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Feliz por Huitzil

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Notas del capitulo:

Gracias a tod@s aquell@s que tienen el mismo desorden que yo…


 


 


Esa tarde me dolió ver tu sonrisa,


Porque sabía que no era para mí.


Entendí que para tu felicidad yo no era necesario


Y nunca supiste que tú eras mi felicidad. 

Las olas se mecían graciosas en esa orilla, las gaviotas cantaban alegremente, el sol tibio apenas y bronceaba la piel de los transeúntes, el aire llevaba consigo un delicioso aroma a sal. Para Stan la felicidad no estaba muy lejos, podía definirse en cosas fáciles como una tranquila tarde.

Playa…

Mar…

Columpios…

Una puesta de sol.

¿Por qué entonces se sentía tan mal? Ah… ya lo último que había en ese lugar era: Un corazón herido.

Ford dijo exactamente las mismas palabras que en el pasado y su hermano contesto de la misma manera que esperaba que lo hiciera incluso ahora la voz de imitación de un robot lo hizo reír, por naturaleza Stanford se atrevió a repetir aquel pequeño golpe en el hombro del contrario con una broma de “entonces tendrás que venía a visitarme”

Stanford realmente se encontraba tan feliz que no noto.- (de nuevo) esa mirada derrotada y de desilusión que le dedico Stan, ni siquiera aquella sonrisa rota que le brindo para hacerlo sentir mejor. Se encontraba tan alegre que su felicidad lo cegó y no noto aquella lagrima que Stan dejo salir cuando se dio la vuelta. No…. claro que no noto todo el daño que le hacía a su hermano ni esa rabia que hacia crecer en su interior…

- Oye Stan ¿sabes?- pregunto el castaño de lentes, alterando de nueva cuenta el futuro siendo que la historia verdadera este se alejaba dejando a su hermano en la soledad de poder maquinar un plan para arruinar su proyecto ahora se quedaba a medio viaje viendo al frente decidido a cambiar el futuro - Quiero celebrar este logro contigo ¿Qué te parece si esta noche jugamos: ¡Calabozos, Calabozos y más Calabozos!?

- ¿estás loco? Odio ese juego es para nerds como tú…

- ¿Qué te parece hacer otra cosa? Ir por ejemplo ver un maratón de películas de terror…

Stanley torció la boca, se llevó pensativo una de sus manos a la quijada, negó con la cabeza y se llevó las manos a los bolsillos desviando la mirada al suelo soltando un gran suspiro contenido.

– Pues… La verdad no tengo ganas de ver hoy películas, mejor otro día, estoy…

- Vamos, no puedes dejarme colgado esta noche Stan. ven conmigo, ¿quieres?-

Ford junto las cejas y tomo con fuerza la mano de su hermano mirándolo a los ojos. Sabía de antemano que esa técnica funcionaba contra el rudo e insensible Stan y si, sabía que caería, y si, sabía que era un grandioso hijo de puta por ocupar esta técnica cada que quería chantajear a su hermano pero no importaba, siempre y cuando funcionara a él le venía valiendo lo mismo que un popote.

Su hermano sonrió levantando los hombros desviando su mirada de aquel agarre fraternal al topacio que eran los ojos castaños de su contrario.

- Este bien… choca los seis.

- Choco los seis… ahora… ¿un vergonzoso abrazo de hermanos?

Ford pregunto al ver la indecisión y duda en la actitud de su hermano pero ¿Qué más podía hacer? sabía lo que pasaría si no insistía. El sabotaje, el engaño, la pelea y él no quería pasar por todo eso nuevamente. Le partiría el corazón volver a discutir con su hermano y lo enloquecería volver a enojarse con el después de intentar perdonarlo por arruinar su vida. Si no había vida arruinada no existía una pelea y mucho menos algo que perdonar.

