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Un amor inesperado. por dchermosilla

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Notas del capitulo:

Último capítulo del día, este me salío mas largo de lo que había pensado.

Muchas gracias por apoyar mi historia, por leerla y dejarme mensajes.

 

Me sentía avergonzado y como un idiota, corrí como un niño al vendedor de globos para darme cuenta que no había globos para mi, por la reacción del moreno, más bien por su falta de reacción pude percibir que solo jugaba conmigo.

 

 

 

Justo cuando había decidido salir humillado de ahí, Sasuke hizo un movimiento con su cabeza con una leve sonrisa, cuando seguí su gesto y me gire desee no haberlo hecho, tras de mí y viendo todo mi espectáculo se encontraban dos soldados mirandome con una enorme cara de asombro.

 

 

 

Si ya me sentía avergonzado ahora quería que al tierra se abriera y me tragara, no podía ser que en mi loca declaración hubieran habido espectadores.

 

 

 

-Yo lo, sien...siento, dije dándome la vuelta listo para arrancar, hasta que la potente voz del moreno me detuvo.

 

 

 

-Déjenos solos, dijo con autoridad a sus soldados, estos solo se formaron hicieron ese típico saludo con la mano y salieron, cuando volvimos a quedar solos decidí levantar la vista y pude ver con asombro como el moreno me miraba con una gran sonrisa.

 

 

 

-Eso sí que no me lo esperaba, dijo levantando una de sus cejas -Eres una caja de sorpresas.

 

 

 

-¿Por qué no me detuviste antes?, dije golpeando su pecho con suavidad en forma de castigo cuando se acerco a mí.

 

 

 

-Es solo que jamás me imagine que dirías lo que dijiste, dijo abrazándome -En un comienzo tu discurso fue un poco incoherente.

 

 

 

-Lo sé, tenía demasiadas cosas en la cabeza y no fui capaz de darle un orden lógico, dije riendo por las cosquillas que me hacia el aliento del moreno en el cuello -Si lo hacía no hubiese sido capaz de decirlo.

 

 

 

-Pues fue una acción muy valiente, dijo el finalmente juntando nuestros labios, cuando sentí el roce de su piel con mi piel un calor exquisito se apodero de mi, era increíble como fluía la energía entre ambos cuando nos rozábamos, sin querer alejarme de su calor, pase mis manos por su cuello y lo pegue más a mí, ni siquiera la falta de aire logro que nos separarnos ya que seguimos nariz con nariz, respirando agitados el mismo aire.

 

 

 

-¿Que significa todo esto?, dijo el moreno con suavidad.

 

 

 

-Que ya no quiero tener que reprimir las ganas que tengo de tocarte, ni tengo las fuerzas para impedir que lo hagas, dije besando su mejilla -He decidido que mientras esté aquí voy a vivir a tope mi vida, hare lo que quiera y cuando quiera.

 

 

 

-No tengo problemas con eso, dijo levantándome del suelo y haciendo que mis piernas se enrollaran en su cintura -Mientras todo lo que hagas sea conmigo.

 

 

 

-Eres celoso, dije acariciando sus cabellos mientras nos dirigía a su cama, cuando llegamos ahí me sentó y coloco su cabeza en mis piernas para que le siguiera acariciando, casi como si fuera un gatito.

 

 

 

-Más bien posesivo, dijo cerrando sus ojos y disfrutando de las caricias -Nunca he tenido nada que sea mío, por mi trabajo paso mucho tiempo viajando y no he podido asentarme.

 

 

 

-¿Por qué elegiste esta carrera?, dije tocando su piel con la punta de mis dedos, como si fuese de cristal.

 

 

 

-Mi padre es un militar de alto rango, desde que era un niño vi que esta era la forma de proteger a quienes quería, así que cuando crecí no dude en inscribirme en la escuela militar y defender así a mi país, dijo suspirando.

