Hubiera dado todo por no ser yo el peor error que cometiste,
Pero el hubiera no existe,
Si te tuviera aquí confesaría que para mí la mejor fuiste,
Y el tuviera tampoco existe,
Y aunque soñé volver a intentar recuperar lo que me diste,
Luego de eso te despediste,
Sé que no fue la mejor versión de mí la que ayer tú conociste,
Y eso me pone más triste.
Gaara tomó su lugar propio en el comedor, mientras todos nos acomodamos acorde a su puesto, yo me senté al lado de Gaara, Deidara en la cabeza de la mesa, luego, frente a mí, Sasuke, y frente a Gaara se sentó Itachi.
- ¿Así que estudias diseño de videojuegos también? – habló Deidara primero.
- Sí, unos semestres adelantado a Naruto; pero sí.
- Vaya, ¿y tú cómo tuviste el interés por la carrera? – habló ahora Itachi.
- Pidiendo informes me dijeron de la carrera y me interesó, no la conocía de antes, y tampoco tuve a alguien que me lastimara suficiente para querer huir. – al decir eso, miró fijamente a Sasuke.
Tuve miedo que Sasuke fuese a responder violentamente; pero sólo siguió con su comida, como si no hubiera escuchado nada en absoluto, yo, por otra parte, estaba furioso.
- Por cierto, Sasuke, ¿qué se siente saber que luego de que te dejaran ahora tienes que verlo diario, y ahora, además, zamparte al novio? – Gaara siguió picando.
- Gaara, suficiente – comencé en voz baja. – no te presenté para esto.
- Me contó Naruto toda su historia, al menos puedo decir que era un error cuando te llamaba “el amor de su vida”, aunque tampoco entiendo porque sigues aquí.
- Gaara. – mi voz subió un decibel más.
- Vamos, ¿tampoco puede defenderse? ¿No tienes tantos huevos cuando se trata de alguien que no teme contestarte?
- ¡Suficiente! – grité.
- No, suficiente de que él pase más tiempo con mi novio, ¿de qué privilegios goza?
En ese segundo Sasuke se puso de pie, lo miró fijamente, y cuando temí que soltara un golpe, no lo hizo.
- Si él quiere pasar tiempo conmigo, y no contigo, algo muy malo tendrás – comenzó a hablar. -, no fue un error llamarnos el amor de la vida del otro, tampoco me da miedo contestarte; pero permíteme aclararte algo. No tengo porque soportarte, y lo hago por tu novio, no tengo porque faltarte al respeto, y no lo he hecho por respeto a tu novio. No eres suficiente para compararte a lo que yo fui, no intentes ganarme su amor, no a estas alturas en las que tengo que interceder para que no te deje.
Acto seguido Sasuke tomó sus platos, los dejó en la cocina, y justo cuando se iba a ir corrí tras él, incluso en la calle.
- Sasuke – le llamé mientras tomaba su brazo. -, no te vayas, yo…
- Naruto, no tengo la necesidad de escuchar cosas hirientes, sé que es tu novio, sé que tú y yo quedamos bien; pero no es suficiente.
- No, no tienes por qué escuchar esos comentarios, tienes razón; pero no tienes por qué irte tampoco, quédate con nosotros, por favor. – volteó a verme y se percató que salí descalzó y sin chaqueta, el aire estaba frío; pero no me importaba eso.
Sabiendo que en ti tenía todo lo que un día
Y hubiera deseado tener,
Perdí la manera de hacer que sonrieras
Como merecieras, quisieras mujer,
Pudiera siquiera encontrarte allá afuera, de verte de nuevo,
Aunque no quieras verme,
Sé de ti todo, ya encontraré el modo de verlo a la cara
Y contárselo a él.
- ¿Eres idiota? Sabes que te enfermas con facilidad, que te pones muy grave, y la última vez llegamos al hospital – me regañaba mientras se quitaba su chaqueta y me la ponía pasando sobre mí sus brazos. -, sabes que debes cuidarte, no quiero que te enfermes como aquella vez, ¿quién te cuidará si sucede de nuevo?
- No tengo que enfermarme de nuevo, y no lo sé, lo veré si sucede; pero no te vayas, por favor. – jalé de su playera a la altura del ombligo, cual niño pequeño.
- ¿Por qué no? ¿Por qué debería quedarme? – preguntó acercándose a mí.
- Porque el que debe irse es él, además, me gusta estar contigo, y quiero estar contigo, quiero que riamos viendo una película, o juguemos algún videojuego, o sólo que me critiques en juego la tarea; pero quiero estar contigo. – confesé sin mirarlo.
Sasuke me abrazó fuertemente y yo me aferré a él, después de todo, él siempre sería el amor de mi vida. En cuanto me soltó me dio la espalda y se puso de cuclillas.
