Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Segunda oportunidad. por DanTamMu13

[Reviews - 43]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Ya he llegado con la actualización, pequeños, espero que les guste :3

Este había sido el primer viernes que Naruto y yo no pasábamos en la capital, aunque tampoco sufríamos por eso, en realidad, estábamos felices de estar ahí, Naruto se notaba alegre por verme más tranquilo, aunque también lo mencionó un par de ocasiones. Mi madre había llegado, y al ver que ya me hablaba bien con Itachi, no dudó en abrazarme, y no paró de decir lo mucho que me había extrañado, casi recriminándole a Itachi el que me dejara de hablar por tanto tiempo. Cuando le presenté a Naruto dudó unos segundos, aunque mi mirada era obvia, era más que notorio que lo quería.

 

-        ¿Naruto? ¿Naruto Uzumaki? – preguntó mi madre cuando lo recordó, cosa que me agradó internamente.

-        S-sí, mucho gusto. – dijo Naruto bastante nervioso, era evidente que él no recordara a mi familia, éramos muy pequeños cuando dejamos de vernos.

-        ¡Dios mío! ¡Mira cómo has crecido! ¡Qué sorpresa! ¿Tú eres el compañero de Sasuke? – preguntó alegre, cierto, tonto yo, había asumido que sabría que éramos pareja; pero si lo conocía desde pequeño, entonces no era tan evidente.

-        Sí, madre, también es mi novio. – hablé antes de que Naruto me mirara con mala cara.

-        ¿Tu novio? ¿Después de tantos años? – preguntó casi riendo. - ¡No puedo creerlo! ¡Lo recordaron! – acto seguido abrazó a Naruto, cosa que me dejó perplejo.

-        ¿Lo… recordamos? – preguntó Naruto sorprendido, ganándome la palabra.

-        Bueno, de pequeños siempre decían que serían novios cuando crecieran. – dijo riendo sutilmente con nostalgia. – El padre de Sasuke y yo siempre pensamos que podía ser una buena idea, se llevaban tan bien y se querían tanto; pero cuando Sasuke… dejó de recibirte, nos preocupó la idea de que perdieran todo aquello que tenían. – dijo omitiendo mi enfermedad de ese entonces.

-        Espera, ¿estaban de acuerdo?  - pregunté sorprendido. – Pero… Gaara es chico y se alucinaron, y Naruto y yo éramos unos niños; pero ¿les parecía bien? – no comprendía mucho la situación.

-        Bueno, Naruto siempre fue un buen chico, Sasuke. Con Gaara la situación era… delicada, tenía un hijo, ¿pensabas ser el padre del niño? Era mucha responsabilidad para alguien tan joven como tú, además, habíamos hablado por ese entonces con el padre de Naruto, pensábamos juntarlos casi por accidente, nos parecía que algo como lo que tenían no se olvidaría fácilmente. – explicó mi madre acompañándonos a sentarse en la sala.

-        ¿Nos iban a juntar? – preguntó Naruto sonrojado.

-        Sí, queríamos juntarlos, al menos hasta que Sasuke llegó con… él, entonces lo cancelamos. Nuestro problema no era que te gustaran los chicos, mi amor, sino que no nos gustaba ese chico para ti, siempre supimos de tus gustos, eras muy obvio de pequeño. – dijo divertida mi madre.

-        ¿Obvio? ¿Cómo que era obvio? – preguntaron Itachi y Sai casi emocionados.

-        Oh, sí, lo era. Siempre que íbamos a algún parque, Sasuke corría con nosotros a decirnos que había algún chico que le parecía lindo, en el kínder hizo lo que todo niño, se había casado, sólo que se había casado con un compañerito suyo, al que también le gustaban los niños. – dijo riendo. – Incluso había usado una bufanda, simulando un velo, porque de pequeño parecía que le apetecía ser el femenino. – decía riendo mi madre, claro que con eso me había jodido por completo.

-        ¡Oh por Dios! – gritó Itachi riendo. – Cuando te cases, ¿qué tipo de vestido te compraremos, hermanito? Uno de princesa te vendría bien. – decía burlándose.

-        No te burles. – atajó Sai casi serio. – Quizá le gusten más los vestidos pegados. – añadió antes de soltar una carcajada.

 

Naruto no podía parar de reír y mi madre sólo les seguía el juego, genial, mi primer día con mi familia luego de meses y ahora era el hazmerreír de todos en la casa, hasta para mi propio novio.

 

-        También podrás adoptar el apellido de tu futuro esposo, aunque deberás aprender a cocinar para ser una buena mujer. – replicaba mi hermano sin parar de hacerme burla.

