Despierto y siento tantas ganas de verte
Y es que entre tú y yo hay una conexión
Yo soy el árbol, y tú eres el río
Que me baña con su dulzura,
Tú eres mi luna y yo tu sol.
“Estás enamorado de él”, esa frase rondaba mi cabeza últimamente día y noche, y no estaba seguro si él lo había dicho por hacerme sentir mejor, o si lo dijo porque notó algo que yo no. Aunque me parecía absurdo que él se diera cuenta de mis sentimientos antes que yo, seguí dándole vueltas al asunto, y cada vez me sentía mucho más perdido.
- Dei – le hablé en un momento en que podíamos hablar a solas. - ¿puedes venir?
- Dime. – tenía una sonrisa enorme, últimamente siempre estaba muy feliz y radiante.
- Hace un par de días salí con Sasuke.
- ¿Cómo que saliste con él?, ¿eres imbécil? – había logrado romper su felicidad.
- No fue idea mía, él me invitó un café, y fue como amigos, no pienses mal. – expliqué rápidamente.
- ¿Y ahora lo quieres de vuelta? – preguntó aún molesto.
- No es eso, me dijo algo que me tiene muy pensativo.
- ¿Qué te dijo?
- Que estoy enamorado de Gaara, y es que nunca me he considerado enamorado de él, digo, sí lo quiero; pero no me siento enamorado, ¿sabes?
Deidara se carcajeo frente a mí por unos segundos, y yo no entendía por qué tenía ese tipo de reacción, es decir, yo estaba hablando de un tema serio, al menos para mí.
- ¿Lo dices en serio? – preguntó cuándo notó que no me reía con él.
- Claro que sí, idiota.
- Naruto, llevas 2 años con Gaara, eso es más que sólo cariño. – dijo para después ir con Itachi.
Como era fin de semana estaba aburrido, no tenía mucho que hacer esos días, estaba un poco confundido así que pensaba quedarme todo el fin de semana en casa para poder pensar con claridad.
- Naruto – me llamó Itachi desde la parte de debajo de la casa. -, Sasuke pregunta si quieres venir.
- ¿Estás al teléfono con él? – pregunté con algo de esperanza.
- Sí, contesta.
Corrí al pasillo para alcanzar el teléfono mientras Itachi transfería la llamada al teléfono de arriba.
- ¿Sasuke? – atendí lo más rápido que pude.
- Hola, Naruto. – contestó riendo.
- ¿Qué sucede?
- Nada, los invité a venir, como te prometí. – al escuchar eso entré en pánico, ¿entrar de verdad a esa casa? ¿de nuevo?
Le has dado a mi vida tantos motivos
Que no podría seguir si no estás aquí
Ya ni siquiera me siento el super héroe
Que va conquistando mujeres
A diestra y siniestra,
Ahora solamente te quiero a ti.
- Entonces, ¿vendrás? – preguntó al no obtener respuesta.
- Yo… no lo sé.
- ¿Sigues pensando en lo que te dije antes? – preguntó con un dejo de tristeza.
- Sí, no estoy seguro de nada aún. – confesé.
- Si quieres venir, eres bienvenido, y si no, espero verte pronto.
Colgó casi de inmediato, supuse que sería el dolor de tener que soportar todo esto; pero yo no fui quién dijo estar enamorado de Gaara, él metió esa idea en mi cabeza, pudo haberlo pensado mejor, y no lo hizo.
Decidí no ir, no estaba listo para nada, así me quedé solo en casa, de nuevo.
Al cabo de unas horas de estar recostado pensando seriamente en todo el tema de Gaara, tocaron el timbre de la casa, cosa que me pareció extraña; pero bajé de todos modos a revisar.
- Hola. – apenas escuché una voz cuando abrí la puerta, y antes de ver su rostro, yo ya había sonreído al escucharle.
- Gaara, pasa. – lo invité abriéndole paso a la casa.
Él entró y fuimos a la sala directamente.
- ¿Qué haces aquí, Gaara? – pregunté sorprendido.
- Quería verte, hace mucho que no salimos, no nos vemos, prácticamente no hablamos.
- Lo siento. – me disculpé bajando la mirada.
- ¿Todo esto es por Sasuke? – preguntó directamente.
Dudé unos segundos sobre qué hablar con él, qué decirle, si decirle la verdad, o tal vez sólo no contarle nada.
