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Al Final (Pausado) por Princess Yaoi

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Notas del capitulo:

Lamento haberme ausentado. Que disfruten!

Despertar en el suelo frio, congelado por una corriente helada, jamás fue tan agradable. Y es que al abrir los ojos, toda molestia pareció desvanecerse, endulzándole la vista con una imagen de lo más inverosímil. 

Bajo esas largas pestañas rubias que adornaban de forma casi imperceptible aquel rostro trigueño, un par de lágrimas secas contrastaban con la confianza de una sonrisa que Naruto dibujo mientras apretaba su mano. Y era extraño. Despertar invadido por el calor de otro, topándose con su tacto a primera hora del día, sin razón aparente, sin tratos de por medio que pudieran limitarlo de sentirse tan tranquilo y sin nada mejor que hacer que contemplar con detalle las facciones de ese muchacho que tenía enfrente. 

Una simple mañana con un toque cotidiano. Con olor a café a en el aire, voces conocidas revotando por las paredes y la sensación de un despeinado cabello rubio cosquilleando contra su mejilla; invitándolo a ignorar el duro piso bajo su costado para descansar un rato más, como si fuera lo más natural y ese atractivo rubio que dormía entrelazando sus manos, fuera un viejo amigo.

Su mirada negra, aun algo difusa, indago sobre la silueta del rubio por un par de segundos. Esa imagen quieta a contra luz, acaricida por la suave corriente de aire que mecía las cortinas, le pareció cálida, relajante y algo curiosa.

La facciones de aquel blondo, que normalmente fluctuaban torcidas en una radiante sonrisa; eran finas y largas, algo que tan solo podía apreciarse tan bien en esa quietud y resultaba jodidamente cautivador, porque si bien, el encanto de Naruto estaba en su energía, en su jovialidad y en su explosiva personalidad, esa seriedad era algo interesante. No era difícil imaginarlo con un traje y sentado en una silla corporativa, haciendo uso de esa seductora apariencia centrada para atraer gente adinerada; aunque claro, dudaba que con su hiperactividad y sus arrebatos de idiotez durara un minuto sentado allí.

Pero no cuestionaba, que con carisma e imagen, de quererlo, podría abrirse camino fácilmente en cualquier parte. Naruto era un chico ambicioso, de sus sueños infantiles e intrépidos, con un don especial para atrapar a la gente y una presencia encantadora. Que al pensarlo más profundamente, le hizo preguntarse qué diablos hacia ese muchacho con él. Y es que, la clandestinidad y el ambiente obsceno con los que el interactuaba, no encajaban con alguien tan heroico como el rubio. Era extraño como se habían reunido, como habían logrado encajar el uno con el otro y casi ridículo como habían formado un lazo.

Uno capaz de sobreentenderse sin una palabra; uno un tanto enredado y quizás quebradizo, que se mantenía sostenido por el sentimiento de soledad y pérdida total que compartieron aquella noche en la que se conocieron.

Se trataba de dos personas completamente distintas, de contextos diferentes y creencias opuestas, que de alguna forma enigmática y conveniente, compartían la misma soledad, el mismo deseo de libertad y la misma lucha interna. Coincidencias que en el mundo real no convergían tan mágicamente y que no lograba entender, pero cada vez llevaba su corazón más al borde de lo que realmente podría convertirse en un problema, si es que no lo era ya.

Era consiente que su relación con ese rubio ya no era un simple encuentro casual, o un trabajo en equipo. Habían cruzado una línea hacia algo más estrecho. No era amistad y mucho menos un vínculo sentimental, pero ya no eran ajenos el uno al otro. Eso quedó muy claro por la madrugada, mientras se abrazaba a él tratando de calmar su llanto, mientras sentía punzadas de culpa y rabia sacudiéndolo a causa de sus lágrimas y se sinceraba contando pecados que pensó llevarse a la tumba.  

En ese momento, el orgullo y frívolo Sasuke Uchiha, comprendió que Naruto ya no era un extraño del que pudiera deshacerse o simplemente olvidar. Era un compañero con el que quería colaborar y al que quería cuidar. Algo complicado de procesar tratándose de alguien que estuvo solo toda su vida, pero estaba dispuesto a darle una oportunidad. Como amigo, como camarada, como alguien con quien recorrer el incierto camino hacia la libertad o con quien pasar sus últimos momentos, dadas las circunstancias.

Un compañero;  era todo, o al menos lo que de momento estaba dispuesto a tolerar. Y es que, abrirse camino hacia el afecto de un desconfiado y lastimado prostituto como Sasuke, no era tarea fácil.

