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Engaño y salvación. por Maby de Sagitario

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Fue un pequeño e inesperado tropezón, que para Aioria derivó en mucho más...

Boquiabierto no se dio cuenta que su pequeño gato Mío, salió como todo buen gato, a pasear sus patitas por la calle, media hora después andaba buscándolo con los ojos llorosos de esquina a esquina.

—¡ Marius!

El lindo felino era tan escurridizo que Aioria podía pasar días enteros buscándolo hasta que por andar sin rumbo fijo, sin querer se tropezó con alguien derribándolo al suelo.

—disculpe-ayudó a levantarlo—¿ Se encuentra bien?

Enmudeció al ver que lo miraban unos ojos azules cielo que adornaban un bellísimo rostro enmarcado por hebras doradas lacias, quedó absorto que ni siquiera notó que alguien más venía corriendo.

—Shaka ¿ Estas bien?

Salió de su ensoñacion al oír que era Camus, el esposo de su entrañable amigo Milo.

—Camus... ¿ Qué haces aquí?

—Shaka es psicólogo, Aioria me ayudará con Hyoga e Isaac para que se adapten a la escuela.

—ah.

Shaka se sacudió la ropa mientras Aioria sonreia apenado, internamente el rubio trataba de no sonrojarse por la intensa mirada del desconocido el cual le pareció muy guapo, cuando tuviese oportunidad le preguntaría a Camus todo sobre él.

De repente un maullido alarmó los sentidos de Aioria, ansioso por comprobar sí se trataba de "Marius", fue a mirar hacia un callejón hallándose a su lindo peludín husmeando unos tachos de basura.
Al regresar aún seguían Camus y Shaka en el mismo sitio.
Al rubio se le iluminaron los ojos al ver al gato, él también los adoraba.

Se despidió de ambos más contento, una por que había hallado a su gato y otra por que se había enamorado a primera vista de Shaka.

Por su parte el rubio no podía quitarse de la cabeza, las orbes del otro, Camus notó la distracción de su amigo psicólogo por que sus mellizos esperaban alguna indicación de su amigo.
Al darse cuenta, balbuceó una disculpa y procedió a continuar con su trabajo.

Sin embargo, el resto del día permaneció distraído, de vez en cuando tarareaba trozos de canciones romanticonas.

—creo que me estoy enamorando—murmuró con una sonrisa.

                 **********

—¡ Oigan!—azotó la puerta—para eso están los hoteles.

Aioros se separó de Shura murmurando algo inintendible, Marius saltó de los brazos de Aioria y se escabulló por algún rincón de la casa.

—no estábamos haciendo nada malo, Aioria—dijo Aioros.

—está bien, hermano—agitó las manos restándole importancia—sólo quiero hablar contigo sobre... El amor.

Shura alzó las cejas, tenía entendido que Aioria no era experto en relaciones, pues según Aioros su hermanito nunca había tenido un novio o novia.

—¿ Quién es la afortunada?

—afortunado—corrigió dejándose caer estrepitosamente en el sofá—es un chico, Shura.

—supongo que es lindo.

Aioria asintió con un semblante embobado.

Al día siguiente salió a buscar a su compadre Milo, como había cogido vacaciones por una semana, tenía tiempo para salir aunque sea a tomar una cerveza.
Acompañó a su amigo que se disponía a llevar a Hyoga e Isaac a su primer día, en la escuela donde trabajaban Aioros como maestro y Shaka como psicólogo infantil.
— y ¿ Camus?—preguntó al no verlo.

—se fue a una especie de retiro con Dégel.

Puso una expresión de consternación, sus esperanzas de contactar con Shaka se redujeron al mínimo, pero ignoraba que Milo también conocía al rubio.

—¿ Que te pasa gato?

Iba a responder cuando vió a lo lejos al psicólogo, se sintió tan contento que apuró sus pasos hasta que llegó ante él.
Milo sólo se limitó a negar con la cabeza mientras caminaba despacio con un niño en cada mano.

—el amor lo volvió tonto—pensó en voz alta.

—¿ Qué es eso papá?—preguntó Isaac con inocencia.

—algo que no te importa, lero,lero—dijo Hyoga sacándole la lengua.

—tonto.

—preguntón.

—feo.

—soy tu mellizo.

—yo soy rubio.
—bueno mis niños—reprendió con suavidad—dejen de pelear, ambos son lindos e inteligentes.

Los dos inflaron los cachetes mientras daban saltitos.
Al llegar a la escuela cada uno se despidió y entró al lugar.

Con Shaka y Aioria.

—y-yo... Quería pasar a saludarte.

Shaka se ruborizó, cosa que para el castaño era tierno verlo así.

—sólo quisiera invitarte a salir cuando estés desocupado.