- Si… un buen abrazo de hermanos…

*palmada*

-Te veo en la casa, te comprare tu comida favorita ¿entendiste? Tu ve y renta las películas que quieras y nos juntamos en la casa para verlas juntos ¡No te tardes!.-

- Esta bien cerebrito…

Stan vio tristemente cómo su hermano se iba en dirección a la tienda y él se quedó en los columpios viendo el “Stan de Guerra” a la orilla del mar.

 ¿Cómo Ford pudo haber llamado a su proyecto de vida “una segunda opción”? Está bien que ya no tenían siete años ni nada por el estilo pero ese barco era su vida, era todo lo que conocía y que lo llamaran “basura” lo insultaba; pero que Ford se refiriera a eso como “esa basura” le rompía el corazón ¿Qué se suponía que tenía que hacer con todo eso que sentía? Él amaba a su hermano no podía partirle la cara así como así de la nada solo por un barco…

Empezó a mecerse sin muchas ganas en los columpios.

Amaba a su hermano, lo amaba demasiado como para dejarlo ir… y, una vez que lo dejara ¿Qué sería de él? Se pasó toda su vida complaciéndole, acompañándole, defendiéndole y ayudándole, sirviendo tanto como podía para hacer que se sintiera normal. Trataba de entender y comprender de lo que hablaba su hermano a pesar de que no entendía ni “J” ahora aquella persona que se dedicó a proteger simplemente le decía “tendrás que irme a visitar” y ahí estaba con su dilema, tanto tiempo acostumbrado a cuidarlo que se había vuelto una razón por la cual vivir  y ahora cuando se fuera no tendría por qué hacerlo más.

- Estúpido proyecto…- Murmuro malhumorado, insatisfecho por la respuesta de su hermano, enojado con el mundo en general, con sus personas, con las universidades, con la humanidad. –Si no fuera por ese estúpido proyecto Stanford ni siquiera pensaría en irse, seis dedos no es así… son las ideas que los adultos le meten en la cabeza.- Stan pateo la arena que se encontraba en el suelo a punto de llorar.

- La personalidad de las personas también cuenta…

Stan levanto la cabeza apurado al escuchar la voz simpática de una mujer  y vio a una atractiva chica morena en pantalones cortos y playera ombliguera.

- Carla…

- si así me llamo, ¿siempre que nos encontremos lo único que dirás es mi nombre? Pregunto, para empezar a acostumbrarme, por lo general las personas se saludan con un “hola” o algo así…

Stan comenzó a reír por lo bajo junto a su lado.

- Hola… ¿Cómo fue que me encontraste? Por lo general no muchos vienen por aquí y mucho menos las mujeres, es peligroso.

- Bueno  si… pero vi a tu hermano venir de por acá y por lo general donde esta él estas tú y no pude esperar hasta mañana para verte…

- Oh, si… fue a comprar algo a la tienda hoy será noche de películas… pronto Stanford se ira a otra universidad y yo no podré ir. Tendré que quedarme aquí de carga costales pues es para lo único que sirvo. Soy el cabeza hueca de la familia.- Stan sonrió y se señaló así mismo bromeando de su situación y restándole importancia cuando era que con esas palabras estaba a punto de llorar.

- No digas eso Stan, piensa que cuando tu hermano mayor se valla será una oportunidad para ambos ¿no quieres ver feliz a tu hermano?… además no eres un cabeza hueca, eres especial y debes ser muy bueno en algo solo que aún no descubres en que.-

Carla comprensiva poso suavemente una mano en una de las piernas de Stan. Ambos se quedaron viendo fijamente y por fin Stan pudo sonreír de corazón, de verdad que quería ver a su hermano gemelo ser feliz, sinceramente se lo había ganado.

- soy buen boxeador…

- Me consta… ¡Ah! – Carla pareció recordar algo y entusiasmada tomo de la mano a Stan – mi papá es el patrocinador de varios boxeadores y es condueño de una arena de lucha. Estaría muy feliz de conocer al hombre que salvo a su hija.

