Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Right from the start. por DanTamMu13

[Reviews - 67]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Buenas a todos, ya les dejo la actualización, y espero, en un rato, dejarles, por lo menos, un capi más.

Les dejo con el capi.

Que se arruinen los canales de noticias

Con lo mucho que odio la televisión

Que se vuelvan anticuadas las sonrisas

Y se extingan todas las puestas de sol

Que se supriman las doctrinas y deberes

Que se terminen las películas de acción

Que se destruyan en el mundo los placeres

Y que se escriba hoy una última canción.

 

Aquellos tres días pasaron como agua entre los dedos. Había hablado con los chicos e Ino de esta situación, por lo que Ino se quedaría en el apartamento los días restantes, y todos fingirían con nosotros que esta relación seguía tan bien como antes había estado.

Ya me había instalado, relativamente, en casa de Sasuke, y veíamos televisión mientras esperábamos la llegada de sus padres.

 

-        ¿Cómo debería llamarte? – pregunté nervioso.

-        ¿Eh? – respondió sin entender por ver su programa.

-        Sí, ¿debería decirte “amor”, o solo Sasuke?

-        Deja de ponerte nervioso, llámame como te dé gana. – dijo riendo.

-        No puedo evitarlo, nunca pude conocerlos. – confesé.

-        De acuerdo, hagamos algo, yo te llamaré Naru, como te dice Ino, y tú, llámame Sasu, creo que es mucho más meloso que el nombre completo.

 

Ante ese comentario no pude evitar sonrojarme, él y yo nunca tuvimos apodos, tampoco nos decíamos así, siempre nos habíamos llamado por nuestros nombres completos. Y aunque no me parecía mal hacerlo, sonaba incluso tierno el decirnos esos diminutivos.

Me limité a asentir y seguir viendo el programa de televisión para tratar de despejar mi mente de ese tema. Al cabo de una hora, aproximadamente, llamaron a la puerta.

 

-        ¿Estás listo? – preguntó notablemente nervioso.

-        ¿Lo estás tú? – respondí algo más tranquilo. No había nada que hacer ya, así que los nervios iban desapareciendo.

 

Sasuke caminó a la puerta y la abrió sin pensarlo. Allí, parados, se encontraba una pareja de edad media, rondando los 40. El hombre era bastante bien parecido, de cabello azabache, igual que Sasuke, y algo más corto que Itachi, aunque su ceño fruncido lo hacía parecer de carácter fuerte; mientras que la mujer era bastante guapa, de cabello largo, igualmente azabache. Todos compartían el mismo tono blanco de piel y los ojos negro profundo.

 

-        Padre, madre, bienvenidos. – saludó propiamente Sasuke mientras abría por completo la puerta y les ayudaba con sus maletas. Yo por un instante permanecí embelesado ante la fría hermosura de la familia Uchiha, hasta que el sonido de la puerta al cerrarse me sacó de mi ensoñación.

-        Bu-buenas tardes, mi nombre es Naruto Uzumaki, un placer en conocerlos, por favor, siéntanse como en su casa. – me presenté notablemente nervioso, temía que hubieran notado mi pequeño trance.

-        Tú eres Naruto – comenzó hablando la mujer. -, yo soy Mikoto Uchiha, mucho gusto, Sasuke nos habló de ti el otro día. – comentó con una pequeña sonrisa refinada.

-        Mucho gusto, Naruto, Fugaku Uchiha, para servirte. – saludó el señor con la misma cara seria y ceño fruncido.

-        Adelante, pasen. – invité señalando con un gesto de manos.

 

Pero que me quedes tú, y me quede tu abrazo

Y el beso que inventas cada día

Y que me quede aquí, después del ocaso

Para siempre tu melancolía

Porque yo, yo sí, sí que dependo de ti

Y si me quedas tú, me queda la vida.

 

Pasaron juntos a la sala mientras yo caminaba directamente a la cocina, sin pensarlo un segundo. Apenas escuché a Sasuke pedirles unos segundos para posteriormente alcanzarme ahí.

 

-        ¿Estás bien? Pareces nervioso. – dijo riendo un poco.

-        ¿Todos en tu familia son así de hermosos? – pregunté sin pensar.

-        ¿Qué?

