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Segunda oportunidad. por DanTamMu13

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Notas del capitulo:

Chicos, ya he llegado con la actualización del fic, espero les guste, y nos leemos en esta historia la semana que viene (:

Pasé el resto de la tarde pensando en la petición de Naruto, si quería realmente algo con ese chico tendría que intentarlo. Quizá podría funcionar si me arriesgaba por eso, aunque tenía el mismo riesgo de llevarlo, pues conocía a Gaara y haría todo lo posible por herir a Naruto, por hacerlo sentir peor de lo que ya sentía ahora. No me quedaba mucho tiempo para pensarlo, al día siguiente iríamos a mi casa, claro, si yo accedía a llevarlo con Gaara.

 

Naruto y yo no hablamos, aun antes de dormir seguíamos en completo silencio, casi ignorándonos pues, con todo y nuestro tema sin resolver, constantemente soltábamos una que otra mirada furtiva para comprobar el estado del otro.

Ya estábamos acostados, yo ya me había quitado los lentes de contacto y cada uno intentaba dormir, como si eso fuera posible con el ánimo que traíamos.

 

-        Está bien. – accedí finalmente cuando me di cuenta que realmente era mi única opción.

-        ¿Estás seguro? – preguntó casi en susurro.

-        Sí, lo estoy. – confesé.

 

Escuché como se removía entre las cobijas, acomodándose, luego de un rato su respiración se acompasó, lo había tranquilizado el saber que lo llevaría con el pelirrojo. Me dormí igualmente, y a la mañana siguiente Naruto intentó despertarte, había olvidado por completo que ese día no tendríamos clases, apenas se lo mencioné, se recostó nuevamente y se quedó dormido.

Unas horas más después accedí a despertarme, me puse los lentes de contacto de inmediato y dejé a Naruto dormir otro poco, salí de la habitación con el celular en la mano, después de todo no llegaríamos a casa de Gaara sólo porque Naruto lo quería.

 

-        ¿Qué quieres? – contestó Gaara molesto.

-        Gaara, necesito pedirte algo. – comenté de inmediato.

-        ¿Qué? – preguntó cortante.

-        ¿Puedo verte en la noche en tu casa? – pregunté esperanzado, esperaba que si lo decía de esa manera, él accediera antes de contarle mis motivos.

-        Después de las 10, si te sirve, ¿para qué? – preguntó ligeramente inseguro.

-        Por Naruto, él quiere hablarte. – admití.

-        ¿Para qué querría yo hablar con él? – el tono en su voz me dejó muy en claro que no estaba de acuerdo.

-        Escucha, sé perfectamente que es demasiado pedir; pero él no quiere intentar nada hasta no saber que tú y yo no tenemos nada. – expliqué.

-        ¿Por qué cree que aún hay algo?

-        Por tu visita de hace unos días.

-        ¿No le dijiste que me corriste de tu casa por él? ¿O es que no se siente suficiente? – preguntó molesto, picándome.

-        No cree que, después de lo que tuvimos, realmente te haya sacado de ahí por él.

-        ¿Por qué tendría que ayudarte? – cuestionó.

-        Tómalo como un favor. Te debería un favor, que podrías cobrar cuándo sea. – detestaba deberle cosas a la gente; pero realmente quería algo con el rubio.

-        ¿Lo que sea? – preguntó tentado.

-        Mientras no afecte mi relación con él, sí. – respondí casi tajante.

-        De acuerdo, después de las 10, Sasuke. – aceptó suspirando derrotado.

-        Lo sé, gracias.

 

Colgamos la llamada y regresé a la habitación, despertaría a Naruto para que fuéramos a desayunar y alistáramos todo para irnos a mi casa. La mañana se nos fue entre charlas trivilaes y bromas tontas, al menos hasta que llegamos al automóvil, nuevamente Naruto se aferraba un poco al coche.

 

-        Tranquilo, no manejaré rápido. – le dije para calmarlo.

