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Al Final (Pausado) por Princess Yaoi

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Notas del capitulo:

Finalmente llegamos a esta parte que sera el paso decisivo para un acercamiento mas intimo. Disfruten!

Ese alegre muchacho de voz energética y charla jovial, que se movía a su alrededor incasablemente como una borrosa mancha amarilla con naranja, en la que podía distinguir una amplia sonrisa; era Naruto. El mismo idiota impulsivo, torpe e idealista que recordaba haber conocido hace una semana en aquella iglesia, pero por alguna razón, ahora parecía más brillante que nunca.

Sería un efecto secundario de la ceguera, su ausencia o simplemente el alcohol, pero desde que su vista volvió, todo lo que acaparo su atención fue ese rubio.

Con su sonrisa, su humor, que en ocasiones podía tornarse bastante ingenioso y sus ideas estúpidas; que bajo la luz tenue del alumbrado, mientras lo observaba recorriendo el cielo en busca de una constelación inexistente y balbuceando tonterías, lograron cautivarlo por un momento. Lo suficiente para hacerlo notar que ese chico empezaba a tener un efecto indeseable en su cerebro y en su comportamiento.

Y no solo era el hecho de que empezaba a notar su atractivo, lo cual seguramente era aplicable a cualquier cosa viviente gracias a que estuvo viendo la completa oscuridad por casi cuatro días; o era al menos lo que se empeñaba en creer mientras sus ojos vagaban involuntariamente sobre ese chico descubriendo su encanto.

También era esa irrazonable sensación de alivio y llenura que lo invadía desde que volvieron a encontrase. Su compañía era tan cotidiana y llevadera que casi podía olvidar que apenas lo conocía y estaba malditamente cabreado con él por largarse sin decir nada.

El efecto del poco alcohol que había ingerido empezaba a disiparse a esas alturas de la madrugada y se sentía cada vez más irritado mientras veía a ese idiota desde las escaleras del pórtico, caminando por el jardín de Temari tranquilamente y perdiendo el tiempo, como si nada relevante hubiera pasado en los últimos días. 

−Sabes que son astros muertos y solo estás viendo un haz de luz que emitieron hace cientos de años ¿cierto? _soltó cortantemente haciéndolo girarse con una mueca de indignación y los brazos caídos_  Sigue buscando a tus antepasados si quieres, me voy a dormir…

− ¡Joder, Sasuke! Eres tan aguafiestas _lo escucho gritar mientras lo alcanzaba en la entrada evitando que cerrara la puerta y lo dejara fuera_

− ¿No estabas buscando a tu bisabuela? No te molestes por mí, sigue… _dijo el pelinegro bloqueándole el paso con un tono burlón _   

−Vamos… Ero-Senin me lo conto, ¡es verdad!

− Entonces, ¿la gente se convierte en estrella al morir? _pronuncio con una sonrisa de medio lado, divertido por la seriedad del rostro del rubio. Valla que ese chico podía ser ingenuo, era irritante, pero de alguna forma también muy lindo_

−Exacto… _dijo el chico convencido. Empeñado en defender la sabiduría de su abuelo_

El azabache suspiro dándolo por un caso perdido. La forma en la que su pensamiento contrastaba con el de ese blondo a veces, era ridícula.

−Eres un Dobe… _pronuncio por lo bajo dándole un pequeño empujón en la frente_

Su mano no se apartó de él, en cambio, al fijarse en la gaza que cubría la parte superior  de su rostro, fue  hacia ella de manera curiosa. La palpó levemente buscando esos detalles que su visión aun difusa no era capaz de captar y luego, rodando la vista con molestia se apartó.

Un gesto que no paso de a percibido para el rubio, quien adivino de inmediato la razón de su enfado. Y no podía decir que el azabache estuviera mal al tomar de pronto una actitud tan fría con él. Después de todo, desde que Sasuke lo rescato esa tarde, hasta el final de la velada con los Sabaku, el no había mencionado una sola palabra sobre su repentina desaparición.

