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Playboy (KaiSoo) por DawnPanIno

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No habían hablado en toda la noche, se sentaron por departamentos en la cena que hubo así que Do se conformaba con ver a su sexy "novio" al lado de Sehun riendo.

 

Se veía muy atractivo, pues la ropa que llevaba, camisa y pantalón, le quedaban como anillo al dedo.

 

Siwon dio el discurso sobre la nueva línea “Mr. Simple”, los mejores vinos a cargo de la compañía de Suju, los meseros llegaron repartiendo copas a todos los invitados y oyendo murmuros de lo delicioso que era.

 

El salón había sido organizado por la empresa Park, en la parte del techo tenían lonas con las diferentes fotografías de los anuncios de la compañía, detrás del escenario había una pantalla enorme y pequeños televisores a lo largo del salón colgados de los muros donde se podía apreciar los diferentes spots que había hecho la empresa Park para ese proyecto.

 

La velada estaba increíble y ya para media noche la presentación dejó de ser formal y se convirtió en una fiesta con música a todo volumen, pedido por los organizadores, querían que la temática de los vinos no se perdiera, la cual era "Vivir una sola vez y al máximo".

 

Los invitados comenzaron a bailar y los meseros abrieron una barra para que los asistentes probaran la nueva línea de vinos y claro, también de otro tipo de bebidas alcohólicas que manejaba la compañía Suju.

 

Todos estaban en sus mundos, Kai bailaba a lo lejos con Sehun y unas cuantas edecanes del evento.

 

Kyung se sintió celoso, pero eso pasó mientras se comía vivo a su novio desde lejos.

 

—Maldición—dijo Do en voz baja.

 

Kai estaba bailando en la pista pero verlo bailar debería ser pecado, ver sus caderas, sus piernas, su sonrisa, ¡debía ser ilegal!

 

Do lo veía, se ponía rojo cada vez que lo hacía o cuando le llegaban pensamientos de lo sexy que se veía su compañero, deseaba tener esas caderas cerca de él, maldición, quería estrujar su trasero, se veía tan deseable y Kai lo sabía y hacía lo posible por tentarlo desde lejos.

 

—Deja de tirártelo en tu mente, Soo—Baek se acercó con un vaso de alcohol en la mano, el pelinegro se sobresaltó al escuchar el comentario.

 

—No estoy haciendo eso—habló Kyung con la cara roja, había sido descubierto.

 

—Deberías bailar con él—dijo Byun—Es más, allí viene—dijo para luego irse.

 

Baekhyun huyó de allí, le molestaba que su amigo estuviera enamorado de un “playboy” pero le causaba gracia las formas en que Kyung actuaba.

 

Soo seguía rojo, suspiró al ver que Kai se acercaba y se sentaba a un lado.

 

—Bailas muy bien—dijo Soo mostrándose normal.

 

—Gracias—dijo el moreno.

 

Kyung Soo se acercó al oído de Kai y le sonrió coqueto mientras rozaba su pierna.

 

—En verdad quiero hacerlo contigo—susurró al más alto.

 

JongIn sonrió y le dio un beso en la cabeza a Soo.

 

—Será después Soo, hoy tengo un compromiso—Kai se levantó y se retiró de la mesa.

 

Soo solo lo vio irse, sonrió con desgano, ¿una noche de fiesta y Kai se iba? Su noche, donde ambos había dicho que no llevarían a nadie para poder estar “juntos”.

 

Estaba muy mal eso ¿qué clase de compromiso podría ser más importante que él?

 

Y se contestó solo, cualquier cosa era más importante ya que él no era especial.

 

A ese paso jamás podría tenerlo. Tenía el presentimiento de que Kai iría a ver a alguien más.

 

Maldita inseguridad.

 

Toda la noche Kyung estuvo de mal humor, Baek fue el único que lo notó pero no preguntó nada, era una noche para celebrar, la presentación del vino había sido un éxito, eso le daría más renombre a la compañía publicitaria de Sandara Park.

 

—No porque Chanyeol no vino me voy a sentir mal—susurró Baek mientras le ofrecía una copa a su amigo.

 

—¿Cómo sabes?—preguntó el pelinegro al notar que su mejor amigo lo había atrapado de nuevo.

 

—No he visto a JongIn durante horas y tú tienes una cara muy larga, creo que la respuesta es obvia, ¿se fue de la fiesta no?—cuestionó el castaño.