__________________________

No supo en qué momento se quedó dormido, pero al abrir los ojos nuevamente parecían haber pasado horas. El sol se colaba de forma cegadora a través de la ventana con esos aires de medio día que el sonido un viejo tractor y algunas voces por la calle hacían típico en esos lugares.  

Se estiro sintiéndose inesperadamente renovado, pese a la noche de desvelo y el duro piso sobre el que durmieron. Hacia noches que no descansaba tan bien, y la presencia de Naruto o su cuerpo pegado al suyo brindándole calor, seguramente tenían mucho que ver, pero era algo que Sasuke prefería ignorar.  

Con lentitud se incorporó pasando la vista por los alrededores. A esa hora, generalmente el único en casa era Gaara, así que todo estaba muy silencioso en el piso de abajo.

Volvió la vista hacia el rubio aun dormido y se sintió perezoso. Se recostó sobre su brazo de frente a él, observando con calma su expresión y el suave ritmo de su respiración; lucia demasiado pacifico.   

Con curiosidad, toco su mejilla, deslizándose suavemente hacia el contorno enrojecido de sus ojos. Palpo el rastro sus aquellas lágrimas y sin más se acercó. Quizás ya había llegado demasiado lejos, pensó mientras acortaba los pocos centímetros que separaban sus labios. Quizás era muy tarde y ya no habría vuelta atrás si seguía involucrándose con él de forma tan íntima. Lo pensó fugazmente mientras la sensación de esos labios lo invadía.

Lo que estaba haciendo era tonto, lo sabía a la perfección, pero se sentía en deuda. Era lo justo, a cambio de los problemas que Naruto se había echado encima cuidando de él. Y puede que el azabache no tuviera toda la culpa, pero odiaba recibir favores gratis y todo lo que ese orgulloso y amaestrado prostituto conocía como forma de pago segura; era el sexo.

Se movió enredándose en torno a él mientras lo invitaba a seguir el ritmo de un beso lento, sacándolo del sueño. Acaricio su espalda, dejándose envolver por la intimidad que aun había entre ellos luego de la noche anterior y buscando contacto entre sus partes bajas, que al rozarse, levemente endurecidas por el calor matutino, hicieron a Naruto soltar un gemido ronco.   

El blondo estaban aún adormitado, pero sus sentidos reaccionaron de inmediato haciéndolo aprisionar al azabache. Valla forma de recibir el día. Con esa deliciosa boca descontrolando sus sentidos y ese cuerpo frotándose contra el suyo en una descarada y sublime invitación.

Sus extremidades se ajustaron a su cuerpo, enganchándose en una posición conveniente,  donde tomándolo por el trasero empujo su cadera, invitándolo a iniciar un lento vaivén que en algún momento hizo sus entrepiernas encontrarse y caer completamente en lo sexual. Una sensación que en conjunto con un beso cada vez más húmedo y caliente, hizo de esa rutina algo exquisito. Algo espontaneo y con un toque incorrecto que avivaba sus ansias, volviéndolo curioso por los labios contrarios.

Sasuke se dejó envolver por el rubio llevado por las sensaciones. Un beso con él, por alguna razón, era una cosa embriagadora, había algo delicioso y nuevo en cada toque, que lo obligaba a ir más profundo y lo motivaba a probar cosas que normalmente no haría. Como atrapar su lengua o mordisquear su labio inferior; cosa que pareció encantarle al blondo y apreció a través de una dura envestida, que lo hizo contraerse en busca de más placer.

El tosco contraste entre el dolor de su hombro aun escociendo por la herida de bala y la excitación creciente de su entrepierna, que provoco el rubio en medio una lucha por un acercamiento más íntimo,  lo atrajo ligeramente de vuelta a la realidad. Y al abrir los ojos, se topó con una brillante mirada azulina, que pese a lanzar por su cuerpo cientos alertas que le decían cuan peligroso era para su corazón continuar, lo incitaron a mandarlo todo al carajo y montase sobre el besándolo de forma hambrienta.

Estaba excitando, como no lo había estado en mucho tiempo. Realmente deseaba al chico que  revolvía debajo de él recorriendo su cuerpo ansiosamente con las manos. Quería descargarse, dejarse ir entregándose al deseo simplemente, sin nada en lo que pensar, sin emociones en las que razonar, pero temía acercarse demasiado. Debía mantenerse al margen del “trabajo” y brindar un pago, sin perderse en el proceso.

