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Al Final (Pausado) por Princess Yaoi

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Notas del capitulo:

Parecia que no volveria, pero aqui estoy. Lamento la larga tardanza. Finalmente tengo una vacasiones de la Uniersidad y aprovechare el tiempo para recuperar el ritmo, por lo que esero actualizar el siguiente capitulo entre el martes y el jueves. 

La voz de Nara al otro lado de la línea se volvió desesperante, una frase tras otra lo alejo más de Sasuke, prohibiéndole ir detrás de él para concentrarse en lo que era importante: dinero, fraudes, socios y tratos que parecían ajenos a su mundo actual, pero solicitaban su atención urgente demandando llevarlo a la ruina si los ignoraba.

−“! Concéntrate, maldición ¡” _escucho repetir al muchacho por quinta vez en el altavoz, obligándolo a regresar la vista al monitor y dejar de preguntarse en que jodido momento volvería el azabache de comprar tabaco; si es que las dos horas que había tardado ya no eran suficientes para fumarse la cajetilla entera_ “¿notas algo extraño?”.

Estirándose en su asiento con cansancio, el rubio deslizo la vista por el largo listado de cifras  que abarrotaba la pantalla, una vez más. Un extenso y colorido conjunto de cantidades, que cerca del final se tornó menos uniforme, haciendo los ojos de Naruto abrirse con cierto asombro ante la luz tenue del viejo monitor de Kankuro.

Si bien el blondo no era un genio para las cuentas, conocía muy bien el flujo de dinero que manejaba su padre. Esas cifras enredadas y sumamente entretejidas que en esta ocasión Nara consiguió de primera mano, habían sido su pan de cada día hace algunos años, cuando tratar de desmantelar los fraudes de la empresa  lo consumió al punto de enemistarse completamente con Minato.

−Todo es extraño… _soltó tomando cierta suspicacia sobre la situación de Minato_  El no haría esta clase de desembolsos. ¿De cuándo es esto?

−“De ayer…” _dijo Shikamaru, dejando escuchar el sonido del motor de su auto de fondo_ “¿Entiendes lo que está pasando?”

−Alguien lo está jodiendo… _respondió el blondo divertido, dejándose caer sobre el respaldo_ y parece que lo está haciendo muy bien sin nuestra ayuda _rio echando la cabeza a un lado mientras se frotaba el cuello_ quizás deberíamos dejar que se encargue y tener un plan de contingencia, después de todo, parece que estamos en el mismo barco.

−“Te recuerdo que, ese alguien, nos lleva ventaja y está poniendo a Minato contra la pared, mientras te usa como señuelo _Una pausa denoto su molestia ante la falta de sentido común de su amigo_ Estamos hablando de un hacker sumamente hábil, con acceso a los fondos de la compañía y las cuentas de tu padre. No sabemos para quien trabaja o cuales sean sus intenciones, pero a este paso va a dejar  a Minato en quiebra antes de lo que tenía previsto, y todo lo que podemos hacer es encontrarlo antes que el bastardo de Minato te encuentre a ti y te liquide para salvar su fortuna; pero tu pareces conforme perdiendo el tiempo con Sasuke, mientras yo me dejo el trasero en ayudarte”.

Shikamaru no era especialmente duro al hablar con él. Siempre se había tornado comprensivo y llevadero. Por lo que su tono lo tomo por  sorpresa, lo hizo enderezarse en su asiento y pensar las cosas con cuidado.   

−Entiendo lo que tratas de decir _soltó el rubio  deslizando los dedos sobre el teclado_  no quiero dejarle mis mierdas a alguien más y huir, sé que estoy hasta el cuello en este asunto y no puedo salirme de él, pero sabes… estar aquí es agradable _su voz se tornó nostálgica_ Me gusta estar aquí, con Sasuke y sus rabietas, los Sabaku y nuestra habitación en el cuarto de huéspedes. Allá afuera todo es un desastre; no sé qué diablos estoy tratando de hacer. Todo sigue complicándose, hago cosas estúpidas y un sujeto que salió de la nada parece tener más control sobre esto del que yo logre en años. Diablos Shikamaru, ni siquiera sé si debería estar tratando de detener al viejo cuando yo mismo he hecho…

−“Lo sé” _interrumpió Nara con voz serena _ “sé lo que paso allá; el rumor se corrió rápido. Y entiendo que esto no es fácil para ti y que todo es una mierda. Después de todo, estamos intentando acabar con Minato para salvarte el pellejo, pero en el fondo, es más que eso _su vista se concentró por unos momentos en el volante. Una pausa que hizo sonar sus siguientes palabras como una confesión difícil _ hace unos años, si me hubieras preguntado que quería hacer con mi vida, te habría dicho que heredar el puesto de mi padre y casarme estaba bien. Los negocios de mi familia; esas mierdas corruptas de las que nadie habla y una vida cómoda, estaban bien, realmente no me importaba quien estuviera debajo. Pero tú apareciste… con esa sonrisa estúpida y los puños alzados; alegando justicia como si tu optimismo fuera más que suficiente para cambiar al mundo, y me hiciste darme cuenta de lo absurda que era la vida allí, me hiciste querer más…  mierda, Naruto, robe datos bancarios, manipule información confidencial e hice tratos con un maldito traficante. Esto ya no es una cuestión de favores. Se tras de tu vida, la mía, y la cientos de personas arruinadas por culpa de bastardos como tu padre y el mío. Quiero cambiar eso; ya no puedo simplemente hacer la vista a un lado. Necesito hacer algo, pero para seguir adelante necesito saber qué es lo que tú quieres”.

