Balbuceé – ¿Qué otras personas?


– Eren no fue el único – Confesó. – Pero solo dos chicos aceptaron declarar, será más que suficiente. Pero es necesario que…


– ¡No! – Respondí de inmediato.


– ¿No? ¿No que?


– ¡No! – Respondí con determinación. – Lo siento, en verdad lo lamento, pero no lo haré y tampoco permitiré que lo hagas pasar por eso de nuevo. ¡No!


– ¿Prefieres que siga viviendo de esa manera? – Me acusó – No toda la vida podrás  estar detrás de él cuidándolo, ni tu ni Eric, por mucho que deseen hacerlo. Eren debe enfrentarse a esto y cerrar este episodio.


– ¡Es tarde, debo irme! – Agregué mientras me ponía en pie.


– Meghan necesito que me apoyes en esto… – Exigió.


– No lo haré… – Deje dinero suficiente para cubrir la cuenta e intente huir, pero Christopher me detuvo sujetándome del hombro.


– Si Eren no se presenta mañana en la procuraduría lo dejaran en libertad hasta que se hagan las averiguaciones necesarias.  – Su voz fue enérgica y su mirada exigente –  Confió en que lo llevaras. Pídele a Eric que te acompañe, será más fácil para él si estamos todos juntos brindándole apoyo.


– No me des órdenes sobre lo que debo hacer, como si ya hubiera aceptado hacer esto. – Le debatí molesto. – No comprendes lo difícil que ha sido para Eren, ni Eric ni yo te apoyaremos.


– Mañana a las tres de la tarde en la procuraduría. Mi abogado  y yo esperaremos por ustedes en la oficina “C” del segundo edificio. – Agregó ignorando mis palabras – No lleguen tarde.


Lo vi doblar mi dinero y meterlo al bolsillo de mi saco mientras me decía que la cuenta ya estaba cubierta. Se fue justo después, ni siquiera me dio la oportunidad de volver a rebatir.


La botella que había pedido no fue suficiente, había un torrente dando vueltas en mi mente. Christopher no lo iba a entender, cierto, él no lo sabía y yo no se lo diría, pero aun así, revivir aquel momento, aquel dolor, aquella impotencia. No, no debía, porque la salud de Eren no era buena, porque había estado demasiado presionado con los últimos eventos, y no podía agregar una carga más a su angustia.


Era eso y que al mismo tiempo, aun no me perdonaba el haberlo dejado solo en ese momento, el saber que después de ese día, el Eren que yo conocía jamás volvió.


Un miedo sin fundamento comenzó a invadirme, de repente aquel lugar era demasiado grande, y yo me sentí nada. Poco me importo con quienes fui chocando en mi afán de abandonar aquel lugar cuanto antes. Únicamente sabía que debía llegar al departamento de Eren, asegurarme de que estuviera bien y hablar con Eric, él me ayudaría a tomar la decisión correcta.  


Manejé lo más rápido que el trafico me lo permitió, nunca antes una botella de vino y dos wiskis me habían dejado tan mareado. Internamente me sentía asustado, con miedo y noté que mis manos temblaban ligeramente mientras se aferraban con fuerza al volante. La calma comenzó a llegarme conforme me acercaba a mi destino, no me importo dejar el auto mal estacionado, subí rápidamente por él levador. Las luces del departamento estaban apagadas, era una pena, en verdad, deseaba hablar con Eric.


Cuando entré en efecto todo estaba apagado, pero me lleve el susto de mi vida al ver una figura alta sobre el sillón de la sala, tanteé con la manos el botón de la luz, y la encendí.  


– ¡Demonios, me asustaste! – Me quejé al ver que se trataba de Eric. – ¿Qué haces?... ¿Qué sucede? – Insistí al ver como tenía la vista perdida y parecía no haberme escuchado. – ¡ERIC! – Grité.


– ¿Qué sucede? – Respondió apenas notando que me encontraba ahí.


– Eso es lo que quisiera saber… ¿Qué haces en la sala a media noche y con todas las luces apagadas?


– ¿Apagadas? – Me cuestionó distraído – Pero si están encendidas…


– Sí, las encendí ahorita que entre. – Le regañé – ¿Qué sucede? ¿Se trata de Eren?


– ¡Eren! – Se repitió así mismo – No, Eren descansa ahora… estaba más tranquilo cuando se acostó. Pero se enojó mucho porque te fuiste…– Explicó distraído.