-        Lo sé; pero no puedo evitarlo, Sasuke. – replicó mientras encendía la radio para escuchar algo.

 

Manejé al ritmo exacto que le permitía estar tranquilo, al menos en la ciudad, habremos tardado más de lo normal ya que había más tráfico por ser temprano, al parecer. Una estuvimos por salir a la carretera, finalmente, Naruto me miró casi desconfiado.

 

-        ¿Cómo quieres que maneje? – pregunté derrotado, no podía torturarlo así.

-        Rápido, como el otro día. – dijo sin soltarse del auto.

-        ¿Estás seguro? No te veo muy tranquilo con eso. – le dije casi riendo.

-        Sí, sé que contigo no pasará nada.

-        De acuerdo, sujétate. – anuncié antes de pisar el acelerador.

 

Llegamos a la casa en cuestión de una hora, y estando ahí nadamos un rato, comimos juntos y no mencionamos el tema de Gaara hasta que miré el reloj y me percaté de que ya eran las 9:30, aproveché que estábamos juntos en la sala de estar mirando televisión.

 

-        Tenemos que irnos, veremos a Gaara en su casa. – declaré mientras me levantaba del sillón.

-        ¿Justo ahora? – preguntó sorprendido.

-        Sí, me dijo que después de las 10, si salimos ahora llegaremos a las 10:20. – le expliqué.

-        Vamos.

 

Nos levantamos y nos preparamos rápidamente, luego de eso salimos y subimos a mi auto, Naruto encendió la radio, mientras que yo arrancaba el motor y comenzaba el camino a casa de mi exnovio. Llegamos y tuve que contener mis nervios, recordaba la última vez que había visitado al pelirrojo, lo que había representado para mí esa visita, claro, ahora sería totalmente diferente.

 

-        Ven. – invité tomando su mano para caminar a la puerta.

 

Llamé a la puerta y unos segundos después abrió Hana, igual que la última vez, quien me miró extrañada para luego mirar detenidamente a Naruto.

 

-        Hola, Hana, ¿ya llegó Gaara? – le pregunté sin mirar a Naruto.

-        S-sí; pero no estoy segura que debas entrar. – atajó.

-        Descuida, hablé con él hoy por la mañana, me dijo que podía pasar hoy después de las 10. – expliqué.

-        Así es, Hana, muchas gracias, puedes volver con Yuki. – habló Gaara mientras abría totalmente la puerta y apartaba a Hana.

-        Sí, buenas noches. – dijo ella antes de irse.

-        Sasuke, ¿qué puedo hacer por ti? – preguntó con molestia.

-        Naruto, ¿qué quieres saber? ¿Qué es lo que necesitas probar? – le pregunté mirándolo fijamente.

-        Ya escuché tu versión, quiero la de él. – respondió el rubio mientras volteaba a ver a Gaara.

-        ¿Mi versión de mi relación con Sasuke? – preguntó mirando a Naruto quien sólo asintió. – Salimos por dos años, él quiso siempre conocer a mi hijo, y al final de la relación decidí terminarlo porque era un compromiso enorme para ser padre. – dijo muy a grandes rasgos.

-        Entonces, ¿todavía sientes algo por Sasuke? – el veneno en la voz de Naruto me preocupó un poco, me gustaban los chicos celosos, ¡maldición!

-        ¿Importa? Lo que importa es si él siente algo por mí. Y no lo hace, me lo ha dejado muy claro. – replicó Gaara mirándome casi con odio.

-        Te pregunté a ti.

-        Sí, yo no olvido tan fácil como Sasuke. – escuchar aquello definitivamente me hizo exasperar.

 

Naruto me miró, mi cara de hastió me delató de manera inmediato, ambos chicos me miraron unos minutos hasta que me alejé de ambos, no estaba realmente dispuesto a escuchar más a Gaara hablar de mí o de lo que quisiera. Regresé al auto, me senté en el asiento de piloto y puse la radio para no prestarles atención.