Shikamaru no era un libro abierto. A simple vista, podía interpretarse como un perezoso lo suficientemente acomodado como para ver pasar la vida sin mover un dedo. Así lo pareció, aunque Naruto siempre quiso pensar que había algo de genio incomprendido en todo eso.

Escucharlo pronunciar tales palabras, tan impropias de él y su personalidad esquiva, fue satisfactorio, sorpresivo, algo intrigante y nuevo, pero alentador. Quería darle un abrazo y un puño a ese dormilón amante de los libros, y sonreírle agradecido por haberle permitido escuchar sus sentimientos; sus verdaderas intenciones. Nara ahora estaba a bordo del mismo tren, cierto ímpetu surgió de eso, haciéndolo tomar fuerza para enfrentar los dilemas que le habían estado atormentando desde aquella noche del intercambio, y levantar la frente, decidido.

− ¡Quiero detener a ese bastardo y acabar con todo esto de una vez, tebbayo! _exclamo el rubio golpeando la mesa, con la vista puesta sobre el teléfono_

Shikamaru apretó los dientes; agradeció que el ánimo de Naruto hubiera regresado y se entonces se sintió extrañamente expuesto.  Él no era de ir por allí contando sus nuevos ideales o botando sus escusas.

−“¡Entonces concéntrate, maldición! _soltó algo afectado por la apertura_ Necesitamos encontrar la forma de ponerte delante de quien sea que este manipulando las cosas allá. Si Minato cae y tú no figuras como el nuevo dueño legal, esto se va a convertir en una batalla de lobos por el título de la compañía”.

− Podemos llegar a un acuerdo…

−“¿Estas sugiriéndome que vallamos y entablemos una pacífica charla con el bastardo que te arrojo a los perros para encubrirse?”

−Estoy diciendo, que nuestros intereses podrían no ser tan distintos.

−“Lo son, si para hacer su jugada no dudo en lograr que casi te maten”

El silencio se extendió dejando a Shikamaru concentrarse en el tráfico por unos minutos, un largo silencio que lo hizo imaginar a Naruto del otro lado del teléfono, cruzado de brazos y con esa expresión adolorida que ponía cuando se concentraba.

−“No digo que sea una completa estupidez, solo que tu sentido del peligro a veces me preocupa _soltó Nara relajando los hombros, luego de darse un respiro_ No descarto que debamos confrontarlo, pero tratar de alinear intereses es… “

− No quiero que lleguemos a ser amigos, solo que nos beneficiemos mutuamente. Ni siquiera tenemos que tener el mismo objetivo, tebbayo.

Eso hizo a Nara sonreír de medio lado, era gracioso como ese rubio justiciero podía hacer sonar de manera tan blanda el querer usar a alguien y luego botarlo.  

−De acuerdo… _soltó dejando a Naruto sonreír satisfecho_ me mantendré abierto a la opción del dialogo, pero si resulta ser el bastardo que creo que es, se unirá a la lista negra…

− ¡Esta hecho! Ahora lo primero es encontrarlo _se estiro en el asiento, decidido a examinar las otras docenas de listados de cifras que aguardaban por el en el monitor_

−Es un experto cubriendo sus huellas. Ni siquiera la gente de tu padre ha podido detectarlo y eso es un punto a su favor, pero nos pone en una poción difícil. Quizás deberíamos hacer que el venga a nosotros, es decir, no subestimo tus habilidades, pero tratar de hallarlo es una hazaña. Estamos hablando de un sujeto que burlo el mejor sistema de seguridad de…

La voz de Shikamaru narrando de fondo las aventuras cibernéticas de su hacker misterioso, se perdió tras el sonido melodioso de un mensaje en la bandeja de entrada, asomándose por la barra del escritorio de manera llamativa. Donde tras un clic sobre el extraño enlace, una galería con exquisitas fotografías de Sasuke se desplego dejándolo boquiabierto y a su amigo limitado a escuchar un “aja” o un “si” de vez en cuando, para hacerle saber que seguía allí.     

El sonido de las teclas golpeteando impacientes, cubrió el discurso de Nara. Cautivando su mente con un conjunto de fotos obscenas que se tambaleaban por la delgada línea entre la pornografía y arte. Un placer culposo, cortesía de la casa de subastas, como adelanto por la compra del Uchiha, que apenas lo dejo parpadear mientras sentía su estómago revolotear por cada imagen de esa tentadora galería que sin duda tendría acaparada la pantalla de su móvil por meses.