- Sube, no te vas a enfermar, y si te enfermas, yo te cuidaré, tonto.
Subí a su espalda, y me cargó de regreso a casa, a lo cual no sólo nos miraron sorprendidos Itachi y Deidara, sino que Gaara estaba fúrico.
- ¿Qué es esto? ¿Ahora lo buscas a él cuando él fue quien te llevó a un cambio radical? – gritó Gaara.
- Gaara, ya viví en gritos, no lo quiero repetir, o aprender a hablar como gente normal, o te callas, que no te quiero escuchar. Y también te voy a pedir que te retires, la invitación era para una comida agradable; pero con tus comentarios, casi la arruinas. O entiendes que ellos son mi familia, o puedes irte por donde viniste.
Gaara no contestó siquiera, sólo se fue bastante molesto, todos lo notamos, y una vez él estuvo fuera de la casa todos me miraron fijamente.
- Naruto, ¿siempre es así? – preguntó Itachi.
- No, nunca lo es, una disculpa a ambos, no sabía que haría algo como esto.
Si un día la quieres ver llorar, pregunta por mí,
Dile que te cuente la razón por que fui
El hombre que más ella amó; pero que al partir
No era mi intención el lastimar su corazón,
Al cabo de un rato Deidara e Itachi salieron y Sasuke y yo nos quedamos solos en casa, estaba nervioso por lo que había dicho antes; pero no me podía retractar y menos le iba a pedir que me dejara solo.
- ¿Entonces quieres estar conmigo? – preguntó curioso.
- ¿Eh? Ah… yo…
- Lo decía para hacer algo, tranquilo. – dijo riéndose.
- Ah, sí. – estaba demasiado nervioso.
- ¿Tienes tarea entonces?
- Un poco solamente.
- Vamos, pues. – dijo con una hermosa sonrisa.
Subimos a mi habitación, y mientras yo hacía mi tarea, él me observaba, se daba vueltas por la habitación, puso música, la quitó, prendió la televisión, y recorrió cada canal que teníamos.
- ¿Qué pasa Sasuke? – le hablé dejando de lado la tarea.
- ¿Me quieres? – preguntó sin pensar, viéndome a los ojos.
- ¿Qué? – no entendía.
- ¿Me quieres? Hace rato me defendiste, te dejaste cargar y me dejaste preocuparme por ti, me dijiste que quieres estar conmigo, ¿cómo quieres estar conmigo?
- Sasuke, eso ya lo hablamos, quiero estar contigo así, salir y reír, pasar un rato divertido juntos; pero nada más, no me siento listo para regresar contigo.
- Pero ¿me quieres? Necesito esa respuesta Naruto, hace 10 meses terminamos, y estos 10 meses te he buscado como idiota, desde que te encontré no he hecho más que esperar, y siento que si sigo esperando así, sin saber si vale la pena, no soportaré más verte con alguien más, en cambio, si me dices que todavía me quieres, podría vivir con ello, podría vivir viéndote salir y besar a alguien más, porque sé que si me quieres, algún día estarás conmigo de nuevo; pero necesito saberlo Naruto.
Esta desesperación en su voz, en su mirada, esa sensación me inundó rápidamente, y recordé cuando yo me sentía así, entendí a la perfección su sentir; pero no sabía si sería prudente responder a esa pregunta; pero, por otro lado, no quería que se alejara, no soportaría otra vez no verlo.
- Todavía te quiero Sasuke. – admití evadiendo su mirada.
- ¿Tengo esperanzas de que algún día estemos juntos otra vez? ¿O sería mejor que sólo me rindiera?
- Sasuke, no quiero perderte de nuevo, no quiero dejar de verte; pero no puedo asegurarte nada por ahora.
- ¿Tú quieres regresar algún día conmigo o ya no?
Si quieres verla sonreír háblale de mí,
Ella te dirá como fue que se le olvidó
Todo aquello que eras tú, cuándo me conoció a mí
Y ahora te aseguro que ni se acuerda de ti.
- Algún día Sasuke, me gustaría. – contesté sonrojado y al mismo tiempo nostálgico.
- Eso era todo lo que necesitaba saber Naruto. No me meteré en tus relaciones, no te haré terminarlos, ni haré que ellos te terminen, no te hostigaré, no repetiré esta conversación siquiera, sólo necesitaba saber si debía seguir o detenerme.
Permanecí callado, sin mirarlo de nuevo, y él también tampoco inició conversación de nuevo, no se sentía del todo bien sincerarme así con él, hasta cierto punto se sentía como traición hacia Gaara; pero también había algo en mí que deseaba escuchar esas palabras de Sasuke.
Continué mi tarea, y terminé ya bastante tarde; pero para cuando lo noté, Sasuke había quedado dormido en mi cama y me acerqué a él con un pijama.