 

 

 

-¿No podrías hacer eso mismo pero con tu familia?, dije viendo como cerraba sus ojos.

 

 

 

-Nunca fui bueno para relacionarme con las personas, dijo suspirando con resignación -Además creo que en el ejército no solo protejo a mi familia, si no a todas las de mi país.

 

 

 

Después de eso nos quedamos en silencio y sin dudarlo ni pensarlo pasamos nuestra primera noche juntos, uno dormido al lado del otro, si bien no había sido una noche de ardiente pasión, era una buena forma de comenzar.

 

 

 

Cuando llego la mañana me estire y disfrute de un pequeño rayo de sol que entraba por la ventana, a penas abrí los ojos una muy mala imagen vino a mi mente, al ver al moreno armando una arma en la mesa frente a mi sente que mi sangre se helaba y sudaba frio, tuve que parpadear dos veces para darme cuenta que era el moreno quien lo hacía y no un rostro del cual quería escapar.

 

 

 

-Despertaste, bello durmiente, dijo el moreno sonriente.

 

 

 

Sin poder contestar solo asentí, siendo honesto la imagen y la mezcla de recuerdos había revuelto mi estomago y tenía ganas de vomitar.

 

 

 

-¿No te gustan las armas?, dijo de pronto haciendo que levantara la cabeza -Desde que llegaste pude ver que mirabas con recelo las armas que portamos.

 

 

 

-No me gusta nada que pueda dañar a otra persona, dije sentándome en la cama y tratando de regular el latido desbocado de mi corazón.

 

 

 

-¿Has visto una de cerca?, dijo acercándose a mí con ella en la mano, antes de que diera un paso más me puse de pie y o detuve en seco.

 

 

 

-No me interesa hacerlo, lo siento me iré a ver a mis pacientes, dije poniéndome de pie y saliendo del cuarto, con el paso del tiempo había superado muchos aspectos de mi trauma, más no el de las armas, cuando llegue al bunker vi como todas las enfermeras miraban embelesadas al grupo de soldados que corrían sin polera mostrando sus marcados físicos.

 

 

 

-Podría acostumbrarme a despertar así, dijo una de ellas a la otra que solo asintió.

 

 

 

-Es una buena vista, ¿verdad?, dije uniéndome a ellas a admirar a tan trabajados cuerpos.

 

 

 

-¿Es mucho pedir un hombre así?, dijo la otra mirando al cielo -Juro que con uno me conformaría.

 

 

 

-No lo sé, dije mirando cómo se detenían frente a nosotros y empezaban a estirar sus músculos.

 

 

 

-Doctor, ¿podríamos hacerles masajes para que sus músculos no se fatigaran?, dijo Hikaru con los ojos brillantes.

 

 

 

-¿Masajes?, ¿sabes hacer masajes?, dije levantando una de mis cejas.

 

 

 

-No, pero juro que puedo aprender, dijo sonriendo con alegría.

 

 

 

De repente la imponente figura del moreno se puso frente a mi tapando la buena vista, sin esconder mi sonrisa lo mire y pude ver una ligera chispa de cabreo en sus ojos, la cual se hizo evidente cuando sin darse vuelta grito.

 

 

 

-Disolver grupo, al escuchar su voz los soldados se formaron y se dispersaron como petaos de flores con el viento.

 

 

 

Sin poder evitarlo sonreí más, cuando las enfermeras nos dejaron solos, cerré uno de mis ojos de forma coqueta.

 

 

 

-¿No te gustan los militares, pero si te gusta verlos correr semi desnudos?, dijo achicando sus ojos, mitad broma mitad enserio.

 

 

 

-Bueno, habría que ser ciego para no darse cuenta de lo bien formados que están, dije de manera descarada.

 

 

 

-¿No lo niegas?, dijo abriendo sus ojos.

 

 

 

-¿Por qué habría de hacerlo?, dije rozando su mano -Uno no siempre tiene la posibilidad de ver a tanto hombre bien formado.