Se sintió travieso, como esa primera vez que vio una película porno a escondida en el armario o como cuando encontró esa vieja revista para adultos, que aun guardaba en el cajón, tirada entre las cosas de Ero-Senin; aunque de una forma un tanto más divertida. Después de todo, ese delicioso muchacho de ojos negros que jugaba con una posición sensual sobre un sofá de burdel, no era un actor porno o una fantasía  en 2D, sino un diablillo de carne y hueso que esa misma mañana había estado arrodillado entre sus piernas haciéndole una mamada.  

Se relamió los labios, recorriendo esas suaves curvas que en ocasiones quedaban descubiertas más allá de lo permitido, cosquilleando en su entrepierna, que punzaba incitada por esa sonrisa maliciosa, que el azabache dirigía a la lente con frecuencia. Le fascinaba la crudeza de esos ojos fríos, capaz de plantarse de forma altanera y darle una sonrisa cínica a la cámara, mientras se mostraba semidesnudo ante el fotógrafo.  

Era curioso como un la iluminación correcta y un ligero abrigo de plumas negro estratégicamente colocado sobre sus partes íntimas, podía hacerlo lucir tan jodidamente sensual.  

Se sintió tentado a colgar el teléfono, olvidarse de las cifras y deslizar la mano dentro de sus pantalones. Pero un detalle obvio no le permitió llegar más allá de la intención. Y es que ese pelinegro de las fotografías, no era el Sasuke que conocía. No era el orgulloso, autosuficiente, algo violento y taciturno azabache que esa mañana había le había dado la espalda fríamente para mantener su acuerdo y su dignidad muy en alto. No, ese era un Sasuke desinhibido bajo el efecto de algún narcótico, que quizás ni siquiera era consiente de haber  realizado una sesión fotográfica y dejado sus fotos en manos de un comerciante, que sin más se las hizo llegar; junto con una diplomática y elegante tarjeta de invitación a un evento social, para clientes prestigiosos; cuyo espectáculo avivaría la noche antes de entregarse al azabache en una bandeja.  

Con cierto pesar, mezclado con una la extraña sensación de querer retroceder el tiempo y partirle la cara al maldito que tomo las fotos, repaso la galería concentrándose en el rostro del Uchiha. Se preguntó cómo acabo en ese lugar, que clase de escoria pudo haberse aprovechado de él allá afuera y cómo diablos iba el a sobreponerse a eso.

Era consciente de la clase de cosas por las que ese chico había pasado, pero caer cuenta de ello de una forma tan cruda, era duro. Lo hizo saborear una rabia frustrante, que iba de culpa, incertidumbre y una fuerte necesidad de pulverizar a todo aquel que alguna vez hubiera puesto una mano sobre Sasuke.

Era doloroso como esa realidad, pasaba de apercibida. Como mientras el dormía en una cama lujosa y asistía a una universidad prestigiosa, Sasuke había estado durmiendo en las calles y vendiéndose día con día para poder comer.

Pensar en eso lo hizo sentir un escalofrió recorriéndole la columna. La culpa lo invadió y lo hizo sentir  desbaratado. Necesitaba proteger a Sasuke, fueron sus inocentes intenciones, mientras respondía a aquel correo confirmando su asistencia.

−La recepción es a las 10:00 pm, en el hotel Akatsuki, el sábado _dijo parando el monologo de Nara, quien para ese entonces ya se encontraba planeando como negociar con su hacker misterioso_   

El muchacho soltó un suspiro, captando con suspicacia el origen del evento en cuestión. Había quedado a la espera de esa invitación luego de arreglar los por menores del pago, y que Naruto la tuviera finalmente en su poder implicaba hablar de un tema que habría preferido evitar.   

−Debo conseguir un auto _continuo el rubio, hablando más para sí mismo que para Nara_ va a tomarme un par de horas llegar, así que debería comprar un traje y dejarlo en la tintorería para recogerlo el viernes…

−Escucha…  _lo paro Shikamaru en seco_ quise hablarte antes de esto, pero las circunstancias no me lo permitieron _una breve pausa de tensión, delato lo mal que iría el tema_  lo más probable es que tengas que follarte a Sasuke en esa fiesta _dijo finalmente de la forma más neutral y plausible que pudo_ 

Notas finales:

Parece que la noticia no llego en el mejor momento para Naruto; conciderando su acuerdo y actuales circunstacias con el pelinegro. ?Como lo resolveran sin poner su relacion ejuego? y ¿que otros incovenientes que el rubio no habia considerado implica la subasta? 

Gracias por acompañarme. Recuerden que sus comentarios son muy importantes y lo agradesco mucho. Ustedes le dan vida a esta historia. 

Hasta la proxima!!


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