“…Sonrió de lado con esa habitual sensualidad de Kai, y colocándose el falso casco, se dirigió al escenario…
<<…“Por favor olvida mis palabras que están congeladas en mi base, tus palabras que desaparecieron han dejado tu rastro, los dos corazones que están tan concurridos que no te permiten jugar, jugar, jugar…”>>”
CAPITULO 6
-¡Muy bien damas, aquí tienen lo que tanto habían estado esperando! ¡KAI!-
Los gritos eufóricos e histéricos no se hicieron esperar, todas se amontonaron a un lado del escenario, y KyungSoo, intentó abrirse paso entre ellas lo cual era demasiado complicado, pero luego de unos cuantos codazos, tirones de ropa e insultos, logró llegar a la primera fila, ya no temía que éste le viera, al contrario, había estado esperando toda la noche por él, como aquellas mujeres, pero por razones diferentes, o tal vez no…
XiuMin bajó del escenario, y las luces se apagaron, y la canción dio comienzo;
(#1)
Dando entrada a un Kai que se deslizaba sobre sus rodillas dando una pequeña vuelta en el medio, poniéndose de pie, provocando ya oleadas de gritos más que histéricos, por lo que con una sonrisa realmente ladina y sexy fue desprendiendo y jugando con su chaqueta lentamente, poniendo a las mujeres cada vez más histéricas, por más que hayan visto ese cuerpo cientos de veces antes.
Con la chaqueta a medio desprender dejándolas deseosas de más, el moreno, empezó a bailar en medio del escenario provocativamente causando que más mujeres se quitaran la garganta gritando.
Su mano de repente la elevó posándola en aquella abertura de la chaqueta, la cual se quitó y arrojó finalmente de golpe en el primer beat potente de la canción, mirando fugazmente a KyungSoo, quien no tardó en reaccionar de sobremanera, pues Kai, estaba mucho más radiante que de costumbre.
El pelinegro jamás se cansaría de admirar ese delicioso cuerpo.
Una pequeña lluvia de dinero cayó sobre el escenario de inmediato, a lo que Kai seguía bailando en medio del escenario acariciándose, y exponiendo cada músculo abdominal contrayéndose debido al movimiento, haciéndole tragar aún más saliva a unas cuantas.
La canción no ayudaba mucho tampoco, debido a que era una letra demasiado “estimulante” en conjunto con aquella voz plagada de goce en el cantante.
Kai volvió a deslizarse sobre el escenario gateando lo poco que le faltó para llegar a una mujer cerca de KyungSoo, temiendo por que algunas manos le alcanzaran y le destrozaran la ropa en pedazo por la euforia y excitación del momento.
Tomando a aquella mujer cerca de KyungSoo por la nuca y mirándola a los ojos, logró hacerla gritar con tal desesperación y fanatismo que no pudo evitar sonreír de lado satisfecho una vez más.
Por lo que se la acercó a unos centímetros de su cuerpo, ya levemente sudado, debido al acumulamiento de gente. Con ella sostenida de la nuca con una mano, hizo aquella famosa ola, mientras con la otra mano libre, se la deslizaba por el pecho de manera seductora, sin quitarle la mirada de encima, KyungSoo volvió a tragar saliva sintiendo ahora la garganta más que seca y esas agujas que de repente se le clavaron allí no ayudaban mucho.
Quería irse, pero algo le decía que no se deje afectar por tal estupidez, era su trabajo y eso era lo que hacía, <<Ilusionar a mujeres necesitadas…>> Pero a pesar de saberlo, no pudo evitar sentir dolor al sentirse uno más, de todas ellas.
La mirada intensa de Kai, le dejó la mente en blanco, y al ver que cuando sus miradas conectaron el moreno sonrió aún más ampliamente, ya no era su garganta la que hormigueaba dolorosamente, sino su miembro.
Aquella mujer, << tocada por el mismísimo Dios griego>> no dudó en meterle la mano en la cintura del pantalón y dejarle la plata allí.
Luego de ello, Kai se fue nuevamente al centro del escenario, se arrodilló y en dirección al pelinegro se mordió el labio, y le miró lujurioso, comenzando a deslizar lentamente la cremallera del pantalón, haciendo que el mayor abriera sus ojos a más no poder, y tuviera la necesidad de cubrir su miembro con ambas manos mientras se ponía totalmente rojo.
El menor sonrió satisfecho ante aquella reacción sintiéndose victorioso y se humedeció sus labios, causando aún más gritos histéricos de aquellas mujeres, por lo que ya con su pantalón si estorbar, se comenzó a acercar a KyungSoo.