 

 

 

-¿No puedes solo veme a mi?, dijo riendo y soltando cualquier enojo.

 

 

 

-Bueno es solo que a ti no te he visto correr sin polera, dije rozando su mano.

 

 

 

-Si quieres puedo hacerlo, dijo tocando mis dedos -Lamento lo del arma.

 

 

 

-No te preocupes, yo igual lamento mi sobre reacción, dije sonriendo con ligereza.

 

 

 

-Bien señor, debo presentarme  mis deberes, pero prometo verte por ahí, dijo tocando mi mejilla con sus nudillos.

 

 

 

Con un asentimiento me di vuelta y tome mi camino hacía los pacientes, cuando llegue vi con sorpresa que los niños se encontraban muy bien, todos habían recuperado su hidratación y se podía ver en la calidad de la piel, la mañana se paso comprobando que todos estuvieran en optimas condiciones para dar paso a la otra etapa del tratamiento.

 

 

 

-¿Donde dormiste ayer?, dijo Neji con suavidad mientras sacaba sangre de uno de los niños.

 

 

 

-Con Sasuke, dije como si nada -Fui a hablar con él y se nos hizo tarde, nos quedamos dormidos sin darnos cuenta.

 

 

 

-¿Solo durmieron?, dijo de manera juguetona.

 

 

 

-Por ahora, dije riendo al ver la cara de asombro de mi amigo -He decidido seguir tu consejo.

 

 

 

-¿Enserio?, dijo abriendo su boca.

 

 

 

-Por supuesto no me pareció una mala idea, dije sacándole la lengua -Neji, deberás tener cuidado con los consejos que das.

 

 

 

-Creo que si, dijo poniéndose de pie -Eres sorprendente.

 

 

 

A la hora salí a mirar como jugaban dos niños con una pelota, estaba tan abstraído en mi pensamiento que no me di cuenta de la presencia del moreno hasta que paso sus manos por mi estomago y pego su pecho con mi espalda.

 

 

 

-No sabes lo sexy que te vez en este momento, dijo en mi oído.

 

 

 

-Lo sé, este es mi mejor perfil, dije riendo.

 

 

 

-Me encanta el sonido de tu risa, es un gran placer oírte.

 

 

 

-Mi madre siempre dijo que me reía como una hiena, dije girándome y quedando frente a él.

 

 

 

-Pues con todo respeto, tu madre se equivocaba, dijo besándome con rapidez -¿Podrías ir hoy a mi cuarto?.

 

 

 

-¿Tendrás visitas?, dije mordiendo su pera.

 

 

 

-Prometo que no, dijo riendo -Nos vemos.

 

 

 

Con un movimiento de mano lo despedí, fui a terminar mi última ronda para ir a encontrarme con el moreno y empecé a llenar fichas, todo estaba bien hasta que sentí como una estampida de hombres corrían, se escuchaban gritos en otro idioma y como se abrían y cerraban puertas, justo cuando iba  a salir a ver que sucedía, la puerta del bunker se bario con brusquedad , dejándome frente a frente a cuatro hombres que con cara de pocos amigos me miraban, de repente se hicieron a un lado y colocaron el cuerpo de un hombre en una de las camillas vacías.

 

 

 

Uno de los hombres me hablo pero no logre entender nada, de repente el moreno irrumpió con fuerza al lugar haciendo que los hombres se alejaran de mi, así que podía ver la espalda del moreno y de tres soldados más que respiraban con agitación.

 

 

 

-¿Puedes revisar al paciente?, dijo Sasuke sin mirarme.

 

 

 

Sin contestar me acerque al hombre de unos 45 años y comencé a examinarlo, con rapidez me percate de que ardía en fiebre y que estaba inconsciente, revise sus pulmones y comprobé que estaba bien, cuando hice el examen abdominal supe lo que tenía.