-        Me refiero, ¿es, acaso, que todos los Uchiha sean así? ¿O sólo son ustedes? – volví a preguntar sin pensar en lo que decía.

-        ¿Insinúas que soy hermoso? – preguntó sonriendo pícaramente, y hasta entonces caí en la cuenta de lo que acababa de decir.

-        Cállate – respondí apenas pude reaccionar. -, mejor sirve de algo y pregúntales que podemos ofrecerles.

-        Ya lo hice, sólo quieren té, a eso vine. – dijo sin dejar de sonreír.

-        Ve con ellos, ahora lo llevo.

 

Sasuke salió riendo por lo bajo, dejándome solo en la cocina. Necesitaba un par de segundos a solas para pensar de nuevo en lo sucedido, no podía dejar que más cosas así pasaran. Así pues, preparé el té, y en cuestión de un par de minutos, estuvo listo. Tomé una charola de plata que sabía que Sasuke guardaba para visitas, puse la tetera, tazas y platos, azucarero, cucharas, y un bowl con galletas para acompañar.

Salí de la cocina y con mucho cuidado caminé de vuelta a la sala, donde ya charlaban amenamente, así, sin interrumpir realmente, dejé la charola en la mesa de centro y Sasuke se apresuró a servir el té a cada quién.

 

-        Así que, Naruto, ¿cómo has hecho para soportar ocho años el mal carácter de Sasuke? – preguntó la madre de Sasuke.

-        ¿Siempre ha sido así? – pregunté sonriendo.

-        Claro que sí, de pequeño, cuando se enfadaba con nosotros, nos retiraba el habla por horas, a veces días, siempre fue un niño quisquilloso y mal criado. – explicó sonriendo sin dejar la elegancia.

-        Vaya que sí, siempre estaba castigado por ese tipo de reacciones – comenzó a explicar el padre. -, apenas se enojaba, lo enviaba a su habitación a que recapacitara. Cosa que difícilmente sucedía.

-        Vaya, y yo que creía que era mi culpa que actuara así siempre. – reí un poco.

-        Bueno, la mayor parte de cosas por las que Sasuke se molesta, son tonterías. – argumentó la madre.

-        Eso no significa que siempre me enoje por todo, Naruto, a veces, sólo me haces enojar. – dijo fulminándome con la mirada.

-        Sasuke, eres nuestro hijo, y desde niño te has molestado por cualquier simplicidad. – contestó el padre riendo estruendosamente.

 

Ambos eran sumamente refinados, mientras que Mikoto Uchiha procuraba no hacer mucho ruido cuando reía, Fugaku Uchiha parecía tenerle poco preocupado lo fuerte que se escuchara su risa. Y a pesar de eso, su manera de expresarse, de reír, de sonreír, incluso de sentarse, denotaba elegancia y clase.

 

-        Y cuéntanos Naruto, ¿tu familia vendrá a la boda? – preguntó la señora, tocando el único tema sensible.

-        No, sus padres nunca han estado de acuerdo con estas relaciones, así que, me parece, tampoco saben. – dijo Sasuke rápidamente.

-        De hecho – comencé a hablar. -, Deidara me dijo que les comentó, los llamó para contarles, y no los notó interesados, aunque tampoco los estaba invitando, ellos no quisieron saber más. – dije algo serio.

-        Bueno, deben entendernos – comenzó el señor. -, no es fácil para nosotros como padres el saber que nuestros hijos… bueno, tienen gustos diferentes, gustos que no entendemos.

-        Estoy segura que luego se calmarán y los buscarán. – dijo la señora.

-        ¿Cuánto tiempo han estado… alejados? – preguntó el señor.

-        Ya serán quince años. – respondí sin pensarlo, sabía muy bien la respuesta.

-        ¿Quince? – preguntó el señor sorprendido.

-        Sí, todo fue antes de que Deidara e Itachi siquiera salieran juntos. A Dei ya le gustaba Itachi, por lo que decidió hablar con ellos, desde ese día trataron a Deidara como si no existiera, y cinco años después fue mi turno de explicarles que me había enamorado de un amigo, de Sasuke, y fue lo mismo, desde entonces no existimos para ellos, nunca estaban o simplemente nos ignoraban. – expliqué apenas.