Stan abrió mucho los ojos - ¿enserio? – pregunto entusiasmado con una gran sonrisa.

-¡Por supuesto!-

- No podría abusar de eso…-

- Venga, papá podría ayudarte en tu carrera como compensación por salvarme es lo menos que podríamos hacer.-

- me lo pensare Carla ya que ayudarte no fue una obligación y lo hice porque era lo correcto no porque quisiera que me pagaras con un favor.-

- Esto también es lo correcto Stan…-

- gracias… eres muy linda conmigo -

- Tu también… te vez muy “lindo” sin lentes y sin frenos. ¡Casi no te reconozco!--

Stan siguió sonriendo y continuaron platicando hasta que cayó la noche, Carla  reía sin parar de los chistes de Stan y este no podía dejar de ver esa simpática mirada tan dulce y tierna que le dedicaba Carla; cuando ya no había demasiada luz en la playa más que la de la luna decidió llevar a su nueva amiga hasta donde ella vivía aunque quedara hasta la otra mitad de la ciudad pero eso no importaba, la chica que había aparecido en la preparatoria y que le había ayudado en esa pelea era muy linda y muy su tipo además pasaba un buen momento junto a ella.

estaba seguro que Carla le caería de maravilla a su hermano gemelo, era la mejor persona que había conocido, simpática, inteligente, bonita, carismática, amable… no era tan genial como Ford pero si, era una buena muchacha.

-suena tonto Stan, pero agradezco mucho al cielo que seas como eres. Puesto que si no te hubieras peleado hoy en la preparatoria no te hubiera visto de nuevo en la preparatoria y no estaríamos aquí… el destino obra de maneras misteriosas ¿no es verdad?

- no creo mucho en el destino pero cuando lo dices tú puedo creer en él un poco.-

Ambos rieron y la chica agradeció a Stan dándole un beso en la mejilla.

El castaño se sonrojo por completo y se dirigió a su casa lentamente viendo el firmamento, el cielo oscuro, las estrellas brillantes, el aire frio… eran cosas que antes no le hubieran importado puesto que no tenían importancia pero que ahora de la nada se le hacían especiales y únicas.

Se llevó las manos a los bolsillos sintiendo más fuerte el frio de la noche, tembló un poco y se encogió de hombros. Duro un poco más en regresar a la casa, había tomado el camino más largo, viendo con detenimiento todos los lugares que solo dejaban un puñado de recuerdos, y lo peor de todo es que eran buenos, demasiado buenos… suspiro al ver el parque donde tantas veces jugo con su igual, una casa vieja que Ford creyó que estaba embrujada, sonrió al pasar por el gimnasio de box, donde perdió la mayoría de sus dientes de leche, ¡ah! La tienda de donas donde vendían esos fabulosos gato galleta que tanto degustaban su paladar, se detuvo ante la tienda de video donde aún tenían abierto al público entro muy en contra de su voluntad para rentar esas películas que tanto quería ver su hermano. Suspiro viendo a la salida mientras pagaba. Que pocas ganas tenía de volver a su hogar, que pocas ganas le quedaban de continuar con ese ridículo Show que era su vida.

Se froto las manos tristemente… recordó aquella sonrisa que su hermano dibujo al pensar que se marcharía a esa universidad de Oregón. Y se dio cuenta cuanto le dolió ver esa sonrisa, porque sabía que no era para él. Entendió que para su felicidad él no era necesario.

Notas finales:

Siempre me he preguntado que habría pasado si Ford habría entrado en la Universidad  y bueno creo que es lo que habría pasado, que las puertas de la vida también se hubieran  abierto para los dos, además las consecuencias de tus actos siempre tendrán consecuencias :p Causas y efectos chicos. y bueno Carla es linda con Stanley :v Ford sabra lo que es amar a dios en tierra de indios! >:D

Disculpen si tuve faltas horrograficas, me entusiasmo con facilidad

 


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