 

 

 

-¿Se ha quejado de dolor de estomago, antes?, dije mirando al hombre grande, el cual espero la traducción del moreno.

 

 

 

-Hace dos días comenzó a quejarse de un dolor en el lado derecho, tuvo vómitos pero se le había pasado por ello no le dio mayor importancia, dijo el capitán traduciéndome.

 

 

 

-Tiene una peritonitis y por el estado de inconsciencia y alta fiebre puedo decirles que si no es operado de urgencias sufrirá una septicemia, dije mirando a los médicos que se encontraban en la sala -Preparen todo para la cirugía.

 

 

 

A penas dije aquello me arrepentí ya que los hombres al ver el movimiento para la preparación de la cirugía, sacaron sus armas y nos apuntaron con ellas.

 

 

Esto era una mierda, no podía estar pasando, como nos apuntaban por querer salvar al paciente, ¿es que querian que muriera?.

 

 

 

Si bien obligue a que mi cuerpo se moviera temblaba como gelatina, ya que la reacción de los hombres ocasiono que Sasuke y nuestros soldados hicieran lo mismo y los apuntaran, en ese momento el aire se podía cortar con un cuchillo, mi corazón latía con fuerza y se me secaba la garganta.

 

 

 

-Si no operamos ahora el paciente morirá, dije mirando la reacción del hostil hombre.

 

 

 

-No lo operara un medico extranjero, dijo tajante -Su médico viene en camino, estará aquí en 40 minutos.

 

 

 

-El paciente no tiene 40 minutos, dije desesperado.

 

 

 

-¿Puedes salvarlo?, dijo Sasuke con seriedad.

 

 

 

-No sé en qué fase de septicemia nos encontramos, puede que este ramificado a sus órganos.

 

 

-¿Puedes salvarlo?, dijo con fuerza -Quiero tu opinión objetiva como médico.

 

 

 

Por unos minutos pensé en todas las operaciones de apéndice que habia hecho y sin dudarlo dije que sí.

 

 

 

-Pues opérale, no te preocupes por lo que sucede aquí fuera, te aseguro que nada pasara, por unos segundos desvió su mirada y la fijo con la mía, con un asentimiento di orden de ingresar al paciente, con rapidez lo hicimos y justo cuando iba a hacer el primer corte en su estomago uno de los médicos hablo.

 

 

 

-¿Sabe a quién está operando?, dijo en un susurro.

 

 

 

-¿Tú sí?, dije levantando una de mis cejas por la interrupción.

 

 

 

-Es Abdel Alí, uno de los pacifistas más grandes de Siria, es altamente buscado por el estado Islámico y su cabeza vale oro, dijo mordiendo su labio.

 

 

 

-¿Crees que era necesario decir eso?, al ver como bajaba su cabeza avergonzado continúe -Por idiota sal de esta sala.

 

 

 

Cuando lo hizo mire a los médicos y suspire, el comentario los había dejado más nerviosos, como si no fuese suficiente con tener a cuatro hombres listos para matarnos si algo salía mal, resultaba que ahora estabamos operando a Gandhi -Da lo mismo quien sea, para nosotros solo es un paciente y como todo paciente debemos velar por que sobreviva, cuando tuve el asentimiento general, comencé la cirugía, dije tratando de darles una confianza que yo no sentía.

 

 

 

Cuando vi todo el panorama pude soltar la respiración, si bien habia septicemia esta no era tan grave, así que con rapidez saque las partes que no se recuperarían, coci y limpie el estomago, cuando estaba todo listo mire los signos vitales y comprobé que estaban estables, gracias a Dios habíamos intervenido en el momento adecuado.

 

 

Recien en ese momento me di cuenta que estaba sudando helado, había estado tan concentrado en la operación que no me había percatado del frio que sentia y de como tenía las extremidades entumecidas, tambien me di cuenta que el latido fuerte y rapido d corazón no era del paciente si no del mio.

