Contacto pecaminoso, 2° parte.
Ingel continuo maniobrando, dandole gusto, pensando que apenas terminara hria algo que de verdad lo molestaria. Cuando Hagen eyaculo retiro su mano para dejar que el semen cayera sobre el propio vientre del delgado rubio, afianzando su amarre y poniendose botas y abrigo.
-¡¿Qué...
-Espera y lo veras, Hagen.- le contesto, comenzando a inquiertarse el otro de no oirlo regresar, alarmandose al escuchar dobles pasos...
Ingel habia ido a los calabozos de la sala de torturas a sacar a una gitana que se parecia un poco a la que le habia gustado a Hagen y a el mismo, y a la que, para evitarse problemas, habian matado entre los dos.
Sin embargo, no todos los problemas habian muerto. Los celos y la desconfianza entre ellos habian crecido.
-Hagen, que maleducado eres, no te levantas cuando arriba una dama.- le dijo mostrandole a la asustada muchachita morena, de pelo negro cortado desigual, de ojos pardos y humedos.
-De entre todos los alemanes tu eres particularmente malo para hacer bromas.
-¡Oh, vamos! Linduras como esta- le apreto los gruesos labios- ya te han engañado en el pasado. Mira- le dijo arrancandole el correoso uniforme a la prisionera- no esta tan flaca, esta limpia... incluso parece humana.
-Que emocion. Ni siquiera se le han acabado de desarrollar los pechos.
-Si, esta joven, tierna, ¡y si tocaras la suavidad de su piel!- le dijo Ingel acariciandole un pecho- Hay algo en las mujeres que las hace ser muy deseables...
-¡Anda! ¡Cogetela ya!- grito todo celoso Hagen- ¡Quiero ver como te contagias de sífilis!
-Me temo que no. A diferencia tuya, que te dejas coger hasta por piojosos soldados de la Wehrmatch yo me fijo en los juguetitos que uso... A esta la saque de un orfanatorio de monjas Hagen: es virgen y pura y las piernas me tiemblan del deseo que tengo de follarla...
-¡Pues ya hazlo y deja de contarmelo...
-¿No te molestara verme haciendolo con una verdadera mujer? Esta linda para eso fue hecha, me atrae mucho- dejo de observarlo para toquetear a la temblorosa muchacha- Tiene unos pechos redondeaditos, ricos...
Ingel dejo de hablar para lamerle los pechos a la muchacha, poniendose a Hagen celoso y furioso de su bisexual amante. Le parecia humillante que lo hiciera ver como lo hacia con una untermench... se sentia herido despues de que le insinuara que era mejor que el.
Lo excito ver como la muchacha forcejeaba sin ningun éxito, jugando con ella Ingel al gato y al raton, diciendole las mismas cosas bonitas que le decia a el cuando estaba de buenas...
Finalmente se harto de su comedia y usando su fuerza fisica sometio a la morena, aplastándola bajo su peso contra el frio piso, estrangulandola lentamente con sus grandes manos, tratando de jalar aire desperada la gitana, volteando a ver como Hagen veia consternado, sintiendo una mezcla de asco, dolor y deseo; recordando a la otra morenita de ojos pardos, a la que habian violado primero el y luego Ingel y luego él y asi toda la noche en la que la chica poco a poco dejo de chillar hasta que en la mañana se dejo ser cargada a su ejecución pues no podia tenerse en pie...
Y ahora esta chica lo miraba suplicante con los ojos llorosos, creyendolo otra victima del nazi que soltandole finalmente el cuello le jalo un muslo hacia un lado mientras que con la otra mano dirigía su pene a su virgen vagina, penetrandola dolorosamente, escurriendosele las lagrimas mientras el enorme aleman le manoseaba los senos y se movia violentamente encima y dentro de ella.
-Esta deliciosa.- dijo Ingel sacando de su ensimismamiento a Hagen- Suave y apretada como solo una mujer puede estarlo. Esta dandome un placer que tu nunca podras darme Hagen.
-Umh, ya has hecho que se me antoje...- le contesto, dispuesto a no dejarle ver lo mucho que lo lastimaba- Anda, termina rapido como sueles.
-¡No malinterpretes! Su belleza es tanta que me esta haciendo llegar antes de lo que quisiera...
-Impotente.
-... contigo... ¿Cómo decirlo? ... Me doy prisa para salir del paso...
-Penes mucho mas grandes que el tuyo me han dejado mucho mas satisfecho.
Ofendido, Ingel fingió no escucharlo y se puso a dar grandes muestras del extasis que estaba obteniendo de ultrajar a la gitana, viniendose entre profundos gemidos dentro de ella. Luego se levanto, arrastrandola del brazo hacia donde estaba Hagen, soltandola ahí para destar al rubio dorado, hechandolo al suelo junto a la otra, tomandolo de los largos, suaves cabellos para repegarle la delicada mejilla a su pene impregnado de fluidos sangrientos, tomando una pistola, la que le habia metido, y apuntandole con ella al ordenarle:
-Lamemelo.
Y el otro, mirandolo con odio reflejado en sus azulisimos ojos lo hizo, alternando entre mirar a su degenerado amante o a su pobre victima que chillaba haciendose bolita.
Luego, para dar una leccion a ese perro engreido, Ingel lo arrojo de una patada, tomo un latigo largo y lustroso y mirandolo con sus frios y claros ojos la asusto al alzar el brazo para propinarle el primer golpe, duro, a lo largo de la delicada y blanca espalda de Hagen, gritando por el susto la gitana.
-¡Callate puta!-le grito golpeandola con el latigo tambien- Es hora de ajustarle cuentas a mi prostituta de tiempo permanente.
