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Distintos matices. por nezalxuchitl

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Notas del capitulo:

Hundidos en su decadente climax de sadismo y poder, dos nazis comparten los mas extremos placeres sexuales y un oscuro secreto.

Lemon. Sadomasoquismo. Lenguaje fuerte.

 

Contacto pecaminoso.

En la sala de torturas del cuartel SS el oficial de mas alto rango, el Sturmbannführer Hagen von Leipzig se pasea de un lado a otro, mirando impacientesu reloj de oro, bruñido, fino, antiguo como su prosapia. Es un joven nazi noble, rico, inteligente, educado, malevolo y guapo.

 

Tiene veintiséis años, mide uno ochenta y cinco metros de estatura, delgado, de largas piernas, grandes, finas manos, de piel blanca un tanto sonrosada en las mejillas, signo de bienestar y de salud a pesar de la guerra. Cuando sonrie, su hermoso, delicado rostro luce casi tan encantador como el de una doncella. Sus ojos son grandes, de una azul intenso, arrebatador, un tanto  hipnoticos, la nariz recta y triangulada, los labios delgados y bien formados. Su cabello es de un vivo color rubio dorado, lacio, brillante, largo para desafiar las ordenanzas militares, sujeto en una coleta que se oculta bajo el cuello de su guerrera negra; con las insignias de su rango en los brazos y el símbolo de la esvástica prendido al bolsillo delantero donde lleva, medio asomado, su pañuelo blanco, almidonado y planchado, doblado de manera reglamentearia.

La tiralinea del pantalón es tan recta que da espanto, como lo lustroso y rechinante de sus botas altas.

 

En una elegante silla forrada estan su gabardina y su quepis, pues todavía lleva el cinturón, y pendientes de el su sable (que sabe utilizar a la perfeccion) y su pistola.

La puerta de cedro de la sala se abre y una muy grave y masculina voz saluda:

 

-Gute Natch, herr Sturmbannfüher.

 

-Dejate de formalismo, Ingel, ahora estamos solos. - le dijo mirandolo con un destello malvado e ironico en sus azulisimas pupilas.

 

El oficial que acababa de entrar  se llmava Ingelheim Schwaldenbrunnen y ostentaba el rango de Untersturmführer. Era rubio, tambien, pero de tono cenizo, la piel mas palida, los ojos de un color azul tan claro que a veces se veian grises. Media uno noventay cinco metros y era considerablemente mas fornido que Hagen; este lo atribuia a que Ingel, pues asi le decia de cariño, era de menos alcurnia que el, descendiente de ricos que habian hecho fortuna apenas hacia dos generaciones. Ingel era aun mas inteligente que Hagen, igualmente culto, solo un poco menos malvado. Guapo tambien lo era, y bastante, de una belleza mas varonil que la del otro; sucabeza cuadrada, sus rasgos de lineas severas, varoniles, con apenas un esbozo de rubia barba pues no habia tenido tiempo de afeitarse aquel dia.

 

Su uniforme, de las SS, era identico al de su superior, dejandolo ver al quitarse su impermeable y su quepis, pasandose un mano por los cortos y suaves cabellos.

Hagen se le acerco y le olfateo debajo de la oreja.

 

-Me gusta que vengas a verme oliendo a hombre.- le dijo mirandolo de forma significativa.

 

Ingelheim lo agarro por los cabellos levantandolo el cuello y plantándole un beso agresivo y explorador.

 

-Tu delicado perfume... - lo olfateo- la suavidad de tus largos cabellos... la suavidad de tu culo.- termino apretandole una no muy abundante nalga, pujando Hagen- Quiero sentirla... ¡ya!

 

Le dio la vuelta al rubio dorado empujandolo contra una mesa de cedro que ahí habia, deabrochandole desesperadamente el cinturón, dejandolo caer al suelo con resonancia metalica sobre el piso de mármol, bajandole los pantalones y calzones hasta medio muslo y luego empujandole la espalda para que su torso se apoyara sobre la mesa, abriendo un poco los muslos  Hagen y apretando los labios en espera de la penetración seguramente dolorosa, penso con gusto.

