Taiga agradeció cuando Aomine le trajo un vaso de café bien cargado que le ayudaría a mantenerse despierto por un buen par de horas. Midorima salió de la recamara de Tetsuya y sonrió como pocas veces lo hacía.
-rompió aguas y ya tiene 7 cm de dilatación, me sorprende aunque no esté con el grito en el cielo como lo han estado los demás, pueden entrar a verlo, pasare en un momento para que lo pasen a la sala y su bebe nazca.-
Taiga seguía amando a Tetsuya como desde el primer día en el que se había dado cuenta que estaba enamorado de él, ¿pero era normal que su amor se hiciera más grande hacia el por estar dándole un segundo bebe?
Entro nervioso a la habitación y se secó el sudor de las manos en su vaquero, Aomine siguió atrás de él, como Ryota estaba cuidando de sus dos niños y para sorpresa de todos estaba esperando nuevamente gemelos se había quedado en su casa, acompañado de su hermana mayor.
-¿Cómo te sientes? ¿necesitas algo? –
Taiga parecía un cachorrito extraviado, parecía ser que era su primer niño, más de 5 años de diferencia entre un hijo y el otro te hacían perder práctica.
-quiero mi malteada de vainilla… pero me dijeron que no podía comer nada así que un poco de hielo tal vez ayudaría.
Ni tardío ni perezoso Taiga salió corriendo de la habitación en busca de hielo. Tetsuya se recostó en la cama y respiro profundamente.
A ojos de Daiki Tetsuya con el paso de los años se había vuelto más hermoso, su cabello ligeramente largo le daba una sensualidad que nunca se hubiera esperado encontrar en alguien tan invisible como el, pese a que en este momento se veía un poco pálido y con el rictus de dolor no dejaba de pensar que era hermoso.
-¿te duele mucho? –
El ojiazul solo se contentó con asentir y lamerse los labios. Daiki se sentó a un lado, en su cama y cogió su mano en clara señal de apoyo.
-Si no fuera por ti y por Ryota sería un verdadero hijo de puta mal policía, probablemente hubiera acabado como Haizaki…-
Una fuerte contracción arremetió en el cuerpo del ojiazul y apretó con fuerza la mano morena de su amigo. Daiki sintió que sus dedos se ponían cianóticos y quería llorar, si su mano dolía así no quería saber que tan intenso era el dolor de su pequeño amigo, o peor aún, todo lo que le diría Ryota cuando entrara en labor por segunda vez.
-eres demasiado tonto para que hubieras terminado como Haizaki…-
Comento Tetsuya una vez el dolor pasara un poco. Daiki sonrió a su pequeño amigo, si, probablemente tenía razón, pero si no fuera por él y por su esposo no hubiera estado en muy buenos pasos.
Taiga entro jadeando con un vaso con hielos y se sentó a un lado suyo, los dos hombres eran sus mejores amigos, confiaba en los dos ciegamente, siempre estaban con él y eran su familia.
Ahora que lo pensaba Tetsuya tenía una gran familia… Hyuga ya estaba en su cuarto mes de embarazo, pese a que el inicio de su relación con Teppei había sido turbulento, lleno de temores, celos, desconfianza y mucho tsunderismo por parte del moreno, finalmente ambos habían logrado concebir una pequeña niña que crecía sana y fuerte en su cuerpo. Teppei parecía perro guardián, algo bobo pues siempre sonreía estúpidamente pero protector y amoroso como oso a la miel.
Las visitas conyugales de Imayoshi y Makoto iban tan bien que el prisionero tenía una conducta excelente que sin lugar a dudas disminuirían su condena.
Ryota había pegado el grito en el cielo de felicidad cuando se enteró de su segundo embarazo, pero las hormonas le habían hecho terriblemente chillón y pucheroso, era como un Kise normal elevado a su décima potencia, Tetsuya en silencio admiraba a su amigo moreno por realmente tolerar tanto al rubio, definitivamente eso era amor.