-        Pero Deidara y él siempre han sido muy unidos, así que nunca han estado realmente solos. Es más, Naruto e Itachi se llevan de maravilla, se nota que se tienen gran aprecio. – habló Sasuke mientras ponía una mano en mi pierna en señal de apoyo, y al mismo tiempo, para hacer creíble la farsa.

-        Ya veo, bueno, no estás solo Naruto, tienes a Itachi y a Sasuke, y esperamos nosotros también poder visitarlos más seguido, a los cuatro. – dijo el señor con una diminuta, casi imperceptible sonrisa.

-        Así es, esperamos este sea el comienzo de muchos buenos años. – dijo la señora alegre.

-        Mu-muchas gracias, señor y señora. – dije sorprendido. No parecían ser las mismas personas que hacía varios años.

-        Llámanos por nuestros nombres, después de todo, ocho años juntos, ya somos familia. – dijo Mikoto con la misma sonrisa.

-        Bueno, casi. – corrigió Fugaku. En ese segundo sentí terror, ¿querrían hablar con nosotros de alguna boda entre Sasuke y yo?

 

Que desaparezcan todos los vecinos

Y se coman las sobras de mi inocencia

Que se vayan uno a uno los amigos

Y acribillen mi pedazo de conciencia

Que se consuman las palabras en los labios

Que contaminen todo el agua del planeta

O que renuncien los filántropos y sabios

Y que se muera hoy hasta el último poeta.

 

Afortunadamente no fue así, el resto de la tarde se nos fue hablando de lo que estudiaba cada uno, lo que hacíamos, de mi nuevo trabajo, y un poco de lo que ellos habían hecho esos últimos años. Al caer la noche ellos se marcharon a dormir, mientras nosotros estuvimos en la cocina lavando los trastos de la comida y la cena.

 

-        ¿Qué piensas? – le pregunté fijándome más en los trastos que en su rostro.

-        Bueno, parece ser que se la han creído, y realmente han hecho un gran esfuerzo por estar bien. – admitió.

-        Eso pensé, ¿cómo estás tú? – pregunté mirándolo en esta ocasión.

-        Bien, tranquilo. Me siento muy bien con este esfuerzo.

-        Oye. – llamé su atención.

-        Dime.

-        Hablaron de venir más seguido, ¿qué pasará si regresan en unos meses? – pregunté de nuevo mirando los trastos.

-        Bueno, entonces hablaré con ellos, mientras tanto no tienen por qué saber la verdad.

-        Vale.

 

Una vez dejamos sala, comedor y cocina limpia, subimos a la habitación que compartiríamos por una semana, tomé mi pijama y entré al baño a cambiarme mientras él lo hacía en la habitación. Después me lavé los dientes, me cepillé por última vez el cabello, que era mi secreto para tener un cabello tan suave, y salí para dejar a Sasuke alistarse para dormir.

Me senté en la cama, la misma cama que hacía unos años atrás compartía con Sasuke y pensé en cómo dormiríamos estos días que nos esperaban.

 

-        Listo, si estás cansado, ya ve a dormir, yo todavía tengo que terminar un trabajo del colegio. – avisó Sasuke.

-        Sí, oye, ¿dónde dormirás tú? – pregunté.

-        Bueno, no lo sé, posiblemente en el sofá cama de ahí, y mañana temprano acomodaré todo, de tal modo que no se note. – decía mientras señalaba un sillón acomodado en la esquina de la habitación, junto a la ventana, mismo que usaba yo años atrás para leer hasta tarde.

-        ¿Estás seguro? Porque me parece que no es muy buena idea. – admití.

-        ¿Y entonces dónde debería dormir? ¿En el piso? – preguntó riendo un poco.

-        Me refería a que podríamos dormir juntos, digo, ya lo hemos hecho en estos años, y no ha sido nada malo. – hablé ya una vez acostado y dándole la espalda.

-        ¿Estás seguro de eso? – preguntó sorprendido.

-        Sí, así que anda, haz tu trabajo, si necesitas ayuda de algo, me despiertas, y cuando termines, vienes a dormir. – invité un poco nervioso.

-        De acuerdo, buena noche.

-        Igual.