 

Efectivamente Ingelheim  solo se bajo el cierre del abotonado pantalón para sacarse su grande y erguido pene, dirigiendolo sin ningun preámbulo al interior de las blancas nalgas que Hagen se separaba, pujanod ambos por la molesta y dolorosa sensacion, respectivamente, comenzando de inmediato el rubio cenizo a embestir con fuerza el apretado culito del otro, rozandolo,  sacandole lagrimas que ni el mismo ojiazul sabia si eran de gozo o de dolor, un poco de ambos, seguramente.

 

-Herr Untersturmführer, señor, digame que soy una puta.

 

-Eres una puta, Hagen Von Leipzig.- le dijo el ojiazulado, penetrandolo casi violentamente - ¿De que te sirve tanta prosapia si eres un maricon que goza de ser jodido por un plebeyo?

 

Hagen rio malévolamente aflojando el culo.

 

-Tienes razon. No me sirve de nada mi ilustre estirpe. Un cabo imbecil es el maximo Führer del Reich, ¿y yo? Yo solo obligo a mi subordinado a darme por el culo.

 

-Te equivocas.- le dijo apretándole las caderas estrechas con sus manotas rasposas- Quiza me extorcionaras la primera vez, pero ahora vaya que gozo haciendote esto, míen schönen knabe. (Pequeña hermosa)

 

-¿De que hablas? Tienes un año menos que yo...

 

-¡Callate!- le ordeno tirando de la rubia coleta- Me fastidia  que hables mientras te cojo.

 

-¿Incluso para pedirte que me la metas mas rapido?

 

-Nein,(no) eso si puedes pedirmelo.

 

-¿Y mas duro?- siguió con una vocecita maricona.

 

-Tambien.

 

-¿Y pedirte que me lo hundas hasta lo mas hondo de mi culo?

 

-Ja. (Si) ¿Te encanta esto verdad?

 

-Encuentro diabólicamente excitante el hecho de servir de concubina  a un hombre que es inferior a mi...

 

-Si, no soy noble aun, pero cuando me case con tu hermana y la folle como te follo a ti, ¡si que lo sere!- le dijo malévolamente volteándose a verlo ahí si bien perrito el nazi.

 

-Tu nunca, nunca seras noble. Naciste plebeyo y asi vas a morirte, pronto, en esta mierda, como yo y como cada maldito aleman de este sueño perdido...

 

-No, no lo creo.- espeto Ingel, sacandoselo y dandole la vuelta para verle la cara mientras se lo volvia a coger.- Si todos los alemanes desparacemos, ¿Quién quedara en el mundo para ser los malvados? Es una cuestion de logica, mein Sturbannführer.

 

-Eres tan ingenuo que das ternura. ¿En verdad crees que te dejare casarte, en el dudoso caso de que sobrevivamos? Te mato antes que verte unido a cualquier mujer.

 

-Te ves lindo cuando te pones celoso.- le dijo Ingel afianzandole las vestidas piernas sobre su hombro izquierdo mientras movia enérgicamente su varonil cadera- Ademas, me gustas bastante mientras te estoy cogiendo.

 

Sin hablar mas siguieron haciendolo, evitando mirarse para evitarse la pena de no encontrarse ahí, pues ambos sabian perfectamente que ahí no habia ninguna alma, solo cuerpos que reaccionaban al toque de otro cuerpo, jadeando, sudando, impulsandose en un acto primitivo y animal que no obstante, estaba impregnado de intencion y maldad; un contacto pecaminoso hasta la ultima consecuencia.

 

Ingel termino, separandose de Hagen y subiendo el cierre, dandole al espalda al otropara ir aponerse su quepis, haciendo la finta de irse.

 

-¿Acaso tan poco aguantas ahora?- le reto Hagen.

 

-Tengo cosas mas interesantes que hacer que solo cogerte.- le respondio con cinismo Ingel, abalanzándosele Hagen con chispas en los ojos, pateandole con fuerza la entrepierna, cayendo al suelo entre chillidos de dolor el alto rubio cenizo, desenvainado el sable de Ingel para amenzarlo con el.

