You got me sippin’ on something
I can’t compare to nothing
I bet for known I’m hoping
That after this fever I’ll survive
I know I’m acting a bit crazy
Strung out, a Little bit hazy
Hand over heart, I’m praying
That I’m going to make it out alive.
Los días se convirtieron en semanas trascurridas y Sasuke sencillamente había desaparecido de nuestras vidas, ya no sabíamos más de él, y aunque nadie me comentaba nada, yo me sentía responsable de eso, y cada día que pasaba me sentía peor al ver a Itachi decaído por no saber nada de su hermano menor.
- Dei. – llamé a mi hermano en alguna ocasión en la que él e Itachi se separaron por un rato.
- Dime.
- ¿Cómo está Itachi con todo el tema de Sasuke? – pregunté sin rodeos
- Mal, supongo – comenzó mientras se giraba para mirarme. -. No quiere hablar de eso, nunca, no me quiere comentar nada de lo que piensa o siente cuando de su hermano se trata.
- Lo siento, jamás creí que fuera a suceder algo así. – admití con la cabeza gacha.
- No es tu culpa, son cosas que pasan, y él decidirá cuándo hablará con Itachi. – al terminar ese comentario se volvió a lo suyo.
- ¿Crees que sea pronto?
- No, no lo creo, honestamente. – cerró el tema con aquellas palabras frías.
Salí de la casa sin tener claro qué debía hacer, aunque sabía que debía haber algún modo de que todo eso parase, no estaba seguro de saber cuál sería el mejor camino a seguir. Pronto me encontré deambulando por el mismo parque al cuál hacía un tiempo que no iba. Me senté en el mismo columpio de siempre y me balanceé un poco mientras meditaba mis opciones.
No quería ir a verlo; pero tampoco soportaba el no saber nada de él, y cada día que pasaba que Itachi no sabía nada de él, me partía el alma, ver a alguien que me hizo tan feliz, tan triste, me destrozaba, no podía seguir así, no quería que él siguiera así. Sin tantas opciones, como creí al principio, me levanté del juego y caminé rumbo a casa de Sasuke, esa casa a la cual no me era placentero entrar; pero por Itachi, hasta lo haría solo de ser necesario.
Llamé a la puerta y nadie atendía, pronto asumí que Sasuke quizá estaba fuera, a lo mejor comiendo en algún lugar cercano, o quizá había salido de viaje y por eso no sabíamos de él. Y antes de que mi mente comenzara a divagar en rumbos más oscuros que los de “un viaje”, abrieron la puerta.
- ¿Qué haces aquí? – cuestionó Sasuke tan pronto me vio, con voz fuerte.
- Vengo a hablar contigo.
- Vete. – atajó apenas mientras cerraba la puerta.
- No, no me interesa si no quieres hablar tú, me vas a escuchar al menos. – dije lleno de seguridad mientras frenaba la puerta con la mano.
The bed’s getting cold and you’re not here
The future that we hold is so unclear
But I’m not alive until you call
And I’ll beat the odds against it all
Save your advice because I won’t hear
You might be right, but I don’t care
There’s a million reasons
Why I should give you up
But the heart wants what it wants.
Sasuke me miró desganado, abrió la puerta nuevamente y salió, estaba más que claro que ya no sería bienvenido, y no sólo a su casa.
- ¿Por qué castigas a tu hermano por mí? – pregunté apenas lo vi fuera de su casa.
- ¿Castigarlo? No sé a qué te refieras. – la frialdad de su mirada y la indiferencia en su voz me hizo revivir muchos días pasados a su lado.
- ¿Lo ves? Sigues siendo el mismo Sasuke de siempre, sólo que cambias cuando quieres algo, Sasuke, tu hermano no tiene la culpa de que yo te haya dicho lo que dije. Lo estás matando, es tu hermano mayor, y como tal, se preocupa por ti, porque te quiere, y ahora que no te ve y no le hablas ha estado muy deprimido.
- Eso pasa cuando vive en la misma casa que la persona a la que no quiero ver. – comentó cruelmente.
- ¿Sabes algo? ¿Quieres que te lo explique todo? No me siento seguro de regresar a tu lado por estas actitudes, que fueron las mismas que me llevaron a dejarte, sigues siendo igual, sigues actuando de la misma manera; pero claro, como ya no estábamos juntos, tenías que fingir que eras diferente y asegurar mi regreso. Sasuke, te conozco, y he visto estas actitudes en ti desde siempre, y antes creía que podía cambiarte, ahora ya no lo creo. El único que puede cambiarte, eres tú, y no tienes la intención de hacerlo, ¿no le hablas a Itachi porque vivo allí? No te preocupes, hoy me recordaste porqué me fui, que hace mucho lo había olvidado.
