Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Segunda oportunidad. por DanTamMu13

[Reviews - 43]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Chicos, hemos llegado al final de nuestra hermosa historia, aunque trágica... Me alegra terminar fanfic con ustedes, mis amados lectores, porque me apoyan como no imaginan a seguir escribiendo <3

La semana siguiente, o quizá en dos terminaremos también Fan número uno. Las otras dos historias que tengo en emisión regular seguirán por otro poco de tiempo. Además, en cuánto terminemos Fan número uno, subiré una nueva historia, además de hacer regular ¿Del odio al amor? Muchos años.

Dos años han pasado ya desde que Naruto y yo habíamos comenzado nuestra relación, y aunque al inicio todo había sido fácil, con el paso de los meses habíamos comenzado con algunas peleas pequeñas, casi nada. Claro, al menos eso pensaba yo hasta ayer. El día anterior habíamos tenido una pelea fuerte, bastante. Yo había terminado dejándolo en mi apartamento -pues ahí nos encontrábamos al momento de pelear, porque sí, había decidido comprar un sitio dónde quedarnos cuando no fuéramos a la capital- mientras que yo había ido a casa de mi madre a hablar con Itachi. A calmarme.

Luego de haber hablado con Itachi de la pelea con Naruto, coincidió conmigo con que los motivos eran tontos; pero, por algún motivo, a él le había parecido la gran cosa. Un amigo de la familia había llegado a visitarnos la semana anterior a la casa en la capital, sin avisarnos, y aunque le molestó, no fue ese el problema. Sino que este chico, mi amigo, había decidido venir a estudiar con nosotros sin decirme nada, tampoco. Claro que yo no tenía la culpa de las decisiones que Shikamaru tomaba; pero a Naruto le parecía que tenía que cantarle, a él también, mi relación con Naruto. Tenía la idea de que Shikamaru quería algo conmigo y yo, si no le contaba de mi relación, quería algo con él también.

 

-        No le cuento de mi relación porque no le veo caso. – le explicaba a Itachi, quien había conocido al hermano de Naruto hacía un par de meses y ahora salían juntos. No me llevaba muy bien con Deidara; pero bueno, si mi hermano lo quería, era suficiente. – No es que yo quiero algo con Shika. Sólo quiero estar con Naruto; pero el idiota no se da cuenta de eso. Solamente ve lo que le conviene. – declaré al final, Itachi estaba por demás de acuerdo conmigo; pero Sai -que se había unido en el transcurso de la conversación- y Deidara parecían pensar diferente.

-        No es eso, imbécil. – me regañó el hermano de Naruto. - Sasuke, no han avanzado nada en la relación en los dos años que llevan juntos, siguen haciendo lo mismo que al inicio, o sea, Naruto no siente que vayas en serio con él. Quisiste algo muy serio con tu exnovio; pero él no siente que sea así tu relación con él. – terminó de explicar, cosa que me dejó con más dudas.

-        Sasuke, déjame preguntarte algo. – habló Sai ahora. – Hace dos años me preguntaste si yo creía que él era esa persona, ahora te lo pregunto yo, ¿tú crees que él es esa persona? – aquella pregunta era la única que no sabía responder.

 

Aquello dio por terminada la charla que manteníamos, no tenía idea de cómo debía responder eso, quiero decir, sí, siempre quise algo serio; pero ¿era eso lo que Naruto quería? Además, tampoco estaba muy seguro de que fuera él la persona correcta, claro, tampoco tenía opciones a elegir, ni un folleto que leer para saberlo. Tenía que arriesgarme.

 

Luego de esa corta charla anoche, había decidido algo para esta mañana. Pedí a los tres chicos que me acompañaran durante el día, cosa que hicieron gustosos, aun cuando no les había explicado nada. Mientras íbamos por las calles de la ciudad, el primero en comenzar a cuestionarme fue Sai, como supuse.

 

-        Entonces, ¿qué estamos buscando, Sasuke? – preguntó por milésima vez. Justo en ese momento encontramos una joyería.

-        Esto. – declaré mientras señalaba anillos de compromiso.

 

Todos se miraron asombrados mientras me esperaban ahí, yo pregunté por los diferentes anillos que encontré, poco me preocupaba el precio, quería encontrar uno que me hiciera vibrar, que consiguiera hacerme pensar en Naruto sin necesidad de nada más que de verlo. Habremos salido por unas seis horas hasta que lo habíamos encontrado. Había decidido comprar dos, así ambos usaríamos el anillo si él aceptaba casarse conmigo.

 

-        Es un detalle muy cursi, Sasuke. Me sorprendes. – anunció mi hermano una vez que pagué ambos anillos.

-        Cállate. – pedí apenado. Sabía que era algo casi ridículo; pero una parte de mí también se sentía ansiosa por llevar una sortija todos los días hasta que nos casemos, si es que él lo quiere así.