 

-Dich kehricht gëwonlich!- (¡Tu, basura vulgar!)le dijo pateandole la cabeza- Suplicame perdon.- le ordeno duramente.

 

-Perdoname por favor, herr hure... (hure=puta).

 

-Lame mis botas sucio plebeyo;  no mereces ni besar el suelo que piso... Ahora levantate y quitate  ese uniforme, lo mancillas usandolo, cerdo.

 

Ingelheim obedecio: sabia que cuando aquella exprecion sicopata aparecia en el bonito rostro de Hagen lo mejor era seguirle la corriente. Sin prisas se desnudo ante la observadora mirada de aquellos intensos ojos azules, y cuando toda su blanca piel quedo expuesta al frio aire Hagen puso la punta de su sable sobre la clavicula de Ingel, presionando, rompiendo la blanca piel para que liberara el rojo fluido, manteniendo impavido el gesto el de ojos azul claros, cortando hacia abajo por el hilito de sangre el e ojos azul intenso, retirando bruscamente el sable y haciendo como que iba a cortar con impulso, asustando bastante al otro pero solo golpeándolo con  lo ancho del filo... esta vez.

 

El rubio de pelo largo le marco el marcadito abdomen con una H.

 

-Para que sepas que eres mio, Ingel...

 

Luego Hagen arrojo el sable y avento al suelo a Ingel, montandosele a horcajadas, manoseando la sangrante piel y uniendo su boca a la del otro en una caricia de lenguas, frenetica, apasionada, que no podria ser llamada beso, escurriendo la saliva por las comisuras de las bocas de ambos, tratando Ingel de manosear tambien a Hagen, pero este le mordio el labio inferior, soltandolo.

 

-No te atrevas a tocarme sin mi permiso.- le dijo, yendo a por la fusta de cuero negro, brillante, temblando de expectación Ingel, notandolo y continuando Hagen- Mira como has manchado mis guates.- reprocho quitandoselos y tirandolos- ¿Sabes que te mereces?

 

-¡Una buena azotaina!- exclamo Ingel parando su varonil cuerpo, todos sus marcados musculos al aire , cubierta su piel por un tupido y fino vellito rubio, mas tupido y notorio descendiendo de su ombligo a su pubis y en el pecho, y en las piernas tambien, paandose de espaldas a la pared y apoyandose en ella.

 

-Lo quieres, ¿verdad?

 

-Ja. Pegame  Hagen, pegame como solo tu sabes hacerlo...

 

Y bien malvadillo el otro ario tomo nuevamente su fusta y su quepis, ponienoselo para pararse detrás del otro, hacia la derecha y comenzar a azotar la varonil espalda, haciendo un sonido como de "Ffzzzhhhh" la fusta al cortar el aire en un rapido trayecto contra la piel blanca, dejando rojizo donde pegaba, habiendo en aquella esplendida anatomia marcas, cicatrices, que aquellos sadicos placeres habian dejado en ella.

 

Hagen lo azotaba con verdadero gusto, relamiendose los labioa al oir gemir a Ingel a cada duro golpe que le propinaba, sintiendo cmo dentro del pantalón su pene se endurecia, golpenado mas rapido y violento a Ingel en la espalda, en el tracero, en los muslos, cayendo al suelo el alto rubio, de hinojos, aguantando sin quejarse el dolor, preguntandose como era que aquello podia darle placer...