Apenas terminé con ese monólogo, me giré hacia otra dirección que no fuera la suya, y comencé a caminar hacia allá. Llevaba un par de calles apenas cuando sentí un agarre en el brazo, suficientemente fuerte para detenerme, y no tanto como para lastimarme. Sin girarme me detuve en seco esperando que hablara, sabía perfectamente que era Sasuke, y aun así no hablé nada. Al ver que él estaba callado totalmente, zafé su agarre y seguí mi camino, esta vez sin interrupciones.
No quería volver a casa aún, no sabía cómo decirle a Dei que quizá había empeorado las cosas, tratando de solucionarlas. Seguí caminando sin parar y sin fijarme mucho en el resto de mundo.
Unas horas después ya estaba cansado y tenía demasiada hambre, y apenas vi una cafetería cercana, entré sin dudarlo. Antes de que pudiera ordenar algo sonó mi celular, y era un desconocido, normalmente no atendía; pero ahora me sentía extraño, así que contesté.
- Sí, diga.
- Hola, primo. – contestó del otro lado una chica, de inmediato llegó a mi mente el recuerdo de una prima que no veía hacía un par de años, Ino Yamanaka.
- Hola, Ino, ¿cómo estás?
- Muy bien, ¿y tú? Oye, ya que la boda es en menos de un mes había hablado con Dei y me quedaré con ustedes mientras tanto, ¿no te parece genial? – Ino siempre fue muy entusiasta en todo, al menos con la familia, porque me parecía recordar que no tenía muchos amigos.
- Sí, genial, ¿dónde estás ahora? – pregunté casi por inercia.
- Estoy llegando apenas a la ciudad, ¿estás ocupado? – preguntó de inmediato.
- No, para nada, iba a comer, pide un taxi y te envío la dirección en un segundo, comamos. – la invité con facilidad, quería verla, honestamente ya no quería estar solo.
- Seguro, no me tardo, ¿me puedes pedir, por favor, un café helado? – dijo justo antes de colgar.
You got me scattered in pieces
Shining like stars and screaming
Lightning me up like venus
But then you disappear and make me wait
And every second’s like torture
Hell over trip, no more so
Finding your way to let go
Baby, baby no, I can’t escape.
Ella fue quién me enseñó a comer en cafeterías años atrás, y quedé tan encantado de ellas, que ahora ya me es extraño ir a otro tipo de lugares. Le envié la dirección y en cuestión de veinte minutos ya estaba ella llegando con sus maletas incluidas.
- Hola. – saludé apenas mientras la ayudaba con sus maletas de regreso a la mesa.
- Hola, Naru, ¿qué tal todo? – respondió abrazándome.
- Bien, gracias.
- ¿Qué tal todo con Sasu? – preguntó sonriente.
- Yo… ¿nadie te lo dijo? – pregunté sorprendido.
- ¿Decirme qué?
- Bueno, rompimos hace unos años, y ahora a duras penas hablamos.
- Oh, lo lamento, supongo que hacía demasiado que no hablábamos.
- No te apures, lo único raro es no hablar con él, bueno, sabrás más tarde, por ahora habla tú conmigo. – la invité con una sonrisa.
- Yo ya tengo pareja – comenzó muy feliz. -, aunque he tenido problemas por ello; pero todo saldrá bien.
- Platícame más, ¿quién es?
- Su nombre es Hinata, ella también vendrá a la boda; pero llegará después. – aseguró.
- Vaya, me parece excelente.
- Sólo a ti, al parecer, nuestros padres no están nada contentos.
- ¿Nunca te conté como fue para mí? – le dije sonriendo sin verla.
- No, jamás.
Ordenamos algo para comer, unos cafés más, avisé pronto a mi hermano que Ino había llegado para preparar su habitación mientras me preparaba para recordad esos momentos tan difíciles.
- Todo comenzó cuando me di cuenta de que sentía algo por un chico, Sasuke, como sabes, y sabía que no era “normal”, no era como el resto. Decidí ignorarlo por completo, pensaba que a lo mejor se me pasaría; pero pronto me encontré perdidamente enamorado de él, no hacía más que pensar en él, imaginarlo conmigo, y un día él confesó que sentía exactamente eso por mí. En ese momento me di cuenta que eso sería más difícil de lo que creía, y llegué a casa para hablar con mis padres, y al inicio fue realmente duro.
- ¿Qué tan duro? – preguntó curiosa.