 

Volvimos a casa, intentando llegar a una idea de cómo debería pedírselo, ¿luego de hablar con él y arreglar las cosas? ¿A solas? ¿En algún lugar lindo? No tenía la más mínima y remota idea, no me llegaban muchas ideas, estaba bloqueado, apenado, nervioso y ansioso. Moría por escuchar una respuesta por su parte.

Sin pensarlo mucho tiempo más, y ya viendo que era de noche, decidí volver al apartamento, seguramente Naruto estaría preocupado, había salido hacía un día exactamente y no le había hablado en todo el día.

 

Al llegar, efectivamente, Naruto había estado muy preocupado. Había olvidado su coraje, pues al verme corrió hacia a mí, abrazándome fuertemente, besándome con dulzura y amor, estaba realmente angustiado, era probable que no hubiera sido un buen día para él por estar agobiado el día entero.

 

-        Perdón, se me fue el tiempo y no te llamé hoy. Estuve con mis hermanos, no tienes de qué preocuparte. – le expliqué apenas se separó de mí lo suficiente para permitirme hablar con claridad.

-        Me seguiré preocupando, idiota. No tienes idea de lo mal que lo pasé, no tenía idea de dónde estabas. – dijo a modo de reproche, no estaba molesto, ya no.

-        Lo lamento, Naruto. – me disculpé de nuevo antes de besar su frente con calma. – Y lamento también todo lo de la pelea, he sido un total imbécil. – añadí mirándolo a los ojos.

-        No, yo he exagerado, no me interesa si él no lo sabe. Yo sé que somos novios y eso es lo que debería importarme. – espetó sonriendo un poco apenas.

-        Naruto, ¿en serio estás bien con eso? – pregunté más para saber lo que pensaba que otra cosa.

-        Me gustaría que quisieras contarle al mundo de lo nuestro, que te sintieras como yo; pero es absurdo que te pide que actúes como lo hago yo. – respondió sonrojándose un poco por su confesión, misma que me había encantado.

-        ¿Quieres contárselo a todo el mundo? – pregunté sonriéndole con ternura, estaba totalmente enamorado de ese chico.

-        Sí, todo el tiempo. – admitió sonrojándose otro poco más mientras me sonreía apenado.

-        Bueno, podemos solucionar ambas cosas. – atajé sonriéndole honestamente, Naruto no había comprendido en lo absoluto, al menos no hasta que se dio cuenta que, en realidad, yo me estaba arrodillando frente a él. – Te amo, Naruto. Puede que parezca que no quiero gritarlo a todos; pero nada me gustaría más que todo el mundo supiera que me amas, créeme. Justo por eso tardé tanto en volver, porque tenía que pensar muy bien lo que estoy a punto de hacer. Naruto, quiero estar contigo, y sólo contigo, por todo el tiempo que tú me lo permitas. Quiero saberme tuyo en todo momento, y quiero compartir más peleas, reconciliaciones y buenos momentos contigo, así que, por eso, Naruto Uzumaki, ¿te casarías conmigo? – pregunté sacando el anillo que le correspondía a él.

 

Naruto parecía estar en estado de shock, estaba sorprendido, lloraba un poco, apenas; pero me miraba fijamente, como intentando terminar de creerse lo que sucedía. De pronto, como si regresara a este mundo, se lanzó sobre mí, tirándome al piso, besándome dulcemente los labios.

 

-        Claro que sí, idiota. – respondió antes de besarme nuevamente con más ternura que antes.

 

------------------

 

La boda había sido algo precioso, una ceremonia corta, directa, con una fiesta en un salón elegante y pequeño, mismo al que sólo habían ido algunos amigos y familiares cercanos. Realmente era feliz, más feliz de lo que jamás imaginé llegar a ser. O al menos eso pensé en un principio, pues, un par de meses después de la boda llegué a casa a recibir una noticia.

 

-        Amor, estaba pensando que deberíamos pintar la habitación extra que tenemos. – me dijo Naruto mientras yo terminaba mi desayuno, él ya lo había terminado, por supuesto.

-        Seguro, amor, ¿qué color pensabas? – pregunté sin reparar en eso, seguí con la lectura de mi periódico.

-        No lo sé, quizá rosa claro, tal vez pastel. – declaró dejándome confundido, bajé el periódico para mirarlo y entonces lo encontré sosteniendo unos papeles.

 

Apenas nos habíamos casado, habíamos metido formas para adopción, después de todo, nos hacía algo de ilusión el formar una familia, no habíamos tenido respuesta en los últimos meses, aunque sabíamos, de antemano, que eran tardados.

 

-        ¿En serio? – pregunté sorprendido mientras tomaba los papeles entre mis dedos.

-        Llegaron ayer; pero quería leerlos primero. – confesó tímido.