-Soy tuyo porque quiero...- contesto Hagen, haciendolo callar Ingel con otro fuerte latigazo, ahora en el pecho.
-Guarda silencio inmundo; estoy harto de tu maldita actitud de superioridad incluso cuando te estoy jodiendo: no eres mas que una ramera rogona y urgida.
Un par de tremendos restellazos del latigo contra la clara piel hicieron saltar las lagrimas de los ojos intensamente azules.
-Estoy asqueado de tus jueguitos depravados, harto de cogerte una y otra vez siempre acompañado de golpes o cosas sucias: has embotado mis sentidos con tus excesos, te detesto.- lo azoto mas aun, sangrandolo con los ultimos golpes- Esto se ha vuelto tan excesivo que ya no lo disfrutamos.
-Yo si lo disfruto. No he perdido el sutil placer de practicar tantas perversiones... no espero que un plebeyo bruto como tu lo entienda.
Hagen esperaba mas golpes, pero lo que Ingel hizo fue retreparsele encima a besarlo y manosearlo apasionadamente, parecia que a pesar de sus palabras el tambien lo disfrutaba aun...
Lamio las heridas de Hagen causandole escozor, acaricio febrilmente la lampiña y poco marcada piel, le succiono el cuello hasta dejarselo rojo, lo olfateo un par de veces para luego colar su lengua hasta el ultimo rincón de aquella boca, acariciandolo el delicado pene con rudeza, endureciendoselo y engrandeciendoselo, estimulandoselo mientras le mordisqueaba el cuello y los hombros, mirando de reojo a la chica que se escondia en un rincón, acariciandole la espalda lacerada a Hagen mientras le decia lengüetenadole el oido:
-Quiero verte cogiendo a esa mujer, ¿no decias que se te antojaba?
-¿No decias que estabas harto? Eres un mar de incoherencia Ingel.- le dijo.
Y el otro se levanto y arrastro a la muchacha hasta el potro, amarrandola como habia tenido a Hagen, complaciendose en ver aquella mirada malevola en los azules ojos, contrastando con la mirada temerosa de los ojos pardos.
-Es toda tuya- le dijo Ingel ofreciendole la fusta, pero Hagen la rechazo y se acerco al lado de la gitana, inclinandose para hablarle al oido, manteniendo el contacto visual con Ingel.
-¿Estas bien?- dijo con voz suave y dulce, acariciandole una mejilla, enjugando sus lagrimas- No voy a lastimarte, eres linda aunque estes asi...
-Esa mujer no entiende una palabra de aleman.
-¡Oh, entonces sera mejor esto!
Dejando de ver a Ingel miro a la asustada morena, acercando sus delgados y crueles labios a los rellenitos de ella, posandolos tenuemente, besandola de piquito una y otra vez, acariciandole el vientre y los pechos con suavidad, diciendole que no tuviera miedo mientras se trepaba sobre ella, extrañando tanta ternura a Ingel, poniendose celoso al verlo tratandola con tanto comedimiento, metiendole el pene despacito, tratando de consolarla de aquella dolorosa sensación con besos y caricias, gozando de veras Hagen de penetrar la lastimada vagina de la morenita, aumentando rapidamente el ritmo de sus embestidas, haciendola sangrar y llorar de nueva cuenta, gimiendo él calculadoramente, rogando que su golpe diera en el punto justo...
-Umh, si, si... no llores- la besaba- ya se que te duele- y la miraba con ternura- pero no va a durar mucho, te lo prometo... ¡oh si, mein himmel! Que bien se siente estar dentro tuyo... aaahh! aaaah! ...dentro de ti Miriam... aaah!
Ante la baja, gimiente pronunciación del nombre de aquella gitana Ingel se levanto de un brinco, furiso, confirmando (según el) la sospecha de que Hagen pretendia estar con aquella mujer.
Al sentir la mano jalandolo por el cabello Hagen sonrio malévolamente complacido, por un instante dio miedo a la chica que violaba, pero al mirar a Ingel si exprecion era de perfecto, fingido, asombro.
-¡¿Qué has dicho!?-reclamo el rubio cenizo.
-Que me gusta, esta rica; no deberias ponerme a hacer esto, me esta gustando mucho y puedo volverme heterosexual y no volver a coger contigo...
-Callate.- lo beso de destapacaños- Te guste o no voy a cogerte todo lo que yo quiera.
Y diciendo y haciendo se trepo-monto sobre el tracero de Hagen, sosteniendolo por las caderas mientras le separaba las nalgas y le metia su nuevamente erecto pene, pujando de puro placer Hagen al sentirse penetrado mientras el mismo penetraba, gozando la sensación del duro, grande pene embistiendolo vigorosamente mientras el arremetia menos vivamente contra la suave y calientita vagina de la joven morena, acariciandole con una mano el torso y el cuello, vieniendose al poco rato entre gritos de placer, quedandose a recibir la penetración de Ingel mas rato, pujando y gimiendo, gozandola en grande y burlandose de la mirada agradecida de la violada ojiparda.
Entre jadeos y gemidos Ingel lo cogia tan duro que lo meneaba haciendolo planchar a la gitana, besandose con esta unos instantes para que Ingel le volteara el rostro y lo besara con fuerza, manteniendo la caricia de lenguas al momento de venirse dentro de el. Luego, jadeante aun, se levanto para vestirse.
-Es todo por hoy.- le dijo- Vistete y ven conmigo.
-¿Tanto me quieres que te dan celos de dejarme con esta untermensch?
-¿Quererte?-pregunto con ironia- No, es solo la maldita cadena de errores irremediables que nos mantiene unidos contra nuestra propia voluntad. Espero que tengas razon y todo esto este por terminar.
Nezal, 2006.