Gateando al ritmo veloz del rap de aquella letra. El mayor no puede evitar acercarse aún más al escenario a pesar de todos aquellos gritos envidiosos y celosos por haber acaparado la atención de <<Kai oppa>>, y lo sujetó de la nuca comenzando a hacer su famosa ola una vez más, pero esta vez, permitiéndole tocar aquel cuerpo sudado, mirándole completamente a los ojos.
KyungSoo no pudo evitar jadear con el rostro más que rojo, ante aquella mirada vidriosa y sensación de tocar su piel centelleante, por lo que justo en aquella parte, en que el cantante parecía estar gimiendo, el mayor sintió su erección crecer aún más. Pero lo que la terminó de completar fue que justo en aquella parte, el menor le devoró la boca desaforadamente de improvisto.
-Just bite me!-
Susurró Kai a la par de la letra de la canción en su oído, mordiéndole el lóbulo y cuando se alejó, KyungSoo, ya no era capaz de ver ni oír más nada, pues había sido besado y mordido por el objeto de su admiración, fascinación, su deseo platónico y utópico.
La canción siguió unos pocos segundos más y cuando creyó volver a la realidad, ver al mayor aún cerca suyo, arrodillado, tocándose, moviendo sus caderas de una manera sugerente fue suficiente para que su erección se hiciese notar a través de sus pantalones, y la mirada lujuriosa de Kai, lo notó y sonrió aún más satisfecho al ver como el color en el rostro del mayor comenzaba a tornarse cada vez más y más rojo.
Pero no era el único que sentía una molestia entre sus pantalones, debido al pequeño bóxer diminuto, KyungSoo pudo notar que el moreno también estaba medio erecto, por lo que le miró una vez más, y esa mirada en conjunto con un labio inferior mordiéndose sensualmente le habían dado la señal que KyungSoo estaba esperando. Aquello significaba, << Luz verde>>.
El griterío eufórico e histérico le reventaron los tímpanos al mayor, pero ya nada importaba, ahora lo que quería hacer, era salir de allí y atrancar al menor fuera del edificio.
Kai, se dedicó a juntar el mar de dinero que había en el escenario y luego de eso, las luces se apagaron y él bajó del escenario.
Mientras tanto, desde una de las entradas laterales de los escenarios, se encontraban XiuMin y SeHun observando prácticamente con la mandíbula por el suelo y los ojos abiertos como platos.
-¡Maldito bastardo, tenías todo ese potencial, y nunca me lo dejaste saber! ¡Joder, maldito, tengo mi polla más dura que el mármol!-
-N-no es el único XiuMin ssi.-
Habló SeHun con el rostro más que colorado, la voz entrecortada, y una las manos en su miembro, mientras aún seguía observando el escenario, mientras tragaba saliva.
-No tienes oportunidad con él. ¿¡Has visto el beso que le ha plantado a aquel sujeto!? ¡Le metió la lengua hasta el esófago!-
-XiuMin ssi, no sea tan cruel, y no diga esas cosas, que me hacen poner peor.-
-¿Quieres aliviarte?- Le miró el mayor al más alto mientras dirigía después su mirada a las manos que cubrían aquella erección en el menor. SeHun le miró de repente, asombrado y asustado. -¿Qué? No me mires así, hablo en serio, no es como si quiero que te comprometas o algo. Además, estás soltero por lo que oí, así que no habrá problema.-
Luego de unos cuantos segundos de pensarlo y mirar al suelo, el menor, suspiró cansino, y asintió dándose por vencido.
-Bien, genial. Ven conmigo. ¡CHEN, VEN AQUÍ!-
-¿¡Qué!? ¿¡Espere, qué!? ¿¡Chen!?-
-No pienses que le seré infiel, somos los dos o ninguno y no estás en posición de negarte ahora.-
-¡ESPERE! ¿¡QUE!? ¿¡CHEN Y USTED SON-!?-
-Ssh, no eleves la voz, las paredes oyen.-
Tomándolo de la muñeca lo arrastró hacia su oficina.
-¡CHEN!- Volvió a gritar, a lo que a lo lejos obtuvo una débil respuesta <<“¿Si?”>>. -¡A MI OFICINA AHORA!-
-¡SI!-
Contestó el aludido, mientras se cruzaba en el camino de XiuMin y cruzaron miradas, para luego dirigirla hacia SeHun, quien era tomado de la muñeca por el mayor.