– ¿Por qué no te has acostado? ¿Ya viste la hora que es? – Intente no darle importancia a lo que había dicho, me preocupaba su actitud porque era anormal en él.


– Estaba esperándote… – Respondió. – Me preocupó la forma tan apresurada en la que te fuiste. – Agregó mientras se ponía en pie y caminaba hasta donde me encontraba. – ¿A dónde fuiste? ¿Te encuentras bien? – Sus manos recorrieron mí rostro y sus ojos en verdad parecían preocupados. Algo que francamente no esperaba, ni en mis más locos sueños hubiera imaginado que se preocuparía por mí. Sobre todo cuando horas antes había dicho que no le importaba que hiciera con mi vida… – Te ves algo pálido… ¿Te ocurrió algo malo? ¿Quieres contarme? Lo lamento... es solo que tengo un mal presentimiento, me duele. – Dijo mientras se llevaba una mano al pecho. Sus ojos negros no se partarón de mi rostro ni un solo segundo. – !Tengo miedo! ¿Te paso algo malo? ¿Por qué me miras de ese modo?


– La verdad es que si…


Durante el trayecto a casa había estado pensando sobre si debía o no llevar a Eren, por una parte me angustiaba  cómo reaccionara y por otra, deseaba su tranquilidad y mientras ese tipo estuviera libre, Eren viviría en las sombras, tal y como lo había estado haciendo los últimos años. Le conté a Eric todo lo que hablé con Christopher, y aunque no me interrumpió hasta que terminé de hablar, la amabilidad y disposición que mostro al principio, se había esfumado desde que escucho que Eren tendría que ir a reconocerlo.


– ¿Por qué me dices todo esto? ¿Qué es lo que esperas que te diga?


– ¡Me preocupa no hacer lo correcto! – Aseguré. – No he decidido nada, no es una decisión que debería de tomar solo yo, por eso te lo he dicho. Se trata de la persona que amamos, nos incumbe a ambos.


– ¿Es eso? – Inquirió a la defensiva – O si esto sale mal, lo que en realidad buscas es una culpa compartida… – Su desconfianza me dolió.


– Puedo cargar con la responsabilidad de lo que suceda, sea bueno o malo. – Le respondí molesto – Pensé que decírtelo era mejor, piensa que él nos va a necesitar a ambos. A su hermano y a su mejor amigo.


Fue tras decir esto que por primera vez desde que comenzamos a hablar,  vi a Eric quebrarse, me dejó ver la angustia que sufría y lo mucho que todo esto le dolía, quizá era porque su amor era joven, estaba fresco y palpitante en su corazón. Por eso podía sentir el dolor por el que pasaría Eren, incluso antes de que suceda.


 – ¿Que hay si digo que no quiero ser parte de esto…?


– Entonces, realmente me sentiría muy decepcionado de ti. – Aseguré. – Aunque puede que eso no te importe.


– ¿Por qué piensas eso? – Fue su turno de mostrarse dolido – ¿Qué tengo que hacer para que me creas? Yo no te odio Meghan, a pesar de nuestras constantes discusiones y diferencias, a veces, me duele que tengas tan mala opinión de mí.


– Esta es tu oportunidad de hacerme cambiar de opinión… – Los chantajes nunca funcionaban con Eric, pero debía intentarlo.


– No sé si a ti se te hacen eternos los días cuando no aparece, cuando se esconde, cuando no está. No sé si tú quieres tenerlo entre tus brazos, besarlo, acariciarlo, parar el tiempo cuando estas con él. No sé si tú lo añoras. Yo… sí. – Confesó y fue curiosa la manera en que sentí mi corazón oprimirse, casi cuartearse. De un momento a otro me sentí celoso por sus palabras, aunque no era ajeno a sus sentimientos, sabía que amaba a Eren, pero también sentía algo por mí aunque no quisiera reconocerlo, porque entonces decía todas esas cosas en mi delante. Por supuesto que yo también sentía esa necesidad por Eren, después de todo yo le había amado primero, pero no lo decía en su delante, por respeto a lo que nosotros comenzábamos a tener. – Lo último que deseo es verlo sufrir, llorar de nuevo por lo que tanto daño le ha causado.


– La triste realidad es que todos extrañamos  a alguien y deseamos que donde sea que esa persona esté, también nos extrañe a nosotros. – Mi queja quedó dentro de esa oración, Eric lo comprendió y me sonrió mientras sujetaba mi mano en señal de disculpa. Intenté no darle tanta importancia a lo sucedido y centrarme en lo que haríamos con mi hermano. – Piensa que Eren dejó sin resolver este asunto, y eso no significa que ya no le cause dolor… ¡En verdad deseo que me apoyes en esto! No tienes que responderme ahora, vayamos con él y tratemos de descansar, ha sido un día muy largo para todos…  Dame tu respuesta mañana.