 

Cerré los ojos tratando de dormir, aunque era en vano, los nervios no me lo permitían, pensar que dormiríamos juntos, en la misma cama en la que años atrás decidíamos no dormir por tener largas noches de pasión, y otras veces no dormíamos por enfermedades donde uno cuidaba del otro. Era extraño hasta pensarlo. De repente escuché un poco de música en un volumen suficiente para distinguirla.

 

-        ¿Mejor? – preguntó.

-        S-sí, gracias. – no tenía idea que Sasuke se había percatado de que no podía dormir, por lo que me tomó por completa sorpresa.

 

Así, cuando menos me di cuenta caí rendido ante el sueño. Alrededor de las 4 am rodé un poco en la cama para acomodarme de nuevo, y sentí de inmediato el tacto de su piel, abrí los ojos apenas y lo vi, apacible y tranquilo, plácidamente dormido, y noté que nuestras manos habían chocado un poco. Me acomodé de nuevo, esta vez apartando mis manos de las suyas, y volví a dormir.

A las 6 am sonó el despertador, avisándome que tenía que alistarme para el trabajo, y antes de que lo notara Sasuke se levantó conmigo, apagó la alarma y se estiró por completo, dando por terminada su jornada de sueño.

 

-        Regresa a dormir. – dije sin molestar ni presionar demás.

-        No, está bien, anda, alístate. – me invitó mientras él salía de la habitación.

 

Yo tomé rápidamente mi ropa del día y entré al baño, me duché lo más rápido que pude, me vestí, me peiné y cepillé los dientes. No sabía cuánto tiempo haría en metro de casa de Sasuke al trabajo, así que iba con mucha prisa ya. Tomé mi mochila, donde guardaba las cosas necesarias, tales como la laptop, entre otras, y bajé a buscar algo rápido para desayunar. Al entrar en la cocina escuché a Sasuke hablando con Mikoto.

 

-        Buenos días, señora. – saludé una vez entraba a la cocina para encontrar el desayuno ya preparado por Sasuke.

-        Buenos días, Naruto, y soy Mikoto, no señora.

-        De-de acuerdo, Mikoto. – asentí sonrojado.

-        Naruto, anda, desayuna, que en cuanto termines te llevo. – se ofreció Sasuke terminando su plato.

 

Fingí de la mejor manera que pude que eso era normal, por lo que sólo asentí y comí lo más pronto que pude. Antes de terminar entró a la cocina Fugaku, ya aseado igualmente y desayunó su plato.

 

-        De acuerdo, padre, madre, no tardo mucho, sólo lo llevo al trabajo y regreso. – avisó.

-        Seguro, con cuidado, chicos. – respondió Fugaku con calma.

-        Hasta luego. – me despedí como pude mientras corría fuera de la casa para tomar el metro, realmente creí que sólo me acompañaría a la estación y ya; pero cuando me vio alejarme un poco de la casa me reprendió rápidamente.

-        Naruto, súbete al auto, ya. – dijo con poca paciencia. Seguía adormilado. Sin responder me subí al auto y me abroché el cinturón de seguridad.

-        No tienes que llevarme, Sasuke. – avisé.

-        Lo sé, quiero hacerlo, además, así parece más real.

-        Gracias por el desayuno. – dije algo sonrojado.

-        Por nada, pensé que seguramente nunca desayunabas así, así que no te haría daño hacerlo de nuevo. – dijo sonriendo un poco.

 

El resto del trayecto fue en silencio, y llegamos al trabajo justo a tiempo, me desabroché y antes de poder bajarme del auto Sasuke me sostuvo el brazo.

 

-        Mañana te traeré de nuevo, y así estos días, ¿de acuerdo? Para que no haya más sorpresas. – dijo con una sonrisa pequeña; pero agradable.

-        No es necesario – comencé, hasta que noté su mirada cambiar. -; pero muchas gracias, Sasuke.

 

Bajé del auto y corrí a la oficina, entré y de inmediato fui al escritorio del líder de equipo, quién me asignaría una tarea nueva. Participaría en una película animada, creando el personaje principal.

 

Notas finales:

- Que me quedes tú - Shakira.

Espero que les haya gustado, y nos leemos en un rato más.

Sigan dejando reviews, en verdad, gracias por tomarse ese tiempo (:


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).