-¿Qué, qué sucede XiuMin ssi?-
-No hace falta fingir, le acabo de decir. Y es por culpa del maldito de Kai si preguntas.-
Chen, tragó saliva algo dolido y nervioso, al ver a SeHun allí, sabiéndolo todo ahora.
-Me-mejor vayan ustedes, y-ya buscaré la forma de resolverlo, no quiero meterme entre ustedes.-
-No digas estupideces SeHun y vamos, Chen es muy comprensivo y sabe que lo amo por sobre todas las cosas.-
Ambos menores tragaron saliva, y bajaron la cabeza, ya que ninguno tenía nada para decir, y se dirigieron a la oficina del jefe.
-¡Joder tío! ¡Qué te las rifado con ese espectáculo! Realmente jamás imaginé que pudieras ser así de caliente.-
-Ni lo intentes TaeMin, ya tengo a alguien, al parecer.-
-¿Qué? Yah, que no se te suban los humos, sólo te estaba halagando como buen compañero que soy, yo ya tengo a mi propio moreno candente, así que no tengo nada que envidiarte. Pero dime, ¿cómo es eso de que crees que tienes a alguien? O lo tienes o no.-
-Lo acabo de confirmar, game over para mí.-
-¡Joder! ¿¡No me digas que-!?-
-Sí, ese enano aburrido, común y corriente, me tiene loco. ¡Joder! ¡A mí! ¡Se suponía que debía de ser al revés!-
-Hey, hey, ya, no te alteres por algo así, lo único que importa es que te corresponda, de lo contrario si estás jodido.-
-Sí, lo hace, o eso es lo que he interpretado yo, sólo espero no estar equivocado, aunque sus reacciones por primera vez fueron más que legibles, sólo espero y no esté jugando conmigo, me estoy jugando por él, joder…-
-Sep, definitivamente, game over para Kai.-
-Debo irme lo siento, de lo contrario, seré descuartizado por mujeres histéricas y eufóricas. Te encargo a XiuMin ssi.-
-Sí tío, te la has rifado hoy, así que yo en tu lugar ya me estaría yendo tapado hasta la cara, y no te preocupes por XiuMin ssi, él también ha desaparecido, así que debo buscarle.-
-Sí, gracias, gracias por el consejo también, nos vemos.-
-Chao.-
Finalizó la conversación el castaño pelirrojo, con una dulce sonrisa. JongIn, ahora. Se colocó una gorra, en conjunto con un barbijo negro y a su vez se colocó la capucha de su gran campera y salió, por la parte de atrás como era costumbre.
El murmullo se escuchaba del otro lado, por las puertas del frente, por lo que asustándose un poco, decidió salir de allí, lo más natural posible, pero era imposible levantar sospechas, con todos aquellos accesorios ocultando su identidad, y su extraño caminar, debido a la semi erección que aún mantenía.
Jamás había temido tanto por su vida, como en aquel momento. Por lo que aceleró el paso, como pudo, pues realmente era molesto caminar en esas condiciones.
Luego de que se alejó unas cuantas cuadras a salvo, pudo relajar su paso pero aquello no le duró mucho, cuando vio a KyungSoo, apoyado en aquella pared de callejón, misma dónde había sido asaltado aquella vez.
Sus miradas se cruzaron, o al menos lo que se podía ver de ella, debido a que JongIn estaba más que cubierto, pero la reacción del mayor, le hizo saber al moreno que lo había reconocido.
-¿Kai?-
El mencionado, bajó la mirada y sin decir palabra alguna aceleró su paso una vez más.
-¡Yah! No me ignores, espera, joder.-
El mayor lo interceptó, poniéndosele adelante.
-Mira, lo siento, ¿Si?, si quieres golpearme o algo, hazlo, pero otro día, ahora temo por mi vida, así que me encantaría llegar a mi casa lo más antes posible, con permiso.-
Habló el más alto apresurado, para luego evitarlo y pasarlo por al lado.
-¡Yah!- Le tomó del hombro y lo giró abruptamente para que le mirara a los ojos. –necesitamos hablar, y no va a poder ser mañana, tiene que ser ahora sí, o sí.- La mirada decidida del mayor, hizo que JongIn blanqueara los ojos, pero toda ganas renegar, se le fue cuando sintió una suaves voces.
-¿A poco ha estado increíble Kai oppa? Incluso hasta creo mojé mis bragas, que suerte tuvo esa mujer de adelante, ¡y qué envidia con ese chico! ¿¡Viste como le miraba!? ¿¡Y cómo le besó!? No pude desquitarme, estaba muy al fondo.-
Kai sintió la sangre helarse, por lo que de repente tomó a KyungSoo del pecho de su sobretodo y se lo acercó a milímetros.