 

—¿Soy patético cierto? Estoy aquí enojado porque sé que él se fue con alguien más y no disfruto lo que es una de las noches más importantes de mi vida laboral, me siento frustrado—habló el pelinegro. –Lo mejor es irme de aquí.

 

—¿Quieres que te acompañe?—preguntó Byun.

 

—No, tú disfruta—habló Soo tomando su saco.

 

Dejó a Baek de lado y salió, no estaba de humor para nada, tomaría un taxi y se lamentaría por haberse enamorado de Kai, oyendo a su madre lanzar felicitaciones por tener el trabajo perfecto. Recordar: No mezclar amor, trabajo y familia.

 

Suspiró cansado mientras buscaba un vehículo, pero un grito lo sacó de sus pensamientos, era Kai que venía en su motocicleta y se había detenido por él.

 

—¿Ya te vas?—preguntó el moreno mientras se quitaba su casco.

 

—Sí, no me siento bien.

 

— ¿Quieres que te acompañe? –cuestionó el más alto.

 

Decir “no” era algo de lo que se arrepentiría era parte de su orgullo, pero decir que “si” era lo que deseaba, caminar con Kai y poder besarlo antes de que acabara el día.

 

—Te acompañaré quieras o no, sube—pidió Jong mientras le estiraba un casco de motocicleta.

 

Do no se negó, subió y abrazó a Kai por la cintura mientras el mayor arrancaba la moto, estuvo callado.

 

Se lamentaba claro que sí, se había enamorado, le molestaba de forma horrible, si él no se hubiera confundido y supiera separar las ganas de tener sexo con el amor, todo sería diferente, aunque de todas formas era obvio que Soo tarde o temprano se hubiera enamorado de la persona que era Kai.

 

—¿Por qué regresaste?—preguntó Do.

 

—No me despedí de ti correctamente—dijo el más alto tomando la mano del menor.

 

La cabeza de Kyung dio vueltas, era el sentimiento de confusión. Bajó la mirada, él nunca había sido importante para alguien o quizá no lo era, pero así lo sentía.

 

Se sintió valioso, interesante, su autoestima había subido mucho en esos meses gracias a Kai, era algo que le agradecía.

 

El aire en su cara, las luces de aquella navidad, el tráfico tranquilo.

 

El olor de Kai entraba por su nariz, Soo cerró los ojos, fue cuando la moto se detuvo.

 

—¿Dónde estamos?—cuestionó Do.

 

—En mi departamento—respondió Kai guardando su motocicleta en el estacionamiento del edificio.

 

—¿Qué hacemos aquí?—preguntó el más bajo un tanto preocupado.

 

—Por el trato Soo, ya debes estar listo para llevarlo a cabo.

 

Soo tragó, ¿ahora? ¿En navidad?, si lo había pensado,tentaba a Kai inconscientemente y  aunque estuviera nervioso, quería hacerlo, tenía curiosidad, y sobre todo, ganas.

 

Ambos bajaron de la moto, Kai guío a Soo subiendo las escaleras y en la puerta número 14 se detuvo buscando sus llaves en el pantalón.

 

Soo aún estaba nervioso, ¿Y si Kai estaba tan “dotado” como decían los rumores? ¿Y si le dolía tanto que no podría caminar?

 

Si, eso ni siquiera pasa en la vida real ¿o si?

 

Kai encendió las luces y lo invitó a pasar.

 

Soo observó a su alrededor, el lugar no era grande, tenía lo necesario, una cocina pequeña, dos habitaciones, un sillón frente a una televisión, un pequeño comedor y una puerta que estaba cerrada, así que dedujo que era el baño.

 

—Relájate ¿Quieres algo?—habló Kai al ver a Do un poco tenso.

 

Soo se sentó en el sillón con nerviosismo, y no contestó. Kai sacó una botella de vino que Kyung conocía demasiado bien.

 

—No pude tomar en la fiesta más que del blanco, así que compré una de mi favorito, el tinto.

 

La botella mantenía una etiqueta elegante con letras doradas, con las palabras “Mr. Simple” grabadas en ella.

 

Soo sonrió.

 

—Es bueno, lo probé en la fiesta—respondió el más bajo.

 

—Yo no, estaba esperando compartirlo con un chico muy lindo que hizo posible una perfecta presentación—le extendió una copa mientras descorchaba la botella—quería probarlo con mi novio.

 

Sirvió.

 

Kai estaba siendo cursi y Soo volvió a su inseguridad, él no era el único con quien se comportaba así, ellos eran novios porque Soo lo había pedido, si no, Kai nunca lo hubiera propuesto.