Al cabo de unos minutos Naruto caminó al automóvil y entró por la puerta de copiloto, colocó la estación de radio que él quería y luego se sujetó el cinturón de seguridad y se acomodó para que pudiera arrancar el motor y regresar a mi casa.

 

-        ¿Estás mejor? – pregunté mientras manejaba de regreso.

-        Sí, sólo quiero ir a dormir. – declaró.

 

El resto del camino fuimos en completo silencio, incluso al llegar todo se mantuvo igual cuando Naruto sólo hizo gestos de despedirse para entrar a su habitación e ir directo a dormir.

Entré a mi propia habitación, tomé un baño para relajarme un poco, al salir me puse mi pijama, me quité los lentes de contacto y decidí recostarme sin pensar demasiado en lo que podía haber sucedido durante la charla con el pelirrojo.

Al día siguiente desperté y decidí bajar a desayunar sin cambiarme y sin ponerme los lentes de contacto, al llegar todos me indicaron que sería el desayuno y lo sirvieron justo antes de ir por Naruto, quien bajó casi corriendo dormilado.

 

-        Buenos días. – saludó al entrar a la cocina.

-        Buenos días, anda, ya está servido. – anuncié mientras buscaba a tientas los cubiertos.

-        ¿Por qué bajaste sin tus lentes? – preguntó acercándose, tomó algo de la mesa y me lo entregó en la mano.

-        No me apeteció ponérmelos. – anuncié mientras acomodaba el tenedor que Naruto me había entregado.

-        De acuerdo, oye. – expresó mientras caminaba a su asiento.

-        Dime.

-        ¿Podemos hablar? – preguntó, dándome a entender que no estábamos solos en la habitación.

-        Seguro. – respondí mientras esperaba a que el servicio dejara la cocina. – Ahora sí, dime. – pedí una vez escuché la puerta cerrarse.

-        De ayer, gracias por hacerlo.

-        Eso querías, ¿estás mejor? – pregunté antes de darle otro bocado al platillo.

-        Sí, gracias por entenderlo, y, ahora sí quiero hablar de lo otro. – explicó apenas.

-        ¿De nosotros? – pregunté conociendo la respuesta.

-        Sí, es de lo que me preguntaste antes. – dijo.

-        Naruto, sólo dímelo directamente, ¿quieres tener una relación conmigo o no? Lo que respondas lo entenderé; pero necesito que lo digas ahora. – expliqué.

-        Sí, sí quiero tener una relación contigo, Sasuke; pero…

-        ¿Pero? – pregunté antes de que terminara de hablar.

-        Pero no quiero que sea en secreto, ya no. Lo que me preocupa es lo que venga si lo decimos. – dijo preocupado.

-        Está bien, suficiente, ¿qué te dijo Gaara? – pregunté dejando el cubierto en algún sitio de la mesa.

-        Me contó de lo mal que lo tomaron tus padres, ¿fue cierto?

-        No les hace gracia que sea homosexual; pero eso ya lo superaron hace años. Suficientes para que mi hermano salga con su novio y siempre estén con mi madre. – expliqué.

-        Entonces, ¿sin secretos? – me preguntó levantándose de su sitio y caminando, por lo que escuchaba, hacia a mí.

-        Sin secretos. – accedí parándome también, sintiendo su calor acercarse a mí.

 

A tientas, como nunca había hecho, busqué con las manos su rostro, sintiendo cada facción suya amplificada, notando la suavidad de su tez, busqué con los dedos sus labios, los acaricié levemente para luego acercarme a besarlo sin soltar su mejilla y luego buscando con la otra mano su cintura para acercarlo más a mi cuerpo.

Notas finales:

Espero leer sus comentarios pronto, y recuerden, busco hacer un trabajo en conjunto con alguien, interesados escríbanme por favor, mi correo está en la información de mi cuenta. Gracias por leerme, los quiero un montón.


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