 

 

 

-Denle antibióticos de alto espectro, dije terminando de dar el último punto -Ahora solo nos queda esperar, lo han hecho bien.

 

 

 

Salí con cuidado y observe que los soldados se encontraban en la misma posición, apuntándose unos a otros, mire mi reloj y vi con horror que llevaban así 4 horas, con cuidado e acerque y hable.

 

 

 

-La operación salió bien, la septicemia estaba en un punto controlable, dije de repente vi como un hombre alto y delgado se acercaba a mí y en un perfecto ingles me gritaba mi falta de criterio al operar al señor, ahí descubrí que era su médico.

 

 

 

-Como médico debe saber que la septicemia es gravísima si no se trata, si lo operábamos un segundo después no estaría en la sala de recuperación, dije molesto -Puede pasar a verlo.

 

 

 

-Juro que si mi señor no despierta, lo pagara caro, dijo pasando por mi lado y golpeando mi hombro, cuando levante la vista vi como los hombres bajaban sus armas e intentaban pasar cosa que con una sonrisa impedí.

 

 

 

-No pueden verlo aún, esta recién operado y no puede estar en contacto con virus o bacterias, dije mirando su cara de sorpresa -Cuando recobre la conciencia podrán verlo.

 

 

 

-Doctor Konohomaru, quedara a cargo de este paciente hasta que recobre la conciencia, a penas lo haga vaya a buscarme.

 

 

 

-Si doctor, dijo el muchacho entrando a la sala.

 

 

 

Cuando mire al moreno vi como este me sonreía, con cuidado tome su brazo y lo lleve hasta mi cuarto.

 

 

 

-¿Estás bien?, dije preocupado.

 

 

 

-Claro, no era yo el paciente, dijo sentándose a los pies de la cama.

 

 

 

-Estuviste 4 horas apuntando a unos sujetos, no sé como tienes el temple, dije sacando su chaqueta y acariciando sus brazos, masajee con cuidado para que los músculos se relajaran.

 

 

 

Cuando me iba a levantar sentí como el moreno me pegaba a su cuerpo, sus labios en los míos y sus manos en mi espalda, con cuidado acaricio y apretó mi trasero haciéndome gemir en su boca, sin darme respiro beso y lamio mi cuello y con una maestría propia de un buen mago hizo desaparecer mi bata y mi polera.

 

 

 

sus manos acariciaron mi cintura mientas su boca mordía mi mejilla, mi cuerpo pesaba menos que una pluma, era un flan en las manos del moreno, por lo que no reacciono cuando se arrodillo frente a mí y desabrocho mi pantalón.

 

 

 

-Lamento el momento de tensión que te hice pasar, dijo tomando mi miembro en sus grandes manos -Pero tengo la mejor forma de que botes la adrenalina del momento.

 

 

 

Y eso fue lo último que dijo ya que comenzó a ocupar su boca de una mejor manera, la calidez y humedad de su lengua en mi miembro, hizo que una corriente recorriera mi espina dorsal y que se me pusiera la piel chinita, todo en este hombre era pasión y ardor.

 

 

 

Metí mis dedos en sus negras hebras y empecé a marcar el ritmo que quería, suave pero firme, era perfecto con la precisión y fuerza necesaria para que me perdiera en una nube de placer, cuando no aguante más y estaba a punto de estallar trate de apartarlo, pero este me lo impidió sacando mis manos y entrelazándolas con las suyas, una última succión y derrame toda mi simiente en su boca.

 

 

 

El moreno trago un poco y ocupo el resto en lubricar mi entrada, con cuidado me coloco arrodillado en la cama y con una delicadeza extrema empezó a meter uno de sus dedos en mi interior, el primero no ocasiono problema pero el segundo y el tercero provocaron un ligero dolor que trate de olvidar cerrando los ojos.

 

 

 

Con sorpresa recibí  el caliente pecho del moreno en mi espalda y su suave susurro en mi oreja.