- Sasuke, despierta, mínimo ponte pijama para que duermas cómodo. – apenas abrió los ojos, y me vio, sonrió.
- Lo lamento, ya me voy.
- No, no, estás dormido, no irás a ningún lado, quédate; pero de menos cámbiate para que estés cómodo, que con la ropa normal no dormirás bien. – insistí.
Se levantó lentamente y dejé el pijama a su lado, y mientras yo buscaba una para mí, él se estaba cambiando, apenas lo escuché y me quedé helado, no pensaba voltear ni por error; pero era muy extraño.
- Listo, ¿dónde dormiré?
- Aquí, justo donde ya te habías dormido.
- ¿Y tú?
- Iré al sofá, o algo.
- Duerme aquí. – insistió.
- ¿Y tú en el sofá? No lo creo.
- No, durmamos aquí.
- Sasuke, no, entiende que…
- Somos amigos, ¿no? Eso hemos sido estos meses, ya no somos pareja, dormiremos vestidos y como amigos, no tiene nada de malo, tampoco tienes algo que yo no haya visto antes.
Después de unos minutos en que me insistió constantemente a que durmiéramos juntos, accedí, no era como que fuera a suceder algo más, sólo íbamos a dormir. Así entré al baño, me cambié por unos pijamas, y salí, me acomodé en la cama, dándole espacio suficiente a él también en la cama, y pronto me quedé dormido.
Al día siguiente apenas sonó mi alarma me apresuré a alistarme, mientras que Sasuke estaba muy tranquilo.
- ¿Qué haces? ¡Llegarás tarde! – lo regañé.
- Cálmate, llegaré bien.
- No, nunca llegas bien cuando te despiertas tan tarde, sólo apúrate, ¿quieres?
- Si actúas así conmigo no esperes que me tome con calma el hecho de que estés con Gaara, suenas como si viviéramos juntos. – respondió molesto, seguía dormido, siempre que lo molestaba demás se molestaba si no terminaba de despertar.
- ¿Así fue cómo empezó? ¿Te molestaba de más cuando estabas dormido aún? – le pregunté.
Él sólo calló, tomó sus ropas y salió, fue al baño de huéspedes y se duchó mientras yo me duchaba en mi propio baño. Estaba casi seguro que así empezó todo, Sasuke siempre tuvo ese mal genio al despertar, y yo lo seguía presionando y molestando, era evidente que un día no lo soportara más.
Sé que te duele aceptarlo, pero pues perdiste esta vez
Reprobaste en un lugar donde yo acabo de sacar diez,
Eso te pasa por creerte que tienes el mundo a tus pies
Ella es feliz y ahora la trato como la reina que es,
Descuida, que lo que ella y yo sentimos va en su vida
Y sabes bien que cuando un amor juega mal pronto se olvida.
Llegué casi con el tiempo contado a la universidad, Gaara no me esperaba; pero tampoco pensé que sucedería, después de todo, habíamos peleado la tarde anterior. Tomé mis clases con la mejor actitud que podía, no me lograba concentrar del todo, pensaba en dos personas al mismo tiempo y estaba confundido, no sabía qué hacer.
Al termino de mi horario fui a buscar a Gaara, no quería dejar las cosas así, al aire.
- Gaara. – lo llamé cuando lo encontré con un amigo suyo.
Él me miró por unos segundos antes de despedirse de su amigo, tomar sus pertenencias y acercarse a mí con cara de disgusto.
- Hola. – saludó molesto.
- Lo de ayer, perdón si te molestó que fuera a buscar a Sasuke.
- Me molestó mucho, y me dolió; pero te debo una disculpa también, después de todo, yo fui el que comenzó el ataque. Lo que él me respondió fue muy duro.
- Lo sé, sé que reaccionó mal.
- No, no lo hizo, yo habría hecho algo mucho peor. Él todavía te ama Naruto.
- Lo sé; pero yo estoy contigo, y quiero estar contigo, quiero que esta relación funcione, quiero seguirlo intentando a tu lado, ¿tú lo quieres?
No me contestó, sólo me abrazó y me besó la frente, me sonrió y tomó mi mano apenas tuvo la oportunidad.
- Obviamente sí Naruto, ven, vayamos a algún lado.
- Vamos.
Así de rápido era reconciliarme con él, no había drama, no había grandes peleas que duraban días, no peleábamos por todo, era diferente.
Fuimos por un helado flotante a la cafetería donde tuvimos nuestra primera cita, y nos sentamos en el mismo Chevrolet, platicamos, reímos y nos divertimos.
Por ti ella no está dolida, mucho menos confundida
Es más, ni se acuerda de ti, y ahora soy yo el amor de su vida,
Quien la cuida, y hace que todos sus días tengan sentido
No vengas de arrepentido después de haberle mentido,
Ya eres cosa del pasado por si no lo has entendido.