-Vamos, sígueme.-
El moreno le tomó de la mano al mayor y comenzó a arrastrarlo camino a su casa.
-Espera, ¿Qué, qué te sucede de repente? Suéltame, puedo caminar solo-
-Sshh, no eleves la voz, ¿querías hablar? Pues bien, concedido, sólo cállate y sígueme en silencio.-
El mayor notaba la irritación y tensión en la voz del moreno, por lo que decidió por la buenas obedecer y seguir al más alto en silencio como le había pedido, además, de que estaba caminando sobre nubes, al sentir la asombrosa calidez que emanaba la mano del menor, cuando las de él, estaban prácticamente heladas.
Una vez que vio que se acercaban a un pequeño complejo de apartamentos, KyungSoo comenzó a sentirse nervioso.
-Espera… ¿Me estás llevando a tu-?-
-Sí, ¿dónde más podría ir con estas pintas, a estas horas?-
-Sí, tienes razón, lo siento.-
-Cómo sea, ya llegamos, y creo que estamos a salvo, así que ya puedes hablar.-
-Prefiero, que estemos dentro, para asegurarme de que realmente estás a salvo…-
Aquellas últimas palabras, fueron dichas con algo preocupación y angustia, lo cual llamó la atención del menor, pero de todas formas decidió obedecer, y sin decir nada, entraron al complejo, fueron a su departamento, y cuando cerró la puerta luego de hacer pasar primero a KyungSoo, suspiró cansino, y como solía hacer siempre, puso el pestillo y se recostó en la puerta.
Comenzando a quitarse la máscara del rostro, y ambas gorras.
-Joder que eso ha estado cerca.-
-Sí… ¿estás bien?-
-Eso creo.-
-Genial.-
JongIn se extrañó ante la repentina brevedad con la que hablaba el mayor y comenzó a sentirse extraño.
-Quítate el abrigo, no tengo mucho que ofrecerte, pero tengo té caliente si quieres.-
-Sí, cualquier cosa esta bien.-
Comentó el mayor aún dándole la espalda al moreno, quien cada vez se sentía más y más confuso, ante esa nueva actitud del mayor.
-Yah, ¿qué te sucede ahora? ¿Estar en mi casa te pone nervioso? Quítate el abrigo he dicho.-
-No, estoy bien, de todas formas ya me iré. ¿Sabes? Mejor lo dejamos para otro día, tienes razón, ha sido estúpido de mi parte insistirte tanto, y ponerte en peligro con mi escándalo…-
-¡Yah! ¡Mírame al menos cuando me hablas! ¿¡Qué coño te sucede!? ¡Mírame!-
El menor terminó de perder los estribos ante aquella actitud demás extraña e irritante del mayor, y tomándolo de los hombros le giró y al tomarlo por sorpresa el mayor le miró y vio que este tenía un pequeño corte, debajo del ojo, y marcas de arañazos en lo que parecía ser el cuello, ¡Eso definitivamente no se lo había hecho él!
-¡JODER! ¿¡No me digas qué-!?-
El moreno no pudo terminar sus palabras, porque mientras hablaba, le abrió aquel abrigo de golpe, y se encontró con las prendas debajo, hecha jirones.
-¡JODER! ¡MALDITAS PERRAS LOCAS, PSICOPATAS! ¿¡Cómo demonios-!?-
El menor realmente no podía creer lo que estaba viendo, realmente esas mujeres eran capaces de matar a alguien en ese estado de euforia.
-¿¡Cuándo sucedió esto!? ¡JODER!-
El mayor simplemente atinó a volver a cerrarse el abrigo y desvió la mirada.
-Oh no, Do KyungSoo, tú eras quien quería hablar, ahora ¡hazlo!-
El moreno una vez más habló irritado provocando que el mayor le volviese a mirar sorprendido y bajara la mirada.
-Lo siento, ya no encuentro el valor para hacerlo.-
-Joder, ¿sabes qué? Haremos esto, te prestaré algo de mi ropa, pues no puedes estar con esos harapos, te ducharás con agua caliente para aplacar cualquier clase de dolor que estés sintiendo y mientras te duchas, yo haré el té, y cuando te sientas más calmado, hablaremos, que la verdad es que te debo una explicación también.-
KyungSoo, miró más que sorprendido al moreno, no pudiendo creer lo que oía.