 

—Kai—susurró Do mientras el nombrado se servía--¿Qué número soy?

 

El moreno lo miró sin expresión en su cara, entendía, “¿Qué número en la lista de personas con las que te has acostado soy?”.

 

¿Para qué pensar eso ahora?

 

—Son pocos—musitó mientras se sentaba al lado de Soo.

 

—¿Cuántos hubo antes?—volvió a preguntar.

 

—Eres el 106—susurró Kai mientras se volteaba.

 

Eran bastantes, pero Soo no se deprimía, trataba de no hacerlo.

 

Kai le robó un beso a Kyung.

 

—Te quiero Soo—susurró el moreno y acomodó su frente en el hombro del más bajo.

 

¿Cómo entender eso? ¿Qué clase de cariño?

 

—Te gustaría ver mi espada láser—preguntó Kai con un tono coqueto.

 

—¿Qué?—Do estaba en su mundo que no razonó inmediatamente la propuesta del moreno. ¿Había que malinterpretarlo?

 

Kai rio y se levantó de su lugar. Do no sabía si seguirlo o no.

 

Cuando Kai regresó traía en manos un sable edición limitada de luz de la película de star wars. Sabía que a Soo le gustaría, no por eso ambos habían ido al cine a ver dicho filme.

 

—Te diría que tuviéramos un duelo, pero…

 

—Son coleccionables lo sé, no necesitas decirlo—interrumpió Soo.

 

Kai sonrió, Soo era uno de los pocos afortunados con los que se acostaba y los llevaba a su casa. Do era adorable, estaba nervioso, pero podía entender las referencias que mencionaba Kai, era perfecto.

 

Se acercó al más bajo y lo besó, primero con ternura y luego un poco más fuerte, tratando de abrir su boca para meter su lengua y envolverse en una danza de éstas.

 

Sus manos no se quedaron quietas, Kai tocaba a Soo por encima de su ropa, lentamente todo su torso hasta llegar hasta su parte íntima rozando con su dedo índice de arriba abajo.

 

Kyung sintió nerviosismo, no es que no lo hubieran tocado antes, de ser sincero, había “jugado” mucho con sus antiguas parejas, pero no había pensado en llegar tan lejos como ahora, se estaba poniendo nervioso.

 

Kai le sonrió de forma coqueta y empezó a desabotonarle la camisa, Soo se sonrojaba, ¿qué debía hacer? ¿Lo mismo?

 

El menor atrapó los labios del más alto entre los suyos y lo siguió besando desesperadamente mientras el otro se deshacía de la prenda y desabotonaba la suya.

 

Acostó a Soo sobre el sillón y Kim se colocó arriba del pelinegro dejando su boca a un lado y besando su cuello con extrema sensualidad.

 

Bajó por su pecho mordiendo y lamiendo con suavidad sus levantadas tetillas y bajando más, besando el abdomen del más bajo mientras Soo se arqueaba y evitaba hacer contacto visual. No podría con la pena.

 

Desabrochando el cinturón, Kai le estaba dando más velocidad al asunto, abrió el botón y bajó el cierre, jalando la ropa hasta quitársela y dejarlo en trusa.

 

Kai lo pensó, más no lo mencionó, sentía que Soo era adorable, tan virgen usando ropa interior de ese tipo y, para colmo, blanca, toda esa pureza se iba a ir, se la iba a arrebatar y sentiría placer al hacerlo. Soo al final obtendría lo que buscaba.

 

Jong In separó las piernas del pelinegro y pasando por en medio de ellas se acercó a la cara del publicista besándolo con fuerza, quería transmitirle que lo que iba a pasar estaba bien y que tenía que confiar en él.

 

Soo por otro lado lo entendió, él había pedido eso, tenía que hacerlo, quería a Kai, mucho. Su mano derecha empezó a acariciar el cabello del moreno mientras se besaban. Y, con la otra, trató de desabotonar el pantalón del fotógrafo lográndolo sin éxito.

 

Kai sonrió, le dio un beso en la frente a Kyung y se levantó del sofá, con lentitud él mismo se desabrochó su cinturón, y bajó sus pantalones.

 

Do lo observo con una sonrisa, el fotógrafo llevaba unos bóxer negros ajustados y podía verse un bulto, aunque no podía decir nada ya que él estaba en las mismas condiciones.

 

Kai le tendió la mano y ayudó a Soo a pararse, éste obedeció y Kai lo abrazó besándolo, de nuevo introduciéndose en su boca, probando su sabor, besos tan intensos que eran indescriptibles y que mostrarle a todos, igual que su relación, estaba prohibido.