– No lo sé… Meghan… – Tomé sus manos y las entrelace con las mías. Atrayéndolo hacia mí, logre que nuestros cuerpos se acercaran. – No intentes distraerme con eso… – Se quejó.


– Solo quiero abrazarte…


– Contigo nunca es solamente un abrazo… – Me reprochó pero ya estaba casi sobre mí, aproveché que indirectamente estaba cooperando y lo acomodé entre mis piernas, de frente a mí.


Mis manos acariciaron su rostro, él me miraba detenidamente, ambos estábamos tranquilos, disfrutando de sentir al otro tan de cerca, en mí no nació la lujuria que de repente me obliga a acorralarlo y prácticamente comerle la boca. Al contrario, solo quería atesorarlo, llenarlo de mí en el sentido más limpio de la palabra. Quizá era que nuestra preocupación por mañana hacia que el libido se mantuviera bajo, pero por unos segundos quise olvidarme de todo y disfrutarlo. Había cambiado tanto nuestra relación, aun peleábamos pero ya era menos real. Aún decía que algún día me mataría y seguía inventando ingeniosas maneras de deshacerse de mí. Y obviamente yo aún disfrutaba de verlo arder de coraje, pero resiente prefería que ardiera por otras razones. Porque había descubierto que pese a ese mal carácter, Eric también tenía su encanto. Era dulce y podía en medio tanta apatía, llegar a ser tierno.


– ¡Me gustas! – Le solté mientras dejaba un beso sobre sus labios, apenas un roce.


– ¡Cállate! – Exigió con el rostro completamente rojo de la vergüenza.


– Me gustas mucho… – Un beso más y mis manos descendieron lentamente por su espalda, en respuesta, Eric tembló.  


– ¡No quiero escucharlo!  


– ¡Qué lindo! – Lo halague mientras dejaba un camino de besos por su mejilla.


– ¡Idiota! – Me encantaba que se hiciera el difícil, sobre todo cuando su cuerpo se calentaba a mi tacto cada vez más.  


– Eres un encanto… – Volví a sus labios en un afán de distraerlo porque se estaba enojando, sabía que no le gustaba que lo tratara de esa manera, pero solo en estas situaciones era que me dejaba dominarlo. En un intento de beso más formal, mis labios aprisionarón los suyos con ternura. Saboreandolos, disfrutando de su suavidad, de su humedad. Lo obligue a recargarse sobre mi pecho mientras mis manos subían a su cuello y su rostro para intentar profundizar más mi caricia. Mi lengua humedecio sus labios y gruñó sin apartarse. – ¡Que te cuesta cooperar un poco! – Le hablé sin dejar de besarlo. – !Déjame usarla! – Le dije y obtuve la mitad de lo que quería, se avergonzó al instante pero no cedió.


– ¡Omite tus sucios comentarios! – Exigió en el breve espacio que le di para que respirara.


– Lo haré si abres la boca… Sino lo haces, relatare todo lo que tengo planeado hacerte.


– Imbécil…


– Voy a quitarte toda esa ropa, mientras que mi lengua recorrerá lentamente todo tu…– Me tapó la boca con sus manos. Su frustración me hizo reír, ahora mismo su mente estaría diseñando un nuevo plan para matarme, pero antes me daría lo que quiero. Quite sus manos de mi boca, pues aún planeaba utilizarla. – ¿Y bien? – Le presioné mientras volvía a atacar sus labios. Tuve acceso a esa húmeda cueva casi de inmediato. Reí para mis adentros, pero no fue por burla, sino porque me hacía feliz, disfrutarlo de esta manera. 

Notas finales:

Hola!!!

Pues aquí pasando de nuevo a dejar la actualización, he llagado aun punto donde escribir resulta un poco dificil, sin embargo, espero que la historia aun resulte interesante. 

IMPORTANTE:

La última parte de Meghan y Eric va especialmente dedicada para mi chica de los review, hace mucho que no te dedicaba algo, muchas gracias por tus comentarios y por seguir tan fielmente la historia, te dejo esto, y ve preparandote para cuando estos dos hagan más que darse besos... Se que te gusta, así que intenté sin salirme de contesxto pornerte un poquito de esto. 

Gracas y nos leemos más tarde.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).