-¿Quién eres? El JongIn que conozco-
-“No es así, y jamás ofrecería hacer té y mucho menos pedirme que me relaje…” Si ya me lo han dicho, pero déjame decirte, soy el nuevo JongIn, el verdadero, el que tú creaste.-
-¿Qué?-
El más alto, volvió a blanquear los ojos y suspiró.
-Olvídalo, sólo hazme caso y ve a ducharte, ¡vamos, vamos! Ya te iré a buscar un cambio de ropa.-
-Pero tú todavía-.-
-Lo sé, no te preocupes, a pesar de todo estoy en mejores condiciones que tú, así que ve, vamos, hazme caso.-
Volvió a proferir el menor, mientras empujaba suavemente al ajeno por la espalda camino al baño.
-Gracias.-
Susurró el mayor, provocando que el más alto sonriera en silencio. Y una vez que le dejó en el baño, se dirigió a su habitación y buscó algo de ropa que ya no solía usar, pero que estuviera en condiciones, y se lo llevó al baño junto a un bóxer que por suerte aún no había estrenado.
Golpeó la puerta y un débil adelante, se oyó del otro lado.
-Estás de suerte, conseguí un bóxer sin usar, no sé si sea de tu estilo y talla, pero es lo único que tengo.-
-No te preocupes, ya con esto que estás haciendo es más que suficiente.-
Habló el mayor, mientras se estaba jabonando un lado de su cuerpo, justo del que se encontraba JongIn, por lo que éste en un rápido vistazo, notó que en su costillas había una pequeña mancha rojiza violácea.
-¡Joder! ¿¡Qué te pasó ahí!? ¿¡Acaso esas perra locas, te agarraron con un bate de basebol o qué!?-
El menor dejó todo tirado en el suelo y se acercó al mayor sin pensarlo 2 veces.
-¿¡Qué!? ¡No! Tampoco es para tanto…-
-KyungSoo… ¿Qué te sucedió?-
La voz repentinamente autoritaria y enojada del menor, hicieron sentir extraño al mencionado, por lo que bajó la mirada y contestó casi sin voz…
-Un codazo.-
-¡SANTO CIELO! ¡POR DIOS! ¿¡Son mujeres, o unas perras locas salvajes!?-
-Ambas, pero tú las pones así, no es totalmente su culpa.-
-Vale sí, pero jamás creí que llegarían a tanto. ¡Dios! ¡Es sólo un estúpido baile!-
-Sí, tan estúpido, que me provocó una erección.-
Por un momento JongIn se quedó pasmado en silencio, pues si bien lo había notado, que él lo confirmara con tanta facilidad le había descolocado, para cuando el mayor se dio cuenta de aquella indiscreción se tornó totalmente rojo y desvió la mirada, a lo que JongIn dejó salir otro rato a Kai sin pensarlo prácticamente.
Por lo que éste, le tomó del mentón y le obligó a mirarlo mientras lo acercaba de sobremanera a su rostro y sonreía de lado con un brillo lúdico y divertido en su mirada.
-Ooh, ¿sí? Esa era la intención.- Habló con una voz un poco más profunda y sensual, a lo que KyungSoo una vez más tragó saliva y quiso bajar su mirada, pero éste no se lo permitió. –Y al parecer cumplí con mi objetivo.- Volvió a decir, para amagar con besarlo y luego soltarlo de golpe, tal como aquella primera vez en el estudio, en que sus rostros estuvieron tan cerca el uno del otro.
El más bajo quedó en blanco, y debía admitir que también algo decepcionado de no tener otro beso tan ardiente como el que le dio hace un rato atrás, del cual aún no se le habían borrado las sensaciones por completo, sus labios aún hormigueabas y experimentaban aquella deliciosa sensación de tener aquellos voluptuosos labios sobre los suyos.
El moreno se puso de pie, y le miró aún con esa mirada vidriosa, una mezcla entre juguetona y lujuriosa.
-Termina de bañarte, y ya luego trataremos esos golpes, o al menos lo intentaré.-
KyungSoo no dijo absolutamente nada, y Kai, aún sonriendo, juntó las cosas del suelo con parsimonia ahora, y las dejó sobre el retrete, y otorgándole una última mirada, desapareció detrás de la puerta de vidrio esmerilado.
El pelinegro no pudo evitar acariciarse los labios, sentirse aún sonrojado, y tocar su miembro que aún no se había dormido del todo, y deseaba volver a despertar, con sólo recordar aquellas expresiones, con una sobredosis de sensualidad y lujuria.