 

El beso continuaba mientras que el más alto movía sus caderas de un lado para otro, restregándose en el pelinegro, Soo no podía evitar suspirar mientras se entrecortaba el beso.

 

Kai sonrió, Soo era lindo, para él era raro tener sexo con “su novio”, era una locura que había aceptado sin rechistar, era increíble.

 

El moreno se recostó sobre el sillón y le pidió a Soo que lo acompañara, el pelinegro entendió, se puso de rodillas a la altura de su miembro, abriendo sus piernas para que Kai quedara en medio.

 

El castaño bajó el elástico de su ropa interior, sacando su dureza que ya se encontraba un poco erguida, e hizo lo mismo con la ropa de Soo viendo que su miembro perdía su curvatura.

 

El moreno se movió haciendo que la punta de su pene chocara con el de Soo, éste moría de vergüenza, podía sentir la calidez y la humedad que ambos desprendían.

 

Estaba demasiado sonrojado y más cuando notó que Kai tomaba su miembro con una mano y él suyo con la otra y empezaba a masturbar a un ritmo adecuado.

 

Vaivenes, velocidad, unas manos amables, suspiros y gemidos, Soo no podía estar más avergonzado, no con su cuerpo, no con Kai si no con él mismo y por la poca experiencia que tenía.

 

La poca ropa que tenían sobraba y se deshicieron de ella, el sofá tampoco era cómodo ya y Kai invitó a Soo a su habitación.

 

La alcoba no era grande tenía un closet de lado derecho, un buró y al lado de éste una cama matrimonial con sabanas color guinda.

 

Kai se acercó a su buró y sacó de allí unos condones. Soo al verlo se detuvo, ¿para qué sacarlos ahora si antes ya habían mezclado sus “fluidos”? Tan solo pensar en eso lo incomodó, había olvidado que Kai era, bueno no era un santo, había estado con muchas personas ¿qué tal si alguno le había contagiado alguna enfermedad? Se puso nervioso.

 

Kai rio mientras le robaba un beso y lo tendía en la cama.

 

—Esto es porque siempre utilizo—Habló el moreno con una risita.

 

Soo era muy fácil de leer. El pelinegro trató de cambiar de expresión.

 

—¿Estás seguro? ¿No tienes una enfermedad “rara” o eso?—Do se sintió estúpido al preguntar tal cosa, pero era importante.

 

—No Soo, puedes confiar en mí, no tengo ninguna “enfermedad rara”, ni voy a embarazarte no eres chica—Kai asintió.

 

Supuso que esas cosas asustaban al publicista, era su primera vez y Kai tenía una “mala fama” que lo precedía, aunque estaba seguro que no tenía nada, varios exámenes sanguíneos lo confirmaban, además de que siempre se protegía o –en caso de acostarse con mujeres- compraba pastillas del día siguiente en caso de que éstas no se cuidaran con algún otro método.

 

Soo se sonrojó, no quería que su novio se sintiera mal.

 

—Perdona—se acercó al moreno y lo besó.

 

Kai lo tomó del mentón y pasó sus dedos, medio e índice, por los labios en forma de corazón del publicista.

 

—Lámelos—Kai puso una mirada seria.

 

Soo aun sonrojado por la orden lo hizo, pasó su lengua por los dedos, ensalivando bien, estaba seguro de saber para qué era.

 

Una vez hecho eso, se recostó y le dio entrada a Kai abriendo sus piernas.

 

Un dedo más movimientos circulares, dos dedos y movimientos de tijera, tres dedos entrando y saliendo y estaría listo.

 

Colocó el condón en su pene y entró lento por la entrada de Soo.

 

Le dolió horrores, sintió como se abría de más y ardía.

 

Kai estuvo quieto por un rato, Soo en verdad estaba muy “nuevo”, era estrecho. Y no se movió hasta preguntarle si estaba bien y que le dijera que ya ponía comenzar.

 

Soo le dijo que podía hacerlo y Kai situándose entre las piernas de Soo comenzó a mover sus caderas hacia adelante y atrás.

 

Soo no iba a negar que le dolía, pero se podría acostumbrar, además Kai estaba junto a él y era “bonito” porque cada vez que Soo observaba a Kai éste le robaba un beso.

 

Estocadas duras una tras otra, cambios de posiciones, poniéndolo a él arriba y haciendo un esfuerzo por moverse rápidamente y jugar con el cuerpo de Kai.