 

En los papeles venían explicaciones generales, tales como las condiciones que deberíamos cumplir en la casa para poder adoptar al pequeño, o pequeña, así como la notificación de que tendríamos visitas sorpresa por parte del estado, mismas que aseguraban que el niño estuviera en un ambiente sano y agradable. También hablaban de la calidad de vida que teníamos que poder asegurarle, al igual que el sueldo promedio que debía tener el matrimonio, cosa que no nos preocupaba. Luego de todo eso nos proponían dos prospectos de niñas, después de todo, Naruto había peleado fervientemente porque fuera hija. Ambas eran preciosas, de edades parecidas, tenían dos y tres años. Una de ellas era rubia de ojos oscuros, mientras que la otra pequeña tenía ojos morados con el cabello oscuro, me dio algo de risa el darme cuenta que eran ligeramente parecidas a nosotros sólo por su color de cabello.

 

-        ¿Quieres ir a verlas luego de clases? – le pregunté sonriéndole con ternura a mi esposo, porque sí, amaba llamarlo así.

-        Por favor. – me pidió devolviéndome la sonrisa.

 

Terminamos nuestro desayuno y lavamos, luego fuimos a nuestras clases, que, en esta ocasión, me parecieron rápidas, habían durado muy poco a comparación de otros días. Antes de siquiera notarlo ya era la hora de la salida, por lo que busqué a Naruto para ir directamente al orfanato del estado.

Al estar ahí nos permitieron conocer a las dos niñas, la pequeña rubia de nombre Aiko, mientras que la pequeña morena era Shizu. Naruto y yo quedamos enamorados de las dos, nos había sido imposible decidirnos realmente, por lo que terminamos metiendo otra forma de adopción. Al tener una aprobada y, tras verificar nuestros ingresos mensuales -que eran más altos de los recomendados para adoptar a dos niños, con sólo mi sueldo-, aprobaron de manera inmediata.

No pudimos llevarnos a las pequeñas en ese momento porque no teníamos la habitación preparada; pero sólo nos tomaría una semana tener todo listo en la casa.

 

-        ¿Has pensado en volver a la capital? – preguntó Naruto por la noche mientras acomodábamos las cosas que teníamos en esa habitación en otro sitio.

-        No, no lo he hecho, ¿por qué? – pregunté sorprendido.

-        ¿No te gustaría? Quiero decir, luego de terminar de estudiar aquí, sólo nos falta un año de carrera, Sasuke. Luego podríamos vivir allá, ahí sigue tu empresa, y yo tengo la empresa de papá, también. Sería tan práctico. – comentó, explicándose apenas.

-        No lo había pensado, Naruto, honestamente no sentía necesidad de volver; pero podríamos verlo. – ofrecí. Quería tener a Naruto feliz, significara lo que fuera.

 

Los días que siguieron terminamos de decorar la habitación, además de amueblar y comprar todo lo necesario para tener a dos pequeñas en casa. Incluso le contamos a mi madre y hermanos, pues necesitaríamos la ayuda de mi madre mientras estuviéramos en la universidad. Ella accedió gustosa, mientras que los chicos prometieron con entusiasmo visitarnos cada tarde.

Hablé, personalmente, con Itachi respecto a la idea que Naruto tenía de irnos a la capital, a él también le parecía prudente, teníamos todo allá, aquí sólo nos complicaríamos.

 

La semana siguiente de haber conocido a las niñas, fuimos por ellas. Estando en el orfanato hablé en la dirección del lugar, explicando que, en menos de un año, nos iríamos a vivir a la capital, por lo que proporcioné la dirección de mi casa para las futuras visitas del servicio. No hubo problema alguno con esa decisión.

Las niñas eran un poco retraídas; pero no nos tomó mucho acostumbrarnos a la presencia del otro, poco a poco las pequeñas sonreían un poco más, aunque tímidamente, o comenzaban a hablarnos de manera directa. Nosotros llegábamos cada tarde a jugar con ellas, a cuidarlas, Itachi y Sai nos acompañaban también, llevándolas al parque en ocasiones.

 

Nunca me hubiera imaginado casado y con familia. Si alguien me hubiera preguntado cinco años atrás cómo me veía ahora, hubiera respondido que, dirigiendo la compañía, nada más; pero ahora no había nada en la vida que yo diera a cambio de esa vida, no cambiaría nada de lo que sucedió. Porque todas las decisiones que tomé me llevaron a encontrar a Naruto, a enamorarme de él, a iniciar el noviazgo, casarnos y, ahora, a formar una hermosa familia que era lo más importante de mi vida.

 

Sí, yo, Sasuke Uchiha, la persona más fría del planeta, el imbécil más suertudo del mundo, había encontrado la felicidad en un rubio de ojos azules, una rubia de ojos negros y una morena de ojos violetas. 

Notas finales:

Espero les haya gustado el epílogo, me sabía mal dejar cortada la historia en el capítulo anterior. Los quiero mucho, gracias por haber leído mi historia, espero no haber decepcionado a nadie con el final, me ha parecido lindo, como algo que podríamos tener todos en nuestra vida, ¿no creen? Gracias por leerme, chicos.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).