No le extrañaba que aquellas mujeres se volvieran tan locas por “Kai”, pero realmente, creyó que sí habían pasado la raya de la locura, cuando las luces se apagaron y le comenzaron a decir cosas, como <<“¿quién se creía que era, para acaparar toda la atención de Kai oppa? o ¿Por qué Kai oppa te ha besado sólo a ti!? ¡No tienes derecho a hacerlo! ¡Kai oppa nos pertenece!”>> Cosas como esas y muchas más peores fueron las que le dijeron, mientras le comenzaban a sujetar del cabello tironeando y de la ropa.
No supo cómo pudo escapar de allí, pero lo logró; sin poder evitar pensar cómo reaccionaría YiXing ssi, al verlo en ese estado, cómo hubiera actuado él en su lugar, o si hubiese estado con él, sin dudas, aquello no habría salido tan mal. Pero no estaba, porque no le podía decir, que su mejor amigo, era un bailarín exótico. ¿Qué pensaría YiXing, de JongIn, si lo supiera? No se mostró muy sorprendido cuando lo conoció por primera vez en aquel extraño evento…
Pero una cosa era gente desconocida, otra muy distinta su mejor amigo ¿qué pasaría realmente? ¿Tendría la misma reacción?
KyungSoo, dejó de pensar en ello, pues aquello no era un asunto que le incumbiese, por lo que intentando vaciar su mente, pensó en el moreno, pero la verdad que fue contraproducente, pues, de inmediato se le vino a la mente como cachetada, aquella escena del beso, y la posición final, dónde el moreno se estaba tocando lujuriosamente frente a él, mirándole a los ojos.
-¡Dios! Lo que hubiera dado, por subir al escenario y besar todo su cuerpo adueñándome de él…-
Susurró para sí mismo mientras se colocaba las manos en el cabello y su miembro volvía a latir como si hubiese recobrado vida de la nada.
-Joder, mejor salgo de aquí, antes de que la cague. Tranquilízate KyungSoo, tu sólo has venido a hablar, y es lo que harás, dejaras ese asunto, para otro momento.-
De sólo pensarlo, se sentía gravemente decepcionado, pero era como tenía que ser, él desde un principio no pretendía nada, pero las cosas llegaron a este punto, el cual era uno sin retorno.
-Creo que me enamoré de ti, maldito…-
Se dijo así mismo una vez más, enjuagándose la poca espuma que le quedaba en el cuerpo para apresurarse y salir de allí, o de lo contrario sería aún más difícil mirarle a los ojos si seguía pensando en ello.
JongIn se había cambiado de ropa también, pero aún no había tenido tiempo de ducharse y quitarse el poco maquillaje que tenía, por lo que cuando el más bajo llegó al living-comedor, y miró al menor a través de aquella media pared horizontal que conectaba el espacio antes mencionado, con la cocina, no pudo evitar tragar saliva, esos ojos perfectamente delineados, le daban realmente un aspecto más que sexy. Eso no ayudaba para nada a la semi erección que el mayor volvía a tener.
-Y-ya estoy aquí…-
Susurró casi sin voz, pero al estar todo demasiado silencioso, JongIn quien estaba sacando las tazas de la alacena le oyó y le miró.
-Oh, genial, ya estás aquí, ahora sí pareces una persona decente y no un indigente.-
-¿Qué tienes en contra de los indigentes?-
-Nada, solo fue un comentario.-
Le miró de reojo debido a que estaba vertiendo el agua ahora, mientras sonreía levemente. Y con sólo esa mirada, que tal vez para el moreno era inocente y sin intención alguna, el maquillaje le hacía llegar el mensaje totalmente opuesto al más bajo, por lo que volvió a bajar la mirada y tragar saliva.
-¿E-en dónde de-dejo m-mi ropa?-
Habló más que nervioso. JongIn quien ya había terminado de hacer las infusiones tomó la bandeja la llevó al living-comedor, dejándola sobre la mesita ratona de madera y miró al mayor una vez más, quien en ningún momento le había dejado de seguir con la mirada, en busca de una respuesta.
-¿Es en serio? Tírala, ya no sirve, te prestaré algo de lo mío si quieres, aunque veo que te quedan un poco grandes.-
El mayor abrió sus ojos a más no poder ante la sorpresa que le causó oír aquellas palabras, estaba tan impresionado, que abrió y cerró su boca varias veces, para intentar objetar, o negarse, pero nada salió de ella.