No podía solo pretender que no había pasado nada y esperar que las cosas volvieran a la normalidad sin ninguna consecuencia, así que se armó de valor e imaginación, para inventar alguna explicación que no implicara muertes o tráfico de drogas en una ciudad vecina.

−Esto es… bueno, lo que paso…  _pronuncio logrando capturar su brazo antes que empezara a subir las escaleras_ Esa madrugada Shikamaru me llamo porque el necesitaba mi ayuda _su voz menguo levemente al sentir la mirada inquisidora de Sasuke posándose sobre el_ no pensé que fuera a tardar, así que no deje ninguna nota, pero no era mi intención dejarte o deshacerme de ti… solo, las cosas se salieron de control. No podía volver y… bueno _trato de armar una sonrisa forzada, mientras se sacaba un llavero del bolsillo_ te traje esto.

El pelinegro se lo arrebato, observándolo con el ceño fruncido mientras subía las escaleras sin darle pauta de formular completa una sola oración al respecto.

−Sasuke _pronuncio nerviosamente mientras lo veía atravesar la puerta del cuarto de huéspedes, topándose un tiradero y una habitación a oscuras_ ¿Estas enoja…

La pequeña figura felina se estrelló contra la pared contraria del cuarto dejando la respuesta a su pregunta más que clara, luego que el azabache la lanzo con todas sus fuerzas y azoto la puerta sus espaldas.

− ¡¿Un puto llavero?! ¡¿Me quiere comprar con un maldito pedazo de basura de un dólar?! _grito dejando al rubio perplejo, quien por supuesto, hizo el intento de dar una explicación, pero quedo mudo acorralado contra la puerta_  ¡Desapareces en medio de la madrugada sin dejar rastro, te llevas tu auto y tus malditas cosas! ¿Y quieres que piense que planeabas volver?  No me jodas… Si quieres desacerté de mi  dímelo y largarte con Shikamaru a jugar a empresarios o cualquier mierda se supone que estabas estado haciendo cuando estrellaste tu auto en la interestatal.

−No es lo que crees… _soltó el Uzumaki presionado los puños incapaz de verlos a los ojos_ no es nada de eso.

− ¿Entonces qué es? _pronuncio con un tono rabioso_ Te di una maldita oportunidad… ¡Vine hasta aquí, me involucre en tu problemas, lo deje todo! ¡¿Y no puedes decirme que demonios pasa?!

El cuerpo de Naruto se tensó sintiendo al azabache alejarse y un nudo formarse en su garganta, mientras se encogía pensado en que si ese chico atravesaba esa puerta y no volvía a verlo, jamás se lo podría perdonar.

−No tenía el dinero para pagar la subasta… _confeso con un hilo de voz haciendo a su contraparte volverse_ Shikamaru me consiguió un trabajo; algo ilegal. Y… joder _se presionó apoyándose contra el muro _ si hubiera sabido que todo iba a salir mal, te lo habría dicho. Pero parecía fácil y creí que podía hacerlo sin tener que explicarte que en mi billetera no había más de cinco mil dólares para sobrevivir hasta que todo esto acabara.  

− ¿Qué paso? _lo yo preguntar a secas y se encontró de frente con el escudriño de esa mirada fría_

Jamás pensó que su punto de quiebre pudiera pender de dos simples palabras, que los sentimientos que había estado sepultando con sonrisas, bromas e indiferencia pudieran estallar de forma tan sencilla. Pero escuchar esa simple pregunta y enfrentar los hechos a la amenaza de tener que confesarlos, lo desbarato. Y el mismo no podía creer la intensidad con la que lo bombardearon. Como si la herida estuviera fresca, como si el dolor que no lloro en su momento hubiera estado pausado hasta ahora y no pudiera evitar sentirlo fluyendo.