 

Acostado Soo en la cama con las piernas sobre los hombros de Kai y penetrando varis veces sin perder el contacto visual.

 

Las diferentes formas en que Kai ponía a Soo lo llenaban de desconfianza, él no sabía nada de posturas o si lo hacía de forma correcta, también esa inseguridad llegó, no podía evitar sentir que si hacía algo Kai lo compararía con alguna persona con la que se acostó antes que lo hiciera mejor.

 

—¿Podrías ponerte bocabajo?—pidió Kai.

 

Soo no entendió bien, hasta que Kai le explicó y terminó poniéndose de rodillas y bajando toda la espalda hasta el colchón donde residían sus brazos y su cabeza y levantando su blanco traserito al aire. Murió de pena.

 

Kai se situó detrás de él y entró de nuevo, Soo empezó a gemir, no quería ni levantar su rostro por la vergüenza. Los movimientos de Kai eran un tanto bruscos. Y por primera vez se cuestionó algo importante.

 

Había dicho que su primera vez sería con un hombre al que amara, que no solo sería sexo, que sería hacer el amor con la persona. Pero no lo sentía así.

 

Le dolía, para ser la primera vez, Soo no se sentía preparado, cada vez que Kai lo cambiaba de posición, dudaba.

 

Se supone que el trato era para tener sexo, para aprender y poder hacerlo en el futuro, pero en ese momento se sentía tan inexperto que hubiera preferido no haberse metido en eso.

 

Kai era muy bueno, sabía dónde tocar y cómo, y de nuevo volvió la inseguridad. Kai practicó no con uno, sino con 105 personas antes que él.

 

Y desgraciadamente, cuando estás enamorado ese es un factor, quieres que la persona con la que estás piense solo en ti, pero al dejarte llevar seguramente la persona con la que estás, aunque no lo diga, te estará comparando con alguno de sus amantes. Y más cuando eres un inexperto que tiene miedo a equivocarse.

 

Kai salió de él y Do se giró hasta quedar acostado boca arriba.

 

—¿Te encuentras bien Soo?—preguntó Kai con ternura.

 

—S-Si—murmuró el más bajo.

 

Kai sonrió con desgano y se apartó de Do.

 

Kyung recordó que siempre quiso que su primera vez fuera romántica, llena de besos, caricias y palabras de amor, que cuando estuviera con “el chico correcto” no importaría porque lo amaba. Pero con Kai no era así, Kai tenía mucha experiencia sí, y también lo quería, pero palabras como “Te amo” en un momento así solo arruinarían la atmosfera.

 

Pedía a gritos un cuento de hadas con un final feliz, pero se dejó atrapar en la precoz realidad, en el sueño de vivir recibiendo amor, de personas que no podían darlo.

 

Se dio lastima.

 

—Lo dejaremos hasta aquí—habló el moreno.

 

Kyung lo vio fijamente, ¿Kai se estaba arrepintiendo de estar con él? ¿Notó lo nervioso que estaba? Una vez más Soo se sintió impotente.

 

—No es justo para ti—dijo Soo observando el miembro aun erguido de Kai.

 

—No, no lo es, pero creo que aún no estabas listo y no te voy a obligar—mencionó—ven vamos a bañarnos, te prestaré ropa.

 

Do intentó ponerse de pie, maldición, su espalda baja le dolía y sus piernas aun temblaban, ¿cómo hubiera sido si hubieran terminado? Con cuidado caminó hasta la puerta que estaba cerrada, le atinó en su deducción, era el baño, y Kai le abrió la puerta y la llave de la regadera.

 

Ambos se bañaron, Do estaba cabizbajo y Kai no sabía qué hacer para verlo feliz, por más besos que le diera, por más que lo ayudara a bañarse, que lo secara, Do tenía esa mirada triste en el rostro. Kai lo llevó de nuevo a su cuarto y le quitó la toalla del cuerpo.

 

—¿Qué pasa Soo? ¿Te estás arrepintiendo? ¿Te duele mucho?—preguntó el alto.

 

Kyung lo miró y luego desvió la vista.

 

—Estoy decepcionado conmigo, yo te pedí el trato, yo estaba dispuesto, pero me da miedo, siento que no soy lo suficientemente bueno para ti—soltó el más bajo.

 

Kai miró a Soo y lo abrazó, tumbándolo en la cama y acostándose sobre él. Ambos desnudos, mojados por el agua de la regadera.