-Ven siéntate, deja eso por ahí, ya luego me encargaré de ello, ahora es momento de que te tomes el té y te relajes, que bastante falta te hace.-
-¿No estás cansado, tú también? Digo, bailar a-así h-ha de agotar tus energías, y más a e-estas horas de la noche.-
-Es cierto, pero no te preocupes estoy acostumbrado, ahora el que necesita recuperarse un poco eres tú, bebe, no temas, no le he puesto nada, sólo es té de frutilla, espero te guste, es el único que tenía.-
Su voz sonó algo apenada, al decir aquellas últimas palabras, por lo que ante la amabilidad con la que fueron dichas las anteriores, él no pudo evitar despreocuparlo.
-No te preocupes, ya te dije que incluso agua hubiera estado bien, no te lamentes, la culpa es mía, por prácticamente seguirte a tu casa, lo cual ahora que lo digo suena algo espeluznante, lo siento, de seguro pensarás que soy un acosador más, o algo por el estilo.-
JongIn, no pudo evitar sonreír ante aquellas palabras, pues el rostro sonrojado del mayor, era demasiado lindo como para pasarlo por alto, y no burlarse de él.
-De hecho sí, es lo que pienso…-
Dijo sin ninguna clase de tapujos, KyungSoo, se puso ahora totalmente rojo, elevó la mirada asustado y se puso de pie.
-Y-yo lo siento, lo mejor será que me vaya, y dejemos esto para mañana, me disculpo por las molestias que he causado, iré a colocarme mis prendas nuevamente, no te preocupes. Lo siento.-
El mayor hizo una gran reverencia casi de 90°, sin poder evitar hacer un gesto de dolor, al recordar que tenía un gran codazo en sus costillas superiores.
JongIn realmente se quedó pasmado ante aquella reacción, jamás pensó que se lo tomara en serio, y por otro lado la sola idea de que el mayor se vaya, no le agradaba, no quería que se fuera… no aún. Por lo que se puso de pie inmediatamente y tomó al pelinegro de la muñeca, para evitar que hiciera cualquier otro movimiento.
-Hey, hey… sólo estaba bromeando, lo siento, no era mi intención que te lo tomaras tan a pecho, venga hombre, siéntate, no te estoy echando, además si de verdad lo hubiese creído, no hubiese sido yo el que terminara de arrastrarte hasta mi casa. Tranquilo, confío en ti.-
<< “Confío en ti”>> Aquellas palabras, hicieron que el corazón del mayor latiera de golpe, provocándole un leve dolor, pe-pero ese dolor… era bueno. El menor justo ahora le había dicho que confiaba en él.
-Yo-yo, sí. Lo siento… gracias.-
Volvió a sentarse aún más rojo de lo que ya estaba si se podía y en conjunto con un dolor realmente molesto entre sus piernas, pero lo único bueno de estar con esos pantalones de chándal holgados, era que le salvaba de que su erección se viera tan clara, como se vería de seguro, si estuviese usando su pantalón de vestir gris al cuerpo, aquel que llevaba puesto antes.
-Estás muy susceptible esta noche, ¿es debido a lo que te hicieron esas perras locas?-
-Qui-quizás, pero no quiero hablar de ello ahora, por favor.-
Volvió a proferir el mayor en un tono un poco lastimoso, mientras el moreno asentía y suspiraba.
-De acuerdo, está bien, lo siento.-
Se disculpó, mientras cerraba sus ojos por unos segundos, y luego beber de su té.
-¿Por qué lo hiciste?-
El menor se atragantó con la bebida, al oír aquella pregunta tan repentinamente, sabiendo a la perfección a lo que se refería, por lo que aún tosiendo y limpiándose con un pequeño paño blanco la boca, intentó contestar.
-Wow, tú sí que vas al directo al asunto.-
-Es lo que quiero saber puntualmente, no me interesa darle vueltas al asunto, debido a que no hay necesidad, ya que ambos sabemos lo que sucedió. ¿Por qué? Dime.-
El menor sabía que ese momento llegaría, y estaba dispuesto a ser sincero, pues realmente había sido un <<game over>>, para él, al darse cuenta de sus intenciones, y sentimientos, pero enfrentarse al momento tan de repente, y teniéndolo al pelinegro tan cerca y de frente, se había tornado algo complicado de afrontar. ¡No estaba arrepentido! No, eso jamás, es más, probablemente aquella maldita locura, fue lo único que hizo por decisión suya al 100%, en mucho tiempo.