Era solo sexo, después de todo. Algo a lo que estaba muy acostumbrado, algo en lo que consideraba que era muy bueno y se sentía capaz de mantener el control, pero las cosas quizás no estaban saliendo como quería. Después de unos minutos de largos, húmedos y apasionados besos, de deliciosos roces entre sus miembros por encima de la ropa y de un tacto mutuo sobre el cuerpo del otro, se sentía hecho un desastre.

Era como si el romance creciera a cada dulce encuentro entre sus bocas, como si la cercanía o el cariño o lo que sea que estaba sintiendo, crecieran a cada segundo. Un exasperante lazo invisible lo hacía sentir tan a fin a ese chico, que sus palabras se hacían presentes en el, provocándole sentimientos de dulzura. Su llanto, su calor, sus actos heroicos e idiotas; estaban persiguiéndolo como detonantes sentimentales que no entendía, que lo confundían al punto de agitarle el pulso y desesperarlo tratando de dejar todo de lado y volver a su Yo taciturno y enfocado.

−Espera… _pronuncio entre jadeos, ladeando el rostro para evitar sus besos_

Aquella boca ansiosa, logro deslizarse por su rostro hasta tomarlo nuevamente. Y era difícil desistir cuando sus manos se paseaban por su espalda baja de forma tan sutil y tentadora. Caricias que pretendían provocarlo enviando una cosquilleante corriente por su columna, y dándole el empuje suficiente para mantener el ritmo de sus caderas.

La mano del rubio logro abrirse camino hasta su entrepierna, haciéndolo romper el beso  y debatirse en una batalla interna. Porque por un lado, se sintió tan jodidamente bien que le daba igual terminar con el miembro de ese muchacho clavado dentro, pero por otro, el cual parecía estar ganado su debate interior con dificultad, mientras ese condenado rubio deslizaba los dedos por debajo del elástico de su bóxer; se negaba rotundamente a tener un orgasmo sintiéndose como una maldita adolecente enamorada.   

−Espera…  _soltó por lo bajo y con un tono salpicado de excitación, mientras  llevaba las manos del rubio hacia ambos lados de su cabeza_ No te muevas…

Sus pechos se movieron acompasados buscando el aire por un par de segundos mientras se miraban a los ojos intentando recomponerse.

La imagen de Sasuke, sentado sobre el con una erección irguiéndose bajo ropa, era exquisita; algo que Naruto no podía dejar pasar tranquilamente y le costó barbaridades no perturbar  moviendo sus caderas contra su trasero, como su cuerpo le suplicaba que hiciera.  

Lo sintió moverse levemente y aprisionándolo bajo su cuerpo, mientras sus manos mantenían las suyas contra el piso.

Sasuke pretendía tomar el control evitando así que las provocaciones de ese blondo lo hicieran perder la cabeza.

− ¿Cómo quieres que lo haga? _Lo escucho pronunciar uno de los típicos diálogos que le soltada a sus clientes, mientras enarcaba una sonrisa de medio lado, de esas picaras y seductoras que solo Sasuke podía hacer con tanta elegancia_

− ¿Hacer qué? _pregunto Naruto con un tono tembloroso y lleno de expectación, preso ante la lujuria de esos preciosos ojos negros_

Sasuke rio suavemente cerca de su cuello, haciéndolo tensarse crispado, antes de tocar con su lengua su punto sensible y descender lentamente hasta su clavícula con un húmedo rastro de besos.  Sin duda se estaba metiendo en su papel. Algo que redujo increíblemente su malestar respecto a acostarse con Naruto.

− ¿Cómo quieres que te haga correrte? _ataco seguro de sí mismo, introduciendo su mano dentro de los jeans del rubio con maestría_   

Notas finales:

Sasuke prefiere el sexo, antes que los sentimientos. Algo que sin duda pondra las cosas candentes y quizas algo peligrosas en los proximos capitulos. 

Gracias por leer. La relacion de estos dos avanza lento, pero se hira forjando poco a poco hasta ser el amor que todos esperamos, al igual que los problemas y cuanto obstaculo los rodea. Agradesco su paciencia. Si les gusto, si creen que mi trabajo merece una opinion o simplemente quieren saludar, todo comentario es bien recibido. 

Ultimamente no recibo mucha retroalimentacion de su parte, asi que me cuesta saber si la historias esta gustando o no. Si creen que necesita correciones, haganmelo saber. Para mi es un gusto escribir  y quiero dar la mejor calidad posible.

Hasta pronto! 


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