 

Desnudarse y dejarse llevar por el momento es muy fácil, pero también está la inseguridad, una inseguridad de un cuerpo bonito, de la experiencia, a veces se nos olvida que el sexo no es solo de uno, si no de dos personas. Tener sexo es fácil, cualquiera puede, pero intimar más allá de lo físico es lo difícil, lo que nos preocupa es si sólo somos un juego o si hay sentimientos de por medio, el temor a entregarte y que la otra persona, cuando despiertes, ya no esté.

 

Esa noche, su noche buena, durmieron, abrazados, uno junto al otro.

 

A la mañana siguiente, Do abrió los ojos, Kai lo mantenía abrazado para no sentir tanto frío. Suspiró, Kai era perfecto, era un espíritu libre que lo protegía, así lo describió. En cambio él se dio cuenta que por más que quisiera cambiar, no podría, dejar de ser empático, no tener sentimientos, acostarse con alguien solo por el placer de tener buen sexo.

 

No iba a poder hacerlo.

 

Luego observó al moreno dormir.

 

Su cabello, sus cejas, sus parpados, su nariz, sus mejillas y sus lindos labios, Soo en verdad se lamentaba estar tan jodidamente enamorado.

 

—Me gusta la sonrisa que estás haciendo—murmuró Kai con los ojos entre abiertos.

 

Soo se sonrojó, se sintió un acosador.

 

Soo siempre soñó con despertar junto a esa persona especial y decirle que la amaba, pero este no era su cuento, no iba a tener un final feliz porque eso solo pasaba en las películas y personas tan simples y sin nada de valor como él no podían hacer cambian a alguien como Kai.

 

—Te quiero—susurró viendo los ojos del fotógrafo.

 

Algo estaba sintiendo Kai, una sensación rara, Kyung era bonito y se veía reflejado en él, pero algo estaba mal, esa conmoción de no querer soltarlo, de estar juntos los dos por un día, de besarlo más, ya no podía… ya no podía permitirse encariñarse más con él.

 

Soo por primera vez tomó la iniciativa y lo besó, Kai correspondió el beso con ternura y él no era así. Kai lo abrazó y Soo se acomodó en su pecho.

 

—¿Quieres dormir un poco más o quieres que haga el desayuno?—preguntó Kai.

 

—Lo que quieras—Soo no tuvo problemas en contestar.

 

—Quiero estar así contigo por un rato más—pidió el moreno.

 

Soo lo agradeció, su cuerpo no se podía mover por el dolor su espalda, espalda baja y parte de sus piernas, realmente le dolían. Kai abrazó al pelinegro y se hundió en su cuello respirando el olor que desprendía y tanto le gustaba.

 

Estuvieron en cama hasta medio día Kai consintió a Soo mucho compró comida rápida y la llevó a casa para comerla juntos mientras veían una película en el televisor de la sala.

 

Soo se sentía frustrado pero le daba miedo hablar de tema, estaba enamorado de Kai, pero antes que eso eran amigos, amigos que se estaban volviendo muy íntimos y eso le asustaba.

 

Kai no dejó que Kyung regresara a casa y Do tampoco es como si hubiese querido irse, así que pasaron todo el día juntos, obviamente Do le habló a su madre y a su abuela avisando que estaría con Jong In, con su novio.

 

Una cosa llevó a la otra después de la película, los pequeños roces de piel de parte de Kyung a Jong, subieron de intensidad, volviendo a tocarse como la noche anterior. Soo estaba listo y aunque Kai no quería presionarlo le emocionaba la idea de volver a sentirse tan cerca de su novio.

 

Hizo los preparativos, trató de ser más gentil, le preguntaba a Soo si eso se sentí bien, si quería más rápido o más despacio, estaba viendo por el placer de ambos.

 

Soo aprendió cosas ese día, Kai le había enseñado comomoverse, posicionarse, dónde tocar y estaba agradecido, aunque sentía que no iba a poder caminar correctamente por unos días, también descubrió que el pasivo no debe terminar antes que el activo porque al llegar el orgasmo empieza a aparecer y el dolor y eso lastima, pero lo tendría en cuenta para futuras veces. Aprendió que Kai también se ponía cursi después de "hacerlo" aunque fingiera dormir. Soo en verdad estaba feliz y en verdad estaba enamorado. 

 

Continuará....

 

Notas finales:

Solo faltan 3 capítulos para concluir c:

Dejen sus reviews

siempre es lindo recibir un comentario. Y y sé que soy un sco escribiendo lemmon :c i sorry


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