-Pri-primero iré a buscar la crema anti inflamatoria para tus costillas. Enseguida vuelvo.-
Se puso de pie repentinamente habiendo ya terminado su té, y con la mirada del mayor siguiéndolo hasta que una pared se interpuso entre ellos, se apoyó en ella y suspiró unas cuantas veces, mientras trataba de mentalizarse de cómo debía de abordar el tema, si bien todo sería más fácil ir al asunto y ya, aún no podía aceptarlo del todo, el haber caído por alguien como… él.
Golpeó su cabeza suavemente contra la pared, y se dirigió al baño, en busca del botiquín dónde poseía la crema anti inflamatoria, y relajantes musculares, en caso de que los necesitara, aunque casi nunca era el caso, a veces realmente le salvaban la vida.
Antes de cruzar la pared una vez más, intentó poner su mejor cara y salir.
-Ya estoy aquí, traje algunos medicamentos extras, por las dudas, aunque no creo que lo necesites.- Habló con esa típica voz suave y dulce, mientras palmeaba suavemente el brazos del ajeno con el dorso de su mano pidiendo que le dejara un lugar, éste se movió luego de pensarlo unos segundos y le miró suspicaz. -Quítate la remera por favor- El mayor abrió sus ojos a más no poder.
-¿Qué? No. Puedo hacerlo solo.-
-¿De verdad?- Elevó una ceja curioso el menor mientras ya tenía el recipiente de la crema en gel en sus manos. –Te recuerdo que es cerca de tus costillas superiores, por lo cual creo que será algo incómoda de colocar, no te haré nada si es lo que piensas, yo debería estar alerta, no tu.- El más bajo, suspiró derrotado, bajando la mirada dándole la razón al menor, por lo que se quitó la prenda y no pudo evitar sisear, por el pequeño tirón que sintió en el lugar. – ¿Lo ves? No puedes ni quitarte la playera solo.- Volvió a proferir divertido el moreno.
-No es como si me hubiesen tirado al suelo y dado patadas por todo el cuerpo, es sólo un codazo. Estás exagerando-
-Unos cuantos diría yo. Y no, no estoy exagerando. Realmente sí parece que te hubiesen molido a patadas en el suelo.-
Le habló el más alto mirándolo a los ojos, volviendo a hacer reaccionar al mayor, debido a que ahora lo tenía mucho más cerca y esa mirada de depredador “involuntaria”, era mucho más erótica, sexy e intimidante de cerca.
-Bien comencemos.- Habló el moreno, al no obtener respuesta del mayor, por lo que éste sin decir palabra alguna giró medio torso hacia derecha que era dónde estaba sentado JongIn. Pero nuevamente un siseo escapó de su boca involuntariamente. -Ups… Creo que será mejor que vaya del otro lado.- Volvió a decir el menor, en lo que corría la taza de té del mayor más hacia el centro y acomodaba el botiquín allí, para luego pararse y dar la vuelta volviendo a sentarse nuevamente. KyungSoo, una vez más le siguió con la mirada y el menor ya algo nervioso ante esa mirada que no había dejado de seguirle en ningún momento sonrió levemente. –Ahora sí, mucho mejor, levanta el brazo por favor.- El mayor una vez más se mantuvo sin decir palabra alguna, y luego de intercambiar una mirada fugaz, obedeció en silencio.
JongIn colocó finalmente un poco de aquella crema en gel en sus manos y comenzó a colocarla suavemente.
-¡SSS!-
-¿Duele? Lo siento, seré más cuidadoso.-
-No, tus dedos me hacen cosquillas y eso está frío.-
Le dijo en tono serio y mirándolo de reojo, a lo que el menor no pudo evitar sonreír divertido ante aquellas palabras y seguir haciendo su trabajo.
El moreno no lo había notado antes, pero el mayor aparte de tener unas cuantas zonas más, levemente moreteadas, notó lo blanca y suave que era la piel del ajeno, por lo que tragó saliva, y antes de que se diera cuenta, aprovechaba la excusa de colocar más gel, para acariciar esa piel…
Concentrado en ello, la voz del mayor retumbó en su oído al ser nuevamente seria y levemente rasposa.
-No has contestado a mi pregunta, ¿Por qué?-
El moreno elevó la mirada de golpe y se encontró con la del mayor quien estaba mucho más cerca de lo que había notado. Aquel cruce de miradas realmente había sido intenso, y se sentía cómo una gran conexión entre ellos.
Kim JongIn, no pudo resistirlo más, y nuevamente besó aquellos labios, esta vez con más parsimonia, tomándolo por sorpresa al más bajo, por que abrió sus ojos a más no poder…