- Mamá me dijo que me faltaba amor, que sólo era un niño falto de cariño y no sabía que más hacer, que buscaba quién me diera lo que me faltaba, mientras papá me dijo que le daba asco que yo fuera su hijo. Hubo una gran pelea llena de gritos e insultos, claro, todos para mí. Yo estaba sorprendido, creía que podrían entenderme; pero al ver su reacción de inmediato me puse a la defensiva y por varios meses negué ser quién soy.
La comida llegó e inmediatamente guardé silencio, la mesera dejó los platillos frente a nosotros y me miró fijamente, me sonrió y luego se alejó nerviosa.
- Al cabo de unos meses Deidara, que ya no vivía en casa, fue de visita y charló conmigo. Él se había salido de casa por el mismo problema, yo no sabía que Dei era gay hasta ese momento, y fue él quien me apoyó y me animó a salir con Sasuke. Pasados dos años de relación con él, fue cuando decidimos mudarnos juntos, ya que en casa nos trataban mal a ambos y no me dejaban salir mucho, creían que así evitarían que él y yo siguiéramos juntos. Entramos a la universidad y salimos de la ciudad, llegamos aquí y el resto ya es otra historia.
- ¿Su familia qué decía? – preguntó seria.
- Tampoco estaba de acuerdo, le insinuaron que era una etapa y luego se le pasaría, que era desagradable y no querían saber nada de ambos, ya que no era normal, ni bueno. Fueron menos duros, en cierto modo.
- No sabía nada de eso. – susurró.
- Así que sí, todo saldrá bien. Sólo tienen que tomar una serie de decisiones que les permitan sobrevivir lo peor.
Luego de eso ya no hablamos, terminamos la comida y fuimos juntos a casa de Deidara. Dejé sus cosas en la habitación que le tenían preparada para tomar mis cosas rápidamente y poder ir a mis clases.
The bed’s getting cold and you’re not here
The future that we hold is so unclear
But I’m not alive until you call
And I’ll beat the odds against it all
Save your advice because I won’t hear
You might be right, but I don’t care
There’s a million reasons
Why I should give you up
But the heart wants what it wants.
Las clases me pasaron lentamente, no dejaba de recordar todo aquello que hablé con Ino, había pasado por mucho, fueron muchas peleas y discusiones para que al final todo terminara tan mal. No podía hacer nada ya; pero igual sabía mal, era extraño recordar tantas cosas dolorosas, y así, de repente, me llegó un pensamiento a la mente, ¿Deidara habría invitado a nuestros padres a su boda?
Con esa duda en la cabeza perdí las horas de clase que me restaban, y apenas terminó mi horario regresé a casa lo más rápido que pude.
- Volví. – avisé apenas cruzaba el umbral de la puerta.
- Naruto. – me gritó Deidara con la finalidad de que fuera hacia él.
- Dime. – dije ya estando detrás suyo.
- Gracias.
- ¿Por qué? – pregunté sin entender.
- Sasuke vino, habló con Itachi. – explicó alegre.
No respondí, sólo me di la media vuelta y comencé mi paso seguro con la total certeza de alejarme para no saber más de ese tema.
- ¿Qué le dijiste? – preguntó antes de que me alejara lo suficiente.
- Nada, necesito dormir, Dei.
- Lo lamento, es sólo que Ita está muy feliz en estos momentos, y eso me hace feliz a mí.
- Lo sé – hablé cuando la duda de la tarde regresó a mi mente. - , oye.
- ¿Sí, Naruto? – giró para verme a los ojos.
- ¿Invitaste a nuestros padres a tu boda? - pregunté sin más.
- No, no están invitados, se los notifiqué; pero no los quiero ahí. – respondió girándose nuevamente, el rostro le había cambiado por uno mucho más serio.
- Vale, lo siento, Dei.
Me di la vuelta y me alejé, entré a mi habitación, me encerré y pronto me quedé profundamente dormido. Al día siguiente desperté bastante tarde, y pronto opté por no asistir a clases, por lo que permanecí acostado hasta que Ino entró en mi habitación.
- Naru. – me llamó.
- Dime, Ino. – respondí apenas mirándola.
- Sasuke está al teléfono, quiere hablar contigo.
Algo en mi interior se estremeció al escuchar aquello, aunque no sabía bien si era emoción o algo diferente; pero así de rápido como llegó la sensación se fue.
- No quiero hablar con él. – respondí con seriedad.
- ¿Seguro? Apenas ayer decías que era raro no hacerlo.
- Lo es; pero él es quien ha decidido dejar de hacerlo, así que no porque hoy le apeteció llamar le voy a contestar.
Ino simplemente se dio la vuelta y salió de mi habitación, era raro, claro; pero no podía seguir haciendo lo que él esperaba todo el tiempo, y menos luego de nuestra extraña charla.