 

Hagen se detuvo, excitadisimo, parandose delante del rubio de ojos azul claro y ordenandole:

 

-¡Anda! Haz lo que sabes, rápido! - exclamo golpenado en el hombro al otro, que deteniendose de su caderita, tambaleante aun por semejante golpiza, le bajo d enueva cuenta los pantalones hasta donde las altas y lustrosas botas lo permitian, apoyando-abrazando con un amano un muslo delgadito, sujetando con la otra la firme ereccion de Hagen, besandole y lamiendole su sonrosado pene, sacando mucho la lengua para cubrirlo de saliva, escurriendo un poco, metiendoselo dentro Ingel para chuparselo con deleite, pasando sus dedos por el suave y dorado vello pubico de Hagen, gozando este mientras con su fusta seguia acariciando las nalgas de Ingel, arrojandola para agarrarle la cabeza, separandola de su entrepierna para miralo y decirle:

 

-Eres un puto, Ingel Schaldenbrunnen, aun mas maricon que yo: te encanta chuparmela luego de que te pego, pero hoy no voy a darte gusto...- le dijo sacando del bolsillito interior de su guerrera un pequeño, labrado frasquito en forma de prisma-... hoy voy a darmelo yo. ¡A gatas esclavo!

 

-No, eso no...

 

-¡Que te pongas a gatas escoria! Voy a joderte y deberias estar agradecido...

 

-No, no me gusta...- replico Ingel parandose, encarando al mas bajito rubio.

 

-Como eres mentiroso Ingel.- le sonrio Hagen sacando de su bolsillo su pistolita secreta- Esta cargada y lo sabes, y voy a dispararte si sigues provocandome.

 

Ingel se puso a gatas, maldiciendo a Hagen, y a si mismo, pues aquello le gustaba, aunque no le gustara admitirlo ni darle a Hagen la sensación de que eran iguales, ese perro noble no le dejaba olvidar nunca su situación de no noble, de rico advenidizo... y por eso y por otras cosas no le gustaba que ese maricon que se retorcia de placer cada que se lo cogia se lo cogiera a él.

 

-¡Umh! Que apretadito lo tienes, me pregunto si en verdad eres tan renuente o solo es parte del juego...- le dijo Hagen mientras le metia los dedos resbalosos de aceite dentro del culo- Ahí voy Ingel, entre mas las aprietes mas gusto me vas a dar...

 

El de ojos claritos apreto los dientes con rabia al sentirse penetrado por Hagen, gimiendo y pujando como un puto que era, diciendole:

 

-Si, si, que bien se siente... casi tanto como cuando me coges tu... aaah... porque, ¿sabes Ingel? Esto- se lo bombeo rapidamente- solo lo hago para molestarte. NO me gusta casi nada.

 

Ingel sentia y sentia rico: Hagen se esforzaba en darle placer.

 

-¿Se siente rico, verdad?  Te gusta Ingel, te gusta... si vieras lo erotico que es ver como hundo mi verga en tu culo...

 

Ingel comenzo a gemir bajito, bajito, ahogandose sus gemidos  entre los gritos de placer de Hagen que se lo bombeaba bien y duro, apretandole suavemente detrás de las bolas para hacerlo gozar, sintiendo como se venia apretandose el rubio cenizo, retirandose de inmediato el otro.

 

Hagen se quito las botas, los pantalones y al quepis abriendose solo la guerrera antes de que Ingel se levantara yendose sobre el, abofeteandolo y hechandolo sobre el potro de tortura, amarrando ahí al pervertido nazi que esperaba la venganza del otro nazi, gustandole que fuera por la pistola reglamentaria, enacitandola ante la expectante mirada de los intensos ojos azules, abriendo las piernas pos su propia iniciativa al verlo llegarle, chillando adolorido cuando el otro se la metio sin preámbulos por el culo, agarrandole firmemente el pene con la otra mano, masturbandolo con habilidad mientras lo penetraba con el arma, gritando Hagen con aquella mezcla  de dolor y placer que tanto le gustaba...

 

-Me asquea lo maricon que eres, Hagen.

 

-Umh, si, me duele, me gusta... dame mas Ingel, hazme gozar hasta que yo mismo me de asco.

 

Continuara...

Notas finales:

Bueno, este cuento era muy largo para publicarlo de un jalon, asi que lo separe en dos partes. Creo que he puesto que significaban (aproximadamente) las frases en aleman, en cuanto a lo de Sturmbannführer y  Untersturmführer son grados de las SS que corresponden, si mal no recuerdo, a coronel y teniente.

Cualquier comentario es bienvenido y me da animos.


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