Al entrar al jardín de niños Taiga se extrañó de ver al fantasma a mitad del patio viendo detenidamente las estrellas, cerró la puerta de la entrada y tras cerciorarse de que nadie le veía se acercó a él.
-Ahomine… ¿Qué haces aquí?- el moreno continuo con la mirada perdida, tras incontables segundos finalmente suspiro y miro a su rival.
-Kise y Takao están con Tetsu… no quería escuchar sus locuras… Salí a tomar aire fresco…-
El pelirrojo se encogió de hombros… vale. Suponía que los fantasmas debían tener también sus momentos de irritación.
-te están esperando allá adentro…- comento el moreno mientras se sentaba en el suelo con aire deprimente… definitivamente este Ahomine no le gustaba mucho a Taiga.
-oye… ¿te… pasa algo?...-
El moreno negó con la cabeza y después simplemente volvió a suspirar.
Que ese estúpido hiciera eso definitivamente quería decir que algo le pasaba
Se colocó en cuclillas cerca de el –estúpido si no me dices que te pasa no sabré como ayudarte.-
El moreno volvió a suspirar y Taiga se juró que si lo repetía de nuevo haría hasta lo imposible por golpearlo.
-escuche un poco de la conversación de esos tres…- señalo dentro del hogar y Taiga supo que se refería a los profesores-
-¿y? ¿Acaso escuchaste que Tetsu les decía que me amaba profundamente y tu habías pasado al barco del olvido?-
El comentario había sido mera puya para molestar al moreno pero cuando este giro con aire ofendido y apretó la mandíbula supo que había dado en el clavo.
Oh mierda…
-¿en serio?- aventuro el pelirrojo no pudiendo evitar sentir lastima por el fantasma y felicidad de sí mismo al mismo tiempo.
Valla… no podía creerlo, pensar que era correspondido y tenía una oportunidad con aquel bello peli celeste.
-se te va a declarar esta noche… y la verdad no quiero ver… si pudiera en serio vomitaría… pero como no puedo pues… aquí me tienes…-
Los dos permanecieron en silencio por unos minutos… Taiga estaba súper nervioso… mierda mierda mierda… se le iban a declarar…
-oye… déjame… déjame tomar tu cuerpo…-
A Taiga le dio un fuerte escalofrío escuchar esas palabras del otro… se había oído tan gay que se abrazó a si mismo con inocencia y un sonrojo en el rostro.
-no ESE tomar estúpido… déjame… déjame poseer tu cuerpo… ya sabes… como en las películas… como en la del exorcista…-
Pese a lo raro de la situación Taiga no pudo evitar reír, ¿el exorcista? De tan solo imaginarse a sí mismo vomitando verde, girando la cabeza y bajando las escaleras como araña podía imaginar que Tetsu en vez de acercarse a él le hablaría a cuanto padre, monje, espiritista y chaman se le atravesara en frente. Ahomine hizo un puchero molesto. Lo había dicho en serio.
-solo quiero hablar con el… quiero despedirme… tengo… tengo que aclarar las cosas y dejarlo libre… Tetsu te ama… lo lograste, le has enamorado… pero me sigue amando a mí también…-
-entonces te refieres a que entres en mi cuerpo como en ghost… la película…- a Taiga le gustaba mucho esa película, siempre que la veía lloraba…
El moreno trato de rememorar la película, oh mierda hasta en eso se parecía este infeliz a Tetsu… también a él le gustaba mucho esa película.
-maa… si así lo quieres ver… pues si…-
-y en cuanto termines… ¿te iras? … ¿nos dejaras?... ¿Qué me garantiza que no te quedaras con mi cuerpo? Además… mientras estés en el… ¿Qué pasara conmigo?...-
El moreno no había pensado en eso…
-¿y que tenemos que hacer? Hemos estado cerca muchas veces pero nunca he sentido como que te adueñas de mi cuerpo… ¿tengo que hacer una posesión de almas como en shaman King o qué?-
Aomine bufo sarcástico… este chico tenía 9 años menos que el, era obstinado, fuerte emocionalmente, extrañamente amable y tímido pese a su gran tamaño… aun que al inicio se había empeñado a ahuyentarlo de su pequeño Tetsu ahora extrañamente todo estaba bien… si era con el Tetsu estaría bien… no sabía cómo asegurarlo pero simplemente era lo que sentía.
Se acercó a él invadiendo su espacio personal, a Taiga se le abrieron los ojos grandotes como de conejo espantado y noto que su cuerpo estaba siendo recorrido por un escalofrió…
-relájate… tienes que sentir que me quieres dejar entrar en ti… que me permites ser uno contigo… que…-
A cada palabra fue acercándose más y más al joven hasta que extrañamente todo se volvió oscuro.
Taiga…
Alguien estaba llorando… la suave voz suplicante la reconoció enseguida… Tetsu… Tetsu estaba llorando y en alguna parte de su ser supo que él no podía hacer nada para consolarlo, la oscuridad era absoluta y para frustración suya ni siquiera sabía si tenía los ojos abiertos o cerrados… si estaba de pie o tumbado… todo era oscuridad… todo era solo el llanto de Tetsuya y un repetitivo “no me dejes”… “por favor no me dejes”.
Aomine
Cuando abrió los ojos lo primero que vio fue el manto nocturno estrellado, la suave brisa acaricio sus mejillas, el aire entro en sus pulmones, el suelo se sentía duro en su espalda y un par de risas y vocecillas llegaban a sus oídos…
Estaba vivo…
Se incorporó con esfuerzo, seguía ahí, a mitad del patio, Taiga no se veía por ningún lado…
Taiga… ¿acaso? …. ¿acaso había funcionado? Se puso de pie como resorte y se tocó el rostro… definitivamente el cabello no era suyo, tenía tres años de manera incorpórea y ahora el sentir unas piernas que le sostuvieran y un cuerpo que percibiera todo formo un nudo en su garganta.
Mierda… realmente estaba vivo.
No se percató que los donceles venían por el patio y le habían visto para acercársele gustosos.
-Kagamichi… asegúrate de cerrar bien la puerta de la entrada… Kurokochii necesita descansar todavía así que regresa rápido con él, no lo dejamos salir por temor a que coja un frio… suerte…-
Los dos donceles le sonrieron cómplices y Aomine se limitó a abrazarles a ambos, oh mierda, había extrañado tanto sentir a las personas, podía oler la fragancia de los shampoos de ambos jóvenes.
Los separo de su cuerpo y los miro con una verdadera sonrisa.
-Kise… Takao… gracias… por cuidar de Tetsu y estar siempre a su lado…-
Los donceles miraron al pelirrojo con sorpresa ¿Tetsu? ¿Desde cuando el joven le hablaba de manera informal a su amigo… o a ellos?
Extrañados fueron acompañados hasta la puerta y una vez se aseguró que todo estaba cerrado camino hacia el pequeño departamento…
Ok…
Había llegado el momento.