−Hice lo que dijeron… _sonrió forzosamente_  y todo parecía estar andando de maravilla, pero _su voz se cortó mientras se llevaba la mano al rostro_ Mierda, yo… pensé que iba a salir de allí y llevarme el dinero fácilmente y que todo estaría arreglado, pero esos sujetos entraron y ¡joder! no sé qué paso _las lágrimas empezaron a correr mientras las palabras salían sin control una tras otra_ no quería hacerlo, lo prometo, no quería lastimar a nadie. Pero tenía miedo y tome el arma…

El corazón de Sasuke se estremeció, sintió una puñada certera rebanándolo ante la visión extraña de ese radiante sol, siempre tan alegre e insufrible, desmoronándose de esa forma.    

 −Naruto…  _pronuncio condescendientemente, casi en un tono de súplica mientras se acercaba deseando ver cesar esas lagrimas_

−Ellos eran malos, pero yo no tenía el derecho a matarlos… _dijo deslizándose por la pared hasta contraerse llevándose ambas manos a la cabeza_ lo siento, Sasuke. Perdóname por contártelo. No tenía por qué saberlo…

Con algo de duda, con cierta fragilidad. El Uchiha se agacho frente a él tomando una de sus manos para atraerlo contra su pecho. Y él no era el mejor consolando, tratando de ponerse en los zapatos de los demás o siendo dulce, pero todo su esfuerzo fue a ese abrazo que deposito sobre el rubio.

−Lo siento… _lo escucho pronunciar casi en un susurro mientras correspondía el contacto aferrándose a el_

Un largo silencio se extendió mientras el sollozo ahogado del rubio llenaba la habitación y Sasuke solo pudo apretarlo tratando de confortarlo, mientras desahogada su culpa en esa necesitada catarsis. Y ese no era el Naruto que conocía, no era el chico heroico y justiciero que le tendió la mano, ni el visionario ingenuo que inicio esa aventura con una menta fantástica.

Era un Naruto azolado por una pena que no conocía, un conflicto moral que no creyó posible tratándose de un oportunista tan considerado y gentil, un peso que no le pertenecía y él puso sobre sus hombros lavándose las manos como una víctima.

Era injusto, pensó mientras acariciaba su espalda preguntándose cómo pudo llegar a causar tanto daño. Pero así funcionaba el mundo allá afuera y todo lo que podía hacer era tratar de repararlo.

−Cuando tenía doce años asesine a alguien _dijo rompiendo la brecha entre ellos sin saber exactamente como una anécdota tan oscura, de esas que prefería no contar, había salido. Y no sabía que era lo que quería lograr con ella, pero le pareció justo revelarle a Naruto un secreto a cambio del suyo_ Fue una venganza, pero cuando supe que estaba muerto no podía perdonármelo y pensaba una y otra vez que sin importar lo que me había hecho, no tenía el derecho de quitarle la vida. Pero, después de mucho debatírmelo un día todos hablaban sobre  que durante la investigación, la policía encontró un niño en su sótano. Su propio hijo. Había estado abusando de él, pero a diferencia de mí, no tuvo oportunidad de defenderse. Y al ponerle insecticida en la comida a ese bastardo, en realidad lo salve

El llanto del rubio había cesado atento a su relato. Lo sintió inmóvil y tenso a la espera de su voz.    

−Descubrí que hay una gran diferencia entre el venganza y la justicia _continuo acariciando suavemente su cabello_ En hechos, son lo mismo. Pero si sientes culpa, tan solo cometiste un error que puedes perdonar. No has hecho nada malo. 

Notas finales:

Estos chicos tiene mucho que aprender el uno del otro, pero juntos podran superar los problemas. La proxima semana tendremos la conclusion de este encuentro dramatico y veremos que le depara a su relacion. 

Gracias por leer!! Y por comentar. Recuerden que con sus opiniones le dan vida a esta historia y me ayudan a mantenerme activa. Hasta la proxima!


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