Midorima y Takao se habían ido por un mes de vacaciones, la pequeña familia despues de muchos años por fin había logrado convivir sin el estrés de accidentes, lesiones, malas noticias o desgracias.
Riko y Momoi eran un par de bribonas que querían secuestrar a los hijos de los demás para hacer travesuras siempre que podían. La idea de convertirse en mamis les había agradado un tiempo hasta que les había tocado cambiarle el pañal al pequeño bebe de Kise, su estómago todavía no estaba preparado para emociones tan fuertes, un par de años más como una feliz pareja no le haría daño a nadie.
La pequeña heredera de los Akashi finalmente había logrado ablandar el corazón del abuelo y el pelirrojo permitía que les visitara cada que quería. ¿Quién iba a decir que tras renunciar a su herencia por amor una nieta lograría que el corazón interesado de su padre se haría una bolsa de amor que dar para su nieta? La niña tenía todo lo que un bebe de poco más de un año pudiera pedir. Padres que la amaban, un hogar cálido, un abuelo que la malcriaba y consentía y un sinfín de juegos y juguetes que eran usados tanto por el grandote peli morado como por la niña.
El día a día era tranquilo, las reuniones mensuales continuaron haciéndose, unos subían de peso, a otros les daba gastritis, unos lidiaban con la vida paternal… era perfecto.
Tetsuya jadeo cuando tan pronto termino una contracción, inicio otra y casi enseguida otra. Su bebe quería salir… y ya.
-¿te sientes muy mal? Midorima dijo que en un par de minutos regresaba por ti… ¿le llamo?-
Tetsuya vio a su esposo y a su mejor amigo, lo que les iba a decir no le iba a gustar a ninguno de los dos…
-ya está saliendo… no hay tiempo a que venga…-
Taiga se puso blanco como papel… -¿está saliendo poco o mucho?-
El estrés hacia que uno dijera pendejadas. Si no fuera porque Tetsuya sentía que cagaba una piña se hubiera reído.
-puedo sentirlo ya afuera… cójanlo… no quiero que se lastime…- se dejó caer en las almohadas y abrió sus piernas tratando de no pujar.
Tanto el bombero como el policía se miraron como dos nenas viendo una enorme araña.
-cógelo tu…- dijo Taiga mientras se asomaba y casi gritaba de la impresión.
-¡pero es tu hijo!- chillo no muy masculino Aomine mientras también se asomaba.
OH MIERDA.
La cabecita del bebe se veía perfectamente y por más que Tetsuya no pujara esta se abría paso en la carne. Finalmente el joven peliazul pujo y él bebe se abrió camino con mayor facilidad.
Aomine estaba pensando seriamente en cambiar su profesión a partero.
Tomo un poco de alcohol del dispensador de la habitación, se limpió las manos, e introdujo los dedos en el… en el… oh mierda estaba conociendo lo que nunca debería de conocer de su mejor amigo…
Introdujo los dejos en el canal y guio con cuidado al bebe para que terminara de salir, libero un hombro, despues el otro y finalmente el recién nacido yacía en sus manos, calientito, mojado y sanguinolento.
Taiga cayo como tabla en el piso, Tetsuya lloraba de emoción y pedía a su bebe para ayudarle a adaptarse al mundo y finalmente Midorima entraba en el acto final para terminar de alumbrar la placenta y atender a sus dos pacientes.
-Bakagami…- chillo Tetsuya mientras veía a las enfermeras atender a su marido y se dejaba revisar por su doctor, su nena era bañada y mimada por el neonatologo.
Aomine yacía ahí, aun lado de la cama con ojotes grandotes, como de conejo viendo todo como en cámara lenta.
Tetsuya acaricio su mano y la apretó con agradecimiento.
-trajiste a mi bebe al mundo…-
Aomine le miro perplejo, le sonrió, miro todo a su alrededor y finalmente calló como tabla siguiendo los pasos de su amigo bombero.
-¡Ahomine! – chillaron Midorima y Tetsuya pues solo había aumentado el trabajo del personal.
Si, la vida era maravillosa.