 

 

 

-Si no te relajas te hare daño, una leve frase acompañada de un lametón y un mordisco en mi lóbulo, eso fue suficiente para que me rindiera por completo al dominio del moreno.

 

 

 

Di un respingo cuando sentí la punta del miembro del moreno en mi entrada, no podía negar que me ponía nervioso esto, hace mucho que no tenía sexo con nadie y de seguro mi cuerpo estaba oxidado, al ver mi cambio Sasuke tomo mi semi dormido miembro y lo comenzó a acariciar, cuando me habia vuelto a perder en el placer de una estocada se metió por completo en mi, el movimiento fue tan rápido y certero que ni siquiera pude gritar ya que mis pulmones quedaron sin aire.

 

 

 

-Eres lo más dulce que he probado en mi vida, dijo mientras hacía pequeños movimientos circulares para que me acostumbrara.

 

 

 

-Mmmmm, solo pude responder con un suave gemido que se intensifico cuando el moreno saco su miembro y lo volvió a clavar en mi con fuerza, abrí los ojos y vi puntos blancos, no era dolor lo que sentía si no mucho placer, mi cuerpo entero era lava ardiente, todo era sensible, donde fuese que el moreno tocaba sentía espasmos, nunca me había sentido tan lleno, tan completo.

 

 

 

Y cuando pensé que esto no podía ser más placentero, Sasuke toco un punto que nunca nadie habia tocado, abrí la boca y apreté las sabanas, mis rodillas ya no soportaban mi peso y si me encontraba en esa posición era solo por la fuerza del moreno que me sostenía, con un suave movimiento me giro sin salir de mi, así que aprovechándome de esta nueva postura, enrede mis piernas en sus caderas y lo acerque más a mí.

 

 

 

Con dificultad mantuve mis ojos abiertos ya que con cada estocada el placer era tanto que me instaba a cerrarlos, pero yo quería ver las diversas expresiones del hombre que me acariciaba, su rostro empapado en sudor hacía que sus negros cabellos se pegaran a su blanca piel, con lentitud recorrí sus rasgos, de la nariz a la boca de manera pausada e intima, su blanca piel se perdía con la mía y era imposible saber donde empezaba él y terminaba yo.

 

 

 

Cuando el calor se hizo insoportable y el aire denso, apreté más mi cuerpo con el de él y volví a eyacular entre ambos, el roce de nuestros cuerpos fue tanto que me hizo tener un segundo orgasmo, fue tan fuerte que apreté todos los músculos de mi cuerpo con fuerza, apresando más el miembro del moreno en mi interior y haciendo que él se derramara ahí.

 

 

 

Con los brazos abiertos recibí el lánguido cuerpo del moreno y juro que su ultimo gemido fue el más varonil, sensual y excitante que escuche, a los minutos y cuando la temperatura del ambiente bajo considerablemente nos tape a ambos, con lentitud Sasuke comenzó a salir de su estado de inanimación y salió de mi cuerpo, pero no se alejo ya que me abrazo por la espalda de manera posesiva.

 

 

 

Cuando estaba a punto de dormir decidí que era necesario que Sasuke conociera un poco mas de mi, para que entendiera mis actos y actitudes.

 

 

 

-Sasuke, dije en un susurro.

 

 

 

-¿Que sucede?, dijo el medio adormilado.

 

 

 

-¿Recuerdas cuando me preguntaste si había visto alguna vez un arma?, dije mordiendo mi labio y acurrucandome más junto a él.

 

 

 

-Si, dijo sonando un poco más despierto.

 

 

 

-Pues no solo vi una, si no que tuve una en mi cabeza, dije asumiendo por primera vez este suceso frente a alguien que no fuera mi amigo, quizás esto no era lo adecuado pero se sentía malditamente bien.

 

 

 

Notas finales:

Espero les vaya gustando el giro de la historia, nos vemos!!!!


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