-        No lo sabemos, si te consigues un buen cocinero al menos te quitarás ese peso de encima, aunque me parece que tu carrera no es indicada para señoritas. – decía Sai riendo estruendosamente.

-        Prometo ya no llamarte Sasuke-idiota – habló Naruto de pronto, cosa que me supo muy mal, sabía lo que vendría. -, ¿qué tal que lo digo en tus días y te molestas? – agregó haciendo reír a todos.

-        ¿No podías contarme eso a solas, mamá? – pregunté cubriéndome el rostro, no sólo estaba apenado, sino que estaba completamente sonrojado.

-        Oh, vamos, eras un niño. – dijo mi madre sonriéndome tiernamente.

-        Ya, suficiente, si agotamos las bromas hoy, ¿de qué nos burlaremos después? – preguntó Sai a los demás.

 

Todos estuvieron de acuerdo en dejarme en paz, al menos por ese día, cosa que me exasperaba más que sus bromas anteriores. Esto iría para largo, y sería difícil, tenían una paciencia incansable cuando de molestar se trataba, los tres, y si de eso dependía todo, se pondrían de acuerdo para conseguir desesperarme en menos de una semana, estaba seguro de eso.

 

-        Sasuke, ya es tarde, ¿aún quieres ir? Me parece que es muy lejos. – me habló Naruto, aprovechando cuando Itachi hablaba con nuestra madre en la cocina, posiblemente de Sasori, y Sai había ido a buscar sus medicamentos.

-        Si quieres ir, iremos. – anuncié sonriéndole de lado.

-        No lo sé, ¿puedes manejar tan noche? – preguntó refiriéndose más a mi vista que a mi habilidad de manejo.

-        Sí, con los lentes veo bien, Naruto. – le respondí reprimiendo una risa, sus preguntas a veces eran muy extrañas.

-        ¿Quieres estar más tiempo con ellos? – preguntó con curiosidad, no tenía un solo rastro de molestia, lo que me tranquilizó, no les había caído mal, ni ellos a él.

-        No lo sé, quizá; pero deben descansar todos, sobre todo Itachi. – dije recordando lo mal que lo había visto en la cocina horas antes.

-        ¿Está bien? – preguntó sutilmente.

-        Sí, bueno, terminó con su novio, eso es todo. – expliqué apenas.

-        ¡Qué duro! – exclamó en voz baja haciendo muecas. – Pero bueno, tú decídelo. – me pidió regresando al tema de si irnos o no.

 

Lo pensé unos minutos, todos regresaron y mi madre no tardó en despedirse, estaba cansada, después de todo esos meses habían sido agotadores para ella. Sai e Itachi se quedaron con nosotros un rato más, el suficiente para que Naruto comenzara a bostezar, miré el reloj y ya estaba bastante entrada la madrugada, a esa hora el rubio siempre estaba durmiendo ya.

 

-        Chicos, creo que Naruto y yo nos iremos. Ya no puede más con el sueño. – les expliqué al ver su quinto bostezo en un par de minutos.

-        Sí, llévalo a descansar. – apremió Sai levantándose de su asiento. - ¿Irán a la capital? – preguntó mientras se despedía de mi novio.

-        No lo sé, todo depende de lo cansado que lleguemos al campus, ahí está el auto aún. – expliqué riendo un poco.

-        Puedo llevarlos, así Naruto puede ir durmiendo en el camino. – ofreció Itachi de manera educada.

 

Lo discutimos unos minutos, al menos Itachi y yo, pues Naruto ya estaba ido, había entrado en modo zombie unos minutos atrás, por lo que apenas procesaba lo que decíamos. Al final de la discusión terminé aceptando la oferta de Itachi, salimos los tres de la casa de mi madre y subimos al automóvil de mi hermano, dejamos a Naruto en la parte de atrás para que pudiera recostarse ya provechara, pues mi auto no tenía asientos traseros.

Al llegar al campus Itachi me preguntó, antes de irse, si sería posible que nos alcanzaran algún fin de semana a la casa, cosa que, obviamente, acepté al instante. Luego de que me ayudara a despertar a Naruto y lo dejáramos dormido en el asiento del copiloto, con el cinturón de seguridad abrochado y todo, nos despedimos casi efusivamente.

Me senté en el asiento de piloto y manejé detrás de su auto hasta que lo dejé en casa de nuestra madre, nos despedimos nuevamente con un gesto y luego seguí nuestro camino a mi casa en la capital.

Manejé a una velocidad bastante moderada, era más para dejar dormir a Naruto que por otra cosa, tardamos casi cinco horas en llegar, pues no sólo intentaba darle tiempo de sueño, sino que hacía todo lo posible porque el auto no hiciera ruido con el motor y así no despertar a mi novio.