—te parece hoy en la noche—propuso Shaka.
—si, voy a buscarte si no te molesta.
—entonces toma mi dirección—escribió en un pequeño block de notas—te espero a las 8 de la noche.
—buena suerte en tu trabajo.
—gracias.
Lo vio entrar al establecimiento educativo, agitó la mano alelado mientras Milo se aguantaba la risa por el gesto de su amigo, le dio un codazo mientras lo jalaba hacia una tienda de ropa masculina por que según él Aioria no tenía ropa decente para una cita, sólo ropa que parecía de un adolescente hormonal en busca de chicas.
Compraron varias camisas, pantalones, zapatos, lo llevó a una peluquería, pero antes de eso contactó a Afrodita otro amigo de Camus para que lo asesore muy bien en su imagen.
Entusiasmado, vió un corte de cabello perfecto para Aioria pues tenía unos mechones que lo hacían parecer naúfrago, una incipiente barba que opacaba su físico, y algunas cosas más.
—no entiendo cómo tienes un trabajo—criticó Afrodita mirando el trabajo del peluquero—parecías no sé.... uffff.
—ya deja de criticarme—se defendió.
—Afrodita es el maestro de la imagen, así que él sabe lo que hace ¿ verdad?—intervino Milo leyendo una revista.
—si.
Cuando terminaron con el cabello y el rostro de Aioria, fueron a la casa, pasaron el resto del día ahí hasta cuando llegó la noche y la hora de la cita se acercó.
—que no te pongas eso—decía Afrodita arrebatándole un pantalón de aspecto desgastado—no es fiesta de discoteca.
Media hora de lucha al fin dio resultados.....
Una camisa azul que se ajustaba muy bien a su torso, un pantalón negro y un abrigo negro de sencillo corte, una cadena afanada a Aioros era el único accesorio aparte de un reloj que costó un ojo de la cara.
—taran—Afrodita lo hacía girar sobre sus talones—así es que debes salir para una cita con un joven psicólogo.
Aioros entusiasmado el dio la bendición a su hermanito para que todo salga bien, Shura le deseó buena suerte mientras Afrodita y Milo se retiraban a sus casas.
—oye Milo—dijo Afrodita—dándole un codazo—y tus mellizos.
—ah, mamá fue a verlos, ella adora a Hyoga e Isaac.
—s, por que Camus te mata si te descuidas de alguno de ellos.
                ****************************
Aunque hiciera frío, Shaka no le importaba pues quería pasar un bonita noche con Aioria el cual supuso ya estaba en camino por lo que se sentó en su cómodo sofá en tanto esperaba al castaño. A los 10 minutos el timbre sonó, ansioso se levantó como un resorte y se dirigió para abrirla.
—¡ buenas noches Shaka! ¿ cómo estás?
—¡ hola Aioria!—dijo sonriente—¿ nos vamos?
—claro.
Shaka iba vestido con un pantalón blanco igual que la camisa sobre la cual tenía un abrigo negro, una bufanda celeste alrededor de su cuello para el frío o como accesorio y botas café oscuros, por un momento pensó que también Afrodita lo había asesorado.
Entraron a un pequeño bar cuyo ambiente era tranquilo y perfecto para una conversación, Aioria invitaría. El rubio pidió sólo agua, pues no era afecto a beber y Aioria una cerveza artesanal sin mucho alcohol.
Aioria tenía pensado en decirle a Shaka las emociones que le producían desde aquel instante en que lo vio cuando buscaba a Mío y si aceptaba sus sentimientos, proponerle que sa su novio. Era muy acelerado pero es que él sentía que el psicólogo era esa persona que había esperado desde hacía tiempo.
Una melodía romántica sóno en esos momentos, motivando al castaño de ojos verdes en confesarse, Shaka estaba fascinado con toda la decoración del bar la cual le pareció sobria y sencilla tal como su personalidad que no notó cuando Aioria le tomó la mano con suavidad.
—Shaka....
Intempestivamente su corazón se aceleró, posó sus ojos en las manos comprobando que efectivamente su diestra era apresada por la del otro, nervioso balbuceó unas palabras en su idioma natal.
—lo que vayas a decirme, dímelo.
Varias personas se habían girado para ver lo que suponían una confesión por lo que se formó un silencio que puso súper nervioso a Aioria, algunos hicieron un gesto de apoyo otros curiosos aguardaban lo que dijera.
—Shaka tú m-me g-gus-stas—tartamudeó nervioso mientras tomaba un trago de cerveza.
Ahora las miradas cayeron sobre Shaka.
—tú también.
—¿ d-de ve-ver-dad?
—si—dijo acercándose despacio a su rostro—de hecho me enamoré de ti por que me pareciste desinteresado, alguien que respeta y ama la vida animal.
Los gritos y vítores de júbilo estallaron por todo el bar, nadie de ahí era de esos que pensaban que el amor sólo se limitaba a un hombre y una mujer, también existía el amor entre dos personas del mismo sexo.
—y si te preguntaría que ....¿ quieres ser mi novio? ¿aceptarías?
Sin dudarlo respondió.
—claro.
La soledad en el plano amoroso de Aioria despareció para dar paso a una dicha que no sabía explicarlo.
Esa misma noche, Aioria se deshizo de la ropa que según él no servía para sus salidas como novio de Shaka, emocionado hasta los dientes le contó a su hermano que ya tenía cuñado.
Milo tenía una nueva que contarle a Camus cuando regresara con Dégel del retiro como parte del afianzamiento de su relación como padre e hijo.
Y bueno la relación se fortaleció mucho más cuando Aioria presentó a Shaka como su novio ante sus amigos y familiares el día del enlace de Shura y Aioros. El rubio hizo lo mismo cuando fueron a visitar a su familia de la India, Aioria se ganó el cariño de la respetable familia.
Permanecieron ahí hasta un mes, regresando con planes de matrimonio que se concretaron dos meses después.
—fuimos lo que más rápido afianzaron su relación—comentó Aioria caminando de la mano con Shaka en la calle—ni mi hermano lo creeía.
—pero ahora estamos juntos.
Entraron hasta el departamento que ambos compartían, lo que pasó en tre las cuatro paredes, sólo ellos lo sabrían...

 

 

 


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