- Algo parecido. – hablé.
- Naruto, necesito que me lo digas, no puedo estar esperando toda la vida. – Gaara estaba serio y frío, muy distante.
- Sasuke está saliendo con alguien más, y no sé, fue extraño verlo; pero comenzó a traerlo diario, y cada vez fue molestándome más y más. Sé que no era nada contigo, lamento haber estado tan alejado de ti.
- Tú me dijiste que querías que esto funcionara, ¿para hacer esto? ¿para seguir pensando en tu ex?
- No, he pensado en ti, es sólo que hace unos días finalmente le dije a Sasuke que era muy molesto verlos diario y entre toda la plática él me dijo algo, respecto a ti, que me ha dejado pensando mucho estos días.
Gaara estaba muy molesto, muy dolido, y eso me hizo sentir fatal, aún no estaba seguro si lo amaba o no, no estaba seguro si era cierto que estaba enamorado, o si sólo era la locura de dos personas; pero me debe miedo cometer un error y perderlo.
- Me dijo que posiblemente pueda enamorarse de esa persona, y luego me dijo algo de lo que no me había dado cuenta, algo que aún no tengo seguro, y mi hermano también piensa lo mismo.
- ¿De mí? ¿Ambos piensan lo mismo de mí? – preguntó molesto.
- Gaara, perdóname, perdón por no estar seguro todavía, perdón porque en todo el tiempo que llevamos, sigo con la misma duda; pero creo… – aspiré hondo, tomé valor de algún lado, lo miré a los ojos, y seguí. – Creo que estoy enamorado de ti.
La expresión de Gaara cambió totalmente, de pronto ya no estaba serio, ni distante, ni molesto, estaba feliz, sonriente, alegre, su mirada se suavizó, y sin pensarlo me abrazó.
No ha quedado nada de aquél vanidoso,
Nada de aquél rompecorazones,
Nada de aquél mentiroso,
Y es que tú me elevas esa adrenalina.
Después de aquella pequeña escena, subimos a mi habitación, vimos películas, jugamos un rato videojuegos, tuvimos sexo un par de ocasiones, nos bañamos, y al final, regresamos a ver películas, desnudos y abrazados en mi cama. La puerta tenía seguro, por lo que, si llegaban, me tenía despreocupado.
Abrí los ojos y estaba oscuro, era muy tarde, miré el reloj del buró y se leían 1:53 am, la televisión seguía encendida, tomé el control remoto y la apagué. Cuando quise acomodarme nuevamente me percaté que Gaara yacía a mi lado, se veía tranquilo, hermoso, como si nada en el mundo le importara. Contemplé todo su ser, y su piel brillaba con la luz de la luna, sus músculos bien definidos, su piel tersa y suave, su abdomen torneado y delgado, todo en él era perfecto.
Y fue hasta ese momento, hasta ese segundo que me encontré mirándolo, que me percaté, sí estaba enamorado de él, ya no podía imaginar mi vida sin él en ella, no podía concebir la idea de que alguna vez no estuviéramos juntos, y me había hecho inmensamente feliz despertar y verlo a mi lado, encontrarlo en mi cama, desnudo, como prueba de que estábamos juntos. Estaba enamorado de Gaara, después de todo.
Cada vez que siento por todo mi cuerpo
Tus tiernas caricias,
Verme en otros brazos,
Esa idea ni siquiera la concibo,
Tal vez suenen raras todas mis palabras,
Pero este amor es de ti, exclusivo.
A la mañana siguiente, al despertar, miré el reloj nuevamente, que ahora marcaba 9:26 am, me di la vuelta, buscando a Gaara, y lo encontré despertando, se veía tan tierno, tan hermoso, noté por primera vez que al despertar bostezaba, estiraba las piernas, y al mismo tiempo tallaba sus ojos con suavidad.
- Buenos días. – saludé mientras lo besaba delicadamente, mismo beso que me contestó.
- Buenos días Naruto. – me sonrió lleno de alegría.
- ¿Quieres desayunar? – le pregunté mientras lo abrazaba fuertemente.
- Espera, quiero estar así. – admitió.
Me recosté en su pecho mientras lo abrazaba por la cintura, y él me rodeaba con su brazo izquierdo y me jalaba hacia él.