Una vez llegamos, tardé en despertarlo unos diez minutos, aunque cuando lo conseguí apenas logré levantarlo y hacerlo caminar hasta su habitación. Lo recosté en la cama que estaba lista gracias al servicio, lo arropé y me acerqué a él a depositarle un beso en la frente, me levanté y cuando me disponía a irme, sentí un pequeño tirón en la playera que llevaba puesta.

 

-        ¿Qué sucede? – le pregunté con voz suave mientras me sentaba a su lado de nuevo.

-        ¿Puedes quedarte? – preguntó aún adormilado.

-        ¿Quedarme? ¿Te refieres a estar contigo hasta que te duermas? – pregunté sin comprender, Naruto nunca me había pedido eso.

-        No, me refiero a quedarte. Aquí. Toda la noche. – me dijo en susurros mientras se acomodaba él solo, dejando el espacio suficiente para que realmente me acostara a su lado.

-        ¿Dormir contigo? – pregunté sonriendo con ternura, sabía que no me veía, estaba demasiado dormido como para notarlo; pero no podía evitar enternecerme con semejante petición.

-        Sí, por favor. – pidió aun susurrando.

-        ¿Por qué? – pregunté sin dejar de sonreír.

-        No me quiero alejar de ti. – confesó todavía en voz baja.

-        Sí que eres honesto cuando tienes sueño. – le dije riendo por lo bajo, no, no podía negarme, aunque tampoco es como que quisiera hacerlo. – Sólo me cambiaré y me quitaré los lentes, ahora vengo. – dije en tono de promesa.

-        No me dormiré hasta que llegues. – replicó con el mismo tono, aún sin abrir los ojos.

 

Aquello me causó más gracia, él estaba totalmente deshecho, y, aun así, estaba dispuesto a no dormir si no llegaba, claro que no podría, no soportaría permanecer despierto, ambos lo sabíamos; pero no quería perderme la oportunidad de dormir a su lado, la verdad es que tampoco quería alejarme de él.

Llevábamos meses saliendo; pero no dormíamos juntos, no en la misma cama, tampoco habíamos tenido sexo, no nos duchábamos juntos, no hacíamos gran cosa, bueno, no en ese tipo de cosas. No éramos tan íntimos, al menos no así, porque de la vida del otro ya conocíamos casi todos los detalles, ya habíamos compartido muchos secretos, jugábamos y reíamos con chistes personales, cosas que sólo nosotros entendíamos; pero no queríamos apresurar nada, estábamos bien con el ritmo que llevábamos en la relación.

 

Efectivamente me cambié, me cepillé los dientes y me quité los lentes de contacto, los guardé en su respectivo estuche y volví a tientas a la habitación. Entré por la puerta que unía nuestras habitaciones y, por primera vez, noté ese aroma que desprendía Naruto, estaba lejos de él, los sabía; pero nunca antes había prestado atención a ese minúsculo detalle. Su aroma era dulce, delicado, era completamente atrayente, hipnotizante, sentía como ese aroma me rodeaba, su dulce esencia llenaba la habitación, su respiración tranquila, acompasada hacia juego con la mezcla de olores dulces que él emanaba. Me acerqué y me dejé llevar, rozando con cuidado su rostro, su torso por sobre la playera, su espalda del mismo modo, sólo quería memorizar el tacto que tenía su cuerpo, quería recordar sus facciones, sus cicatrices, sus lunares, sus músculos, quería poder recordarlo a través del tacto. Quería recordarlo para nunca olvidarlo.

 

Me di por vencido, recostándome a su lado, acomodándome intentando abrazarlo. Naruto sintió mis movimientos y espabiló un poco, lo suficiente para ayudarme y acomodarse él también. Se incorporó un poco para acercarse a mí, luego se recostó nuevamente, recostó su cabeza en mi pecho, cerca del hombro, posó su mano izquierda al lado de mis costillas, mientras que la derecha se recargaba en mi abdomen, sentí sus cabellos sobre mi hombro, pasé mi brazo derecho sobre él para no incomodarlo, lo abracé con el mismo brazo, y tomé su mano derecha con mi izquierda.

No tardé en quedarme dormido, ese contacto me relajaba, escuchar su respiración tan tranquila, y sentir su roce tan cerca de mí me había calmado más de lo que jamás hubiera imaginado.

Notas finales:

Me ha gustado mucho, dejenme saber qué les ha parecido... les quiero un montón, en serio, les mando un besazo a todos, gracias por leerme, buenas a todos 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).